Ir al contenido

Diferencia entre revisiones de «Inteligencia emocional»

De Wikipedia, la enciclopedia libre
Contenido eliminado Contenido añadido
LucienBOT (discusión · contribs.)
m Bot: Arreglando referencias y otros; cambios triviales
mSin resumen de edición
 
Línea 1: Línea 1:
La '''inteligencia emocional''' ('''IE''') es un [[constructo (psicología)|constructo]] que se refiere a la capacidad de los individuos para reconocer sus propias [[emociones]] y las de los demás, discernir entre diferentes sentimientos y etiquetarlos apropiadamente. Utilizar información emocional para guiar el pensamiento y la conducta, y administrar o ajustar las emociones para adaptarse al ambiente o conseguir objetivos.<ref>{{Cita libro|apellidos=Colman|nombre=Andrew|título=A Dictionary of Psychology|año=2008|editorial=Oxford University Press|isbn=9780199534067|idioma=Inglés|edición=3}}</ref><ref>{{Cita libro|título=Emotional Intelligence: An overview. Chapter 2.|url=http://shodhganga.inflibnet.ac.in/bitstream/10603/31161/6/06_chapter%202.pdf|fechaacceso=24 de mayo de 2020|editorial=INFLIBNET Centre|idioma=Inglés|formato=PDF}}</ref>
{{en obras}}
La '''inteligencia emocional''' es la capacidad para reconocer sentimientos propios y ajenos, y la habilidad para manejarlos. El término fue popularizado por [[Daniel Goleman]], con su célebre libro: ''Emotional Intelligence'', publicado en 1995. Goleman estima que la inteligencia emocional se puede organizar en cinco capacidades: conocer las emociones y sentimientos propios, manejarlos, reconocerlos, crear la propia motivación, y manejar las relaciones.


Por el contrario, el '''analfabetismo emocional''' es la falta de habilidades para comprender, manejar y expresar adecuadamente las emociones propias y/o ajenas. Las personas que tienen dificultades para manejar sus emociones pueden experimentar problemas de salud mental, relaciones interpersonales insatisfactorias, dificultades en el trabajo y problemas de adaptación social en general. Además, el analfabetismo emocional puede contribuir a la polarización social y la falta de empatía entre los individuos y los grupos.<ref>{{Cita web|título=Analfabetismo emocional: cuando a nuestro cerebro le falta corazón |url=https://lamenteesmaravillosa.com/analfabetismo-emocional-cuando-a-nuestro-cerebro-le-falta-corazon/|fechaacceso=15 de marzo de 2024|publicación=La Mente Es Maravillosa}}</ref>
== Orígenes del concepto ==
El uso más lejano de un concepto similar al de inteligencia emocional se remontan a [[Darwin]], que indicó en sus trabajos la importancia de la expresión emocional para la supervivencia y la adaptación. Aunque las definiciones tradicionales de inteligencia hacen hincapié en los aspectos cognitivos, tales como la memoria y la capacidad de resolver problemas, varios influyentes investigadores en el ámbito del estudio de la inteligencia comienzan a reconocer la importancia de la ausencia de aspectos cognitivos. Thorndike, en 1920, utilizó el término inteligencia social para describir la habilidad de comprender y motivar a otras personas.<ref>Thorndike, R.K. (1920). "Intelligence and Its Uses", Harper's Magazine 140, 227-335.</ref> David Wechsler en 1940, describe la influencia de factores no intelectivos sobre el comportamiento inteligente, y sostiene, además, que nuestros modelos de inteligencia no serán completos hasta que no puedan describir adecuadamente estos factores.


== Historia ==
En 1983, [[Howard Gardner]], en su Teoría de las inteligencias múltiples ''Frames of Mind: The Theory of Multiple Intelligences''<ref>Gardner, H. (1983). Frames of mind. New York: Basic Books.</ref> introdujo la idea de incluir tanto la inteligencia interpersonal (la capacidad para comprender las intenciones, motivaciones y deseos de otras personas) y la inteligencia intrapersonal (la capacidad para comprenderse uno mismo, apreciar los sentimientos, temores y motivaciones propios). Para Gardner, los indicadores de inteligencia, como el [[CI]], no explican plenamente la capacidad cognitiva.<ref> Smith, M. K. (2002) "Howard Gardner and multiple intelligences", the encyclopedia of informal education, Downloaded from http://www.infed.org/thinkers/gardner.htm on October 31, 2005. </ref> Por lo tanto, aunque los nombres dados al concepto han variado, existe una creencia común de que las definiciones tradicionales de inteligencia no dan una explicación exhaustiva de su características.
Las definiciones populares de inteligencia hacen importantes los aspectos cognitivos, tales como la memoria y la capacidad para resolver problemas cognitivos, sin embargo [[Edward L. Thorndike]], en 1920, utilizó el término inteligencia social para describir la habilidad de comprender y motivar a otras personas.<ref>{{cita publicación|apellido=Thorndike|nombre=R. L.|autor2=Stein, S.|título=An evaluation of the attempts to measure social intelligence|publicación=Psychological Bulletin|fecha=1937|número=34|páginas=275-284}}</ref> En 1940, [[David Wechsler]] describió la influencia de factores no intelectivos sobre el comportamiento inteligente y sostuvo, además, que los test de inteligencia no serían completos hasta que no se pudieran describir adecuadamente estos factores.<ref>{{cita publicación|apellido=Wechsler|nombre=D.|título=Non-intellective factors in general intelligence|publicación=Psychological Bulletin|fecha=1940|número=37|páginas=444-445}}</ref>


El trabajo de estos autores tuvo repercusión. En 1983, [[Howard Gardner]], en su libro ''[[Teoría de las inteligencias múltiples|Inteligencias múltiples]]: la teoría en la práctica'',<ref>{{cita libro|apellido=Gardner|nombre=Howard|título=Inteligencias múltiples: la teoría en la práctica|url=https://archive.org/details/inteligenciasmul0000gard|fecha=2011|editorial=Paidós|ubicación=Barcelona|isbn=978-84-493-2594-6|edición=1a. ed. en la Biblioteca Howard Gardner}}</ref> introdujo la idea de que los indicadores de inteligencia, como el [[cociente intelectual]], no explican plenamente la capacidad cognitiva, porque no tienen en cuenta ni la “inteligencia interpersonal” —la capacidad para comprender las intenciones, motivaciones y deseos de otras personas— ni la “inteligencia intrapersonal” —la capacidad para comprenderse uno mismo, apreciar los sentimientos, temores y motivaciones propios—.<ref> Smith, M. K. (2002) "Howard Gardner and multiple intelligences", the encyclopedia of informal education, Downloaded from http://www.infed.org/thinkers/gardner.htm on October 31, 2005. </ref>
El primer uso del término inteligencia emocional generalmente es atribuido a Wayne Payne, citado en su tesis doctoral: Un estudio de las emociones: El desarrollo de la inteligencia emocional, de 1985.<ref> Payne, W.L. (1983/1986). A study of emotion: developing emotional intelligence; self integration; relating to fear, pain and desire. Dissertation Abstracts International, 47, p. 203A. (University microfilms No. AAC 8605928) </ref> Sin embargo, el término "inteligencia emocional" había aparecido antes en textos de Leuner (1966). Greenspan también presentó en 1989 un modelo de IE, seguido por Salovey y Mayer (1990) y Goleman (1995).


El primer uso del término inteligencia emocional se atribuye generalmente a [[Wayne Payne]], quien lo cita en su tesis doctoral ''Un estudio de las emociones: el desarrollo de la inteligencia emocional'' (1985).<ref>Payne, W.L. (1983/1986). A study of emotion: developing emotional intelligence; self integration; relating to fear, pain and desire. Dissertation Abstracts International, 47, p. 203A (University microfilms No. AAC 8605928).</ref> Sin embargo, esta expresión ya había aparecido antes en textos de Beldoch (1964)<ref>Beldoch, M. (1964), Sensitivity to expression of emotional meaning in three modes of communication, in J. R. Davitz et al., The Communication of Emotional Meaning, McGraw-Hill, pp. 31-42</ref> y Leuner (1966).<ref>Leuner, B. (1966). Emotional intelligence and emancipation. Praxis der Kinderpsychologie und Kinderpsychiatrie, 15, 193-203.</ref> [[Stanley Greenspan]] también propuso un modelo de inteligencia emocional en 1989, al igual que [[Peter Salovey]] y [[John D. Mayer]].<ref>Salovey, P., & Mayer, J.D. (1989). Emotional intelligence. Imagination, Cognition, and Personality, Vol. 9, No. 3, pp185-211.</ref>
Como resultado del creciente reconocimiento por parte de los profesionales de la importancia y relevancia de las emociones en los resultados del trabajo, la investigación sobre el tema siguió ganando impulso, pero no fue hasta la publicación del célebre libro de Daniel Goleman: Inteligencia Emocional: ¿Por qué puede importar más que el concepto de [[cociente intelectual]]?, que se convirtió en muy popular.<ref> Goleman, D. (1995). Emotional intelligence. New York: Bantam Books</ref> Un relevante artículo de Nancy Gibbs en la revista ''Time'', en 1995, del libro de Goleman fue el primer medio de comunicación interesado en la IE. Posteriormente, los artículos de la IE comenzaron a aparecen cada vez con mayor frecuencia a través de una amplia gama de entidades académicas y puntos de venta populares.


El interés por las repercusiones de las emociones en ámbitos como las relaciones en el trabajo impulsó la investigación sobre el tema, pero la popularización del término se debe a la obra de [[Daniel Goleman]], ''Inteligencia emocional'', publicada en 1995.<ref name=":1">{{cita libro|apellido=Goleman|nombre=Daniel|título=Inteligencia emocional|fecha=1996|editorial=Kairos|ubicación=Barcelona|isbn=978-84-7245-371-5|edición=4a ed.}}</ref> El libro tuvo gran repercusión, en forma de artículos en periódicos y revistas, tiras cómicas,<ref>[http://dilbert.com/strips/comic/1997-02-07/] Dilbert</ref> programas educativos, cursos de formación para empresas, juguetes,<ref>[http://www.franklinlearning.com/EQ-For-Success.html/] Franklin Learning Systems</ref> o resúmenes divulgativos de los propios libros de Goleman.<ref>{{cita web |url=http://www.leadersummaries.com/ver-resumen/inteligencia-emocional |título=Resumen del libro ''Inteligencia emocional'', de Daniel Goleman |editor=Leader Summaries |fechaacceso=15 de noviembre de 2014}}</ref>
<!-- ES COPIA DE: http://sigueme.net/jovenes/contenidos/0025_la_inteligencia_emocional.htm


Para [[Daniel Goleman]] la inteligencia emocional es la capacidad de reconocer las emociones, tanto propias como ajenas, y de gestionar nuestra respuesta a ellas.<ref name=":1" />
© Copyright 2000, Sigueme Network
En más de un ocasión nos habremos preguntado que es lo que determina que algunas personas independientemente de su cultura, estrato social o historia personal, reaccionen frente a problemas o desafíos de manera inteligente, creativa y conciliadora. Nunca antes se había considerado incorporar en el análisis un concepto tanto o más importante que el cociente intelectual, como lo es la Inteligencia Emocional.


Algunos párrafos de la obra se citan a continuación:


[[Archivo:NIA human brain drawing.jpg|miniatura|Imagen esquemática del [[cerebro]] ]]
¿Porqué algunas personas tienen más desarrollada que otras, una habilidad especial que les permite relacionarse bien con otros, aunque no sean las que más se destacan por su inteligencia? ¿Porqué unos son más capaces que otros de enfrentar contratiempos, o superar obstáculos y ver las dificultades de la vida de manera diferente?


{{cita|Para comprender el gran poder de las emociones sobre la mente pensante —y la causa del frecuente conflicto existente entre los sentimientos y la razón— debemos considerar la forma en que ha evolucionado el [[cerebro]].<ref>Goleman: ''Inteligencia emocional''. p. 30.</ref>}}
INTELIGENCIA EMOCIONAL
Inteligencia emocional:
Es un conjunto específico de aptitudes que se hallan implícitas dentro de las capacidades abarcadas por la inteligencia social. Las emociones aportan importantes implicaciones en las relaciones sociales, sin dejar de contribuir a otros aspectos de la vida. Cada individuo tiene la necesidad de establecer prioridades, de mirar positivamente hacia el futuro y reparar los sentimientos negativos antes de que nos hagan caer en la ansiedad y la depresión. En el ámbito de la psicología admite la consideración de inteligencia porque es cuantificable: constituye un aspecto mensurable de la capacidad individual para llevar a cabo razonamiento abstracto y adaptación al entorno; la inteligencia emocional se pone de manifiesto cuando operamos con información emocional.
La inteligencia emocional es, por tanto, un conjunto de talentos o capacidades organizadas en cuatro dominios:
• Capacidad para percibir las emociones de forma precisa (es decir, capacidad de percepción).
• Capacidad de aplicar las emociones para facilitar el pensamiento y el razonamiento.
• Capacidad para comprender las propias emociones y las de los demás (empatía).
• Capacidad para controlar las propias emociones.
Estas habilidades como todas, pueden ser aprendidas con el tiempo y la práctica.
Este concepto sería presentado mediáticamente por Daniel Goleman en 1995 con un libro de gran éxito. En su libro La inteligencia emocional en la empresa (1998) se refiere a la "inteligencia emocional" como "la capacidad de reconocer nuestros propios sentimientos y los ajenos, de motivarnos y de manejar bien las emociones, en nosotros mismos y en nuestras relaciones". Considera cinco aptitudes emocionales, clasificadas a su vez en dos grandes grupos: Aptitud Personal (Auto-conocimiento, Auto-regulación y Motivación) y Aptitud Social (Empatía y Habilidades Sociales).


{{cita|La región más primitiva del cerebro es el [[tronco encefálico]], que regula las funciones vitales básicas, como la respiración o el [[metabolismo]], y lo compartimos con todas aquellas especies que disponen de [[sistema nervioso]], aunque sea muy rudimentario. De este cerebro primitivo emergieron los centros emocionales que, millones de años más tarde, dieron lugar al cerebro pensante: el [[neocórtex]]. El hecho de que el cerebro emocional sea muy anterior al racional y que éste sea una derivación de aquél, revela con claridad las auténticas relaciones existentes entre el pensamiento y el sentimiento.<ref>Goleman: ''Inteligencia emocional'', p. 31.</ref>}}
Otras habilidades que caracterizan a la Inteligencia Emocional son: suficiente motivación y persistencia en los proyectos, resistencia a las frustraciones, controlar los impulsos, demorar la gratificación, regular el humor, mostrar empatía y abrigar esperanzas.


{{cita|El neocórtex permite un aumento de la sutileza y la complejidad de la vida emocional, aunque no gobierna la totalidad de la vida emocional porque, en estos asuntos, delega su cometido en el [[sistema límbico]]. Esto es lo que confiere a los centros de la emoción un poder extraordinario para influir en el funcionamiento global del cerebro, incluyendo a los centros del pensamiento.<ref name="Goleman_1">Goleman: ''Inteligencia emocional'', p. 34.</ref>}}
El proceso de alfabetización emocional, empieza desde muy temprano. Cuando los niños reciben suficiente aprobación y estímulo, son animados a asumir pequeños desafíos, miran la vida con optimismo y son afirmados en sus propias destrezas, sin duda van a adquirir una amplia gama de habilidades sociales y emocionales a medida que pasan los años.


== La sede de las pasiones ==
Aún dentro de los procesos intelectuales, la Inteligencia Emocional es un ingrediente importante para desarrollar una buena disposición para aprender. Se mencionan los siguientes aspectos:


[[Archivo:Brain headBorder.jpg|miniatura|Imagen anatómica del cerebro]]
- Confianza en sí mismos
- Intencionalidad o persistencia
- Curiosidad
- Capacidad de comunicación
- Autocontrol para modular y dominar sus propias acciones
- Cooperatividad
Cuando no se da en su tiempo este tipo de adiestramiento, nos convertimos en "analfabetos emocionales", situación ésta que nos explicaría cómo nuestro "cerebro emocional" en un momento de tensión o extrema presión, nos puede derrumbar, paralizar y desorganizar, bloqueando totalmente a otras facultades mentales y a la mente analítica.


La [[amígdala cerebral]] y el [[hipocampo (anatomía)|hipocampo]] fueron dos piezas clave del primitivo «cerebro olfativo» que, a lo largo del proceso evolutivo, terminó dando origen al [[corteza cerebral|córtex]] y posteriormente al neocórtex. La amígdala tiene forma de almendra con estructuras interconectadas asentadas sobre el tronco cerebral. Hay dos amígdalas, una a cada lado del cerebro. La nuestra es la más grande comparada con la del resto de primates.<ref>Goleman: ''Inteligencia emocional''. p. 34.</ref> La amígdala está especializada en las cuestiones emocionales y se considera una estructura límbica muy ligada a los procesos del aprendizaje y la memoria.<ref>Goleman: ''Inteligencia emocional'', p. 37.</ref> Si se separara la amígdala del cerebro no sería posible apreciar el significado emocional de diversos acontecimientos, a lo cual se conoce como ''ceguera afectiva''. Además de la pérdida de afecto y la consecuente pérdida de memoria, la amígdala, junto con la circunvolución cingulada, permite la secreción de lágrimas y funciona como un depósito de la memoria. Por ello, quienes viven sin amígdala prácticamente pierden la memoria, ya que la amígdala guarda aquellos recuerdos que más impacto emocional tuvieron en nuestra vida, como los traumas o nuestros momentos más felices.<ref name="Goleman_1">Goleman: ''Inteligencia emocional'', p. 34.</ref> Constituye una especie de depósito de la memoria emocional.<ref>Goleman: ''Inteligencia emocional'', p. 38.</ref> Es la encargada de activar la secreción de dosis masivas de [[noradrenalina]], que estimula los sentidos y pone al [[cerebro]] en estado de alerta.<ref>Goleman: ''Inteligencia emocional'', p. 40.</ref>


LeDoux descubrió que la octava zona cerebral por la que pasan las señales sensoriales procedentes de los ojos o de los oídos es el [[tálamo (SNC)|tálamo]] y, a partir de ahí y a través de una sola [[sinapsis]], la amígdala. Otra vía procedente del tálamo lleva la señal hasta el neocórtex, permitiendo que la amígdala comience a responder antes de que el neocórtex haya ponderado la información.<ref>Goleman: ''Inteligencia emocional'', p. 41.</ref> Según LeDoux: «anatómicamente hablando, el sistema emocional puede actuar independientemente del neocórtex. Existen ciertas reacciones y recuerdos emocionales que tienen lugar sin la menor participación cognitiva consciente».<ref name="Goleman_2">Goleman: ''Inteligencia emocional'', p. 42.</ref>
>>>>> COPIADO DE: http://www.monografias.com/trabajos10/inem/inem.shtml


== Cuando las emociones son rápidas y lentas ==
© 1997 Monografias.com S.A.
La importancia evolutiva de ofrecer una respuesta rápida que permitiera ganar unos milisegundos críticos ante las situaciones peligrosas debió ser vital para nuestros antepasados, pues esa configuración ha quedado impresa en el cerebro de todo protomamífero, incluyendo los humanos. Para LeDoux: «El rudimentario cerebro menor de los mamíferos es el principal cerebro de los no mamíferos, un cerebro que permite una respuesta emocional muy veloz. Pero, aunque veloz, se trata también, al mismo tiempo, de una respuesta muy tosca, porque las células implicadas solo permiten un procesamiento rápido, pero también impreciso», y estas rudimentarias confusiones emocionales —basadas en sentir antes que en pensar— son las «emociones precognitivas».<ref>Goleman: ''Inteligencia emocional''.</ref>


== Cerebro y orquestación emocional ==
LA INTELIGENCIA EMOCIONAL, SEGÚN D. GOLEMAN
Según las neurociencias contemporáneas,<ref>{{cite journal|url=https://scindeks-clanci.ceon.rs/data/pdf/2334-847X/2019/2334-847X1901137K.pdf|title=A review of neurophysiological and genetic correlates of emotional intelligence|apellidos=Kosonogov|nombre=Vladimir|coautores=Vorobyeva E, Kovsh E, Ermakov PN|date=2019|journal=International Journal of Cognitive Research in Science, Engineering and Education|volume=7|issue=1|pages=137–142|language=en|issn=2334-847X|doi=10.5937/IJCRSEE1901137K}}</ref> la amígdala prepara una reacción emocional ansiosa e impulsiva, pero otra parte del cerebro se encarga de elaborar una respuesta más adecuada. El regulador cerebral que desconecta los impulsos de la amígdala parece encontrarse en el extremo de una vía nerviosa que va al neocórtex, en el lóbulo prefrontal. El área prefrontal constituye una especie de modulador de las respuestas proporcionadas por la amígdala y otras regiones del sistema límbico, permitiendo la emisión de una respuesta más analítica y proporcionada. El lóbulo prefrontal izquierdo parece formar parte de un circuito que se encarga de desconectar —o atenuar parcialmente— los impulsos emocionales más perturbadores.<ref>Goleman: ''Inteligencia emocional'', pp. 50-53.</ref>


[[Archivo:Vandapucela.JPG|miniatura|[[Vandalismos]] en forma de pintadas]]
"Es la capacidad para reconocer sentimientos en si mismo y en otros, siendo hábil para manejarlos al trabajar con otros".


La inteligencia emocional se refiere a la habilidad de reconocer, comprender y gestionar las propias emociones y las emociones de los demás. Esta habilidad tiene componentes cognitivos, emocionales y conductuales, y está relacionada con la forma en que interactuamos con el mundo y con los demás. El cerebro desempeña un papel fundamental en la inteligencia emocional, ya que es el órgano responsable de procesar las emociones y regular las respuestas emocionales.
Principios de la inteligencia emocional:


== Armonizar emoción y pensamiento ==
1. Percepción: Cualquier cosa que incorporemos por cualquiera de nuestros sentidos.
Las conexiones existentes entre la amígdala (y las estructuras límbicas) y el neocórtex constituyen el centro de gestión entre los pensamientos y los sentimientos. Esta vía nerviosa explicaría el motivo por el cual la emoción es fundamental para pensar eficazmente, tomar decisiones inteligentes y permitirnos pensar con claridad. La corteza prefrontal es la región cerebral que se encarga de la «[[memoria de trabajo]]».<ref>Goleman: ''Inteligencia emocional''. pp. 53-54.</ref>
2. Retención: Corresponde a la memoria, que incluye la retentiva (o capacidad de almacenar información) y el recuerdo, la capacidad de acceder a esa información almacenada.
3. Análisis: Función que incluye el reconocimiento de pautas y el procesamiento de la información.
4. Emisión: Cualquier forma de comunicación o acto creativo, incluso del pensamiento.
5. Control: Función requerida a la totalidad de las funciones mentales y físicas.


Con los cambios emocionales fuertes, es frecuente decir que «no podemos pensar bien» y permite explicar por qué la tensión emocional prolongada puede obstaculizar las facultades intelectuales del niño y dificultar así su capacidad de aprendizaje. Los niños impulsivos y ansiosos, a menudo desorganizados y problemáticos, parecen tener un escaso control prefrontal sobre sus impulsos límbicos. Este tipo de niños presenta un elevado riesgo de problemas de [[fracaso escolar]], alcoholismo y delincuencia, pero no tanto porque su potencial intelectual sea bajo sino porque su control sobre su vida emocional se halla severamente restringido.<ref>Goleman: ''Inteligencia emocional'', pp. 54-55.</ref>
Estos cinco principios se refuerzan entre sí. Por ejemplo, es más fácil recibir datos si uno esta interesado y motivado, y si el proceso de recepción es compatible con las funciones cerebrales. Tras haber recibido la información de manera eficiente, es más fácil retenerla y analizarla. A la inversa, una retención y un análisis eficientes incrementarán nuestra capacidad de recibir información. De modo similar, el análisis que abarca una disposición compleja de las tareas de procuramiento de información, exige una capacidad para retener (recordar y asociar) aquello que se ha recibido. Es obvio que la calidad de análisis se verá afectada por nuestra capacidad para recibir y retener la información.


Las emociones son importantes para el ejercicio de la razón. Entre el sentir y el pensar, la emoción guía nuestras decisiones, trabajando con la mente racional y capacitando —o incapacitando— al pensamiento mismo. Del mismo modo, el cerebro pensante desempeña un papel fundamental en nuestras emociones, exceptuando aquellos momentos en los que las emociones se desbordan y el cerebro emocional asume por completo el control de la situación. En cierto modo, tenemos dos cerebros y dos clases diferentes de inteligencia: la inteligencia racional y la inteligencia emocional y nuestro funcionamiento vital está determinado por ambos.<ref>Goleman: ''Inteligencia emocional'', p. 56.</ref>
Estas tres funciones convergen en la cuarta es decir la emisión o expresión ya sea mediante el mapa mental, el discurso, el gesto u otros recursos, de aquella que se ha recibido, retenido y analizado.


El psicólogo estadounidense [[John Maxtell]] rompe el concepto de dos cerebros o distintos tipos de inteligencia. Basándose en su teoría de la evolución auto-condicionada, afirma que nuestra capa de pensamiento racional se ha desarrollado para dar cobertura a nuestro lado emocional, la razón nos proporciona el cómo. Aunque por lo general solo percibimos nuestras emociones en momentos de desbordamiento, lo cierto es que las tenemos constantemente. Todo nuestro pensamiento, comportamiento personal y social está orientado a mantenernos dentro de los límites de nuestro confort emocional y, en resumidas cuentas, vivos.<ref name=UPC>[https://repositorioacademico.upc.edu.pe/handle/10757/621945 Trabajo Universitario sobre Inteligencia emocional y satisfacción vital en un grupo de estudiantes universitarios de Lima , elaborado por la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC), elaborado por Maxera Astengo, Thalia] https://repositorioacademico.upc.edu.pe/</ref>
La quinta categoría, la del control, se refiere a la actividad general del cerebro por la cual éste se constituye en "desertor" de todas nuestras funciones mentales y físicas, incluyendo la salud general, actitud y las condiciones ambientales. Esta categoría es de particular importancia porque una mente y un cuerpo sanos son esenciales para que los otros cuatro funcionen – recibir, retener , analizar y emitir puedan operar en la plenitud de su potencial.


Un ejemplo práctico sería el siguiente: un peatón que deambule por una ciudad abarrotada de coches, optará por cruzar las avenidas por los pasos de cebra y cuando el semáforo esté en verde para los peatones. Sin ser un caso de desbordamiento emocional, el miedo que siente a ser atropellado genera la necesidad de buscar alternativas seguras para cruzar la calle, usar su capa racional para interpretar los símbolos dispuestos para este propósito es la opción más segura, la razón nos proporciona el cómo. Si no tuviésemos el mismo miedo a ser atropellados, las ciudades no podrían tener el diseño que actualmente tienen, ¿qué nos impediría cruzar por cualquier parte?<ref>[[John Maxwell|Maxtell, J.]] ''Yo, tu lado emocional'', p. 22.</ref>
LA INTELIGENCIA EMOCIONAL EN EL TRABAJO


== La naturaleza de la inteligencia emocional ==
El autor de Inteligencia Emocional Daniel Goleman (1999), determina que las condiciones intelectuales no son la única garantía de éxito en el ámbito profesional del trabajo, sino tan sólo un factor, que unido a las necesidades emocionales cubiertas del personal como equipo, desarrollará el desempeño y los resultados de todo líder y trabajador motivándolo emocionalmente a ser productivo.
Las características de la llamada inteligencia emocional son: la capacidad de motivarnos a nosotros mismos, de perseverar en el empeño a pesar de las posibles frustraciones, de controlar los impulsos, de diferir las gratificaciones, de regular nuestros propios estados de ánimo y la capacidad de [[empatia|empatizar]] y confiar en los demás.<ref>Goleman: ''Inteligencia emocional'', p. 61.</ref><ref>{{cite web |title=What is Emotional Intelligence and How to Improve it?|url=https://positivepsychologyprogram.com/emotional-intelligence-eq/ |website=positivepsychologyprogram.com}}</ref>


== Medición de la inteligencia emocional y el CI ==
Una vez que una persona entra en una Organización para que pueda dar lo mejor de si, hacer bien su trabajo, que no sólo de su talento sino que además lo haga con entusiasmo y compromiso, se necesita primero, que tenga sus útiles de trabajo y que sepa qué es lo que tiene que hacer. Segundo, que sepa como hacerlo. Tercero, que sienta que lo que esta haciendo tiene un valor significativo, que él esta contribuyendo y que se le reconozca por ello afectivamente.
No existía una prueba psicológica capaz de determinar el «grado de inteligencia emocional», a diferencia de lo que ocurre con las pruebas que miden el [[cociente intelectual]] (CI). [https://senate.universityofcalifornia.edu/_files/inmemoriam/html/jackblock.html Jack Block], psicólogo de la [[Universidad de Berkeley]], ha utilizado una medida similar a la inteligencia emocional que él denomina «capacidad adaptativa del ego», estableciendo dos o más tipos teóricamente puros, aunque los rasgos más sobresalientes difieren ligeramente entre mujeres y hombres:<ref>Goleman: ''Inteligencia emocional''. p. 77.</ref>


:«Los hombres que poseen una elevada inteligencia emocional suelen ser socialmente equilibrados, extrovertidos, alegres, poco predispuestos a la timidez y a rumiar sus preocupaciones. Demuestran estar dotados de una notable capacidad para comprometerse con las causas y las personas, suelen adoptar responsabilidades, mantienen una visión ética de la vida y son afables y cariñosos en sus relaciones. Su vida emocional es rica y apropiada; se sienten, en suma, a gusto consigo mismos, con sus semejantes y con el universo social en el que viven».<ref>{{Cita web|url=https://1library.co/article/inteligencia-emocional-seg%C3%BAn-daniel-goleman.zgw1nl7y|título=Inteligencia emocional, según Daniel Goleman|en=CAPITULO II}}</ref>
LAS COMPETENCIAS EMOCIONALES


:«Las mujeres emocionalmente inteligentes tienden a ser enérgicas y a expresar sus sentimientos sin ambages, tienen una visión positiva de sí mismas y para ellas la vida siempre tiene un sentido. Al igual que ocurre con los hombres, suelen ser abiertas y sociables, expresan sus sentimientos adecuadamente (en lugar de entregarse a arranques emocionales de los que posteriormente tengan que lamentarse) y soportan bien la tensión. Su equilibrio social les permite hacer rápidamente nuevas amistades; se sienten lo bastante a gusto consigo mismas como para mostrarse alegres, espontáneas y abiertas a las experiencias sensuales. Y, a diferencia de lo que ocurre con el tipo puro de mujer con un elevado CI, raramente se sienten ansiosas, culpables o se ahogan en sus preocupaciones».
El mismo Goleman y demás autores definen el éxito de gerentes líderes y trabajadores en personas de alto nivel de desempeño, destrezas, habilidades técnicas y emocionales, bien desarrolladas alcanzando capacidad de dar sentimientos que cada vez se hacen más competitivos y necesarios en la familia, la gerencia y la sociedad.


:«Los hombres con un elevado CI se caracterizan por una amplia gama de intereses y habilidades intelectuales y suelen ser ambiciosos, productivos, predecibles, tenaces y poco dados a reparar en sus propias necesidades. Tienden a ser críticos, condescendientes, aprensivos, inhibidos, a sentirse incómodos con la sexualidad y las experiencias sensoriales en general y son poco expresivos, distantes y emocionalmente fríos y tranquilos».
Las competencias emocionales que más se repitieron como decisivas en el éxito de los líderes y sus empresas, fueron clasificadas en cuatro categorías, contando con varias competencias cada una para presentar así, las 20 Competencias Emocionales Claves, las cuales mencionaremos y comentaremos a continuación:


:«La mujer con un elevado CI manifiesta una previsible confianza intelectual, es capaz de expresar claramente sus pensamientos, valora las cuestiones teóricas y presenta un amplio abanico de intereses estéticos e intelectuales. También tiende a ser introspectiva, predispuesta a la ansiedad, a la preocupación y la culpabilidad, y se muestra poco dispuesta a expresar públicamente su enfado (aunque pueda expresarlo de un modo indirecto)».
* Auto-conciencia: La habilidad para reconocer y comprender los propios estados emocionales, sentimientos, rasgos, así como su efecto en las demás personas. Las competencias que se miden y desarrollan en esta categoría son: la auto-confianza, la capacidad para despertar estados emocionales alegres y llenos de buen humor.


Estos retratos, obviamente, resultan caricaturescos pues toda persona es el resultado de la combinación entre el CI y la inteligencia emocional en distintas proporciones, pero ofrecen una visión muy instructiva del tipo de aptitudes específicas que ambas dimensiones pueden aportar al conjunto de cualidades que constituye una persona.<ref>Goleman: ''Inteligencia emocional''. p. 78</ref>
* Auto-regulación: La habilidad para controlar y re direccionar impulsos y estados emocionales negativos, unido a la capacidad para suspender juicios y pensar antes de actuar. Las competencias que se miden y desarrollan en esta categoría son: Auto-control, confiabilidad, conciencia, adaptabilidad, orientación a resultados e iniciativa.


Actualmente existe un instrumento psicométrico para medir la inteligencia emocional. Se trata del [[TMMS-24]],<ref>{{Cita libro|apellidos=López Rosetti, Daniel|nombre=|enlaceautor=|título=Test de Inteligencia Emocional|url=|fechaacceso=|año=2019|editorial=Planeta|isbn=9789504965893|editor=|ubicación=|página=315|idioma=español|capítulo=Apéndice}}</ref> que puede autoadministrarse y solo requiere honestidad y espontaneidad de quien lo utilice. Cuenta con tres dimensiones de evaluación: "percepción emocional", "comprensión de sentimientos" y "regulación emocional".{{cr}}
* Empatía: Las habilidades para sentir y palpar las necesidades de otros y de la propia organización, unida a la apertura para servir y cubrir las inquietudes de quienes le rodean. En esta categoría se miden y desarrollan: la empatía, la conciencia organizacional y la orientación al servicio.


[[Daniel Goleman]] también recoge el pensamiento de numerosos científicos del [[comportamiento humano]] que cuestionan el valor de la inteligencia racional como predictor de éxito en las tareas concretas de la vida, en los diversos ámbitos de la familia, los negocios, la toma de decisiones o el desempeño profesional. Citando numerosos estudios, Goleman concluye que el [[coeficiente intelectual]] no es un buen predictor del desempeño exitoso. La inteligencia pura no garantiza un buen manejo de las vicisitudes que se presentan y que es necesario enfrentar para tener éxito en la vida.{{cr}}
* Socialización: Engloba el dominio de estrategias y formas de relacionarse afectiva y efectivamente con las demás personas, creando redes de relaciones, construyendo climas agradables, abiertos y efectivos en sus conversaciones. Las competencias en esta categoría son: desarrollo de persona, liderazgo, influencia, comunicación, gerencia del cambio, manejo de conflictos, construcción de redes y la cooperación en equipo.


Según Goleman, la inteligencia emocional puede dividirse en dos áreas:
Emociones que afligen: Son aquellas que promueven o mantienen los procesos de enfermedad a través de una serie de conexiones psiconeuroinmunológicas.


* [[Inteligencia intrapersonal]]: Capacidad de formar un modelo realista y preciso de uno mismo, teniendo acceso a los propios sentimientos y a usarlos como guías en la conducta.
La ira o rabia, la cual abarca tres etapas.


* [[Inteligencia interpersonal]]: Capacidad de comprender a los demás; qué los motiva, cómo operan, cómo relacionarse adecuadamente. Capacidad de reconocer y reaccionar ante el humor, el temperamento y las emociones de los otros. Asociada a la empatía y la capacidad de entender cómo sienten y piensan los otros.{{cr}}
1. Desconfianza ante el medio que rodea la persona.
2. Sentimiento de molestia o rabia como tal.
3. La conducta expresiva como gritar, agredir, romper o tirar objetos.


=== El aprendizaje de la regulación de las emociones ===
* La Depresión, es decir, la tristeza acompañada de una visión negativa de si mismo, el mundo que lo rodea y su futuro, esta afecta cualquier proceso de recuperación de cualquier otra enfermedad.
Regular las respuestas emocionales se puede aprender. Al mismo tiempo es un signo de madurez y de inteligencia. En la primera infancia, habitualmente no se regula la respuesta emocional; simplemente se expresa o se explota. Socialmente se acepta y se perdona este tipo de "sinceridad" en las respuestas emocionales de los niños más pequeños. A medida que se van haciendo mayores, la tolerancia ante esta inmediatez en las respuestas va disminuyendo hasta llegar a la madurez, cuando socialmente se exige la regulación emocional. Con su aprendizaje, el individuo consigue equilibrar dos fuerzas opuestas. Por un lado, la necesidad biológica de la respuesta emocional, y por el otro, la necesidad de respetar determinadas normas de convivencia.<ref>{{Cita web|url=https://www.centroelim.org/2016/06/12/inteligencia-racional-inteligencia-emocional/|título=Inteligencia racional/inteligencia emocional|autor=Juana Ma. Martínez Camacho|fecha={{fecha|12|6|2016}}|sitioweb=Centro Elim}}</ref>
* La Ansiedad, que consiste en una preocupación constante y excesiva por los acontecimientos en nuestra vida diaria.
* La Represión o Negación, es donde la persona no expresa o no toma conciencia de que existe algo que le causa molestia o dolor emocional, siendo grave para nuestra salud integral.


[[Manel Güell Barceló]] sostiene que no existen emociones positivas ni negativas, simplemente existen emociones como consecuencia de la respuesta de la persona ante una situación. Determinadas emociones son útiles y traen un beneficio al individuo y otras no. Una respuesta emocional (alegría, ira, vergüenza) será útil en función del contexto. Si la respuesta nos ayuda a relacionarnos con el mundo que nos rodea, con los demás y con nosotros mismos, es adaptativa y será una emoción efectiva. Para este autor, todas las respuestas emocionales son positivas siempre que sus consecuencias lo sean.<ref> ¿Tengo inteligencia emocional? Manel Güell Barceló.</ref>
Para controlar de mejor forma las emociones, tanto positivas como negativas las cuales forman parte de nuestra vida, y que es normal que las sintamos, ya que sin ellas aquellos Grandes Cerebros no contarían en la historia, ni tampoco los Retención, Recepción, Análisis, Emisión y controlen funciones de nuestro cuerpo en forma íntegra, de la misma forma La Inteligencia Emocional en el Trabajo, Competencias, Habilidades Técnicas y Cognoscitivas son indispensables en nuestro crecimiento personal, familiar y empresarial, para llenarnos de conocimientos y aprender a manejarnos en ciertas y determinadas circunstancias aplicando y practicando pensamientos y sentimientos saludables como estos:


Daniel Goleman defiende que el [[autocontrol emocional]] no es equivalente a la represión de los sentimientos. El "mal" humor, por ejemplo, también tiene su utilidad; el enojo, la melancolía y el miedo pueden llegar a ser fuentes de creatividad, energía y comunicación; el enfado puede constituir una intensa fuente de motivación, por ejemplo, cuando se dirige a la necesidad de reparar una injusticia o un abuso; el hecho de compartir la tristeza puede hacer que las personas se sientan más unidas y la urgencia nacida de la ansiedad —siempre que no llegue a atribularnos— puede alentar la creatividad. La extinción de todo sentimiento espontáneo tiene un costo físico y mental. La gente que sofoca sus sentimientos —especialmente cuando son muy negativos— eleva su ritmo cardíaco, un signo de estrés que puede abocar a la hipertensión. La competencia emocional implica que las personas saben elegir cómo expresar sus sentimientos.<ref>{{Cita web|url=https://www.amorzen.org/inteligencia-emocional/|título=Inteligencia Emocional|autor=Margarita Sabariego|sitioweb=AmorZen}}</ref><ref>{{Cita web|url=https://lamenteesmaravillosa.com/que-es-la-competencia-emocional/|título=¿Qué es la competencia emocional?|sitioweb=La Mente es Maravillosa}}</ref>
* Sonríe: Este cambio en los músculos faciales produce una serie de cambios bioquímicos que cambian nuestra emoción y favorece la salud.
* Reenfoca el problema: Trata de encontrarle lo positivo a lo que sucede, recuerda que las situaciones difíciles son una gran oportunidad para aprender y que has experimentado situaciones conflictivas en el pasado y pudiste seguir adelante.
* Práctica Ejercicio: Como mínimo 20 minutos continuos al día.
* Expresa tus Sentimientos: Sean molestia o dolor conversando con la persona involucrada (con personas amigas o de confianza) o escríbele una carta donde desahogues tus emociones.
* Gerencia con Vitalidad: Como abriendo un camino en busca de la salud integral del profesional competitivo y satisfecho. -->


=== Historia reciente de las ciencias de la inteligencia emocional ===
Se crearon varios modelos principales para explicar la Inteligencia emocional (Trujillo y Rivas, 2005<ref>Trujillo Flores, M. M. & Rivas Tovar, L. A. (2005). Orígenes, evolución y modelos de inteligencia emocional. ''Innovar, 15''(25), 9-24</ref>), algunos centrados en habilidades, como el [[modelo de las cuatro ramas]] de Salovey y Mayer (1990), que se centra en las habilidades o capacidades cognitivas que están involucradas en el procesamiento de la información emocional y otros modelos mixtos, es decir, que no solo se centran en habilidades cognitivas, sino que agregan factores afectivos, emocionales, personales y sociales que ayudan en nuestras habilidades de adaptación y éxito en la vida. Entre ellos están el [[modelo de competencias]] de Goleman (1995)<ref name=":0">Goleman, D. (1995). ''Inteligencia emocional''. Barcelona: Kairos.</ref> y el modelo multifactorial o de inteligencias no cognitivas de [[Bar-On]] (1997). Mientras tanto, el modelo de Goleman define la Inteligencia emocional como el conjunto de habilidades conformadas por [[autoconocimiento]], [[autocontrol]], entusiasmo, capacidad de automotivarse, tener empatía, resolver conflictos y colaborar con los demás (Goleman,1995),<ref name=":0" /> el modelo de Bar-On define la inteligencia emocional como "competencias emocionales y sociales interrelacionadas, habilidades y facilitadores que determinan la eficacia con que entendemos y expresamos, comprendemos a los demás y nos relacionamos con ellos, y enfrentamos las demandas diarias".(Bar-On, 2006<ref>Bar-On, R. (2006). The Bar-On model of emotional-social intelligence (ESI). ''Psicothema'', ''18''(1),13-18.</ref>)

=== Confusiones conceptuales ===
Se ha criticado el trabajo de Goleman, sobre todo sus primeras obras, por asumir la existencia de un tipo de inteligencia asociada a las emociones. [[Hans Eysenck]] señala que la obra de Goleman contiene conceptos errados sobre qué es la inteligencia, y va incluso a contramano del consenso científico en la materia.{{cr}}

{{cita|[Goleman] ejemplifica con mayor claridad que lo absurdo de la tendencia a clasificar casi cualquier tipo de comportamiento como una "inteligencia"... Si esas cinco "habilidades" definen la "inteligencia emocional", esperaríamos alguna evidencia de que están altamente correlacionadas; Goleman admite que podrían estar un poco desrelacionadas, y en todo caso si no podemos medirlas, ¿cómo sabemos si lo están? Así que toda la teoría se construye sobre arena movediza: no hay ninguna base científica sólida".|Eysenck, H.J. (2000). Intelligence: A New Look.}}

Del mismo modo, Locke afirma que el concepto de la inteligencia emocional es en sí una mala interpretación del concepto de inteligencia, y ofrece una interpretación alternativa: no es otra forma o tipo de inteligencia, sino que es la inteligencia (entendida como la capacidad de comprender abstracciones) aplicada a un dominio particular de la vida: las emociones. Sugiere que el concepto debe reetiquetarse como una habilidad.<ref>Locke, E.A. (2005). "Why emotional intelligence is an invalid concept". Journal of Organizational Behavior 26 (4): 425–431. doi:10.1002/job.318</ref>

La esencia de esta crítica es que la investigación científica depende de la utilización válida y consistente de constructos, y que antes de la introducción del término de la inteligencia emocional, muchos psicólogos ya habían establecido distinciones teóricas entre factores tales como las habilidades y logros, habilidades y hábitos, actitudes y valores, rasgos de personalidad y estados emocionales. Por lo tanto, algunos expertos creen que el término de la inteligencia emocional confunde conceptos y definiciones aceptadas.<ref>Mattiuzzi, P. G. (2008).''Emotional Intelligence? I'm not feeling it''. everydaypsychology.com</ref>

=== Capacidades versus cualidades morales ===
[[Adam Grant]] advirtió de la percepción común pero errónea de la IE como una cualidad moral deseable en lugar de una habilidad. Grant afirma que una IE bien desarrollada no solo es una herramienta fundamental para el cumplimiento de metas, sino que tiene un lado oscuro como un arma para manipular a los demás robándoles su capacidad de razonar.<ref>Grant, Adam (January 2, 2014). "[https://web.archive.org/web/20140125101811/http://www.theatlantic.com/health/archive/2014/01/the-dark-side-of-emotional-intelligence/282720/ The Dark Side of Emotional Intelligence]". The Atlantic. Archived from the original on January 24, 2014.</ref>

=== Valor predictivo ===
[[Landy]] afirma que los pocos estudios de validez incremental realizados en la IE han demostrado que añade poco o nada a la explicación o predicción de algunos resultados comunes (principalmente éxitos académicos y laborales). Landy sugirió que la razón por la que algunos estudios han encontrado un pequeño aumento en la validez predictiva es una falacia metodológica, a saber, que las explicaciones alternativas no han sido totalmente consideradas:

{{Cita|La IE se compara y contrasta con una medida de la inteligencia abstracta, pero no con una medida de la personalidad, o con una medida de la personalidad, pero no con una medida de la inteligencia académica|Landy, F.J. (2005). Some historical and scientific issues related to research on emotional intelligence. Journal of Organizational Behavior, 26, 411-424.}}

Del mismo modo, otros investigadores han expresado su preocupación por el grado en que las medidas de auto-informe de la IE se correlacionan con dimensiones de la personalidad establecidas. En general, se dice que mediciones autorreportadas de IE y mediciones de personalidad tienden a converger, ya que ambas pretenden medir los rasgos de personalidad.<ref>Petrides, K.V., Pita, R., Kokkinaki, F. (2007). The location of trait emotional intelligence in personality factor space. British Journal of Psychology, 98, 273-289.</ref> En concreto, parece haber dos dimensiones del "Big Five" que se destacan como las más relacionadas con el autorreporte de la IE: neuroticismo y extraversión. En particular, el neuroticismo se ha dicho que se relaciona con la emocionalidad negativa y la ansiedad. Intuitivamente, las personas que puntúan alto en neuroticismo tienden a baja calificación en los autorreportes de IE.

Las interpretaciones de las correlaciones entre los cuestionarios y la personalidad de la IE han sido variadas. La visión predominante en la literatura científica es la opinión de que debe reinterpretarse la IE como un conjunto de rasgos de personalidad.<ref>Mikolajczak, M., Luminet, O., Leroy, C., & Roy, E. (2007). Psychometric properties of the Trait Emotional Intelligence Questionnaire. Journal of Personality Assessment, 88, 338-353.</ref>

== Habilidades socioemocionales ==
{{Extracto|Educación emocional|Habilidades socioemocionales|subsecciones=sí}}


== Véase también ==
== Véase también ==
*[[Inteligencia]]
{{wikiquote|Inteligencia emocional}}
{{lista de columnas|3|
* [[Asertividad]]
* [[Desarrollo emocional]]
* [[Empatía]]
* [[Inteligencia]]
* [[Inteligencia corporal-cinestésica]]
* [[Inteligencia espacial]]
* [[Inteligencia intrapersonal]]
* [[Inteligencia interpersonal]]
* [[Inteligencia lingüística]]
* [[Inteligencia lógico-matemática]]
* [[Inteligencia musical]]
* [[Inteligencia naturalista]]
* [[Inteligencia espiritual]]
* [[Zonas erróneas]]
}}
== Bibliografía ==
*Bisquerra, R. (2009). Psicopedagogía de las emociones. Madrid: Síntesis.
*Bisquerra, R. (Coord). (2011). [[Educación emocional]]. Propuestas para educadores y familias. Bilbao: Desclée de Brower.
*Bisquerra, R. (coord.) (2012). ¿Cómo educar las emociones?. La inteligencia emocional en la infancia y la adolescencia. Faros: Cuadernos.
*Bisquerra, R. (2000). Educación emocional y bienestar. Barcelona: Praxis.
*Delors, Jacques. (coord). (1997). La educación encierra un tesoro. Informe a la UNESCO de la comisión Internacional sobre la Educación para el siglo XXI, presidida por Jacques Delors. UNESCO.
*Goleman, Daniel: ''Inteligencia emocional''. Kairós. (2001) ISBN 84-7245-371-5
*Lynn, Adele B. (2000). 50 actividades para desarrollar la inteligencia emocional. Madrid: Centro de Estudios Ramón Areces. 185 pp.
*Martínez, Agustín; Piqueras, José Antonio; Inglés, Cándido J. (2011). [http://reme.uji.es/articulos/numero37/article6/article6.pdf Relaciones entre inteligencia emocional y estrategias de afrontamiento ante el estrés] (en PDF). Alicante: Universidad de Alicante. 24 pp.
*McKeachie, D. & Wilbert, F. (1973). Psicología. (2a. ed.) Washington: Fondo Educativo Interamericano. 310 pp.
*Peter Salovely y Dr.Jhon Mayer:''El modelo de inteligencia emocional''(1997)<br />Perrenoud, P. (2004). Diez nuevas competencias para enseñar. SEP.<br />Real Academia Española. Diccionario de la Lengua Española. [En línea]. [Consulta:14 de abril de 2015]. Disponible en web: http://lema.rae.es/drae/?val=competencia<br />Tobón, S. Pimienta, J. y García, J. (2010). Secuencias didácticas. Aprendizaje y evaluación de competencias. Pearson.<br />Tobón, S. (2005). Formación basada en competencias. Pensamiento complejo, diseño curricular y didáctica. Ecoe Ediciones.

Triglia, A.; Regader, B.; García-Allen, J. (2018). ¿Qué es la inteligencia? Del CI a las inteligencias múltiples. EMSE Publishing.


== Referencias ==
== Referencias ==
=== Notas ===
{{listaref|2}}
{{listaref|2}}
{{Control de autoridades}}
[[Categoría:Inteligencia emocional| ]]


=== Bibliografía ===
== Enlaces externos ==
*[https://aureoapp.com/habilidades-directivas/inteligencia-emocional/ Ficha técnica del libro ''Inteligencia emocional'']
Goleman, Daniel: ''Inteligencia Emocional''. Editorial Kairós. (Junio 2001) ISBN 84-7245-371-5
*[http://gestiondeproyectos-master.com/que-es-como-medir-y-como-aumentar-la-inteligencia-emocional/ Qué es, cómo medir y cómo aumentar la inteligencia emocional]

[[Categoría:Inteligencia]]

[[ar:ذكاء عاطفي]]
[[bg:Емоционална интелигентност]]
[[ca:Intel·ligència emocional]]
[[da:EQ (intelligens)]]
[[de:Emotionale Intelligenz]]
[[en:Emotional intelligence]]
[[et:Emotsionaalne intelligentsus]]
[[fa:هوش هیجانی]]
[[fi:Tunneäly]]
[[fr:Intelligence émotionnelle]]
[[he:אינטליגנציה רגשית]]
[[hu:Érzelmi intelligencia]]
[[it:Intelligenza emotiva]]
[[ja:心の知能指数]]
[[ko:감성 지수]]
[[nl:Emotionele intelligentie]]
[[no:Emosjonell intelligens]]
[[pl:Inteligencja emocjonalna]]
[[pt:Inteligência emocional]]
[[ru:Эмоциональный интеллект]]
[[sr:Емоционална интелигенција]]
[[sv:Emotionell intelligens]]
[[tr:Duygusal zekâ]]
[[vi:Trí tuệ xúc cảm]]
[[zh:情緒商數]]

Revisión actual - 11:59 8 ene 2025

La inteligencia emocional (IE) es un constructo que se refiere a la capacidad de los individuos para reconocer sus propias emociones y las de los demás, discernir entre diferentes sentimientos y etiquetarlos apropiadamente. Utilizar información emocional para guiar el pensamiento y la conducta, y administrar o ajustar las emociones para adaptarse al ambiente o conseguir objetivos.[1][2]

Por el contrario, el analfabetismo emocional es la falta de habilidades para comprender, manejar y expresar adecuadamente las emociones propias y/o ajenas. Las personas que tienen dificultades para manejar sus emociones pueden experimentar problemas de salud mental, relaciones interpersonales insatisfactorias, dificultades en el trabajo y problemas de adaptación social en general. Además, el analfabetismo emocional puede contribuir a la polarización social y la falta de empatía entre los individuos y los grupos.[3]

Historia

[editar]

Las definiciones populares de inteligencia hacen importantes los aspectos cognitivos, tales como la memoria y la capacidad para resolver problemas cognitivos, sin embargo Edward L. Thorndike, en 1920, utilizó el término inteligencia social para describir la habilidad de comprender y motivar a otras personas.[4]​ En 1940, David Wechsler describió la influencia de factores no intelectivos sobre el comportamiento inteligente y sostuvo, además, que los test de inteligencia no serían completos hasta que no se pudieran describir adecuadamente estos factores.[5]

El trabajo de estos autores tuvo repercusión. En 1983, Howard Gardner, en su libro Inteligencias múltiples: la teoría en la práctica,[6]​ introdujo la idea de que los indicadores de inteligencia, como el cociente intelectual, no explican plenamente la capacidad cognitiva, porque no tienen en cuenta ni la “inteligencia interpersonal” —la capacidad para comprender las intenciones, motivaciones y deseos de otras personas— ni la “inteligencia intrapersonal” —la capacidad para comprenderse uno mismo, apreciar los sentimientos, temores y motivaciones propios—.[7]

El primer uso del término inteligencia emocional se atribuye generalmente a Wayne Payne, quien lo cita en su tesis doctoral Un estudio de las emociones: el desarrollo de la inteligencia emocional (1985).[8]​ Sin embargo, esta expresión ya había aparecido antes en textos de Beldoch (1964)[9]​ y Leuner (1966).[10]Stanley Greenspan también propuso un modelo de inteligencia emocional en 1989, al igual que Peter Salovey y John D. Mayer.[11]

El interés por las repercusiones de las emociones en ámbitos como las relaciones en el trabajo impulsó la investigación sobre el tema, pero la popularización del término se debe a la obra de Daniel Goleman, Inteligencia emocional, publicada en 1995.[12]​ El libro tuvo gran repercusión, en forma de artículos en periódicos y revistas, tiras cómicas,[13]​ programas educativos, cursos de formación para empresas, juguetes,[14]​ o resúmenes divulgativos de los propios libros de Goleman.[15]

Para Daniel Goleman la inteligencia emocional es la capacidad de reconocer las emociones, tanto propias como ajenas, y de gestionar nuestra respuesta a ellas.[12]

Algunos párrafos de la obra se citan a continuación:

Imagen esquemática del cerebro
Para comprender el gran poder de las emociones sobre la mente pensante —y la causa del frecuente conflicto existente entre los sentimientos y la razón— debemos considerar la forma en que ha evolucionado el cerebro.[16]
La región más primitiva del cerebro es el tronco encefálico, que regula las funciones vitales básicas, como la respiración o el metabolismo, y lo compartimos con todas aquellas especies que disponen de sistema nervioso, aunque sea muy rudimentario. De este cerebro primitivo emergieron los centros emocionales que, millones de años más tarde, dieron lugar al cerebro pensante: el neocórtex. El hecho de que el cerebro emocional sea muy anterior al racional y que éste sea una derivación de aquél, revela con claridad las auténticas relaciones existentes entre el pensamiento y el sentimiento.[17]
El neocórtex permite un aumento de la sutileza y la complejidad de la vida emocional, aunque no gobierna la totalidad de la vida emocional porque, en estos asuntos, delega su cometido en el sistema límbico. Esto es lo que confiere a los centros de la emoción un poder extraordinario para influir en el funcionamiento global del cerebro, incluyendo a los centros del pensamiento.[18]

La sede de las pasiones

[editar]
Imagen anatómica del cerebro

La amígdala cerebral y el hipocampo fueron dos piezas clave del primitivo «cerebro olfativo» que, a lo largo del proceso evolutivo, terminó dando origen al córtex y posteriormente al neocórtex. La amígdala tiene forma de almendra con estructuras interconectadas asentadas sobre el tronco cerebral. Hay dos amígdalas, una a cada lado del cerebro. La nuestra es la más grande comparada con la del resto de primates.[19]​ La amígdala está especializada en las cuestiones emocionales y se considera una estructura límbica muy ligada a los procesos del aprendizaje y la memoria.[20]​ Si se separara la amígdala del cerebro no sería posible apreciar el significado emocional de diversos acontecimientos, a lo cual se conoce como ceguera afectiva. Además de la pérdida de afecto y la consecuente pérdida de memoria, la amígdala, junto con la circunvolución cingulada, permite la secreción de lágrimas y funciona como un depósito de la memoria. Por ello, quienes viven sin amígdala prácticamente pierden la memoria, ya que la amígdala guarda aquellos recuerdos que más impacto emocional tuvieron en nuestra vida, como los traumas o nuestros momentos más felices.[18]​ Constituye una especie de depósito de la memoria emocional.[21]​ Es la encargada de activar la secreción de dosis masivas de noradrenalina, que estimula los sentidos y pone al cerebro en estado de alerta.[22]

LeDoux descubrió que la octava zona cerebral por la que pasan las señales sensoriales procedentes de los ojos o de los oídos es el tálamo y, a partir de ahí y a través de una sola sinapsis, la amígdala. Otra vía procedente del tálamo lleva la señal hasta el neocórtex, permitiendo que la amígdala comience a responder antes de que el neocórtex haya ponderado la información.[23]​ Según LeDoux: «anatómicamente hablando, el sistema emocional puede actuar independientemente del neocórtex. Existen ciertas reacciones y recuerdos emocionales que tienen lugar sin la menor participación cognitiva consciente».[24]

Cuando las emociones son rápidas y lentas

[editar]

La importancia evolutiva de ofrecer una respuesta rápida que permitiera ganar unos milisegundos críticos ante las situaciones peligrosas debió ser vital para nuestros antepasados, pues esa configuración ha quedado impresa en el cerebro de todo protomamífero, incluyendo los humanos. Para LeDoux: «El rudimentario cerebro menor de los mamíferos es el principal cerebro de los no mamíferos, un cerebro que permite una respuesta emocional muy veloz. Pero, aunque veloz, se trata también, al mismo tiempo, de una respuesta muy tosca, porque las células implicadas solo permiten un procesamiento rápido, pero también impreciso», y estas rudimentarias confusiones emocionales —basadas en sentir antes que en pensar— son las «emociones precognitivas».[25]

Cerebro y orquestación emocional

[editar]

Según las neurociencias contemporáneas,[26]​ la amígdala prepara una reacción emocional ansiosa e impulsiva, pero otra parte del cerebro se encarga de elaborar una respuesta más adecuada. El regulador cerebral que desconecta los impulsos de la amígdala parece encontrarse en el extremo de una vía nerviosa que va al neocórtex, en el lóbulo prefrontal. El área prefrontal constituye una especie de modulador de las respuestas proporcionadas por la amígdala y otras regiones del sistema límbico, permitiendo la emisión de una respuesta más analítica y proporcionada. El lóbulo prefrontal izquierdo parece formar parte de un circuito que se encarga de desconectar —o atenuar parcialmente— los impulsos emocionales más perturbadores.[27]

Vandalismos en forma de pintadas

La inteligencia emocional se refiere a la habilidad de reconocer, comprender y gestionar las propias emociones y las emociones de los demás. Esta habilidad tiene componentes cognitivos, emocionales y conductuales, y está relacionada con la forma en que interactuamos con el mundo y con los demás. El cerebro desempeña un papel fundamental en la inteligencia emocional, ya que es el órgano responsable de procesar las emociones y regular las respuestas emocionales.

Armonizar emoción y pensamiento

[editar]

Las conexiones existentes entre la amígdala (y las estructuras límbicas) y el neocórtex constituyen el centro de gestión entre los pensamientos y los sentimientos. Esta vía nerviosa explicaría el motivo por el cual la emoción es fundamental para pensar eficazmente, tomar decisiones inteligentes y permitirnos pensar con claridad. La corteza prefrontal es la región cerebral que se encarga de la «memoria de trabajo».[28]

Con los cambios emocionales fuertes, es frecuente decir que «no podemos pensar bien» y permite explicar por qué la tensión emocional prolongada puede obstaculizar las facultades intelectuales del niño y dificultar así su capacidad de aprendizaje. Los niños impulsivos y ansiosos, a menudo desorganizados y problemáticos, parecen tener un escaso control prefrontal sobre sus impulsos límbicos. Este tipo de niños presenta un elevado riesgo de problemas de fracaso escolar, alcoholismo y delincuencia, pero no tanto porque su potencial intelectual sea bajo sino porque su control sobre su vida emocional se halla severamente restringido.[29]

Las emociones son importantes para el ejercicio de la razón. Entre el sentir y el pensar, la emoción guía nuestras decisiones, trabajando con la mente racional y capacitando —o incapacitando— al pensamiento mismo. Del mismo modo, el cerebro pensante desempeña un papel fundamental en nuestras emociones, exceptuando aquellos momentos en los que las emociones se desbordan y el cerebro emocional asume por completo el control de la situación. En cierto modo, tenemos dos cerebros y dos clases diferentes de inteligencia: la inteligencia racional y la inteligencia emocional y nuestro funcionamiento vital está determinado por ambos.[30]

El psicólogo estadounidense John Maxtell rompe el concepto de dos cerebros o distintos tipos de inteligencia. Basándose en su teoría de la evolución auto-condicionada, afirma que nuestra capa de pensamiento racional se ha desarrollado para dar cobertura a nuestro lado emocional, la razón nos proporciona el cómo. Aunque por lo general solo percibimos nuestras emociones en momentos de desbordamiento, lo cierto es que las tenemos constantemente. Todo nuestro pensamiento, comportamiento personal y social está orientado a mantenernos dentro de los límites de nuestro confort emocional y, en resumidas cuentas, vivos.[31]

Un ejemplo práctico sería el siguiente: un peatón que deambule por una ciudad abarrotada de coches, optará por cruzar las avenidas por los pasos de cebra y cuando el semáforo esté en verde para los peatones. Sin ser un caso de desbordamiento emocional, el miedo que siente a ser atropellado genera la necesidad de buscar alternativas seguras para cruzar la calle, usar su capa racional para interpretar los símbolos dispuestos para este propósito es la opción más segura, la razón nos proporciona el cómo. Si no tuviésemos el mismo miedo a ser atropellados, las ciudades no podrían tener el diseño que actualmente tienen, ¿qué nos impediría cruzar por cualquier parte?[32]

La naturaleza de la inteligencia emocional

[editar]

Las características de la llamada inteligencia emocional son: la capacidad de motivarnos a nosotros mismos, de perseverar en el empeño a pesar de las posibles frustraciones, de controlar los impulsos, de diferir las gratificaciones, de regular nuestros propios estados de ánimo y la capacidad de empatizar y confiar en los demás.[33][34]

Medición de la inteligencia emocional y el CI

[editar]

No existía una prueba psicológica capaz de determinar el «grado de inteligencia emocional», a diferencia de lo que ocurre con las pruebas que miden el cociente intelectual (CI). Jack Block, psicólogo de la Universidad de Berkeley, ha utilizado una medida similar a la inteligencia emocional que él denomina «capacidad adaptativa del ego», estableciendo dos o más tipos teóricamente puros, aunque los rasgos más sobresalientes difieren ligeramente entre mujeres y hombres:[35]

«Los hombres que poseen una elevada inteligencia emocional suelen ser socialmente equilibrados, extrovertidos, alegres, poco predispuestos a la timidez y a rumiar sus preocupaciones. Demuestran estar dotados de una notable capacidad para comprometerse con las causas y las personas, suelen adoptar responsabilidades, mantienen una visión ética de la vida y son afables y cariñosos en sus relaciones. Su vida emocional es rica y apropiada; se sienten, en suma, a gusto consigo mismos, con sus semejantes y con el universo social en el que viven».[36]
«Las mujeres emocionalmente inteligentes tienden a ser enérgicas y a expresar sus sentimientos sin ambages, tienen una visión positiva de sí mismas y para ellas la vida siempre tiene un sentido. Al igual que ocurre con los hombres, suelen ser abiertas y sociables, expresan sus sentimientos adecuadamente (en lugar de entregarse a arranques emocionales de los que posteriormente tengan que lamentarse) y soportan bien la tensión. Su equilibrio social les permite hacer rápidamente nuevas amistades; se sienten lo bastante a gusto consigo mismas como para mostrarse alegres, espontáneas y abiertas a las experiencias sensuales. Y, a diferencia de lo que ocurre con el tipo puro de mujer con un elevado CI, raramente se sienten ansiosas, culpables o se ahogan en sus preocupaciones».
«Los hombres con un elevado CI se caracterizan por una amplia gama de intereses y habilidades intelectuales y suelen ser ambiciosos, productivos, predecibles, tenaces y poco dados a reparar en sus propias necesidades. Tienden a ser críticos, condescendientes, aprensivos, inhibidos, a sentirse incómodos con la sexualidad y las experiencias sensoriales en general y son poco expresivos, distantes y emocionalmente fríos y tranquilos».
«La mujer con un elevado CI manifiesta una previsible confianza intelectual, es capaz de expresar claramente sus pensamientos, valora las cuestiones teóricas y presenta un amplio abanico de intereses estéticos e intelectuales. También tiende a ser introspectiva, predispuesta a la ansiedad, a la preocupación y la culpabilidad, y se muestra poco dispuesta a expresar públicamente su enfado (aunque pueda expresarlo de un modo indirecto)».

Estos retratos, obviamente, resultan caricaturescos pues toda persona es el resultado de la combinación entre el CI y la inteligencia emocional en distintas proporciones, pero ofrecen una visión muy instructiva del tipo de aptitudes específicas que ambas dimensiones pueden aportar al conjunto de cualidades que constituye una persona.[37]

Actualmente existe un instrumento psicométrico para medir la inteligencia emocional. Se trata del TMMS-24,[38]​ que puede autoadministrarse y solo requiere honestidad y espontaneidad de quien lo utilice. Cuenta con tres dimensiones de evaluación: "percepción emocional", "comprensión de sentimientos" y "regulación emocional".[cita requerida]

Daniel Goleman también recoge el pensamiento de numerosos científicos del comportamiento humano que cuestionan el valor de la inteligencia racional como predictor de éxito en las tareas concretas de la vida, en los diversos ámbitos de la familia, los negocios, la toma de decisiones o el desempeño profesional. Citando numerosos estudios, Goleman concluye que el coeficiente intelectual no es un buen predictor del desempeño exitoso. La inteligencia pura no garantiza un buen manejo de las vicisitudes que se presentan y que es necesario enfrentar para tener éxito en la vida.[cita requerida]

Según Goleman, la inteligencia emocional puede dividirse en dos áreas:

  • Inteligencia intrapersonal: Capacidad de formar un modelo realista y preciso de uno mismo, teniendo acceso a los propios sentimientos y a usarlos como guías en la conducta.
  • Inteligencia interpersonal: Capacidad de comprender a los demás; qué los motiva, cómo operan, cómo relacionarse adecuadamente. Capacidad de reconocer y reaccionar ante el humor, el temperamento y las emociones de los otros. Asociada a la empatía y la capacidad de entender cómo sienten y piensan los otros.[cita requerida]

El aprendizaje de la regulación de las emociones

[editar]

Regular las respuestas emocionales se puede aprender. Al mismo tiempo es un signo de madurez y de inteligencia. En la primera infancia, habitualmente no se regula la respuesta emocional; simplemente se expresa o se explota. Socialmente se acepta y se perdona este tipo de "sinceridad" en las respuestas emocionales de los niños más pequeños. A medida que se van haciendo mayores, la tolerancia ante esta inmediatez en las respuestas va disminuyendo hasta llegar a la madurez, cuando socialmente se exige la regulación emocional. Con su aprendizaje, el individuo consigue equilibrar dos fuerzas opuestas. Por un lado, la necesidad biológica de la respuesta emocional, y por el otro, la necesidad de respetar determinadas normas de convivencia.[39]

Manel Güell Barceló sostiene que no existen emociones positivas ni negativas, simplemente existen emociones como consecuencia de la respuesta de la persona ante una situación. Determinadas emociones son útiles y traen un beneficio al individuo y otras no. Una respuesta emocional (alegría, ira, vergüenza) será útil en función del contexto. Si la respuesta nos ayuda a relacionarnos con el mundo que nos rodea, con los demás y con nosotros mismos, es adaptativa y será una emoción efectiva. Para este autor, todas las respuestas emocionales son positivas siempre que sus consecuencias lo sean.[40]

Daniel Goleman defiende que el autocontrol emocional no es equivalente a la represión de los sentimientos. El "mal" humor, por ejemplo, también tiene su utilidad; el enojo, la melancolía y el miedo pueden llegar a ser fuentes de creatividad, energía y comunicación; el enfado puede constituir una intensa fuente de motivación, por ejemplo, cuando se dirige a la necesidad de reparar una injusticia o un abuso; el hecho de compartir la tristeza puede hacer que las personas se sientan más unidas y la urgencia nacida de la ansiedad —siempre que no llegue a atribularnos— puede alentar la creatividad. La extinción de todo sentimiento espontáneo tiene un costo físico y mental. La gente que sofoca sus sentimientos —especialmente cuando son muy negativos— eleva su ritmo cardíaco, un signo de estrés que puede abocar a la hipertensión. La competencia emocional implica que las personas saben elegir cómo expresar sus sentimientos.[41][42]

Historia reciente de las ciencias de la inteligencia emocional

[editar]

Se crearon varios modelos principales para explicar la Inteligencia emocional (Trujillo y Rivas, 2005[43]​), algunos centrados en habilidades, como el modelo de las cuatro ramas de Salovey y Mayer (1990), que se centra en las habilidades o capacidades cognitivas que están involucradas en el procesamiento de la información emocional y otros modelos mixtos, es decir, que no solo se centran en habilidades cognitivas, sino que agregan factores afectivos, emocionales, personales y sociales que ayudan en nuestras habilidades de adaptación y éxito en la vida. Entre ellos están el modelo de competencias de Goleman (1995)[44]​ y el modelo multifactorial o de inteligencias no cognitivas de Bar-On (1997). Mientras tanto, el modelo de Goleman define la Inteligencia emocional como el conjunto de habilidades conformadas por autoconocimiento, autocontrol, entusiasmo, capacidad de automotivarse, tener empatía, resolver conflictos y colaborar con los demás (Goleman,1995),[44]​ el modelo de Bar-On define la inteligencia emocional como "competencias emocionales y sociales interrelacionadas, habilidades y facilitadores que determinan la eficacia con que entendemos y expresamos, comprendemos a los demás y nos relacionamos con ellos, y enfrentamos las demandas diarias".(Bar-On, 2006[45]​)

Confusiones conceptuales

[editar]

Se ha criticado el trabajo de Goleman, sobre todo sus primeras obras, por asumir la existencia de un tipo de inteligencia asociada a las emociones. Hans Eysenck señala que la obra de Goleman contiene conceptos errados sobre qué es la inteligencia, y va incluso a contramano del consenso científico en la materia.[cita requerida]

[Goleman] ejemplifica con mayor claridad que lo absurdo de la tendencia a clasificar casi cualquier tipo de comportamiento como una "inteligencia"... Si esas cinco "habilidades" definen la "inteligencia emocional", esperaríamos alguna evidencia de que están altamente correlacionadas; Goleman admite que podrían estar un poco desrelacionadas, y en todo caso si no podemos medirlas, ¿cómo sabemos si lo están? Así que toda la teoría se construye sobre arena movediza: no hay ninguna base científica sólida".
Eysenck, H.J. (2000). Intelligence: A New Look.

Del mismo modo, Locke afirma que el concepto de la inteligencia emocional es en sí una mala interpretación del concepto de inteligencia, y ofrece una interpretación alternativa: no es otra forma o tipo de inteligencia, sino que es la inteligencia (entendida como la capacidad de comprender abstracciones) aplicada a un dominio particular de la vida: las emociones. Sugiere que el concepto debe reetiquetarse como una habilidad.[46]

La esencia de esta crítica es que la investigación científica depende de la utilización válida y consistente de constructos, y que antes de la introducción del término de la inteligencia emocional, muchos psicólogos ya habían establecido distinciones teóricas entre factores tales como las habilidades y logros, habilidades y hábitos, actitudes y valores, rasgos de personalidad y estados emocionales. Por lo tanto, algunos expertos creen que el término de la inteligencia emocional confunde conceptos y definiciones aceptadas.[47]

Capacidades versus cualidades morales

[editar]

Adam Grant advirtió de la percepción común pero errónea de la IE como una cualidad moral deseable en lugar de una habilidad. Grant afirma que una IE bien desarrollada no solo es una herramienta fundamental para el cumplimiento de metas, sino que tiene un lado oscuro como un arma para manipular a los demás robándoles su capacidad de razonar.[48]

Valor predictivo

[editar]

Landy afirma que los pocos estudios de validez incremental realizados en la IE han demostrado que añade poco o nada a la explicación o predicción de algunos resultados comunes (principalmente éxitos académicos y laborales). Landy sugirió que la razón por la que algunos estudios han encontrado un pequeño aumento en la validez predictiva es una falacia metodológica, a saber, que las explicaciones alternativas no han sido totalmente consideradas:

La IE se compara y contrasta con una medida de la inteligencia abstracta, pero no con una medida de la personalidad, o con una medida de la personalidad, pero no con una medida de la inteligencia académica
Landy, F.J. (2005). Some historical and scientific issues related to research on emotional intelligence. Journal of Organizational Behavior, 26, 411-424.

Del mismo modo, otros investigadores han expresado su preocupación por el grado en que las medidas de auto-informe de la IE se correlacionan con dimensiones de la personalidad establecidas. En general, se dice que mediciones autorreportadas de IE y mediciones de personalidad tienden a converger, ya que ambas pretenden medir los rasgos de personalidad.[49]​ En concreto, parece haber dos dimensiones del "Big Five" que se destacan como las más relacionadas con el autorreporte de la IE: neuroticismo y extraversión. En particular, el neuroticismo se ha dicho que se relaciona con la emocionalidad negativa y la ansiedad. Intuitivamente, las personas que puntúan alto en neuroticismo tienden a baja calificación en los autorreportes de IE.

Las interpretaciones de las correlaciones entre los cuestionarios y la personalidad de la IE han sido variadas. La visión predominante en la literatura científica es la opinión de que debe reinterpretarse la IE como un conjunto de rasgos de personalidad.[50]

Habilidades socioemocionales

[editar]

Las habilidades socioemocionales (HSE) se refieren al conjunto de competencias necesarias para gestionar las emociones, establecer relaciones saludables y tomar decisiones responsables. Estas habilidades incluyen la empatía, la valoración de la diversidad, la cooperación, la gestión emocional y la resolución de conflictos, fundamentales para el desarrollo integral de las personas y el bienestar colectivo. La educación que potencia estas habilidades busca formar ciudadanos capaces de interactuar en sus comunidades de forma constructiva y de participar en la construcción de una sociedad más justa y sostenible.[51][52][53]

Importancia de las habilidades socioemocionales en la educación

[editar]

El aprendizaje de las HSE tiene un impacto significativo en el desarrollo integral del alumnado. Diversas investigaciones indican que los programas de educación socioemocional contribuyen a mejorar el rendimiento académico, reducir problemas de conducta y fortalecer la convivencia escolar.[54]​ La educación de estas competencias también se asocia a la prevención de riesgos como violencia, depresión, abandono escolar y consumo de sustancias.[55]​Además, el desarrollo de habilidades socioemocionales está vinculado con la mejora de las relaciones interpersonales, el manejo del estrés y la regulación emocional, lo cual es fundamental en un contexto educativo donde las interacciones sociales son constantes.[51]

El informe Los futuros de la educación: aprender a transformarse (UNESCO, 2022) subraya que el aprendizaje socioemocional es clave en la educación del siglo XXI. En un contexto de creciente complejidad e incertidumbre, este enfoque busca garantizar que los estudiantes no solo adquieran conocimientos académicos, sino que también desarrollen competencias emocionales y sociales que les permitan convivir en paz, enfrentar desafíos y contribuir al bien común. La UNESCO propone que la educación se organice en torno a principios de cooperación, solidaridad e inclusión, destacando la importancia de entornos educativos que fomenten el bienestar individual y colectivo.[51][56]

Las habilidades socioemocionales juegan un papel relevante en la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Por ejemplo, la meta 4.7 del ODS 4 (Educación de calidad) promueve el desarrollo de competencias que preparen a los estudiantes para participar en la creación de sociedades pacíficas y sostenibles. Además, estas habilidades apoyan otros ODS, como el ODS 3 (Salud y bienestar), al contribuir al manejo del estrés y la ansiedad, y el ODS 16 (Paz, justicia e instituciones sólidas), al promover la tolerancia, la justicia y la cohesión social.[51]

El aprendizaje socioemocional también es fundamental para abordar los retos del cambio climático. Ante la ansiedad que generan los problemas ambientales en los jóvenes, la educación debe promover una “pedagogía para la esperanza” que fomente la resiliencia, la determinación y la empatía hacia las personas y el planeta. De esta manera, las HSE no solo ayudan a enfrentar desafíos personales, sino que también impulsan cambios de mentalidad necesarios para alcanzar un desarrollo sostenible.[51]

Véase también

[editar]

Bibliografía

[editar]
  • Bisquerra, R. (2009). Psicopedagogía de las emociones. Madrid: Síntesis.
  • Bisquerra, R. (Coord). (2011). Educación emocional. Propuestas para educadores y familias. Bilbao: Desclée de Brower.
  • Bisquerra, R. (coord.) (2012). ¿Cómo educar las emociones?. La inteligencia emocional en la infancia y la adolescencia. Faros: Cuadernos.
  • Bisquerra, R. (2000). Educación emocional y bienestar. Barcelona: Praxis.
  • Delors, Jacques. (coord). (1997). La educación encierra un tesoro. Informe a la UNESCO de la comisión Internacional sobre la Educación para el siglo XXI, presidida por Jacques Delors. UNESCO.
  • Goleman, Daniel: Inteligencia emocional. Kairós. (2001) ISBN 84-7245-371-5
  • Lynn, Adele B. (2000). 50 actividades para desarrollar la inteligencia emocional. Madrid: Centro de Estudios Ramón Areces. 185 pp.
  • Martínez, Agustín; Piqueras, José Antonio; Inglés, Cándido J. (2011). Relaciones entre inteligencia emocional y estrategias de afrontamiento ante el estrés (en PDF). Alicante: Universidad de Alicante. 24 pp.
  • McKeachie, D. & Wilbert, F. (1973). Psicología. (2a. ed.) Washington: Fondo Educativo Interamericano. 310 pp.
  • Peter Salovely y Dr.Jhon Mayer:El modelo de inteligencia emocional(1997)
    Perrenoud, P. (2004). Diez nuevas competencias para enseñar. SEP.
    Real Academia Española. Diccionario de la Lengua Española. [En línea]. [Consulta:14 de abril de 2015]. Disponible en web: http://lema.rae.es/drae/?val=competencia
    Tobón, S. Pimienta, J. y García, J. (2010). Secuencias didácticas. Aprendizaje y evaluación de competencias. Pearson.
    Tobón, S. (2005). Formación basada en competencias. Pensamiento complejo, diseño curricular y didáctica. Ecoe Ediciones.

Triglia, A.; Regader, B.; García-Allen, J. (2018). ¿Qué es la inteligencia? Del CI a las inteligencias múltiples. EMSE Publishing.

Referencias

[editar]
  1. Colman, Andrew (2008). A Dictionary of Psychology (en inglés) (3 edición). Oxford University Press. ISBN 9780199534067. 
  2. Emotional Intelligence: An overview. Chapter 2. (PDF) (en inglés). INFLIBNET Centre. Consultado el 24 de mayo de 2020. 
  3. «Analfabetismo emocional: cuando a nuestro cerebro le falta corazón». La Mente Es Maravillosa. Consultado el 15 de marzo de 2024. 
  4. Thorndike, R. L.; Stein, S. (1937). «An evaluation of the attempts to measure social intelligence». Psychological Bulletin (34): 275-284. 
  5. Wechsler, D. (1940). «Non-intellective factors in general intelligence». Psychological Bulletin (37): 444-445. 
  6. Gardner, Howard (2011). Inteligencias múltiples: la teoría en la práctica (1a. ed. en la Biblioteca Howard Gardner edición). Barcelona: Paidós. ISBN 978-84-493-2594-6. 
  7. Smith, M. K. (2002) "Howard Gardner and multiple intelligences", the encyclopedia of informal education, Downloaded from http://www.infed.org/thinkers/gardner.htm on October 31, 2005.
  8. Payne, W.L. (1983/1986). A study of emotion: developing emotional intelligence; self integration; relating to fear, pain and desire. Dissertation Abstracts International, 47, p. 203A (University microfilms No. AAC 8605928).
  9. Beldoch, M. (1964), Sensitivity to expression of emotional meaning in three modes of communication, in J. R. Davitz et al., The Communication of Emotional Meaning, McGraw-Hill, pp. 31-42
  10. Leuner, B. (1966). Emotional intelligence and emancipation. Praxis der Kinderpsychologie und Kinderpsychiatrie, 15, 193-203.
  11. Salovey, P., & Mayer, J.D. (1989). Emotional intelligence. Imagination, Cognition, and Personality, Vol. 9, No. 3, pp185-211.
  12. a b Goleman, Daniel (1996). Inteligencia emocional (4a ed. edición). Barcelona: Kairos. ISBN 978-84-7245-371-5. 
  13. [1] Dilbert
  14. [2] Franklin Learning Systems
  15. Leader Summaries (ed.). «Resumen del libro Inteligencia emocional, de Daniel Goleman». Consultado el 15 de noviembre de 2014. 
  16. Goleman: Inteligencia emocional. p. 30.
  17. Goleman: Inteligencia emocional, p. 31.
  18. a b Goleman: Inteligencia emocional, p. 34.
  19. Goleman: Inteligencia emocional. p. 34.
  20. Goleman: Inteligencia emocional, p. 37.
  21. Goleman: Inteligencia emocional, p. 38.
  22. Goleman: Inteligencia emocional, p. 40.
  23. Goleman: Inteligencia emocional, p. 41.
  24. Goleman: Inteligencia emocional, p. 42.
  25. Goleman: Inteligencia emocional.
  26. Kosonogov, Vladimir; Vorobyeva E, Kovsh E, Ermakov PN (2019). «A review of neurophysiological and genetic correlates of emotional intelligence». International Journal of Cognitive Research in Science, Engineering and Education (en inglés) 7 (1): 137-142. ISSN 2334-847X. doi:10.5937/IJCRSEE1901137K. 
  27. Goleman: Inteligencia emocional, pp. 50-53.
  28. Goleman: Inteligencia emocional. pp. 53-54.
  29. Goleman: Inteligencia emocional, pp. 54-55.
  30. Goleman: Inteligencia emocional, p. 56.
  31. Trabajo Universitario sobre Inteligencia emocional y satisfacción vital en un grupo de estudiantes universitarios de Lima , elaborado por la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC), elaborado por Maxera Astengo, Thalia https://repositorioacademico.upc.edu.pe/
  32. Maxtell, J. Yo, tu lado emocional, p. 22.
  33. Goleman: Inteligencia emocional, p. 61.
  34. «What is Emotional Intelligence and How to Improve it?». positivepsychologyprogram.com. 
  35. Goleman: Inteligencia emocional. p. 77.
  36. «Inteligencia emocional, según Daniel Goleman». CAPITULO II. 
  37. Goleman: Inteligencia emocional. p. 78
  38. López Rosetti, Daniel (2019). «Apéndice». Test de Inteligencia Emocional. Planeta. p. 315. ISBN 9789504965893. 
  39. Juana Ma. Martínez Camacho (12 de junio de 2016). «Inteligencia racional/inteligencia emocional». Centro Elim. 
  40. ¿Tengo inteligencia emocional? Manel Güell Barceló.
  41. Margarita Sabariego. «Inteligencia Emocional». AmorZen. 
  42. «¿Qué es la competencia emocional?». La Mente es Maravillosa. 
  43. Trujillo Flores, M. M. & Rivas Tovar, L. A. (2005). Orígenes, evolución y modelos de inteligencia emocional. Innovar, 15(25), 9-24
  44. a b Goleman, D. (1995). Inteligencia emocional. Barcelona: Kairos.
  45. Bar-On, R. (2006). The Bar-On model of emotional-social intelligence (ESI). Psicothema, 18(1),13-18.
  46. Locke, E.A. (2005). "Why emotional intelligence is an invalid concept". Journal of Organizational Behavior 26 (4): 425–431. doi:10.1002/job.318
  47. Mattiuzzi, P. G. (2008).Emotional Intelligence? I'm not feeling it. everydaypsychology.com
  48. Grant, Adam (January 2, 2014). "The Dark Side of Emotional Intelligence". The Atlantic. Archived from the original on January 24, 2014.
  49. Petrides, K.V., Pita, R., Kokkinaki, F. (2007). The location of trait emotional intelligence in personality factor space. British Journal of Psychology, 98, 273-289.
  50. Mikolajczak, M., Luminet, O., Leroy, C., & Roy, E. (2007). Psychometric properties of the Trait Emotional Intelligence Questionnaire. Journal of Personality Assessment, 88, 338-353.
  51. a b c d e UNESCO Office Santiago and Regional Bureau for Education in Latin America and the Caribbean (2024). «Aportes para la enseñanza de habilidades socioemocionales: Estudio Regional Comparativo y Explicativo (ERCE 2019)». unesdoc.unesco.org. Consultado el 27 de octubre de 2024. 
  52. «Aportes para la enseñanza de habilidades socioemocionales: Estudio Regional Comparativo y Explicativo (ERCE 2019): ¿Cómo pueden los docentes integrar habilidades socioemocionales en la educación?». 25 de junio de 2024. 
  53. Cortese Mena, Isidora; Meyer Romero, Violeta (agosto, 2024). «¿Qué entendemos por habilidades socioemocionales y cómo podemos promover su aprendizaje en la escuela: aportes para la enseñanza de habilidades socioemocionales». Laboratorio latinoamericano: educación, calidad y educación. Consultado el 27 de octubre de 2024. 
  54. Hernández Zavala, Martha; Trejo Tinoco, Yuriria; Hernández, Myriam (2018). «El desarrollo de habilidades socioemocionales de los jóvenes en el contexto educativo». Poniéndose al día: 88-97. Consultado el 27 de octubre de 2024. 
  55. «Habilidades socioemocionales (HSE)». Aprendizajes Clave para la Educación Integral: 853-857. Consultado el 27 de octubre de 2024. 
  56. «Reimaginar juntos nuestros futuros: un nuevo contrato social para la educación; resumen». Informe de la comisión internacional sobre los futuros de la educación. 2021. Consultado el 27 de octubre de 2024. 

Enlaces externos

[editar]