Diferencia entre revisiones de «Pío Baroja»
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[[Image:Pío Baroja en Parque del Retiro Madrid.jpg|thumb|right|200px|Estatua en memoria a Pío Baroja en el Parque madrileño del [[Retiro]]]] |
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| nombre = Pío Baroja |
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'''Pío Baroja y Nessi''' ([[San Sebastián]], [[28 de diciembre]] de [[1872]] — [[Madrid]], [[30 de octubre]] de [[1956]]), [[escritor]] [[España|español]]. |
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| Imagen = Portrait of Pío Baroja (cropped).jpg |
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| TextoImagen = |
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| nombre completo = Pío Baroja y Nessi |
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| fecha de nacimiento = 28 de diciembre de 1872 |
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| lugar de nacimiento = [[San Sebastián]] (España) |
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| fecha de fallecimiento = 30 de octubre de 1956 |
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| lugar de fallecimiento = [[Madrid]] (España) |
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| lugar de descanso = [[Cementerio civil de Madrid]] |
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| Ocupación = Escritor y médico |
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| Nacionalidad = [[España|Española]] |
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| Religión = [[Ateísmo]] |
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| Movimiento = [[Generación del 98]] |
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| causa muerte = no |
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| cabecera = no|residencia=no |
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'''Pío Baroja y Nessi''' ([[San Sebastián]], 28 de diciembre de 1872-[[Madrid]], 30 de octubre de 1956) fue un escritor español de la [[generación del 98]]. Baroja, que se doctoró en medicina, terminó abandonando dicha profesión en favor de la literatura, actividad en la que cultivó la novela y, en mucha menor medida, el teatro. En su obra, en la que con frecuencia deja traslucir una actitud pesimista, dejó plasmado su individualismo. Su pensamiento político, no exento de ambigüedades, transitó por las simpatías por el [[anarquismo]] de su juventud, la oposición a la Segunda República y la defensa de una dictadura militar, no abandonando nunca su [[anticlericalismo]]. |
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==Biografía== |
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Tanto por parte de padre (Serafín Baroja Zornoza), como por la de su madre (Carmen Nessi y Goñi), Pío Baroja perteneció a familias muy distinguidas y conocidas en San Sebastián relacionadas con el periodismo y los negocios de imprenta. Su bisabuelo paterno, Rafael, fue en Oiartzun impresor del periódico ''La Papeleta de Oyarzun'' y de otros textos durante la guerra contra Napoleón. Su abuelo del mismo nombre, Pío Baroja, editó en San Sebastián el periódico ''El Liberal Guipuzcoano'' (1820-1823) durante el [[Trienio Liberal]] e imprimió la ''Historia de la Revolución Francesa'' de [[Thiers]] en doce tomos, con traducción de [[Sebastián de Miñano y Bedoya]]. Los hijos de Rafael Baroja, Ignacio Ramón y Pío, continuaron con el negocio de imprenta y un hijo de este último, Ricardo, tío del novelista, será, andando el tiempo, editor y ''factótum'' del periódico donostiarra ''El Urumea''. Entre los ascendientes de la madre había una rama italiana lombarda, los Nessi, a la que el escritor debe su segundo apellido. |
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== Biografía == |
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Pío fue el tercero de tres hermanos: Darío, que murió joven aún en 1894; [[Ricardo Baroja|Ricardo]], que sería en el futuro también escritor y un importante pintor, y Pío, el hermano menor, que dejaría la profesión de médico por la de novelista. Ya muy separada de ellos, nació [[Carmen Baroja|Carmen]], que habría de ser la inseparable compañera del novelista y la mujer del futuro editor de su hermano, Rafael Caro Raggio, y asimismo una ocasional escritora. El padre de los Baroja, Serafín, era, al par que hombre inquieto y movedizo y periodista de ideas liberales, un ingeniero de minas, lo que llevó a la familia a constantes cambios de residencia por toda la geografía nacional. Eso hizo del futuro novelista un desarraigado que conoció los más diversos rincones de España. Por otra parte, este continuo ir y venir le inculcó una característica afición a los viajes. A los siete años marchó con su familia a Madrid, donde el padre obtuvo una plaza en el Instituto Geográfico y Estadístico; pero volvieron a Pamplona y de nuevo a Madrid. Baroja había leído ya a clásicos juveniles ([[Julio Verne]], Mayne Reid y [[Daniel Defoe]]). Se libró del servicio militar, que le repugnaba. En 1891 terminó la carrera de medicina en Valencia y se doctoró en 1894 en Madrid con una tesis sobre ''El dolor, estudio psicofísico''. |
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=== Familia === |
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Fue nieto del impresor y editor Pío Baroja, e hijo de [[Serafín Baroja|José Mauricio Serafín Baroja Zornoza]] y de Andrea Carmen Francisca Nessi Goñi, española de padre italiano. Fue hermano de los escritores [[Carmen Baroja]] y [[Ricardo Baroja]] y tío del antropólogo, historiador, lingüista, folklorista y ensayista [[Julio Caro Baroja]] y del director de cine y televisión y guionista [[Pío Caro Baroja]]. Tío abuelo de |
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Carmen y Pío Caro-Baroja Jaureguialzo, este último encontró y publicó una novela de su tío abuelo, ''Los caprichos de la suerte'', 65 años después de su muerte. |
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Pío Baroja creció en el seno de una familia acomodada de [[San Sebastián]], relacionada con el periodismo y los negocios de imprenta. Su bisabuelo paterno, el alavés [[Rafael Baroja]], fue un boticario que se fue a vivir a [[Oyarzun (Guipúzcoa)|Oyarzun]] e imprimió el periódico ''La Papeleta de Oyarzun'' y otros textos (proclamas, bandos, cartillas y ordenanzas de franceses y españoles) durante la [[Guerra de la Independencia Española|Guerra de la Independencia]]. Allí se casó con la hermana de otro farmacéutico apellidado Arrieta y, ayudado por sus hijos, trasladó la imprenta a San Sebastián y editó además ''El Liberal Guipuzcoano'' y algunos números de ''La Gaceta de Bayona'' que dirigía el famoso periodista y escritor [[Sebastián de Miñano]] desde Francia. |
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Como estudiante fue pésimo, más por falta de interés que de talento, y ya por entonces se le apreció un carácter gruñón, arisco y descontentadizo; no simpatizó con profesor alguno y se mostró hipercrítico con todo; ninguna profesión le atraía, sólo escribir no le disgustaba. Tímido y retraído al mismo tiempo, nunca se casó. Tras defender su tesis, marchó en ese mismo año de 1894 a Cestona, en el País Vasco, con plaza de médico. Pero el oficio le asqueaba y riñó con el médico viejo, con el alcalde, con el párroco y con el sector católico del pueblo, que le acusaba de trabajar los domingos en su jardín y de no ir a misa, pues, en efecto, era ateo; tras pasar un año allí volvió, pues, a San Sebastián, dispuesto a ser cualquier cosa menos médico, y encontró su oportunidad en Madrid, donde su hermano Ricardo dirigía una panadería (Viena Capellanes) porque una tía les había legado el negocio; Ricardo le había escrito que estaba harto y quería dejarlo y Pío decidió encargarse él mismo de regentar la tahona. Sobre eso le gastaron bastantes bromas: "Es un escritor de mucha miga, Baroja" -dijo de él [[Rubén Darío]] a un periodista. A lo cual respondió el escritor: "También Darío es escritor de mucha pluma: se nota que es indio". Instalado en Madrid empezó a colaborar en periódicos y revistas, simpatizando con las doctrinas sociales [[anarquismo|anarquistas]], pero sin militar abiertamente en ninguna. Al igual que su coterráneo [[Miguel de Unamuno]], abominó del [[nacionalismo vasco]], contra el que escribió su sátira ''Momentum catastrophicum''. |
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Su abuelo paterno del mismo nombre, Pío Baroja, aparte de ayudar a su padre a editar en San Sebastián el periódico ''El Liberal Guipuzcoano'' (1820-1823) durante el [[Trienio Liberal]], imprimió la ''Historia de la [[Revolución francesa]]'' de [[Adolphe Thiers|Thiers]] en doce tomos con traducción del citado [[Sebastián de Miñano y Bedoya]]. Él y su hermano Ignacio Ramón continuaron con el negocio de imprenta y un hijo de este último, Ricardo, tío del novelista, será, con el tiempo, editor y ''factótum'' del periódico donostiarra ''El Urumea''. |
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En 1900 publicó su primer libro, una recopilación de cuentos titulada ''Vidas sombrías'', la mayoría compuestos en Cestona sobre gentes de esa región y sus propias experiencias como médico. En esta obra se encuentran en germen todas las obsesiones que reflejó en su novelística posterior. El libro fue muy leído y comentado por prestigiosos escritores como [[Miguel de Unamuno]], que se entusiasmó con él y quiso conocer al autor, por [[Azorín]] y por [[Benito Pérez Galdós]]. Baroja fue así acercándose cada vez más al mundillo literario y abandonando el negocio de panadería hasta dejarlo por completo. Tuvo especial amistad con el anarquista [[José Martínez Ruiz]], más conocido como "Azorín", e hizo, impulsado por él, algún intento de entrar en política, presentándose de concejal en Madrid y de diputado por Fraga, pero fracasó. Al acercarse Azorín al partido de [[Antonio Maura]], rompió su antigua amistad. |
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La madre de Pío Baroja, Andrea Carmen Francisca Nessi Goñi, nació en Madrid (1849) y descendía de una familia [[italia]]na [[Lombardía|lombarda]] originaria de la ciudad de [[Como]], a orillas del lago del [[Lago de Como|mismo nombre]], los Nessi, a la que el escritor debe su segundo apellido. Debido a la repentina muerte de su padre, la madre marchó a educarlo a San Sebastián con el tío-abuelo Justo Goñi, y esta rama materna de los Goñi estaba vinculada a la navegación, algo que influyó en la narrativa posterior de Baroja, por ejemplo en su segunda tetralogía novelística, ''El mar''. |
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Viajó después por toda Europa (residió varias veces en París, estuvo algún tiempo en Londres, y pasó por Italia, Bélgica, Suiza, Alemania, Noruega, Holanda y Dinamarca) y acumuló una impresionante biblioteca especializada en [[ocultismo]], [[brujería]] e historia del siglo XIX, que instaló en un viejo caserío que se compró en Vera de Bidasoa y restauró con gran gusto, convirtiéndolo en el famoso caserío de Itzea, donde pasaba los veranos con su familia. Sus viajes por España los hizo casi siempre acompañado por sus hermanos Carmen y Ricardo, pero también por [[Ramiro de Maeztu]], Azorín e incluso [[José Ortega y Gasset]] en una ocasión, en la que recorrieron en automóvil gran parte del recorrido realizado por el general Gómez con su famosa expedición durante la [[Primera Guerra Carlista]]. |
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El padre, [[Serafín Baroja|José Mauricio Serafín Baroja Zornoza]], fue un [[Ingeniería de minas|ingeniero de minas]] al servicio del Estado; hombre inquieto y de ideas liberales, ejerció ocasionalmente el periodismo y su posición de ingeniero de minas condujo a su familia a constantes cambios de residencia por toda España. Su primer apellido paterno, Baroja, procede del nombre de la aldea alavesa homónima (citada como ''Barolha'' en 1025, y situada en el actual municipio de [[Peñacerrada]]), de etimología incierta, aunque puede contener el elemento eusquérico ''ol(h)a'' 'cabaña', 'chabola'. En sus ''Memorias'',<ref name="mem">''Desde la última vuelta del camino'', tomo IV (''Galería de tipos de la época''). Biblioteca Nueva, Madrid 1947, pp. 342 y 343.</ref> el propio don Pío aventura una posible etimología del apellido, según la cual «Baroja» sería una [[Aféresis (fonética)|aféresis]] de ''ibar hotza'', que en euskera significa 'valle frío' o 'río frío'. Aunque también podría tratarse de una contracción del apellido castellano ''Bar(barr)oja''. |
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En sus novelas reflejó una filosofía impregnada con el profundo [[pesimismo]] de [[Arthur Schopenhauer]], pero que predicaba en alguna forma una especie de redención por la acción, en la línea de [[Friedrich Nietzsche]]: de ahí los personajes aventureros y vitalistas que inundan la mayor parte de sus novelas, pero también los más escasos abúlicos y desengañados, como el Andrés Hurtado de ''El árbol de la ciencia'' o el Fernando Ossorio de ''Camino de perfección'', dos de sus novelas más acabadas. Terminó por identificarse con las doctrinas liberales y por abominar del [[comunismo]], sin abandonar en ningún momento sus ideas anticlericales, su [[misoginia]] y sus un tanto arcaicas concepciones antropológicas lombrosianas. En 1935 fue admitido en la [[Real Academia de la Lengua]]; fue acaso el único honor oficial que se le dispensó. |
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Baroja fue el tercero de cuatro hermanos: Darío, que nació en [[La Granada de Riotinto|Riotinto]] y murió, joven aún, en 1894 de [[Tuberculosis|tisis]]; [[Ricardo Baroja|Ricardo]], que sería en el futuro también escritor y un importante grabador, conocido sobre todo por sus espléndidos [[aguafuerte]]s, y Pío, el hermano menor, que dejaría la profesión de médico por la de novelista hacia 1896. Ya muy separada de ellos temporalmente, nació la última hermana: [[Carmen Baroja|Carmen]], que habría de ser la inseparable compañera del novelista y la mujer del futuro editor de su hermano, [[Rafael Caro Raggio]], ocasional escritora también. Es posible que naciera un quinto hermano, César, y que falleciera a muy temprana edad.<ref name="tau12">José-Carlos Mainer (2012), ''Pío Baroja (españoles eminentes)'', primera ed., Penguin Random House Grupo Editorial España, Taurus Digital, ISBN 8430600035.</ref> La relación estrecha con sus hermanos se mantuvo hasta el final de sus días. |
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Durante la [[Guerra Civil]] fue amenazado por unos [[carlismo|carlistas]] y emigró a París, donde pasó toda la contienda. Volvió al acabar la guerra y sufrió algunos problemas con la [[censura]]. Sostuvo una [[tertulia]] de sesgo escéptico en la cual tuvo el honor de participar [[Juan Benet]]. Su hermana Carmen murió en 1949 y su hermano Ricardo en 1953. Afectado poco a poco por la [[arterioesclerosis]], murió en 1956 y fue enterrado en el cementerio civil como [[ateísmo|ateo]], con gran escándalo de la España oficial, a pesar de las presiones que recibió su sobrino, el antropólogo [[Julio Caro Baroja]], para que renunciase a la voluntad de su tío. Su ataúd fue llevado en hombros entre otros por dos de sus admiradores, [[Ernest Hemingway]] y [[Camilo José Cela]], el uno era premio Nobel de literatura y el otro llegaría a serlo años más tarde. Cela recuerda la mala calidad del ataúd ya que comenzó a llover durante el cortejo y la madera destiñó, manchándole su traje.También el escritor norteamericano [[John Dos Passos]] declaró su admiración y su deuda con el escritor. Hace poco se ha publicado lo que queda de una novela inédita que la censura no permitió publicar, sobre la [[Guerra Civil]] española. |
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=== Infancia === |
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==Análisis de su obra== |
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Baroja cultivó preferentemente el género narrativo, pero se acercó también con frecuencia al [[ensayo]] y más ocasionalmente al teatro, la [[lírica]] (''Canciones del suburbio'') y la [[biografía]]. |
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[[Archivo:Ramon Casas - MNAC- Pío Baroja- 027588-D 006576.jpg|miniatura|Retrato de Baroja realizado por [[Ramón Casas]], se trata de un dibujo al [[carboncillo (dibujo)|carboncillo]] y pastel (ca. 1904) en su periodo inicial como escritor.]] |
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El propio autor agrupó sus [[novela]]s, un poco arbitrariamente, en diez trilogías y alguna tetralogía, aunque es difícil distinguir qué elementos pueden tener en común: ''Tierra vasca'', ''La lucha por la vida'', ''El pasado'', ''El mar'', ''La raza'', ''Las ciudades'', ''Agonías de nuestro tiempo'', ''La selva oscura'', ''La judentud perdida'' y ''La vida fantástica''. |
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Baroja nace en la ciudad de San Sebastián el 28 de diciembre de 1872 ([[día de los Santos Inocentes]]) en el número sexto de la calle de Oquendo. Era la casa que construyó su abuela paterna Concepción Zornoza. Al nacer se convirtió en el tercero de tres hermanos, llevándole a Darío tres años y dos a Ricardo. A causa del [[Historia de San Sebastián|bombardeo de San Sebastián]] por el sitio que habían levantado en torno a ellos los [[Carlismo|carlistas]] (descrito por [[Miguel de Unamuno]] en su novela ''[[Paz en la guerra]]''), la familia cambió de domicilio a un chalet del [[Bahía de La Concha|paseo de la Concha]]. Pero en 1879 se trasladaron todos a Madrid cuando Baroja contaba apenas siete años, a la [[calle Fuencarral]] y cerca de la [[era del Mico]], entre la [[Glorieta de Bilbao|glorietas de Bilbao]] y [[Glorieta de Quevedo|Quevedo]], espacio que marcó su infancia madrileña. El padre trabajaba en el ''[[Dirección General del Instituto Geográfico Nacional|Instituto Geográfico y Estadístico de Madrid]]'' y en un par de años volvió a cambiar de domicilio a la vecina [[Calle del Espíritu Santo (Madrid)|calle de Espíritu Santo]]. Baroja pudo contemplar durante este periodo a los personajes madrileños de la época: los aguadores de origen asturiano, los soldados que llenaban las calles procedentes de la [[Guerra de Independencia cubana|guerra de Cuba]], las porteras, viajeros diversos... |
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*'''Tierra vasca''' agrupa ''La casa de Aitzgorri'' (1900), ''El mayorazgo de Labraz'' (1903) y ''[[Zalacaín el aventurero]]''(1909). |
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*'''La lucha por la vida''' integra ''La busca'' (1904), ''Mala hierba'' (1904) y ''Aurora Roja'' (1905). |
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*'''La raza''' está formada por ''[[El árbol de la ciencia]]'' (1911), ''La dama errante'' (1908) y ''La ciudad de la niebla'' (1909). |
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*'''El pasado''' agrupa ''La feria de los discretos'', '' Los últimos románticos'' y ''Las tragedias grotescas'' |
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*'''La vida fantástica''' está formada por ''Aventuras, inventos y mixtificaciones de Silvestre Paradox'' (1901), ''Camino de perfección (pasión mística)'' (1901) y ''Paradox rey (1906) |
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*'''Las ciudades''' agrupa a ''César o nada'' (1910); ''El mundo es ansí'' (1912); ''La sensualidad pervertida: ensayos amorosos de un hombre ingenuo en una época de decadencia'' (1920). |
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*'''El mar''': ''Las inquietudes de Shanti Andía'' (1911) ''El laberinto de las sirenas'' (1923); ''Los pilotos de altura'' (1931); ''La estrella del capitán Chimista'' (1930) |
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*'''Los amores tardíos''': ''El gran torbellino del mundo'' (1926); ''Las veleidades de la fortuna'' (1927); ''Los amores tardíos'' (1942). |
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*'''La selva oscura''': ''La familia de Errotacho'', (1932); ''El cabo de las tormentas'' (1932); ''Los visionarios'' (1932) |
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*'''La juventud perdida''': ''Las noches del Buen Retiro'' 1934; ''Locuras de carnaval'' (1937); ''El cura de Monleón'' (1936). |
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El padre frecuentaba por aquel entonces las [[tertulia]]s de café que proliferaban alrededor de la [[Historia de la Puerta del Sol|Puerta del Sol]] y algunos de los escritores y poetas de la época fueron invitados a la casa de la calle del Espíritu Santo. Pero un nuevo destino del padre obligó a la familia a trasladarse a [[Pamplona]], en Navarra. Baroja y Ricardo tuvieron que acomodarse a un nuevo Instituto; Darío, el mayor, acusó menos los cambios. Ricardo comenzó entonces a mostrar interés por la pintura y Pío se transformó en un lector voraz no ya de la literatura contemporánea, sino de folletines y clásicos juveniles como [[Robert Louis Stevenson]], [[Julio Verne]], [[Thomas Mayne-Reid]] y [[Daniel Defoe]]. En 1884 nace su hermana menor Carmen, cuando Pío tenía ya doce años. El hecho es importante: Baroja señaló que su «fondo sentimental» se formó entre los doce y los veintidós años.<ref>«Mi fondo sentimental se formó en un periodo relativamente corto de la infancia y de la primera juventud, un tiempo que abarcó un par de lustros, desde los diez o doce hasta los veintidós o veintitrés años. En ese tiempo todo fue para mí trascendental: las personas, las ideas, las cosas, el aburrimiento; todo se me quedó grabado de una manera fuerte, áspera e indeleble. Avanzando luego en la vida, la sensibilidad se me calmó y se me embotó pronto, y mis emociones tomaron el aire de sensaciones pasajeras y más amables, de turista. Ahora mismo, al cabo de treinta años de pasada la juventud, cuando trato de buscar en mí algo sentimental que vibre con fuerza, tengo que rebañar en los recuerdos de aquella época lejana de turbulencia», Pío Baroja, «Prólogo casi doctrinal sobre la novela», en ''La nave de los locos''.</ref> Una mujer entre tres chicos mayores. Ciertamente, el periodo pamplonica dejó huella en él<ref name="MSO">Miguel Sánchez-Ostiz, (2000), ''Derrotero de Pío Baroja'', Alga Editores, Irún</ref><ref>{{cita libro |apellido=Napal Lecumberri |nombre=Saturnino |título=Itinerarios barojianos por Navarra |edición=primera |año=2013 |editorial=Editorial Evidencia Médica |ubicación=Pamplona}}</ref> porque el abuelo Justo Goñi abrió una fonda en el piso del mismo edificio donde vivía la familia, de forma que pudo ver pasar por el local a toreros, compañías de títeres, cantantes, escritores... Un abigarrado y heterogéneo paisaje humano que recuerda a las superpobladas novelas que llegará a escribir. El ambiente de [[Historia de Pamplona|Pamplona]] de final de siglo {{SIGLO|XIX}} dio abundantes aventuras a los componentes de la familia Baroja, así como a la adolescencia de Pío.<ref name="Mem01">Pío Baroja (1982), ''Familia, infancia y juventud'', vol. II de memorias, Caro Raggio, ISBN 8470350692.</ref> |
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Novelas que no agrupó en trilogía alguna son ''Susana y los cazadores de moscas'' (1938), ''Laura o la soledad sin remedio'' (1939), ''El caballero de Erlaiz'' (1943), ''El hotel del Cisne'' (1946) o ''El cantor vagabundo'' (1950). |
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El gusto de Serafín por la itinerancia lo llevó de nuevo a aceptar un puesto en [[Bilbao]], pero el grueso de la familia regresó de nuevo a Madrid en 1886 por intercesión de la madre, cansada de tanta mudanza. El argumento materno expuesto fue que los hijos podrían desarrollar allí sus futuros estudios universitarios en la capital. Serafín, el padre, visitaría periódicamente Madrid para ver a su familia y San Sebastián para cultivar las amistades de la infancia. En esta segunda etapa madrileña la familia residía en un caserón propiedad de doña Juana Nessi, esposa del empresario aragonés [[Matías Lacasa]], en la calle Misericordia, junto al [[Monasterio de las Descalzas Reales (Madrid)|Monasterio de las Descalzas Reales]] que fuera «mansión de capellanes». La calle donde residían gracias a la hospitalidad de Juana Nessi poseía solo un único número y se encontraba próxima a la [[Puerta del Sol]] y al hoy desaparecido [[Teatro de Capellanes]] (también llamado ''Teatro Cómico'') y el [[Hospital de la Misericordia (Madrid)|Hospital de la Misericordia]].<ref>García Velasco, Mónica. «La Sociedad de Cuartetos de Madrid (1863-1894)», ''Cuadernos de Música Iberoamericana'', n. 8-9. Madrid: Fundación Autor, 2001, pp. 149-193.</ref> La vivienda madrileña de los Baroja se encontraba en este periodo justo en medio de la pujante sociedad madrileña de finales del siglo {{SIGLO|XIX}}.<ref name="ep01">{{cita libro |apellidos=Juan Arbó |nombre=Sebastián |título=Pío Baroja y su tiempo |url=https://archive.org/details/piobarojaysutiem0000juan |edición=primera |año=1963 |editorial=Planeta |ubicación=Barcelona}}</ref> Baroja regresaría a esta casa de la calle Capellanes años después, en su etapa prolífica de escritor. |
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Entre [[1913]] y [[1935]] aparecieron los 22 volúmenes de una larga [[novela histórica]], ''Memorias de un hombre de acción'', basada en la vida de un antepasado suyo, el conspirador y aventurero liberal y masón [[Eugenio de Aviraneta]] (1792-1872), a través del cual refleja los acontecimientos más importantes de la historia española del siglo XIX, desde la [[Guerra de la Independencia]] hasta la regencia de María Cristina, pasando por el turbulento reinado de [[Fernando VII]]. Son las siguientes: ''El aprendiz de conspirador'' (1913), ''El escuadrón del "Brigante'' (1913), ''Los caminos del mundo'' (1914), ''Con la pluma y con el sable'' (1915), que narra el período en que Aviraneta fue regidor de [[Aranda de Duero]], ''Los recursos de la astucia'' (1915), ''La ruta del aventurero'' (1916), ''Los contrastes de la vida'' (1920), ''La veleta de Gastizar'' (1918), ''Los caudillos de 1830'' (1918),''La Isabelina'' (1919), ''El sabor de la venganza'' (1921), ''Las furias'' (1921), ''El amor, el dandysmo y la intriga'' (1922), ''Las figuras de cera'' (1924), ''La nave de los locos'' (1925), donde se defiende de las críticas hacia su forma de novelar vertidas por [[José Ortega y Gasset]] en ''El Espectador''), ''Las mascaradas sangrientas'' (1927), ''Humano enigma'' (1928), ''La senda dolorosa'' (1928), ''Los confidentes audaces'' (1930), ''La venta de Mirambel'' (1931), ''Crónica escandalosa'' (1935) y ''Desde el principio hasta el fin'' (1935) |
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Darío y Pío comenzaron a ir a una academia preparatoria para el ingreso en la [[Escuela Politécnica de Madrid|Escuela Politécnica]] recién fundada. Baroja acabó el bachillerato en el [[Instituto San Isidro]], donde conoció a Pedro Riudavets, con el que mantuvo largas conversaciones que Pío incluyó posteriormente en ''Las aventuras de Silvestre Paradox''.<ref>{{cita libro |apellido=Lee Bretz|nombre=Mary |título=La evolución novelística de Pío Baroja |url=https://archive.org/details/laevolucionnovel0000bret|edición=primera |año=1979 |editorial=Porrúa Turanzas, José, S.A. |ubicación=Madrid |isbn=8473170857}}</ref> Tras presentarse al [[Bachillerato en España|examen de bachillerato]], Pío decidió estudiar la carrera de medicina iniciando el preparatorio correspondiente. Hasta el último instante estuvo indeciso si estudiar la carrera de medicina o la de farmacia. En los exámenes finales aprobó todas las asignaturas, excepto química. |
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Baroja publicó también cuentos, como los que recogió en ''Vidas sombrías'' (1900) e ''Idilios vascos'' (1902); libros autobiográficos y de memorias (''Juventud, egolatría'' y los siete volúmenes ''Desde la última vuelta del camino'', compuestos por ''El escritor según él y según los críticos'', 1944; ''Familia, infancia y juventud'', 1945, ''Final de siglo XIX y principios del XX'', 1946; ''Galería de tipos de la época'', 1947; ''La intuición y el estilo'', 1948; ''Reportajes'', 1948 y ''Bagatelas de otoño'', 1949). Además redactó [[biografía]]s como ''Juan van Halen'' o ''Aviraneta o la vida de un conspirador'' (1931); ensayos, como ''El tablado de Arlequín'' (1904), ''La caverna del humorismo'' (1919), ''Momentum catastrophicum'' o ''Divagaciones apasionadas'' (1924)-''Las horas solitarias'', ''Intermedios. Vitrina pintoresca'', ''Rapsodias. Pequeños ensayos'', ''El diablo a bajo precio'', ''Ciudades de Italia'', ''La obra de Pello Yarza y otras cosas'', ''Artículos periodísticos'' y algunas obras dramáticas: ''La leyenda de Jaun de Alzate'' (1922), ''Nocturnos del hermano Beltrán'', ''Todo acaba bien... a veces'', ''Arlequín, mancebo de botica'', ''Chinchín, comediante'' y ''El horroroso crimen de Peñaranda del Campo''. |
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Durante los veranos, para escapar del calor de Madrid, la familia solía reunirse en San Sebastián y Baroja consiguió aprobar en septiembre la asignatura que le faltaba para ingresar en la facultad. La familia se trasladó a la [[calle de Atocha]], cerca del [[Colegio de Cirugía de San Carlos]] cuando al padre le notificaron el traslado a Madrid de nuevo. En este periodo Pío comenzó a asistir a las [[tertulia]]s de los cafés y a llevar una cierta vida social reuniéndose con escritores y artistas en casa de su amigo Carlos Venero. Este ambiente logró excitar la esencia escritora de Baroja. Algunas de estas amistades serían los futuros compañeros de la facultad de San Carlos.<ref name="VidPB" /> |
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Defensor de una novela abierta, ya que considera ésta como un fluir en sucesión («La novela en general es como la corriente de la historia: no tiene principio ni fin; empieza y acaba donde se quiera.»), compone sus obras a través de una serie de episodios dispersos, unidos, muchas veces, por la presencia de un personaje central. |
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=== Formación académica === |
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La mayor parte de los personajes barojianos son seres inadaptados, que se oponen al ambiente y la sociedad en la que viven, aunque impotentes, incapaces de demostrar energía suficiente para llevar lejos su lucha, acaban frustrados, vencidos y destruidos, en ocasiones físicamente, en muchas otras moralmente, y, en consecuencia, condenados a someterse al sistema que han rechazado. |
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[[Archivo:Pio-Baroja-1912-11-20-Mundo-Grafico.jpg|miniatura|izquierda]] |
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El [[escepticismo]] barojiano, su idea de un mundo que carece de sentido, su falta de fe en el ser humano le llevan a rechazar cualquier posible solución vital, ya sea religiosa, política o filosófica y, por otro lado, le conducen aun marcado individualismo que no es liberal porque no es optimista, sino que en todo caso podría calificarse de anarquizante. |
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Como estudiante de medicina no destacó, más por falta de interés que de talento,<ref>{{cita libro |apellido=Sánchez Granjel |nombre=Luis |título=La personalidad médica de Pío Baroja |edición=primera |año=1973 |editor=Medline}}</ref> y ya por entonces se le apreció un carácter hipercrítico y descontentadizo; ninguna profesión le atraía, solamente escribir no le disgustaba. Durante su periodo de prácticas en el [[Hospital de San Juan de Dios (Madrid)|Hospital de San Juan de Dios]], el de [[Colegio de Cirugía de San Carlos|San Carlos]] y en el [[Hospital General y de la Pasión|General]], descubrió su indiferencia por la profesión sanitaria. Es en este periodo de estudios cuando comienza a escribir relatos cortos. Las reuniones en casa de Carlos Venero incitan sus primeros escritos y empieza a esbozar dos de sus futuras novelas: ''Camino de perfección'' y ''Las aventuras de Silvestre Paradox''.<ref name="VidPB">{{cita libro |apellido=Benet |nombre=Paloma |título=Pío Baroja |edición=primera |año=2000 |editor=Ediciones Rueda |ubicación=Madrid |isbn=8484470334}}</ref> |
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En el cuarto año de la carrera tuvo como profesores en San Carlos a [[José de Letamendi]] y [[Benito Hernando y Espinosa]] y tuvo la mala suerte de no caer bien a ninguno. Los encontronazos públicos en las clases fueron frecuentes y ambos profesores se dedicaron a entorpecer su carrera. De estos problemas y de la decadente vida universitaria madrileña entonces ofrecerá un pintoresco panorama Pío Baroja en los primeros capítulos de su, en parte, autobiográfica novela ''El árbol de la ciencia''. En estas ofrecieron al padre un cargo en [[Valencia]] que de nuevo obligó a toda la familia a trasladarse.<ref name="Val">{{cita libro |apellido=Ranch Fuster |nombre=Eduardo |título=Pío Baroja en Valencia: pequeños estudios barojianos |url=https://archive.org/details/piobarojaenvalen0000ranc |edición=primera |año=1999 |editor=Institució Alfons el Magnànim |ubicación=Valencia |isbn=8478222928}}</ref> Sin embargo, los hermanos pudieron continuar sus carreras en la nueva ciudad, aun cuando Baroja abandonó Madrid con el ánimo por los suelos por los encontronazos con los dos profesores. Primeramente se establecieron en la calle Cirilo Amorós, algo distante del centro de Valencia, lo que solucionaron con una nueva mudanza a la estrecha calle de Navellós aledaña a la mismísima [[Catedral de Santa María de Valencia|Catedral]]. Por desgracia, Darío empezó a mostrar síntomas de [[tuberculosis]], algo que provoca la consternación de toda la familia y afectó profundamente al escritor, como refleja en su novela ''El árbol de la ciencia'', en que Darío aparece bajo el nombre del tísico hermano del protagonista Andrés Hurtado, Luisito. |
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A menudo se ha reprochado a Baroja su descuido en la forma de escribir. Eso se debe a su tendencia antirretórica, pues rechazaba los largos y laberínticos periodos de los prolijos narradores del [[Realismo]], actitud que compartió con otros contemporáneos suyos, así como el afán de crear lo que denomina una «retórica de tono menor», caracterizada por: |
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Pío continuó los estudios de medicina en Valencia, pero uno de sus profesores de este nuevo periodo [[Enrique Slocker de la Rosa]], discípulo de Letamendi, lo suspendió en la asignatura de Patología General. Pío acude frecuentemente al [[Hospital General Universitario (Valencia)|Hospital General Universitario]] y centra su trabajo en concluir los estudios lo antes posible. Sin embargo, aunque aprobó las asignaturas teóricas, los catedráticos lo increparon irónicamente en los exámenes por su poca dedicación a la praxis. Se licenció, al fin, en Valencia, pero marchó a Madrid para doctorarse por el medio más rápido posible. Durante este periodo inicia su carrera periodística escribiendo artículos en ''La Unión Liberal'' (1.ª fase 1889-1890) de San Sebastián, así como en algunos periódicos madrileños como ''La Justicia''. Su hermano Darío fallece durante las fiestas navideñas de 1894 y la melancolía y la pena hicieron a la familia trasladarse a una casa en [[Burjasot]] para escapar de la ciudad,<ref name="Val" /> vivienda que describiría posteriormente Pío en ''El árbol de la ciencia''.<ref name="VidPB" /> |
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*Empleo del período corto, |
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*Sencillez y economía expresiva: "El escritor que con menos palabras da una sensación es el mejor". |
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*Impresionismo descriptivo: selección de rasgos significativos más que reproducción fotográfica al detalle característica de los minuciosos y documentados narradores del Realismo. |
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*Tono agrio, selección de un léxico que degrada la realidad a tono con la actitud pesimista del autor. |
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*Breves ensayos e intensos intermedios líricos. |
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*Tempo narrativo rápido, [[cronotopo]] dilatado. |
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*Diálogos respetuosos con la oralidad y la naturalidad. |
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*Deseo de exactitud y precisión, rasgos estilísticos que confieren la amenidad, el dinamismo y la sensación de naturalidad y vida que el escritor pretendía para sus novelas. |
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Baroja se centra en el [[doctorado]] con el objeto de no prolongar sus estudios y finalmente presenta en 1896 el título de su tesis: ''El dolor, estudio de psicofísica''.<ref>{{cita libro |apellido=Baroja Nessi |nombre=Pío |título=Estudio acerca del dolor |url=https://books.google.es/books?id=XnP6_ISuezEC&printsec=frontcover&hl=es#v=onepage&q&f=false |fechaacceso=7 de junio de 2015 |año=1896 |editor=Facultad de Medicina |ubicación=Madrid}}</ref> La tesis fue defendida ante un tribunal de profesores de San Carlos. Regresa a Valencia y allí se entera de una vacante de [[médico rural]] en [[Cestona]] en [[Guipúzcoa]]. Aunque en sus memorias Baroja asegura haber sido el único pretendiente, los registros del Ayuntamiento indican que hubo otro candidato llamado Diego. El conocimiento del vascuence fue un requisito necesario que pudo influir en la decisión.<ref>{{Cita libro|apellidos=Ramirez Garcia-Mina|nombre=Daniel|enlaceautor=|título=Baroja (& yo)|url=|fechaacceso=|año=2018|editorial=|isbn=978-84-947729-6-2|editor=IPSO Ediciones|ubicación=Pamplona|página=67|idioma=Español|capítulo=}}</ref> |
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==Bibliografía== |
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*Alarcos Llorach, E. 1973. Anatomía de ''La lucha por la vida''. Oviedo |
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*Baeza, F. (ed.). 1961. ''Baroja y su mundo'', 3 vols. Madrid. |
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*Caro Baroja, J. 1973. ''Los Baroja''. Madrid. |
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*Caro Baroja, P. 1987. ''Guía de Pío Baroja. El mundo barojiano'' Madrid. |
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*del Moral, C. 1974. ''La sociedad madrileña fin de siglo y Baroja''. Madrid. |
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*Elizalde, I. 1975. ''Personajes y temas barojianos''. Bilbao. |
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*González López, E. 1972. ''El arte narrativo de Pío Baroja en las trilogías''. Nueva York. |
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*Iglesias, C. 1963. ''El pensamiento de Pío Baroja''. México |
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Baroja comenzó a ejercer la medicina como [[médico de espuela]].<ref name="Med">{{cita libro |apellido=Sosa-Velasco |nombre=Alfredo Jesús |título=Médicos escritores en España, 1885-1955 |url=https://archive.org/details/mdicosescritores0000sosa |edición=primera |año=2010 |editor=Boydell & Brewer |ubicación=Madrid |isbn=1855662183}}</ref> Su hermana Carmen y la madre se trasladan a Cestona cuando Baroja se instala en un caserón. Allí Baroja se traslada a los caseríos en [[Biga (carruaje)|auriga]], sin apenas descanso. La vida de doctor rural era penosa y muy mal remunerada. Un suceso le cambiará la vida: a su padre le nombran Jefe de Minas de la provincia de Guipúzcoa, con residencia en San Sebastián. Baroja abandonó la plaza de Cestona definitivamente, dejando una reputación (con razón/o no) de persona problemática.<ref>{{cita libro |apellido=Castilla Urbano |nombre=Francisco |título=El análisis social de Julio Caro Baroja: empirismo y subjetividad |edición=primera |año=2002 |editor=CSIC |ubicación=Madrid |isbn=8400080858}}</ref> Tuvo alguna diferencia de criterio con el médico viejo, con el alcalde, con el párroco y con el sector católico del pueblo, que le acusaba de trabajar los domingos en su jardín y de no ir a [[misa]], pues, en efecto, era agnóstico; nunca simpatizó con la Iglesia desde su misma niñez, como cuenta en una de sus autobiografías, ''Juventud, egolatría''. Tras un año escaso de actividad médica, Baroja logra plaza en [[Zarauz]], pero finalmente abandona. |
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==Enlaces externos== |
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{{wikisource autor}} |
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=== Carrera literaria === |
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[[Archivo:Convent of Las Descalzas Reales 01.JPG|miniatura|El [[Monasterio de las Descalzas Reales (Madrid)|Monasterio de las Descalzas]] en Madrid (izquierda), la calle de Capellanes (derecha) donde pasó Pío Baroja parte de su juventud. En la actualidad esta calle se denomina de la Misericordia.]] |
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Tras su experiencia interrumpida como médico rural decide regresar a la bulliciosa Madrid; su hermano Ricardo dirigía una panadería ([[Viena Capellanes]]) que su tía materna Juana Nessi les había legado tras la muerte de su marido<ref name="Vien">{{cita libro |apellido=Baroja Nessi |nombre=Pío |título=Pío Baroja: una vida en imágenes |edición=primera |año=2006 |editor=Tusquets Editores |ubicación=Barcelona |páginas=43-45}}</ref> y Ricardo le había escrito desde Madrid que estaba harto y quería dejar el negocio. Baroja decidió encargarse él mismo de regentar la [[panadería|tahona]] cercana al [[Monasterio de las Descalzas Reales (Madrid)|monasterio de las Descalzas Reales]], antigua casa de la familia (cerca de la [[plaza de Celenque]]). Sobre esta situación laboral de Baroja gastaron bromas que le agradaban poco: «Es un escritor de mucha miga, Baroja» — dijo de él [[Rubén Darío]] a un periodista. A lo cual respondió el escritor: «También Darío es escritor de mucha pluma: se nota que es indio». |
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Instalado en Madrid, empezó a colaborar en periódicos y revistas, simpatizando con las doctrinas sociales [[anarquistas]], pero sin militar abiertamente en ninguna. Al igual que su contemporáneo [[Miguel de Unamuno]], abominó del [[nacionalismo vasco]], contra el que escribió su [[sátira]] ''Momentum catastrophicum''.<ref>{{cita libro |apellido=Almalel |nombre=Corazón |título=Pío Baroja y el país vasco |edición=primera |año=1973 |editorial=Helios |ubicación=Madrid |isbn=847331025X}}</ref> |
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La intervención de Baroja en la panadería de Viena Capellanes atrajo los odios de los familiares de [[Matías Lacasa]]. A esto se añadieron los problemas con los trabajadores de la panadería, la lucha con el gremio. Todo este ambiente hizo que dedicarse a la panadería no fuera de los negocios más felices de Baroja. A pesar de todo, conoce durante este periodo de la panadería, trabajando en el obrador, a los personajes curiosos que nutrirían algunas de sus novelas (''Silvestre Paradox'', y la trilogía ''[[La lucha por la vida]]''). Eran épocas en la que se encontraban en la calle noticias de la [[guerra hispano-estadounidense]], algo que desataba pasiones encontradas. Baroja lee ávidamente en las largas horas en el mostrador. Durante los meses de verano, Pío se iba a ver las obras de teatro que se representaban en los jardines del [[parque del Retiro de Madrid]]. Una vez su madre y la hermana Carmen regresan de nuevo a vera de Baroja en Madrid, al poco de su regreso, la tía Juana Nessi fallece. Los Baroja se instalan en la casa y cierran definitivamente la panadería de Capellanes. Esta estancia en Madrid coincide con el auge del [[Modernismo (arte)|modernismo]] y con una bohemia literaria más o menos pintoresca. |
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La afición por la literatura que le surgió en su adolescencia se ve incrementada ahora en las largas estancias tras el mostrador de la panadería, en las que lee con avidez filosofía alemana, desde [[Immanuel Kant]] a [[Arthur Schopenhauer]], decantándose finalmente por el [[pesimismo]] de este último. Su culto amigo suizo, el traductor e hispanista [[Paul Schmitz]], lo introduciría más tarde en la filosofía de [[Nietzsche]]. Baroja fue así acercándose cada vez más al mundillo literario. Estrechó una especial amistad con el anarquista [[José Martínez Ruiz]], más conocido como ''Azorín''. De igual manera cultivó la amistad de [[Ramiro de Maeztu|Maeztu]]. Con él y Azorín formaron durante un breve período el [[Grupo de los Tres (Generación del 98)|Grupo de los Tres]]. En 1898, el animador de círculos literarios, [[Luis Ruiz Contreras]], lo visita repetidas veces para que escriba en ''[[Revista Nueva]]'', de la que Baroja, tras escribir algunos artículos, acaba renegando. |
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==== Periodo de viajes ==== |
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[[Archivo:Monasterio de Santa María de El Paular. Panorámica desde el huerto.jpg|miniatura|izquierda|Monasterio del Paular, lugar donde Baroja toma contacto con Nietzsche. Las excursiones al entorno de este paraje fueron habituales en su periodo de bohemia.]] |
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En 1899 realizó Baroja el primero de sus numerosos viajes por Europa. Fue a [[París]], llevando en el equipaje ideas para una primera novela. Allí presenció la vida, costumbres y alborotos de los franceses. Asiste a la vida nocturna de los [[cabaré]]s y vive apasionadamente los sucesos del [[caso Dreyfus]]. Frecuenta además a los hermanos Machado, en especial a [[Antonio Machado|Antonio]]. Su figura se define ya con los rasgos con que se la recordará en el futuro: barba recortada, calvo, ojos expresivos y la típica [[Txapela|boina vascongada]]. Al regresar a Madrid hace frecuentes excursiones a la [[sierra de Guadarrama]] y al [[monasterio de Santa María de El Paular]]. En una de esas excursiones a la sierra madrileña conoce a su amigo suizo, el hispanista, escritor y traductor de [[Friedrich Nietzsche]] al español [[Paul Schmitz]] y entra en contacto con las ideas del gran filósofo que impregnarán parte de su obra. A fines de 1900, invitados él y su entonces amigo [[Azorín]] por el periodista [[Julio Burell y Cuéllar|Julio Burell]], visitan [[Toledo]],<ref>{{cita libro|autor = Calvo, Mariano|título = «Azorín y Baroja en Toledo», en Rutas literarias de Toledo| año = 1992| editorial = Toledo: Cuarto Centenario, pp. 234-249. ISBN 978-84-940811-2-5}} Como resultado de ese viaje toledano de los dos jóvenes escritores [[Azorín]] y Baroja entre el 19 y el 24 de diciembre de 1900, surgieron dos novelas, ''La Voluntad'' y ''Camino de Perfección'', en las que ambos vertieron las experiencias y deliberaciones vividas conjuntamente. Experiencias que también quedaron reflejadas en diversos artículos periodísticos, como el titulado ''Domingo en Toledo'', que Baroja publicó en marzo de 1902. En ''Final del siglo XIX y principios del XX'', Baroja escribe: “Poco después de conocernos, [[Azorín]] y yo fuimos a [[Toledo]], y estuvimos a visitar a Burell, a quien habían nombrado [[Gobernador civil]] de la provincia. Burell nos convidó a comer a los dos en el Gobierno Civil”. Esta comida y la visita a Burell aparecen reflejadas literalmente en ''Camino de Perfección''. Ambos escritores regresaran en otras muchas ocasiones a [[Toledo]], concretamente el 13 de febrero de 1903, con motivo de la conmemoración de la muerte de [[Mariano Jose de Larra]] en el cementerio toledano del Cristo de la Vega, junto con un grupo de escritores y redactores del periódico ''El Progreso''. Y es posible también que Baroja acompañará a [[Azorín]] en 1914 cuando el escritor alicantino acudió a la ciudad levítica para conmemorar el II centenario de la muerte del Greco.</ref> que en su novela ''Camino de perfección'' aparecerá consignando además la excursión a El Paular y el personaje del suizo, tan importante para él, bajo el nombre de Schulze, y a quien hará decir lo siguiente: |
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:''Los españoles han resuelto todos esos problemas metafísicos y morales que nos preocupan a nosotros, los del Norte, en el fondo mucho menos civilizados que ustedes. Los han resuelto negándolos; es la única manera de resolverlos'' (Pío Baroja, ''Camino de perfección'', cap. XIV). |
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Azorín, por su parte, recordará a Baroja con el nombre de Olaiz en su novela ''[[La voluntad]]'', y dirá de él que «ha infundido entre los jóvenes intelectuales castellanos el amor al Greco». Con el viajero [[Ciro Bayo]] realizará también varias excursiones a [[Extremadura]] y hará también [[senderismo]] por [[Jutlandia Central|Jutlandia]] en [[Dinamarca]]. Su activo vagabundeo por toda la Europa occidental (él se definió en ''Juventud, egolatría'' como «hombre humilde y errante») quedará reflejado en sus novelas; solo Europa del Este quedó al margen de su interés. |
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Sin embargo tampoco escapó a su curiosidad la propia España, que visitó periódicamente por medio de gran número de excursiones con diversos familiares, amigos y escritores. Las hizo casi siempre acompañado por sus hermanos Carmen y Ricardo, pero también por [[Ramiro de Maeztu]], [[Azorín]], [[Paul Schmitz]] e incluso [[José Ortega y Gasset]] en una ocasión en que recorrieron en [[automóvil]] gran parte del itinerario del [[Miguel Gómez Damas|general Gómez]] en su famosa expedición durante la [[primera guerra carlista]]; sobre ello redactará Baroja un interesante libro de viajes. Todos estos periplos a comienzos del siglo {{SIGLO|XX}} fecundaron su creatividad novelística y coinciden con su periodo literario más fértil: en él fue gestando, con su conocimiento de entornos y personas, los tipos, ambientes y paisajes que luego poblarán sus novelas. |
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El periplo de Baroja por Europa y España se extendió también a la misma ciudad de [[Madrid]] en que residió largos años; de sus impresiones quedan abundantes reflejos en toda su obra, pero sobre todo en la trilogía ''La lucha por la vida'', un ancho fresco de los ambientes humildes y marginales de la capital. Fue, de hecho, una especie de segundo Galdós por su conocimiento de los rincones más recónditos de la capital de España, aunque, a diferencia del narrador canario, Baroja no experimenta complacencia o complicidad con aquello que refleja, sino que critica con acritud cuando tiene que hacerlo y solo a duras penas muestra su lirismo, tan intenso como escaso. Entre sus compañeros de paseo ''desgastaaceras'' (así se llamaban) fue el más frecuente [[Ramón María del Valle-Inclán|Valle-Inclán]],<ref>{{cita libro |apellido=Balseiro |nombre=José Agustín |título=Blasco Ibáñez, Unamuno, Valle Inclán, Baroja: cuatro individualistas de España |url=https://archive.org/details/blascoibanezunam0000bals |edición=primera |año=1949 |editorial=Eliseo Torres & Sons |ubicación=Coruña}}</ref> pues el mayor de sus amigos entonces, Azorín, no gustaba de andar. Las paradas en los bajos del [[café de Fornos]] de la [[calle de Alcalá]] eran frecuentes, al igual que en el [[Café Lyon d'Or|Lyon d'Or]].<ref>{{cita libro |apellido=Estévez,Héctor Dona |nombre=María |título=Reina del duende: la vida, los amores y el arte de una mujer apasionada |edición=primera |año=2012 |editorial=Roca Editorial |ubicación=Madrid |isbn=8499184987}}</ref> A sus [[tertulia]]s solían ir los escritores y actores de teatro de la época. |
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A principios del siglo {{SIGLO|XX}} (1903) estuvo en [[Tánger]] como periodista corresponsal de prensa escrita de ''[[El Globo (periódico)|El Globo]]'', impreso en Madrid. Viajó después por toda Europa (residió varias veces en París (1906) con su hermana Carmen y allí conoció a [[Corpus Barga]] y al bohemio [[Francisco Iribarne]], alias «Ibarra» que lo sableó sin piedad. Estuvo algún tiempo en Londres (1906), y pasó por Italia (en Roma estuvo en 1907), Bélgica, Suiza, Alemania, Noruega, Países Bajos y Dinamarca. En 1902 se establece la familia en la casa de la calle Juan Álvarez Mendizábal del novísimo [[Argüelles (Madrid)|barrio de Argüelles]]. La casa era un antiguo hotel que necesitaba numerosas reformas y allí estuvieron viviendo hasta que falleció el padre en 1912 y se casó su hermana Carmen. La casa estaba llena de los [[gato]]s a que era aficionada la madre. Desde 1912 los veranos los pasaban en [[Vera de Bidasoa]]. |
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==== Primeras novelas ==== |
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En 1900 publicó su primer libro, una recopilación de cuentos titulada ''Vidas sombrías'',<ref>{{cita publicación|título=Pío Baroja, el hombre malo de Itzea|publicación=[[Ibérica (revista)|Ibérica]]|fecha=15 de enero de 1957|año=1957|nombre=Antonio|apellidos={{versalita|Otero Seco}}|enlaceautor=Antonio Otero Seco|volumen=5|número=1|páginas=3-6|url=http://www.euskomedia.org/PDFFondo/irujo/6995.pdf|fechaacceso=7 de junio de 2015|fechaarchivo=24 de septiembre de 2015|urlarchivo=https://web.archive.org/web/20150924043518/http://www.euskomedia.org/PDFFondo/irujo/6995.pdf|deadurl=yes}}</ref> la mayoría compuestos en [[Cestona]] sobre gentes de esa región y sus propias experiencias como médico. En esta obra se encuentran en germen todas las obsesiones que reflejó en su novelística posterior. El libro fue muy leído y comentado por prestigiosos escritores como [[Miguel de Unamuno]], quien se entusiasmó con él y quiso conocer al autor; por su amigo [[Azorín]] también y por [[Benito Pérez Galdós]]. Siempre negó la existencia de la «[[Generación del 98]]» por considerar que carecían sus pretendidos componentes de las necesarias afinidades y similitudes. En ese mismo año publica la que será su primera novela: ''[[La casa de Aizgorri]]'', iniciando así su carrera como escritor y ensayista.<ref name="Ensayo" /> |
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[[Archivo:Bera - Itzea Etxea -BT- 01.jpg|miniatura|Caserío ''Itzea'' propiedad de los Baroja en [[Vera de Bidasoa]], [[Navarra]].]] |
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Como bibliófilo aficionado frecuentador de librerías de viejo, de la cuesta de Moyano y de los ''bouquinistes'' a la orilla del Sena en París, fue acumulando Baroja una biblioteca especializada en [[ocultismo]], [[brujería]] e historia del siglo {{SIGLO|XIX}} que fue instalando en un viejo [[Caserío (arquitectura)|caserío]] del siglo {{SIGLO|XVII}} destartalado (pero de magnífica construcción), que compró en [[Vera de Bidasoa]] y restauró paulatinamente y con gran gusto, convirtiéndolo en el famoso caserío de «Itzea», donde pasaba los veranos con su familia, que se instaló en Vera del Bidasoa, aunque no en el caserío inhabitable por el momento, sino en un piso alquilado, donde falleció el 15 de julio de 1912 su padre Serafín Baroja cuando las obras de la restauración del caserío aún no habían comenzado. Tras la muerte del padre y las bodas de su hermano y hermana, Pío y su madre se quedaron solos en el caserón. |
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Su principal aporte a la literatura, como él mismo confiesa en ''Desde la última vuelta del camino'' (sus memorias compendiadas, Ed. Tusquets, 2006), es la observación y valoración objetiva, documental y psicológica de la realidad que le rodeó. Tenía conciencia de ser persona dotada de una especial agudeza psicológica a la hora de conocer a las personas; es un mito su pretendida [[misoginia]], habiendo descrito numerosos personajes femeninos encantadores o sin denigración alguna hacia éstos, más bien al contrario, se mostró un observador imparcial de la mujer con sus virtudes y defectos y creó entrañables caracteres femeninos como el de Lulú en ''El árbol de la ciencia''. Por demás, en su descripción de los personajes asoman a veces ciertos prejuicios raciales derivados de sus lecturas como médico de las teorías frenológicas de [[Cesare Lombroso]], con cierto toque antropológico que derivaba de sus conversaciones con su propio sobrino, el antropólogo [[Julio Caro Baroja]], quien fue en su juventud ayudante suyo y residió largas temporadas en Itzea. |
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En sus novelas reflejó una original filosofía realista, producto de la observación psicológica y objetiva («Ver en lo que es», como decía [[Stendhal]], a quien cita en ''Juventud, egolatría'', junto a [[Dostoievski]] como una de sus fuentes a la hora de diseñar psicologías), impregnada además con el profundo [[pesimismo]] de [[Arthur Schopenhauer]], pero que predicaba en alguna forma una especie de redención por la acción, en la línea de [[Friedrich Nietzsche]]: de ahí los personajes aventureros y vitalistas que inundan la mayor parte de sus novelas, pero también los más escasos abúlicos y desengañados, como el Andrés Hurtado de ''[[El árbol de la ciencia]]'' o el Fernando Ossorio de ''[[Camino de perfección (pasión mística)]]'', dos de sus novelas más acabadas. Fuera de esto, su mundo literario bebió de las numerosas lecturas de folletines y libros decimonónicos de aventuras que marcaron profundamente su juventud en el Madrid bohemio y de [[género chico]] de comienzos de siglo {{SIGLO|XX}}. |
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Escribe la realidad política de estos primeros años del {{siglo|XX||s}} dedicando especial atención a las ideas anarquistas que siempre salpican su obra. Dedicada a los esfuerzos ácratas versa su novela ''Aurora Roja'', perteneciente a ''La lucha por la vida''. En ''El cabo de las tormentas'' describe el asesinato del cardenal Juan Soldevila. En su novela ''La familia de Errotacho'' describe la euforia del exilio y hace un retrato de [[Francisco Ascaso]]. |
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==== Actividad política ==== |
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[[Archivo:Joaquín Sorolla, Don Pío Baroja.jpg|miniatura|Retratado por [[Joaquín Sorolla|Sorolla]] en 1914. [[Hispanic Society of America]], [[Nueva York]].]] |
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La vida política de Baroja acusa una gran incoherencia, al igual que otros aspectos de la vida del escritor,<ref>{{cita libro |apellido=Bayona Moreno |nombre=Moreno |título=¿Qué hacemos con Baroja?: reflexiones sobre la «coherencia» barojiana |editorial=Pamiela |año=2008 |ubicación=Madrid |isbn=8476815433}}</ref> pero al cabo se deja ver una evolución hacia el conservadurismo similar a la de otros autores de la llamada [[generación del 98]] como [[Azorín]] o [[Miguel de Unamuno]] (pero no como [[Antonio Machado]] o [[Ramón María del Valle-Inclán]]). Los periodos anarquistas y republicanos se localizan al principio de su trayectoria, y los totalitarios al final. Todos ellos quedaron reflejados en la obra periodística de Baroja. En 1933 visita a [[Buenaventura Durruti]] y otros militantes anarquistas en la cárcel de Sevilla tras lo cual escribe: ''"Al salir de la cárcel pensaba: -¡Quién sabe si lo que propugnan estos hombres en vez de ser lo utópico del futuro, sea en Andalucía algo ancestral y tradicional!"''.<ref>{{Cita publicación|url=|título=Latifundio y Comunismo|apellidos=|nombre=|fecha=23 de abril de 1933|publicación=Ahora|fechaacceso=|doi=|pmid=}}</ref> |
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Consiguió librarse del servicio militar de la manera que cuenta en ''Juventud egolatría''. En una primera etapa de [[bohemia]] madrileña tuvo contacto con [[Anarquismo en España|anarquistas españoles]] como [[Mateo Morral]], del que inspirado en su [[Atentados contra Alfonso XIII|atentado]] contra [[Alfonso XIII]] trazó una trilogía, ''La raza''. Igualmente tuvo contacto con anarquistas durante su estancia en Londres. Se alineó después con el [[Partido Republicano Radical]] (PRR) de [[Alejandro Lerroux]].<ref name="Lerr">{{cita libro |apellido=Bello Vázquez |nombre=Félix |título=El pensamiento social y político de Pío Baroja |edición=primera |año=1990 |editor=Ediciones Universidad de Salamanca |ubicación=Salamanca |isbn=8474815703}}</ref> Participó activamente en campañas electorales, dando discursos en Barcelona. Impulsado por [[Azorín]], hizo intento de entrar en política durante las [[elecciones generales de España de 1914]], presentándose de concejal en Madrid y de diputado por [[Fraga (Huesca)|Fraga]], pero fracasó. Al acercarse Azorín al partido de [[Antonio Maura]], rompió su antigua amistad con él. El gobierno del [[Partido Liberal-Conservador]] de [[Eduardo Dato]] le era desagradable. |
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El 23 de septiembre de 1923 se produce el [[Dictadura de Primo de Rivera|golpe de Estado de Primo de Rivera]] y Baroja no parece interesarse por el acontecimiento. Al poco tiempo da una conferencia en el [[Ateneo Guipuzcoano|Ateneo de San Sebastián]] en la que arremete contra la [[democracia liberal]], a pesar de ello, no abandonó jamás sus convicciones [[Anticlericalismo|anticlericales]].<ref>Miguel Sánchez-Ostiz, (2006), ''Pío Baroja a escena''. Ed. Espasa Calpe. Madrid</ref> Curiosamente, fue cofundador el 11 de febrero de 1933 de la [[Asociación de Amigos de la Unión Soviética]] junto con otros autores no marxistas como [[Concha Espina]] y [[Jacinto Benavente]], que luego se adherirán al régimen franquista.<ref>{{cita libro |título=El antisemitismo en España: la imagen del judío, 1812-2002 |edición=primera |año=2002 |editor=Marcial Pons Historia |ubicación=Madrid |isbn=8495379449}}</ref> En una entrevista realizada por [[Juan Aparicio López]] en la revista [[Falange Española de las JONS|jonsista]] ''[[La Conquista del Estado]]'', fundada por [[Ramiro Ledesma Ramos]], critica el advenimiento de la [[Segunda República Española|Segunda República]].<ref>[[Juan Aparicio López]] (1931), «Pío Baroja en la realidad de lo real». Semanario ''La Conquista del Estado'', n.º 1 (14 de marzo de 1931), p. 2.</ref> |
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El 13 de mayo de 1935 fue admitido en la [[Real Academia Española]]; presidía el acto de recepción del nuevo académico el presidente de la República, [[Niceto Alcalá-Zamora]]. En el acto, Baroja dio lectura a su discurso de ingreso, titulado "Formación psicológica de un escritor", de hora y cuarto de duración. Tras el discurso, Alcalá-Zamora dio la palabra al doctor Marañón, quien contestó al nuevo académico. Al final, el presidente de la República colocó la medalla de académico a Baroja, entre ovaciones del público.<ref>[https://prensahistorica.mcu.es/es/catalogo_imagenes/grupo.do?path=1002497882 Recepción del nuevo Académico de la Española, don Pío Baroja], en el diario ''La Voz'', 14 de mayo de 1935, pág. 12.</ref> |
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El 7 de septiembre de 1935 en su casa de Vera falleció Carmen Nessi, la madre de Baroja. |
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En 1938, durante la [[Guerra Civil Española|Guerra Civil]], la vallisoletana Editorial Reconquista publicó ''Comunistas, judíos y demás ralea'' (1938), una selección de textos de Baroja no editada directamente por él, reivindicando posturas antisemitas, antiparlamentarias, antidemocráticas y anticomunistas,{{Sfn|Casals|1994|pp=12-13}} y con un prólogo de [[Ernesto Giménez Caballero]] donde denominó al autor como «precursor español del fascismo».{{Sfn|Casals|1994|pp=12-13}}Pío Baroja publicaría ''Ayer y hoy'' en 1939.<ref>''ABC'', ''[http://hemeroteca.abc.es/nav/Navigate.exe/hemeroteca/madrid/abc/1975/01/10/011.html Baroja y su Ralea]'', Madrid, 10 de enero de 1975, p. 11.</ref> El pensamiento de Baroja durante este periodo queda cristalizado en tres novelas donde la acción transcurre, en parte o totalmente, durante la guerra civil española. |
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=== Guerra civil: exilio intermitente === |
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Prefería el clima, luz, paisaje y vegetación del norte de España, por eso eligió Navarra para veranear en 1936. El 22 de julio de 1936 fue arrestado por [[Requeté|fuerzas carlistas]] (requetés) que se dirigían desde [[Pamplona]] a [[Guipúzcoa]] y le retienen en el pueblo vecino de [[Santesteban]];<ref>{{Cita noticia|título=Los liberadores inmediatos de Baroja el 22 de julio de 1936. Noticias de Navarra|url=http://www.noticiasdenavarra.com/2018/07/30/ocio-y-cultura/cultura/los-liberadores-inmediatos-de-baroja-el-22-de-julio-de-1936|fechaacceso=31 de julio de 2018|periódico=Noticias de Navarra|idioma=es-ES|urlarchivo=https://web.archive.org/web/20180730130555/http://www.noticiasdenavarra.com/2018/07/30/ocio-y-cultura/cultura/los-liberadores-inmediatos-de-baroja-el-22-de-julio-de-1936|fechaarchivo=30 de julio de 2018}}</ref> esta experiencia lo asustó bastante. Es liberado de la cárcel municipal por mediación de [[Carlos Martínez de Campos y Serrano]], duque de la Torre (años más tarde preceptor del príncipe de España, Juan Carlos).<ref>{{Cita libro|apellidos=Baroja|nombre=Pío|enlaceautor=|título=La guerra civil en la frontera|url=|fechaacceso=|año=2005|editorial=Caro Raggio|isbn=9788470351815|editor=|ubicación=Madrid|página=45, 196|idioma=|capítulo=}}</ref> Al regresar de nuevo a Vera, Baroja decide evitar problemas y marcharse a pie a la cercana [[Frontera entre España y Francia|frontera con Francia]]. Tras cruzar la frontera con [[Francia]] en un automóvil se establece inicialmente en [[San Juan de Luz]] y posteriormente en París, en el [[Colegio de España en París|Colegio de España]] de la [[Ciudad Internacional Universitaria de París|Ciudad Universitaria]], gracias a la hospitalidad que le ofreció el director de dicho colegio, el Sr. Establier (hospitalidad que le fue agriamente reprochada al director por el entonces embajador de la República en Francia, [[Luis Araquistáin]], que personalmente y a través de su esposa hizo repetidas gestiones ante el director Establier para que expulsase a Baroja de su alojamiento, gestiones que no dieron resultado). |
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A través de [[Manuel García Morente]], la tropas sublevadas proporcionan a Baroja un salvoconducto para acceder al territorio español bajo su dominio. El 13 de septiembre de 1937, tras un año de exilio regresa a España, cruza el puente internacional de Irún. Vive en la casa de Vera y se deja ver poco. En enero de 1938, lo invitan a [[Salamanca]] para jurar como miembro del recién creado [[Instituto de España]] y para gestionar la publicación de artículos periodísticos muy críticos con la República en general y con los políticos republicanos (como el conocido «Una explicación», publicado en el ''Diario de Navarra'', 1-IX-1936). |
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Regresa a París, e inicia una serie de viajes de ida y regreso a España hasta el final de la guerra. A medida que se acercaba el año 1939, en París se anuncia la proximidad de la [[Segunda Guerra Mundial]]. Regresó a España definitivamente en junio de 1940. Ese mismo año regresa a un Madrid de posguerra. En ''La soledad de Pío Baroja'' (1953), Pío Caro relata la vida de la familia en el periodo que va desde 1940 a 1950.<ref>{{cita libro |apellido=Caro Baroja |nombre=Pío |título=Pío Caro Baroja |edición=primera |año=1953 |ubicación=Madrid}}</ref> |
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=== Posguerra === |
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[[Archivo:HPIM1712.JPG|miniatura|izquierda|200px|Número 12 de calle de Ruiz de Alarcón, su último domicilio en Madrid. Existe una placa recordando este hecho.]] |
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De algún modo, su mejor literatura termina con la guerra, salvo la composición de sus memorias ''Desde la última vuelta del camino'', uno de los mejores ejemplos de [[autobiografía]] en lengua castellana. Terminada la Guerra Civil, residió todavía una corta época en Francia y se estableció más tarde definitivamente entre Madrid y [[Vera de Bidasoa]]. Siguió escribiendo y publicando novelas, sus ''Memorias'' (que alcanzaron gran éxito) y una edición de sus ''Obras completas''. Sufrió algunos problemas con la [[censura]], que no le permitió publicar su novela sobre la Guerra Civil, ''[[Miserias de la guerra]]'', ni su continuación, ''Los caprichos de la suerte''. La primera fue publicada en 2006, en edición del escritor [[Miguel Sánchez-Ostiz]], precedida, entre otros títulos, por ''Libertad frente a sumisión'' en 2001. Sostuvo en su domicilio de Madrid una [[tertulia]] de sesgo escéptico (en la cual participaban diversas personalidades, entre ellas novelistas como [[Camilo José Cela]], [[Juan Benet]] y otros). |
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Su hotelito de la calle Mendizábal —paralela a la [[Calle de la Princesa (Madrid)|calle de la Princesa]], cerca de la [[Plaza de España (Madrid)|plaza de España]]— fue destruido por una bomba del bando sublevado durante la Guerra Civil, por lo que se perdieron muchísimos documentos de valor que allí tenía archivados. Tras el fin de la contienda, se mudó a la calle Ruiz de Alarcón, cerca de [[Palacio de la Bolsa de Madrid|la Bolsa]]. |
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[[Archivo:Tumba de Pío Baroja.jpg|miniatura|190px|Tumba de Baroja en el [[cementerio civil de Madrid]].]] |
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Toda su vida fue un gran andarín, habiendo paseado por Madrid y todos sus alrededores en su juventud, como queda reflejado en su trilogía ''La lucha por la vida'' (''La busca'', ''Mala hierba'' y ''Aurora roja''). En sus últimos años fue un gran paseante por el [[parque del Buen Retiro]] madrileño, de forma que se le levantó allí la estatua que guarda su memoria (cruce con la [[Cuesta de Moyano]] y [[calle Alfonso XII|Alfonso XII]]). Nunca estuvo casado y no dejó descendencia. |
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Su hermana Carmen murió en 1949 y su hermano Ricardo en 1953. Afectado poco a poco por la [[arterioesclerosis]], murió en 1956 y fue enterrado en el [[Cementerio Civil de Madrid]] (junto al de La Almudena) como [[ateísmo|ateo]], con gran escándalo de la España oficial, a pesar de las presiones que recibió su sobrino, el antropólogo [[Julio Caro Baroja]], para que renunciase a la voluntad de su tío. Ello no obstante, el entonces ministro de Educación Nacional, [[Jesús Rubio García-Mina]], asistió en su calidad de tal al entierro. Su ataúd fue llevado a hombros por [[Camilo José Cela]] y [[Miguel Pérez Ferrero]], entre otros. [[Ernest Hemingway]] asistió al sepelio y [[John Dos Passos]] declaró su admiración y su deuda con el escritor. |
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Entre los biógrafos de Pío Baroja y algunos familiares aún existen controversias sobre diversos aspectos de su personalidad y de su obra.<ref name="disp">{{cita libro|apellido=Gil Bera|nombre=Eduardo|enlaceautor=Eduardo Gil Bera|título=Baroja o el miedo| edición=primera|año=2001|editorial=Ed. Península|ubicación=Barcelona}}</ref> |
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== Obras == |
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Baroja cultivó preferentemente el género narrativo, pero se acercó también con frecuencia al [[ensayo]],<ref name="Ensayo">{{cita libro |apellido=Saz Parkinson |nombre=Carlos Roberto |título=Positivamente negativo: Pío Baroja, ensayista |edición=primera |año=2011 |editor=Universidad Complutense de Madrid |isbn=8499381138}}</ref> y más ocasionalmente al teatro,<ref name="Teatro">{{cita libro |apellido=C. Charlebois |nombre=Lucile |título=El teatro de Pío Baroja: una curiosidad |edición=primera |año=1987 |ubicación=Madrid}}</ref> la [[lírica]] (''Canciones del suburbio'') y la [[biografía]]. Existe una contribución de Pío al libreto de una [[zarzuela|opereta]] escrita por el músico [[Pablo Sorozábal]] titulada: ''[[Adiós a la bohemia]]'' (estrenada en el [[Teatro Calderón (Madrid)|Calderón]] en 1933). |
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=== Obra narrativa === |
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El propio autor agrupó sus [[novela]]s, un poco arbitrariamente, en nueve trilogías y dos tetralogías, aunque es difícil distinguir en algunas de ellas qué elementos pueden tener en común: ''Tierra vasca'', ''La lucha por la vida'', ''El pasado'', ''El mar'', ''La raza'', ''Las ciudades'', ''Agonías de nuestro tiempo'', ''La selva oscura'', ''La juventud perdida'' y ''La vida fantástica''. ''Saturnales'' pertenece en su temática a la [[Guerra civil española|Guerra civil]] y permaneció inédita a causa de la [[censura]] franquista, publicándose las dos últimas novelas de la serie en el siglo {{SIGLO|XXI}}. |
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* '''Tierra vasca''' es una tetralogía que agrupa ''[[La casa de Aitzgorri|La casa de Aizgorri]]'' (1900), ''[[El mayorazgo de Labraz]]'' (1903), ''[[Zalacaín el aventurero]]'' (1908) y ''[[La leyenda de Jaun de Alzate]]'' (1922).<ref>{{cita libro|apellidos=Mainer|nombre=José-Carlos|título=Pío Baroja|año=2012|editorial=Taurus|páginas=25; 129|ubicación=Madrid}}</ref> |
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* '''La vida fantástica''' está formada por ''[[Aventuras, inventos y mixtificaciones de Silvestre Paradox]]'' (1901), ''[[Camino de perfección (pasión mística)]]'' (1902) y ''[[Paradox rey]]'' (1906). |
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* '''La lucha por la vida''' integra ''[[La busca]]'' (1904), ''[[Mala hierba (novela)|Mala hierba]]'' (1904) y ''[[Aurora roja]]'' (1904). |
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* '''El pasado''' consta de ''[[La feria de los discretos]]'' (1905), ''[[Los últimos románticos]]'' (1906) y ''[[Las tragedias grotescas]]'' (1907). |
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* '''La raza''' está formada por ''[[La dama errante]]'' (1908), ''[[La ciudad de la niebla]]'' (1909) y ''[[El árbol de la ciencia]]'' (1911). |
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* '''Las ciudades''' agrupa a ''[[César o nada]]'' (1910); ''[[El mundo es ansí]]'' (1912) y ''[[La sensualidad pervertida]]: ensayos amorosos de un hombre ingenuo en una época de decadencia'' (1920). |
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* '''El mar''' es su segunda tetralogía: acoge ''[[Las inquietudes de Shanti Andía]]'' (1911); ''[[El laberinto de las sirenas]]'' (1923); ''[[Los pilotos de altura]]'' (1929) y ''[[La estrella del capitán Chimista]]'' (1930). |
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* '''Agonías de nuestro tiempo''' recoge ''El gran torbellino del mundo'' (1926); ''Las veleidades de la fortuna'' (1927) y ''Los amores tardíos'' (1926). |
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* '''La selva oscura''' incorpora ''[[La familia de Errotacho]]'' (1932); ''[[El cabo de las tormentas]]'' (1932) y ''[[Los visionarios]]'' (1932). |
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* '''La juventud perdida''' reúne ''[[Las noches del Buen Retiro]]'' (1934); ''[[El cura de Monleón]]'' (1936) y ''[[Locuras de carnaval]]'' (1937). |
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* '''Saturnales''', la última, agrupa a ''[[El cantor vagabundo]]'' (1950); ''[[Miserias de la guerra]]'' (2006) y ''[[Los caprichos de la suerte]]'' (2015).<ref>El País, ''[http://cultura.elpais.com/cultura/2015/10/28/actualidad/1446058011_149770.html ‘Los caprichos de la suerte’, el testamento literario de Baroja]'', Madrid, 29 de octubre de 2015.</ref> |
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Una serie de novelas de la última etapa de la vida del escritor no fue recogida en trilogías y se las suele llamar «novelas sueltas» porque el autor no llegó a escribir las que faltaban por causa de la vejez y la censura (especialmente en las que trataban la Guerra Civil) principalmente: ''Susana y los cazadores de moscas'' (1938), ''Laura o la soledad sin remedio'' (1939), ''Ayer y hoy'' (publicada en Chile en 1939), ''El caballero de Erlaiz'' (1943), ''El puente de las ánimas'' (1944), ''El hotel del Cisne'' (1946) y ''El cantor vagabundo'' (1950). |
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''El hotel del Cisne'' sería la primera pieza de otra inconclusa trilogía que llevaría por nombre ''Días aciagos''. En cuanto a ''Saturnales'', trilogía sobre la Guerra civil, llegó a escribirla entera, pero la [[censura franquista]] impidió la publicación de dos de las novelas que la integraban; la llegada de la democracia posibilitó que se imprimieran; son ''Miserias de la guerra'' (2006), y ''Los caprichos de la suerte'' (2015). |
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[[Archivo:Eugenio de Aviraneta 1841.jpg|miniatura|[[Eugenio de Aviraneta]] en una litografía de 1841, protagonista de las veintidós novelas históricas agrupadas en la serie ''[[Memorias de un hombre de acción]]''.]] |
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Entre 1913 y 1935 aparecieron los veintidós volúmenes de una larga [[novela histórica]], ''[[Memorias de un hombre de acción]]'', basada en la vida de un antepasado suyo, el conspirador y aventurero liberal y masón [[Eugenio de Aviraneta]] (1792-1872), a través del cual refleja los acontecimientos más importantes de la historia española del siglo {{SIGLO|XIX}}, desde la [[Guerra de la Independencia Española|Guerra de la Independencia]] hasta la regencia de María Cristina, pasando por el turbulento reinado de [[Fernando VII]]. Constituye una amplia serie de [[Novela histórica|novelas históricas]] comparable a los ''[[Episodios nacionales]]'' de [[Benito Pérez Galdós]] y aproximadamente sobre el mismo periodo histórico, aunque el escritor canario escribió casi el doble de novelas que el escritor vasco y Baroja se documentó con tanto rigor como el propio Galdós, aunque su estilo es mucho más impresionista. Son las siguientes: ''El aprendiz de conspirador'' (1913), ''El escuadrón del «Brigante»'' (1913), ''Los caminos del mundo'' (1914), ''Con la pluma y con el sable'' (1915), que narra el período en que Aviraneta fue regidor de [[Aranda de Duero]], ''Los recursos de la astucia'' (1915), ''La ruta del aventurero'' (1916), ''Los contrastes de la vida'' (1920), ''La veleta de Gastizar'' (1918), ''Los caudillos de 1830'' (1918), ''La Isabelina'' (1919), ''El sabor de la venganza'' (1921), ''Las furias'' (1921), ''El amor, el dandysmo y la intriga'' (1922), ''Las figuras de cera'' (1924), ''La nave de los locos'' (1925, en cuyo prólogo se defiende de las críticas hacia su forma de novelar vertidas por [[José Ortega y Gasset]] en ''El Espectador''), ''Las mascaradas sangrientas'' (1927), ''Humano enigma'' (1928), ''La senda dolorosa'' (1928), ''Los confidentes audaces'' (1930), ''La venta de Mirambel'' (1931), ''Crónica escandalosa'' (1935) y ''Desde el principio hasta el fin'' (1935). |
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En 1938 publicó en la editorial Reconquista ''Comunistas, judíos y demás ralea'', libro formado por fragmentos de obras y artículos de Baroja anteriores a 1936, pero también contemporáneos a la [[Guerra civil española|Guerra civil]], donde se muestra hostil a la democracia y a la política en general.<ref>Un extracto de la obra: «Esta última época ha demostrado lo que muchos hemos creído: que el parlamentarismo no es fecundo. Es imposible. El parlamentarismo es una hoguera que lo consume todo a su lado; la dictadura puede ser la salvación...».</ref> |
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Baroja publicó también cuentos, recogidos al principio en ''Vidas sombrías'' (1900) y después en ''Idilios vascos'' (1902). Asimismo, fue un asiduo del género memorialístico y autobiográfico (''Juventud, egolatría'', 1917 y los ocho volúmenes ''Desde la última vuelta del camino'', compuestos por ''El escritor según él y según los críticos'', 1944; ''Familia, infancia y juventud'', 1945, ''Final de siglo XIX y principios del XX'', 1946; ''Galería de tipos de la época'', 1947; ''La intuición y el estilo'', 1948; ''Reportajes'', 1948; ''Bagatelas de otoño'', 1949; y ''La Guerra civil en la frontera'', 2005).<ref>[http://www.hislibris.com/?p=91 ''La guerra civil en la frontera'' — Pío Baroja] • Hislibris.<!-- Título generado por un bot --></ref> Además redactó un par de [[biografía]]s: ''[[Juan van Halen]], el oficial aventurero'' (1933) y ''Aviraneta o la vida de un conspirador'' (1931); [[ensayo]]s como ''El tablado de Arlequín'' (1904), ''La caverna del humorismo'' (1919), ''Momentum catastrophicum'' (contra el [[nacionalismo vasco]]), ''Divagaciones apasionadas'' (1924), ''Las horas solitarias'' (1918), ''Intermedios. Vitrina pintoresca'' (1935), ''Rapsodias. Pequeños ensayos'', ''El diablo a bajo precio'', ''Ciudades de Italia'', ''La obra de [[Pello Yarza]] y otras cosas'', ''Artículos periodísticos'' y algunas obras dramáticas: ''Nocturnos del hermano Beltrán'', ''Todo acaba bien... a veces'', ''Arlequín, mancebo de botica'', ''Chinchín, comediante'' y ''El horroroso crimen de Peñaranda del Campo''. |
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=== Técnicas narrativas y estilo === |
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El Baroja narrador creía insuficiente el arte para reflejar lo que a él más le importaba: la verdad de la vida; su reflejo literario, si de veras era sincero, debía despertar la misma insatisfacción que provocaba la propia vida. Por eso, como [[Miguel de Unamuno]], tenía una idea viva y proteica de lo que era la [[novela]]: |
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{{cita|¿Hay un tipo único de novela? Yo creo que no. La novela, hoy por hoy, es un género multiforme, proteico, en formación, en fermentación; lo abarca todo: el libro filosófico, el libro psicológico, la aventura, la utopía, lo épico; todo absolutamente. Pensar que para tan inmensa variedad puede haber un molde único me parece dar una prueba de doctrinarismo, de dogmatismo. Si la novela fuera un género bien definido, como es un soneto, tendría una técnica también bien definida.|Pío Baroja, «Prólogo casi doctrinal sobre la novela»}} |
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Sin embargo, sus estructuras eran mucho menos concentradas que las del filósofo vasco y poseen una personalidad propia, un modo de ser como el suyo. Y en el «Prólogo casi doctrinal sobre la novela» que antepuso a su ''La nave de los locos'' respondió a las ideas que sobre su narrativa había esbozado [[José Ortega y Gasset]]. Su idea de la novela era abierta, polifónica, permeable y fragmentaria, pues la consideraba un fluir en sucesión: |
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{{cita|La novela, en general, es como la corriente de la Historia: no tiene ni principio ni fin; empieza y acaba donde se quiera. Algo parecido le ocurría al poema épico. A ''Don Quijote'' y a la ''Odisea'', al ''Romancero'' o a ''Pickwick'', sus respectivos autores podían lo mismo añadirles que quitarles capítulos. Claro que hay gente hábil que sabe poner diques a esa corriente de la Historia, detenerla y embalsarla y hacer estanques como el del Retiro. A algunos les agrada esa limitación; a otros nos cansa y nos fastidia.}} |
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[[Archivo:Zalacain el aventurero cover page 1908.jpg|miniatura|''[[Zalacaín el aventurero]]'' (1908)]] |
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Su composición debe ser heterogénea («la novela es un saco en que cabe todo»). Conformaba sus obras como una serie de episodios dispersos, unidos muchas veces por la presencia de un personaje conductor central en medio de cientos de personajes episódicos o secundarios, o por una serie de personajes conductores que se suceden, como en ''El laberinto de las sirenas''. La mayor parte de los personajes barojianos son seres inadaptados o antihéroes que se oponen al ambiente y a la sociedad en la que viven, pero, impotentes e incapaces de demostrar energía suficiente para llevar lejos su lucha, acaban frustrados, vencidos y destruidos, en ocasiones físicamente, en muchas otras moralmente, y, en consecuencia, condenados a someterse al sistema que han rechazado. Así ocurre con sus personajes más famosos: el Andrés Hurtado de ''El árbol de la ciencia'', que se suicida; el Fernando Ossorio de ''Camino de perfección'', incapaz de ver que la sociedad se impone a sus vanas ilusiones; el César Moncada de ''César o nada'', que ve destruidos todos sus esfuerzos de político progresista al abandonar apenas un momento la lucha para ocuparse de sí mismo, o el Martín Zalacaín de ''Zalacaín el aventurero'', asesinado por la familia rival, los Obando, o Manuel, protagonista de ''La lucha por la vida'', que se ve una y otra vez arrojado a los mismos barrios bajos miserables. En cuanto a la caracterización de sus personajes, que Baroja llama «muñecos», opta por que se vayan reflejando mediante sus propios actos o mediante las observaciones del propio narrador, pues aborrece absolutamente el [[monólogo interior]]: |
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{{cita|Me reprochan [...] que la psicología de Aviraneta y de los demás personajes míos no es clara ni suficiente, ni deja huella. Yo no sé si mis personajes tienen valor o no lo tienen, si se quedan o no en la memoria. Supongo que no, porque habiendo habido tanto novelista célebre en el siglo XIX que no ha llegado a dejar tipos claros y bien definidos, no voy a tener yo la pretensión de conseguir lo que ellos no han logrado''|«Prólogo casi doctrinal sobre la novela»}} |
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Al respecto, tras examinar las virtudes de grandes psicólogos de personajes como [[Stendhal]] y [[Dostoievski]], Baroja concluye que es imposible crear caracteres sin incurrir en contradicciones, cuando a él lo único que le obsesiona es la sinceridad y la verdad: profundizar en los caracteres determina siempre en la narrativa una propensión a la patología, por lo que no es raro que muchos personajes, si se profundiza en ellos, terminen por aparecer raros o perturbados, como muchos en sus novelas.<ref>«En Dostoievski, lo inconsciente domina y lo inconsciente es más instintivo, más fatal y más lógico que lo racional. Así llegaríamos a una solución, a primera vista absurda, pero que no lo es, y que consistiría en afirmar que los personajes de psicología más clara y mejor determinada son los inconscientes y los locos. Los héroes antiguos clásicos, Aquiles, Ulises o Eneas, eran indudablemente sanos, limitados y mediocres; los héroes modernos, en cambio, desde Don Quijote y Hamlet hasta Raskolnikof, son inspirados y locos. Toda la gran literatura moderna está hecha a base de perturbaciones mentales. Esto ya lo veía Galdós; pero no basta verlo para ir por ahí y acertar; se necesita tener una fuerza espiritual, que él no tenía, y probablemente se necesita también ser un perturbado, y él era un hombre normal, casi demasiado normal. El que tiene fuerza para ser en literatura un gran psicólogo, se hunde poco a poco en la ciénaga de la patología», Pío Baroja, «Prólogo casi doctrinal sobre la novela», en su ''La nave de los locos''.</ref> |
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El [[Escepticismo filosófico|escepticismo]] barojiano, su idea [[Arthur Schopenhauer|schopenhaueriana]] de un mundo que carece de sentido, su falta de fe en el ser humano le llevan a rechazar cualquier posible solución vital, ya sea religiosa, política o filosófica y, por otro lado, le conducen a un marcado individualismo [[pesimista]], y no por ello anarquizante. A menudo se ha reprochado a Baroja su descuido en la forma de escribir. Eso se debe a su tendencia antirretórica, pues rechazaba los largos y laberínticos periodos de los prolijos narradores del [[Realismo literario|realismo]], actitud que compartió con otros contemporáneos suyos, así como el afán de crear lo que denomina una «retórica de tono menor», caracterizada por: |
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* Empleo del período corto, de escasa subordinación compleja y lejano a toda impostación y academicismo. |
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* Sencillez y economía expresiva: «El escritor que con menos palabras da una sensación es el mejor». |
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* [[Impresionismo]] descriptivo: selecciona los rasgos significativos en vez de reproducir fotográficamente todos los detalles como es característico de los minuciosos y documentados narradores del [[Realismo literario|realismo]]. |
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* Tono agrio, selección de un léxico que degrada la realidad a tono con la actitud pesimista del autor. |
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* Breves ensayos en que el autor expone algunas de sus ideas e intensos intermedios líricos. |
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* Tempo narrativo rápido, un [[cronotopo]] dilatado: el espacio y el tiempo de sus obras es poco concentrado y a veces abarca toda una vida o incluso varias generaciones, como en ''El laberinto de las sirenas''. |
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* Atomización de la estructura novelística en capítulos muy cortos (probablemente por influjo de la [[novela por entregas]] que leyó en su juventud) y con gran abundancia de personajes secundarios, en forma que anuncia ya algunas veces el personaje o [[protagonista colectivo]] de novelas posteriores como ''[[La colmena (novela)|La colmena]]'' de [[Camilo José Cela]]. |
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* Diálogos respetuosos con la oralidad y la naturalidad. |
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* Deseo de exactitud y precisión, rasgos estilísticos que confieren la amenidad, el dinamismo y la sensación de naturalidad y vida que el escritor pretendía para sus novelas. |
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Pío Baroja utilizó a veces un tipo de novela formada esencialmente por diálogos, como en ''La casa de Aizgorri'', ''Paradox, rey'' y ''El nocturno del hermano Beltrán''. |
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=== Obras teatrales === |
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El acercamiento de Baroja al mundo teatral estuvo marcado de dudas.<ref name="TeatPB">{{cita libro |apellido=C. Charlebois |nombre=Lucile |título=El teatro de Pío Baroja: una curiosidad |año=1987 |editor=Nueva Revista de Filología Hispánica |editorial=t. 35, n.º 1 |ubicación=México}}</ref> No albergaba demasiadas esperanzas de ser representado a causa de las muchas exigencias de los empresarios teatrales. Uno de sus primeros intentos corresponde a su obra más temprana, ''La casa de Aizgorri'' (1900). Sin embargo, parece que le interesó siempre el teatro y cuanto lo rodeaba desde que empezó su vida como escritor: durante un tiempo escribió crítica literaria en el ''[[El Globo (periódico)|El Globo]]'' y llegó a participar incluso como actor esporádico en algunas obras de la época y en filmes que adaptaban sus obras. Aparte de algunas novelas dialogadas de su primera época, dejó seis piezas teatrales, un conjunto algo heterogéneo: |
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* ''La leyenda de Jaun de Alzate (leyenda vasca puesta en escena)'', 1922 |
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* ''Arlequín, mancebo de botica'', [[sainete]] |
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* ''Chinchín comediante'' |
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* ''El horroroso crimen de Peñaranda del Campo'', que el autor calificó de «farsa villanesca» |
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* ''El nocturno del hermano Beltrán'' |
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* ''Todo acaba bien... a veces'', concluida en 1937 en París. |
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Cabe destacar también su colaboración con el cine en las dos adaptaciones de su novela ''[[Zalacaín el aventurero]]''. En la versión de finales de los años veinte de [[Francisco Camacho Ruiz|Francisco Camacho]], él mismo interpreta el papel de carlista. En la de [[Juan de Orduña]] de los cincuenta, hace de sí mismo junto con el propio director, que va a visitarle como prólogo a la historia. Si bien no era mucha su afición al teatro ni a los espectáculos populares, adaptó su obra teatral ''Adiós a la bohemia'' y compuso el libreto para la [[Adiós a la bohemia|ópera chica homónima]] con música del compositor [[Pablo Sorozábal]] estrenada en 1933 en Madrid. |
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=== Material periodístico === |
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Baroja nació en el seno de una familia de periodistas y sus abuelos fueron impresores y editores. Es más, su padre Serafín era colaborador de diversos periódicos de [[San Sebastián]]. Sus primeros trabajos literarios los realizó Baroja precisamente escribiendo pequeños artículos en periódicos y a lo largo de su vida surtió una abundante y constante creación de materia periodística que ha sido objeto de profundos estudios.<ref name="pHDB">{{cita publicación |apellido=De Arcos Morales |nombre=Beatriz |título=Pio Baroja: literatura y periodismo en su obra |url=https://archive.org/details/piobarojaliterat0000anco |edición=primera |año=1998 |editor=Fundación Universitaria Española |ubicación=Madrid |isbn=84-7392-403-7 |obra=Tesis ''cum laude''. Serie L, Literatura ; 2}}</ref> Baroja escribe en ''Ahora'', ''[[El Liberal (Madrid)|El Liberal]]'', en ''La Justicia'', en ''[[El Imparcial (España)|El Imparcial]]'', todos diarios madrileños, pero también en periódicos como el ''[[Levante-EMV|Mercantil Valenciano]]'' y ''[[El País (1887-1921)|El País]]'' e históricos periódicos donostiarras como ''La Unión Liberal'', ''[[La Voz de Guipúzcoa]]'' y ''[[El Pueblo Vasco (San Sebastián)|El Pueblo Vasco]]''. Escribe en revistas finiseculares como ''[[Germinal (revista literaria)|Germinal]]'', ''[[Revista Nueva]]'', ''[[La Vida Literaria]]'', ''[[Alma Española]]'' y ''[[Juventud]]'', prosiguiendo luego en ''[[La Lectura y España]]''.<ref>{{cita libro |apellido=Rebollo Sánchez |nombre=Félix |título=Periodismo y movimientos literarios contemporáneos españoles [1900-1939] |edición=primera |año=1998 |editor=Huerga Y Fierro Editores |ubicación=Madrid}}</ref> |
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A los diecisiete años de edad escribe sobre literatura rusa en ''[[La Unión Liberal]]'' de San Sebastián, periódico de corte monárquico. A veces lo hace empleando pseudónimos: «Doctor Tirteafuera» (como hizo [[Dionisio Pérez Gutiérrez]]), «Pío Quinto», «Juan Gualberto Nessy», etc. Fue también corresponsal de guerra. Y, durante su estancia en París en plena Guerra civil española, tuvo que colaborar activamente para ganarse la vida y escribió en ''[[La Nación (Argentina)|La Nación]]'' de Buenos Aires desde fines de 1936 hasta mediados de 1940. En su primera etapa como periodista escribió artículos al alimón con su hermano Darío y, tras su regreso a España y ya anciano, colaboró en ''[[Granada Gráfica]]'', ''[[El Norte de Castilla]]'' y ''[[Heraldo de Aragón]]'', así como en otros muchos a que no puede bastar cuenta cierta. |
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El primer periódico donde probó a escribir fue ''[[El Ideal]]'', propiedad del [[Emilio Prieto Villarreal|comandante Prieto]]; se trataba de un periódico de corte [[Primera República Española|republicano]] y lo hizo sin firmar. Tras este breve intento periodístico pasó a colaborar en ''[[La Justicia]]'' de [[Nicolás Salmerón]]. Las colaboraciones en ''[[El Globo (Madrid)|El Globo]]'' marcan un hito en la carrera literaria de Baroja. Fundó en 1915 la revista ''España'', algunos de cuyos colaboradores llegaron a ser ministros y cargos públicos durante la [[Segunda República Española|Segunda República]]. |
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== Adaptaciones al cine == |
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En 1947 se estrenó ''[[Las inquietudes de Shanti Andía (película)|Las inquietudes de Shanti Andía]]'', dirigida por Arturo Ruiz Castillo. <ref>{{Cita web|url=https://aunamendi.eusko-ikaskuntza.eus/es/las-inquietudes-de-shanti-andia/ar-101279/|título=las inquietudes de Shanti Andia - Auñamendi Eusko Entziklopedia|fechaacceso=2024-11-02|sitioweb=aunamendi.eusko-ikaskuntza.eus|idioma=es}}</ref> |
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En 1955, el director [[Juan de Orduña]] adaptó ''Zalacaín el aventurero''.<ref>´{{cita web|url=https://www.filmaffinity.com/es/film734196.html|título=Zalacaín el aventurero|fechaacceso=1 de julio de 2020}}</ref> |
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En 1966, se estrenó ''[[La busca (película)|La Busca]]'', dirigida por [[Angelino Fons]].<ref>Gregori, Antonio: ''El cine español según sus directores'', págs. 726-737. Cátedra, Madrid, 2009. ISBN 978-84-376-2614-7</ref> |
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== Homenajes y reconocimientos == |
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[[Archivo:Pío Baroja y Nessi.jpg|miniatura|Monumento a Baroja en la [[Cuesta de Moyano]] de Madrid.|255x255px]] |
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Ya durante su vida pudo ver Baroja traducir sus novelas a otros idiomas y su figura era ya popular a comienzos del siglo {{SIGLO|XX}}. Se dio su nombre a una serie de monumentos, plazas, calles, colegios, como el CEIP Pío Baroja ([[Móstoles]]). |
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[[Archivo:Busto de Pio Baroja.jpg|miniatura|Monumento a Baroja en [[Aranda de Duero]] (Burgos).|izquierda|170px]] |
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En Madrid, entre la [[calle Alfonso XII]] que va desde el monumento al Ángel Caído y la [[Cuesta de Moyano]], hay una figura en cuerpo entero de bronce que reproduce la estampa de Pío Baroja, obra de [[Federico Coullaut-Valera]]. Fue inaugurada por el alcalde [[Enrique Tierno Galván]] el 17 de marzo de 1980<ref name="Ensayo" /> con asistencia de los sobrinos de Baroja. En el pedestal puede leerse: «De Madrid a Pío». Placas conmemorativas de su estancia en Madrid pueden encontrarse en la calle Misericordia (junto a la [[plaza de Celenque]]). |
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Bilbao dedica una plaza a su memoria y da nombre a una de las estaciones del tranvía que para cerca de ella: [[Estación de Pío Baroja]] ([[tranvía de Bilbao]]). |
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En 12 de mayo de 1935 fue admitido en la [[Real Academia Española]] con el discurso titulado ''La formación psicológica de un escritor'' contestado por [[Gregorio Marañón]]. En él se define como un escritor de calle, sin formación en el lenguaje; fue este acaso el único honor oficial que se le dispensó. Posteriormente algunos académicos entrarían en la Academia con discursos relativos a la obra de Baroja. Se celebró en la [[Real Academia de la Historia]] el centenario de su nacimiento publicando artículos en su ''Boletín'' sobre la historicidad de la novela barojiana.<ref>''[[Boletín de la Real Academia de la Historia]]'', tomo CLXX, núm. I (1973).</ref> |
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== Véase también == |
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* [[Baroja]] (desambiguación) |
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* [[Caro Baroja]] (desambiguación) |
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* [[Generación del 98]] |
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== Referencias == |
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== Bibliografía == |
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* Alarcos Llorach, E., ''Anatomía de «La lucha por la vida»'', Oviedo: 1973. |
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* Arregui Zamorano, M. T., ''Estructuras y técnicas narrativas en el cuento literario de la generación del 98: Unamuno, Azorín y Baroja'', Pamplona: 1998. |
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* Baeza, F. (ed.), ''Baroja y su mundo'', 3 vols. Madrid: 1961. |
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* Benet, J., «Barojiana», en ''Otoño en Madrid hacia 1950'', Madrid: Alianza, 1987. |
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* Caro Baroja, J., ''Los Baroja'', Madrid: 1973. |
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* Caro Baroja, P., ''Guía de Pío Baroja. El mundo barojiano''. Madrid: 1987. |
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* {{Cita publicación|título=El neonazismo español reivindica a Baroja|páginas=12-18|publicación=Quimera|issn=0211-3325|año=1994|número=125-126|apellido=Casals|nombre=Xavier|enlaceautor=Xavier Casals i Meseguer}} |
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* Ciplijauskaite, B., ''Baroja, un estilo'', Madrid: Ínsula, 1972. |
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* Colección Baroja & Yo. Varios autores y su relación con Pío Baroja. [https://www.ipsoediciones.com Ipso Ediciones.] |
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* Cueto Pérez, Magdalena, ''Aspectos sistemáticos en la narrativa de Pío Baroja: «El árbol de la ciencia»''. Oviedo: Universidad de Oviedo, 1985. |
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* Sánchez-Ostiz, Miguel, ''Tiempos de tormenta. Pío Baroja 1936-1941'', Pamplona: Pamiela, 2007. |
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* Sánchez-Ostiz, Miguel, ''Derrotero de Pío Baroja''. Irún: Alberdania, 2000. |
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* Ramírez García-Mina, Daniel, ''Baroja (& Yo)''. Pamplona: Ipso, 2018 |
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== Enlaces externos == |
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* [http:// |
* [http://piobaroja.gipuzkoakultura.net/index-es.php Portal web sobre Pío Baroja] en gipuzkoakultura.net |
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* [https://www.gutenberg.org/ebooks/author/2669 Obras de Pío Baroja] en el [[Proyecto Gutenberg]]. |
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*[http://www.gipuzkoa.net/kultura/km/castella/litera/gidac/baroja/sarrerac.htm Portal sobre Pío Baroja] |
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*[http://www.spanisharts.com/books/literature/trespro.htm La Edad de Plata: Maeztu, Azorín y Baroja] |
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*[http://www.gutenberg.org/browse/authors/b#a2669 Obras de Pío Baroja en el proyecto Gutenberg] |
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*[http://www.losbaroja.com La web de los Baroja] |
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Revisión actual - 09:51 13 nov 2024
Pío Baroja | ||
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Información personal | ||
Nombre completo | Pío Baroja y Nessi | |
Nacimiento |
28 de diciembre de 1872 San Sebastián (España) | |
Fallecimiento |
30 de octubre de 1956 Madrid (España) | |
Sepultura | Cementerio civil de Madrid | |
Nacionalidad | Española | |
Familia | ||
Padre | Serafín Baroja | |
Educación | ||
Educado en | Universidad Central (Doc. en Medicina) | |
Información profesional | ||
Ocupación | Escritor y médico | |
Movimiento | Generación del 98 | |
Miembro de | Real Academia Española | |
Firma | ||
Pío Baroja y Nessi (San Sebastián, 28 de diciembre de 1872-Madrid, 30 de octubre de 1956) fue un escritor español de la generación del 98. Baroja, que se doctoró en medicina, terminó abandonando dicha profesión en favor de la literatura, actividad en la que cultivó la novela y, en mucha menor medida, el teatro. En su obra, en la que con frecuencia deja traslucir una actitud pesimista, dejó plasmado su individualismo. Su pensamiento político, no exento de ambigüedades, transitó por las simpatías por el anarquismo de su juventud, la oposición a la Segunda República y la defensa de una dictadura militar, no abandonando nunca su anticlericalismo.
Biografía
[editar]Familia
[editar]Fue nieto del impresor y editor Pío Baroja, e hijo de José Mauricio Serafín Baroja Zornoza y de Andrea Carmen Francisca Nessi Goñi, española de padre italiano. Fue hermano de los escritores Carmen Baroja y Ricardo Baroja y tío del antropólogo, historiador, lingüista, folklorista y ensayista Julio Caro Baroja y del director de cine y televisión y guionista Pío Caro Baroja. Tío abuelo de Carmen y Pío Caro-Baroja Jaureguialzo, este último encontró y publicó una novela de su tío abuelo, Los caprichos de la suerte, 65 años después de su muerte.
Pío Baroja creció en el seno de una familia acomodada de San Sebastián, relacionada con el periodismo y los negocios de imprenta. Su bisabuelo paterno, el alavés Rafael Baroja, fue un boticario que se fue a vivir a Oyarzun e imprimió el periódico La Papeleta de Oyarzun y otros textos (proclamas, bandos, cartillas y ordenanzas de franceses y españoles) durante la Guerra de la Independencia. Allí se casó con la hermana de otro farmacéutico apellidado Arrieta y, ayudado por sus hijos, trasladó la imprenta a San Sebastián y editó además El Liberal Guipuzcoano y algunos números de La Gaceta de Bayona que dirigía el famoso periodista y escritor Sebastián de Miñano desde Francia.
Su abuelo paterno del mismo nombre, Pío Baroja, aparte de ayudar a su padre a editar en San Sebastián el periódico El Liberal Guipuzcoano (1820-1823) durante el Trienio Liberal, imprimió la Historia de la Revolución francesa de Thiers en doce tomos con traducción del citado Sebastián de Miñano y Bedoya. Él y su hermano Ignacio Ramón continuaron con el negocio de imprenta y un hijo de este último, Ricardo, tío del novelista, será, con el tiempo, editor y factótum del periódico donostiarra El Urumea.
La madre de Pío Baroja, Andrea Carmen Francisca Nessi Goñi, nació en Madrid (1849) y descendía de una familia italiana lombarda originaria de la ciudad de Como, a orillas del lago del mismo nombre, los Nessi, a la que el escritor debe su segundo apellido. Debido a la repentina muerte de su padre, la madre marchó a educarlo a San Sebastián con el tío-abuelo Justo Goñi, y esta rama materna de los Goñi estaba vinculada a la navegación, algo que influyó en la narrativa posterior de Baroja, por ejemplo en su segunda tetralogía novelística, El mar.
El padre, José Mauricio Serafín Baroja Zornoza, fue un ingeniero de minas al servicio del Estado; hombre inquieto y de ideas liberales, ejerció ocasionalmente el periodismo y su posición de ingeniero de minas condujo a su familia a constantes cambios de residencia por toda España. Su primer apellido paterno, Baroja, procede del nombre de la aldea alavesa homónima (citada como Barolha en 1025, y situada en el actual municipio de Peñacerrada), de etimología incierta, aunque puede contener el elemento eusquérico ol(h)a 'cabaña', 'chabola'. En sus Memorias,[1] el propio don Pío aventura una posible etimología del apellido, según la cual «Baroja» sería una aféresis de ibar hotza, que en euskera significa 'valle frío' o 'río frío'. Aunque también podría tratarse de una contracción del apellido castellano Bar(barr)oja.
Baroja fue el tercero de cuatro hermanos: Darío, que nació en Riotinto y murió, joven aún, en 1894 de tisis; Ricardo, que sería en el futuro también escritor y un importante grabador, conocido sobre todo por sus espléndidos aguafuertes, y Pío, el hermano menor, que dejaría la profesión de médico por la de novelista hacia 1896. Ya muy separada de ellos temporalmente, nació la última hermana: Carmen, que habría de ser la inseparable compañera del novelista y la mujer del futuro editor de su hermano, Rafael Caro Raggio, ocasional escritora también. Es posible que naciera un quinto hermano, César, y que falleciera a muy temprana edad.[2] La relación estrecha con sus hermanos se mantuvo hasta el final de sus días.
Infancia
[editar]Baroja nace en la ciudad de San Sebastián el 28 de diciembre de 1872 (día de los Santos Inocentes) en el número sexto de la calle de Oquendo. Era la casa que construyó su abuela paterna Concepción Zornoza. Al nacer se convirtió en el tercero de tres hermanos, llevándole a Darío tres años y dos a Ricardo. A causa del bombardeo de San Sebastián por el sitio que habían levantado en torno a ellos los carlistas (descrito por Miguel de Unamuno en su novela Paz en la guerra), la familia cambió de domicilio a un chalet del paseo de la Concha. Pero en 1879 se trasladaron todos a Madrid cuando Baroja contaba apenas siete años, a la calle Fuencarral y cerca de la era del Mico, entre la glorietas de Bilbao y Quevedo, espacio que marcó su infancia madrileña. El padre trabajaba en el Instituto Geográfico y Estadístico de Madrid y en un par de años volvió a cambiar de domicilio a la vecina calle de Espíritu Santo. Baroja pudo contemplar durante este periodo a los personajes madrileños de la época: los aguadores de origen asturiano, los soldados que llenaban las calles procedentes de la guerra de Cuba, las porteras, viajeros diversos...
El padre frecuentaba por aquel entonces las tertulias de café que proliferaban alrededor de la Puerta del Sol y algunos de los escritores y poetas de la época fueron invitados a la casa de la calle del Espíritu Santo. Pero un nuevo destino del padre obligó a la familia a trasladarse a Pamplona, en Navarra. Baroja y Ricardo tuvieron que acomodarse a un nuevo Instituto; Darío, el mayor, acusó menos los cambios. Ricardo comenzó entonces a mostrar interés por la pintura y Pío se transformó en un lector voraz no ya de la literatura contemporánea, sino de folletines y clásicos juveniles como Robert Louis Stevenson, Julio Verne, Thomas Mayne-Reid y Daniel Defoe. En 1884 nace su hermana menor Carmen, cuando Pío tenía ya doce años. El hecho es importante: Baroja señaló que su «fondo sentimental» se formó entre los doce y los veintidós años.[3] Una mujer entre tres chicos mayores. Ciertamente, el periodo pamplonica dejó huella en él[4][5] porque el abuelo Justo Goñi abrió una fonda en el piso del mismo edificio donde vivía la familia, de forma que pudo ver pasar por el local a toreros, compañías de títeres, cantantes, escritores... Un abigarrado y heterogéneo paisaje humano que recuerda a las superpobladas novelas que llegará a escribir. El ambiente de Pamplona de final de siglo XIX dio abundantes aventuras a los componentes de la familia Baroja, así como a la adolescencia de Pío.[6]
El gusto de Serafín por la itinerancia lo llevó de nuevo a aceptar un puesto en Bilbao, pero el grueso de la familia regresó de nuevo a Madrid en 1886 por intercesión de la madre, cansada de tanta mudanza. El argumento materno expuesto fue que los hijos podrían desarrollar allí sus futuros estudios universitarios en la capital. Serafín, el padre, visitaría periódicamente Madrid para ver a su familia y San Sebastián para cultivar las amistades de la infancia. En esta segunda etapa madrileña la familia residía en un caserón propiedad de doña Juana Nessi, esposa del empresario aragonés Matías Lacasa, en la calle Misericordia, junto al Monasterio de las Descalzas Reales que fuera «mansión de capellanes». La calle donde residían gracias a la hospitalidad de Juana Nessi poseía solo un único número y se encontraba próxima a la Puerta del Sol y al hoy desaparecido Teatro de Capellanes (también llamado Teatro Cómico) y el Hospital de la Misericordia.[7] La vivienda madrileña de los Baroja se encontraba en este periodo justo en medio de la pujante sociedad madrileña de finales del siglo XIX.[8] Baroja regresaría a esta casa de la calle Capellanes años después, en su etapa prolífica de escritor.
Darío y Pío comenzaron a ir a una academia preparatoria para el ingreso en la Escuela Politécnica recién fundada. Baroja acabó el bachillerato en el Instituto San Isidro, donde conoció a Pedro Riudavets, con el que mantuvo largas conversaciones que Pío incluyó posteriormente en Las aventuras de Silvestre Paradox.[9] Tras presentarse al examen de bachillerato, Pío decidió estudiar la carrera de medicina iniciando el preparatorio correspondiente. Hasta el último instante estuvo indeciso si estudiar la carrera de medicina o la de farmacia. En los exámenes finales aprobó todas las asignaturas, excepto química.
Durante los veranos, para escapar del calor de Madrid, la familia solía reunirse en San Sebastián y Baroja consiguió aprobar en septiembre la asignatura que le faltaba para ingresar en la facultad. La familia se trasladó a la calle de Atocha, cerca del Colegio de Cirugía de San Carlos cuando al padre le notificaron el traslado a Madrid de nuevo. En este periodo Pío comenzó a asistir a las tertulias de los cafés y a llevar una cierta vida social reuniéndose con escritores y artistas en casa de su amigo Carlos Venero. Este ambiente logró excitar la esencia escritora de Baroja. Algunas de estas amistades serían los futuros compañeros de la facultad de San Carlos.[10]
Formación académica
[editar]Como estudiante de medicina no destacó, más por falta de interés que de talento,[11] y ya por entonces se le apreció un carácter hipercrítico y descontentadizo; ninguna profesión le atraía, solamente escribir no le disgustaba. Durante su periodo de prácticas en el Hospital de San Juan de Dios, el de San Carlos y en el General, descubrió su indiferencia por la profesión sanitaria. Es en este periodo de estudios cuando comienza a escribir relatos cortos. Las reuniones en casa de Carlos Venero incitan sus primeros escritos y empieza a esbozar dos de sus futuras novelas: Camino de perfección y Las aventuras de Silvestre Paradox.[10]
En el cuarto año de la carrera tuvo como profesores en San Carlos a José de Letamendi y Benito Hernando y Espinosa y tuvo la mala suerte de no caer bien a ninguno. Los encontronazos públicos en las clases fueron frecuentes y ambos profesores se dedicaron a entorpecer su carrera. De estos problemas y de la decadente vida universitaria madrileña entonces ofrecerá un pintoresco panorama Pío Baroja en los primeros capítulos de su, en parte, autobiográfica novela El árbol de la ciencia. En estas ofrecieron al padre un cargo en Valencia que de nuevo obligó a toda la familia a trasladarse.[12] Sin embargo, los hermanos pudieron continuar sus carreras en la nueva ciudad, aun cuando Baroja abandonó Madrid con el ánimo por los suelos por los encontronazos con los dos profesores. Primeramente se establecieron en la calle Cirilo Amorós, algo distante del centro de Valencia, lo que solucionaron con una nueva mudanza a la estrecha calle de Navellós aledaña a la mismísima Catedral. Por desgracia, Darío empezó a mostrar síntomas de tuberculosis, algo que provoca la consternación de toda la familia y afectó profundamente al escritor, como refleja en su novela El árbol de la ciencia, en que Darío aparece bajo el nombre del tísico hermano del protagonista Andrés Hurtado, Luisito.
Pío continuó los estudios de medicina en Valencia, pero uno de sus profesores de este nuevo periodo Enrique Slocker de la Rosa, discípulo de Letamendi, lo suspendió en la asignatura de Patología General. Pío acude frecuentemente al Hospital General Universitario y centra su trabajo en concluir los estudios lo antes posible. Sin embargo, aunque aprobó las asignaturas teóricas, los catedráticos lo increparon irónicamente en los exámenes por su poca dedicación a la praxis. Se licenció, al fin, en Valencia, pero marchó a Madrid para doctorarse por el medio más rápido posible. Durante este periodo inicia su carrera periodística escribiendo artículos en La Unión Liberal (1.ª fase 1889-1890) de San Sebastián, así como en algunos periódicos madrileños como La Justicia. Su hermano Darío fallece durante las fiestas navideñas de 1894 y la melancolía y la pena hicieron a la familia trasladarse a una casa en Burjasot para escapar de la ciudad,[12] vivienda que describiría posteriormente Pío en El árbol de la ciencia.[10]
Baroja se centra en el doctorado con el objeto de no prolongar sus estudios y finalmente presenta en 1896 el título de su tesis: El dolor, estudio de psicofísica.[13] La tesis fue defendida ante un tribunal de profesores de San Carlos. Regresa a Valencia y allí se entera de una vacante de médico rural en Cestona en Guipúzcoa. Aunque en sus memorias Baroja asegura haber sido el único pretendiente, los registros del Ayuntamiento indican que hubo otro candidato llamado Diego. El conocimiento del vascuence fue un requisito necesario que pudo influir en la decisión.[14]
Baroja comenzó a ejercer la medicina como médico de espuela.[15] Su hermana Carmen y la madre se trasladan a Cestona cuando Baroja se instala en un caserón. Allí Baroja se traslada a los caseríos en auriga, sin apenas descanso. La vida de doctor rural era penosa y muy mal remunerada. Un suceso le cambiará la vida: a su padre le nombran Jefe de Minas de la provincia de Guipúzcoa, con residencia en San Sebastián. Baroja abandonó la plaza de Cestona definitivamente, dejando una reputación (con razón/o no) de persona problemática.[16] Tuvo alguna diferencia de criterio con el médico viejo, con el alcalde, con el párroco y con el sector católico del pueblo, que le acusaba de trabajar los domingos en su jardín y de no ir a misa, pues, en efecto, era agnóstico; nunca simpatizó con la Iglesia desde su misma niñez, como cuenta en una de sus autobiografías, Juventud, egolatría. Tras un año escaso de actividad médica, Baroja logra plaza en Zarauz, pero finalmente abandona.
Carrera literaria
[editar]Tras su experiencia interrumpida como médico rural decide regresar a la bulliciosa Madrid; su hermano Ricardo dirigía una panadería (Viena Capellanes) que su tía materna Juana Nessi les había legado tras la muerte de su marido[17] y Ricardo le había escrito desde Madrid que estaba harto y quería dejar el negocio. Baroja decidió encargarse él mismo de regentar la tahona cercana al monasterio de las Descalzas Reales, antigua casa de la familia (cerca de la plaza de Celenque). Sobre esta situación laboral de Baroja gastaron bromas que le agradaban poco: «Es un escritor de mucha miga, Baroja» — dijo de él Rubén Darío a un periodista. A lo cual respondió el escritor: «También Darío es escritor de mucha pluma: se nota que es indio».
Instalado en Madrid, empezó a colaborar en periódicos y revistas, simpatizando con las doctrinas sociales anarquistas, pero sin militar abiertamente en ninguna. Al igual que su contemporáneo Miguel de Unamuno, abominó del nacionalismo vasco, contra el que escribió su sátira Momentum catastrophicum.[18]
La intervención de Baroja en la panadería de Viena Capellanes atrajo los odios de los familiares de Matías Lacasa. A esto se añadieron los problemas con los trabajadores de la panadería, la lucha con el gremio. Todo este ambiente hizo que dedicarse a la panadería no fuera de los negocios más felices de Baroja. A pesar de todo, conoce durante este periodo de la panadería, trabajando en el obrador, a los personajes curiosos que nutrirían algunas de sus novelas (Silvestre Paradox, y la trilogía La lucha por la vida). Eran épocas en la que se encontraban en la calle noticias de la guerra hispano-estadounidense, algo que desataba pasiones encontradas. Baroja lee ávidamente en las largas horas en el mostrador. Durante los meses de verano, Pío se iba a ver las obras de teatro que se representaban en los jardines del parque del Retiro de Madrid. Una vez su madre y la hermana Carmen regresan de nuevo a vera de Baroja en Madrid, al poco de su regreso, la tía Juana Nessi fallece. Los Baroja se instalan en la casa y cierran definitivamente la panadería de Capellanes. Esta estancia en Madrid coincide con el auge del modernismo y con una bohemia literaria más o menos pintoresca.
La afición por la literatura que le surgió en su adolescencia se ve incrementada ahora en las largas estancias tras el mostrador de la panadería, en las que lee con avidez filosofía alemana, desde Immanuel Kant a Arthur Schopenhauer, decantándose finalmente por el pesimismo de este último. Su culto amigo suizo, el traductor e hispanista Paul Schmitz, lo introduciría más tarde en la filosofía de Nietzsche. Baroja fue así acercándose cada vez más al mundillo literario. Estrechó una especial amistad con el anarquista José Martínez Ruiz, más conocido como Azorín. De igual manera cultivó la amistad de Maeztu. Con él y Azorín formaron durante un breve período el Grupo de los Tres. En 1898, el animador de círculos literarios, Luis Ruiz Contreras, lo visita repetidas veces para que escriba en Revista Nueva, de la que Baroja, tras escribir algunos artículos, acaba renegando.
Periodo de viajes
[editar]En 1899 realizó Baroja el primero de sus numerosos viajes por Europa. Fue a París, llevando en el equipaje ideas para una primera novela. Allí presenció la vida, costumbres y alborotos de los franceses. Asiste a la vida nocturna de los cabarés y vive apasionadamente los sucesos del caso Dreyfus. Frecuenta además a los hermanos Machado, en especial a Antonio. Su figura se define ya con los rasgos con que se la recordará en el futuro: barba recortada, calvo, ojos expresivos y la típica boina vascongada. Al regresar a Madrid hace frecuentes excursiones a la sierra de Guadarrama y al monasterio de Santa María de El Paular. En una de esas excursiones a la sierra madrileña conoce a su amigo suizo, el hispanista, escritor y traductor de Friedrich Nietzsche al español Paul Schmitz y entra en contacto con las ideas del gran filósofo que impregnarán parte de su obra. A fines de 1900, invitados él y su entonces amigo Azorín por el periodista Julio Burell, visitan Toledo,[19] que en su novela Camino de perfección aparecerá consignando además la excursión a El Paular y el personaje del suizo, tan importante para él, bajo el nombre de Schulze, y a quien hará decir lo siguiente:
- Los españoles han resuelto todos esos problemas metafísicos y morales que nos preocupan a nosotros, los del Norte, en el fondo mucho menos civilizados que ustedes. Los han resuelto negándolos; es la única manera de resolverlos (Pío Baroja, Camino de perfección, cap. XIV).
Azorín, por su parte, recordará a Baroja con el nombre de Olaiz en su novela La voluntad, y dirá de él que «ha infundido entre los jóvenes intelectuales castellanos el amor al Greco». Con el viajero Ciro Bayo realizará también varias excursiones a Extremadura y hará también senderismo por Jutlandia en Dinamarca. Su activo vagabundeo por toda la Europa occidental (él se definió en Juventud, egolatría como «hombre humilde y errante») quedará reflejado en sus novelas; solo Europa del Este quedó al margen de su interés.
Sin embargo tampoco escapó a su curiosidad la propia España, que visitó periódicamente por medio de gran número de excursiones con diversos familiares, amigos y escritores. Las hizo casi siempre acompañado por sus hermanos Carmen y Ricardo, pero también por Ramiro de Maeztu, Azorín, Paul Schmitz e incluso José Ortega y Gasset en una ocasión en que recorrieron en automóvil gran parte del itinerario del general Gómez en su famosa expedición durante la primera guerra carlista; sobre ello redactará Baroja un interesante libro de viajes. Todos estos periplos a comienzos del siglo XX fecundaron su creatividad novelística y coinciden con su periodo literario más fértil: en él fue gestando, con su conocimiento de entornos y personas, los tipos, ambientes y paisajes que luego poblarán sus novelas.
El periplo de Baroja por Europa y España se extendió también a la misma ciudad de Madrid en que residió largos años; de sus impresiones quedan abundantes reflejos en toda su obra, pero sobre todo en la trilogía La lucha por la vida, un ancho fresco de los ambientes humildes y marginales de la capital. Fue, de hecho, una especie de segundo Galdós por su conocimiento de los rincones más recónditos de la capital de España, aunque, a diferencia del narrador canario, Baroja no experimenta complacencia o complicidad con aquello que refleja, sino que critica con acritud cuando tiene que hacerlo y solo a duras penas muestra su lirismo, tan intenso como escaso. Entre sus compañeros de paseo desgastaaceras (así se llamaban) fue el más frecuente Valle-Inclán,[20] pues el mayor de sus amigos entonces, Azorín, no gustaba de andar. Las paradas en los bajos del café de Fornos de la calle de Alcalá eran frecuentes, al igual que en el Lyon d'Or.[21] A sus tertulias solían ir los escritores y actores de teatro de la época.
A principios del siglo XX (1903) estuvo en Tánger como periodista corresponsal de prensa escrita de El Globo, impreso en Madrid. Viajó después por toda Europa (residió varias veces en París (1906) con su hermana Carmen y allí conoció a Corpus Barga y al bohemio Francisco Iribarne, alias «Ibarra» que lo sableó sin piedad. Estuvo algún tiempo en Londres (1906), y pasó por Italia (en Roma estuvo en 1907), Bélgica, Suiza, Alemania, Noruega, Países Bajos y Dinamarca. En 1902 se establece la familia en la casa de la calle Juan Álvarez Mendizábal del novísimo barrio de Argüelles. La casa era un antiguo hotel que necesitaba numerosas reformas y allí estuvieron viviendo hasta que falleció el padre en 1912 y se casó su hermana Carmen. La casa estaba llena de los gatos a que era aficionada la madre. Desde 1912 los veranos los pasaban en Vera de Bidasoa.
Primeras novelas
[editar]En 1900 publicó su primer libro, una recopilación de cuentos titulada Vidas sombrías,[22] la mayoría compuestos en Cestona sobre gentes de esa región y sus propias experiencias como médico. En esta obra se encuentran en germen todas las obsesiones que reflejó en su novelística posterior. El libro fue muy leído y comentado por prestigiosos escritores como Miguel de Unamuno, quien se entusiasmó con él y quiso conocer al autor; por su amigo Azorín también y por Benito Pérez Galdós. Siempre negó la existencia de la «Generación del 98» por considerar que carecían sus pretendidos componentes de las necesarias afinidades y similitudes. En ese mismo año publica la que será su primera novela: La casa de Aizgorri, iniciando así su carrera como escritor y ensayista.[23]
Como bibliófilo aficionado frecuentador de librerías de viejo, de la cuesta de Moyano y de los bouquinistes a la orilla del Sena en París, fue acumulando Baroja una biblioteca especializada en ocultismo, brujería e historia del siglo XIX que fue instalando en un viejo caserío del siglo XVII destartalado (pero de magnífica construcción), que compró en Vera de Bidasoa y restauró paulatinamente y con gran gusto, convirtiéndolo en el famoso caserío de «Itzea», donde pasaba los veranos con su familia, que se instaló en Vera del Bidasoa, aunque no en el caserío inhabitable por el momento, sino en un piso alquilado, donde falleció el 15 de julio de 1912 su padre Serafín Baroja cuando las obras de la restauración del caserío aún no habían comenzado. Tras la muerte del padre y las bodas de su hermano y hermana, Pío y su madre se quedaron solos en el caserón.
Su principal aporte a la literatura, como él mismo confiesa en Desde la última vuelta del camino (sus memorias compendiadas, Ed. Tusquets, 2006), es la observación y valoración objetiva, documental y psicológica de la realidad que le rodeó. Tenía conciencia de ser persona dotada de una especial agudeza psicológica a la hora de conocer a las personas; es un mito su pretendida misoginia, habiendo descrito numerosos personajes femeninos encantadores o sin denigración alguna hacia éstos, más bien al contrario, se mostró un observador imparcial de la mujer con sus virtudes y defectos y creó entrañables caracteres femeninos como el de Lulú en El árbol de la ciencia. Por demás, en su descripción de los personajes asoman a veces ciertos prejuicios raciales derivados de sus lecturas como médico de las teorías frenológicas de Cesare Lombroso, con cierto toque antropológico que derivaba de sus conversaciones con su propio sobrino, el antropólogo Julio Caro Baroja, quien fue en su juventud ayudante suyo y residió largas temporadas en Itzea.
En sus novelas reflejó una original filosofía realista, producto de la observación psicológica y objetiva («Ver en lo que es», como decía Stendhal, a quien cita en Juventud, egolatría, junto a Dostoievski como una de sus fuentes a la hora de diseñar psicologías), impregnada además con el profundo pesimismo de Arthur Schopenhauer, pero que predicaba en alguna forma una especie de redención por la acción, en la línea de Friedrich Nietzsche: de ahí los personajes aventureros y vitalistas que inundan la mayor parte de sus novelas, pero también los más escasos abúlicos y desengañados, como el Andrés Hurtado de El árbol de la ciencia o el Fernando Ossorio de Camino de perfección (pasión mística), dos de sus novelas más acabadas. Fuera de esto, su mundo literario bebió de las numerosas lecturas de folletines y libros decimonónicos de aventuras que marcaron profundamente su juventud en el Madrid bohemio y de género chico de comienzos de siglo XX.
Escribe la realidad política de estos primeros años del siglo XX dedicando especial atención a las ideas anarquistas que siempre salpican su obra. Dedicada a los esfuerzos ácratas versa su novela Aurora Roja, perteneciente a La lucha por la vida. En El cabo de las tormentas describe el asesinato del cardenal Juan Soldevila. En su novela La familia de Errotacho describe la euforia del exilio y hace un retrato de Francisco Ascaso.
Actividad política
[editar]La vida política de Baroja acusa una gran incoherencia, al igual que otros aspectos de la vida del escritor,[24] pero al cabo se deja ver una evolución hacia el conservadurismo similar a la de otros autores de la llamada generación del 98 como Azorín o Miguel de Unamuno (pero no como Antonio Machado o Ramón María del Valle-Inclán). Los periodos anarquistas y republicanos se localizan al principio de su trayectoria, y los totalitarios al final. Todos ellos quedaron reflejados en la obra periodística de Baroja. En 1933 visita a Buenaventura Durruti y otros militantes anarquistas en la cárcel de Sevilla tras lo cual escribe: "Al salir de la cárcel pensaba: -¡Quién sabe si lo que propugnan estos hombres en vez de ser lo utópico del futuro, sea en Andalucía algo ancestral y tradicional!".[25]
Consiguió librarse del servicio militar de la manera que cuenta en Juventud egolatría. En una primera etapa de bohemia madrileña tuvo contacto con anarquistas españoles como Mateo Morral, del que inspirado en su atentado contra Alfonso XIII trazó una trilogía, La raza. Igualmente tuvo contacto con anarquistas durante su estancia en Londres. Se alineó después con el Partido Republicano Radical (PRR) de Alejandro Lerroux.[26] Participó activamente en campañas electorales, dando discursos en Barcelona. Impulsado por Azorín, hizo intento de entrar en política durante las elecciones generales de España de 1914, presentándose de concejal en Madrid y de diputado por Fraga, pero fracasó. Al acercarse Azorín al partido de Antonio Maura, rompió su antigua amistad con él. El gobierno del Partido Liberal-Conservador de Eduardo Dato le era desagradable.
El 23 de septiembre de 1923 se produce el golpe de Estado de Primo de Rivera y Baroja no parece interesarse por el acontecimiento. Al poco tiempo da una conferencia en el Ateneo de San Sebastián en la que arremete contra la democracia liberal, a pesar de ello, no abandonó jamás sus convicciones anticlericales.[27] Curiosamente, fue cofundador el 11 de febrero de 1933 de la Asociación de Amigos de la Unión Soviética junto con otros autores no marxistas como Concha Espina y Jacinto Benavente, que luego se adherirán al régimen franquista.[28] En una entrevista realizada por Juan Aparicio López en la revista jonsista La Conquista del Estado, fundada por Ramiro Ledesma Ramos, critica el advenimiento de la Segunda República.[29]
El 13 de mayo de 1935 fue admitido en la Real Academia Española; presidía el acto de recepción del nuevo académico el presidente de la República, Niceto Alcalá-Zamora. En el acto, Baroja dio lectura a su discurso de ingreso, titulado "Formación psicológica de un escritor", de hora y cuarto de duración. Tras el discurso, Alcalá-Zamora dio la palabra al doctor Marañón, quien contestó al nuevo académico. Al final, el presidente de la República colocó la medalla de académico a Baroja, entre ovaciones del público.[30]
El 7 de septiembre de 1935 en su casa de Vera falleció Carmen Nessi, la madre de Baroja.
En 1938, durante la Guerra Civil, la vallisoletana Editorial Reconquista publicó Comunistas, judíos y demás ralea (1938), una selección de textos de Baroja no editada directamente por él, reivindicando posturas antisemitas, antiparlamentarias, antidemocráticas y anticomunistas,[31] y con un prólogo de Ernesto Giménez Caballero donde denominó al autor como «precursor español del fascismo».[31]Pío Baroja publicaría Ayer y hoy en 1939.[32] El pensamiento de Baroja durante este periodo queda cristalizado en tres novelas donde la acción transcurre, en parte o totalmente, durante la guerra civil española.
Guerra civil: exilio intermitente
[editar]Prefería el clima, luz, paisaje y vegetación del norte de España, por eso eligió Navarra para veranear en 1936. El 22 de julio de 1936 fue arrestado por fuerzas carlistas (requetés) que se dirigían desde Pamplona a Guipúzcoa y le retienen en el pueblo vecino de Santesteban;[33] esta experiencia lo asustó bastante. Es liberado de la cárcel municipal por mediación de Carlos Martínez de Campos y Serrano, duque de la Torre (años más tarde preceptor del príncipe de España, Juan Carlos).[34] Al regresar de nuevo a Vera, Baroja decide evitar problemas y marcharse a pie a la cercana frontera con Francia. Tras cruzar la frontera con Francia en un automóvil se establece inicialmente en San Juan de Luz y posteriormente en París, en el Colegio de España de la Ciudad Universitaria, gracias a la hospitalidad que le ofreció el director de dicho colegio, el Sr. Establier (hospitalidad que le fue agriamente reprochada al director por el entonces embajador de la República en Francia, Luis Araquistáin, que personalmente y a través de su esposa hizo repetidas gestiones ante el director Establier para que expulsase a Baroja de su alojamiento, gestiones que no dieron resultado).
A través de Manuel García Morente, la tropas sublevadas proporcionan a Baroja un salvoconducto para acceder al territorio español bajo su dominio. El 13 de septiembre de 1937, tras un año de exilio regresa a España, cruza el puente internacional de Irún. Vive en la casa de Vera y se deja ver poco. En enero de 1938, lo invitan a Salamanca para jurar como miembro del recién creado Instituto de España y para gestionar la publicación de artículos periodísticos muy críticos con la República en general y con los políticos republicanos (como el conocido «Una explicación», publicado en el Diario de Navarra, 1-IX-1936).
Regresa a París, e inicia una serie de viajes de ida y regreso a España hasta el final de la guerra. A medida que se acercaba el año 1939, en París se anuncia la proximidad de la Segunda Guerra Mundial. Regresó a España definitivamente en junio de 1940. Ese mismo año regresa a un Madrid de posguerra. En La soledad de Pío Baroja (1953), Pío Caro relata la vida de la familia en el periodo que va desde 1940 a 1950.[35]
Posguerra
[editar]De algún modo, su mejor literatura termina con la guerra, salvo la composición de sus memorias Desde la última vuelta del camino, uno de los mejores ejemplos de autobiografía en lengua castellana. Terminada la Guerra Civil, residió todavía una corta época en Francia y se estableció más tarde definitivamente entre Madrid y Vera de Bidasoa. Siguió escribiendo y publicando novelas, sus Memorias (que alcanzaron gran éxito) y una edición de sus Obras completas. Sufrió algunos problemas con la censura, que no le permitió publicar su novela sobre la Guerra Civil, Miserias de la guerra, ni su continuación, Los caprichos de la suerte. La primera fue publicada en 2006, en edición del escritor Miguel Sánchez-Ostiz, precedida, entre otros títulos, por Libertad frente a sumisión en 2001. Sostuvo en su domicilio de Madrid una tertulia de sesgo escéptico (en la cual participaban diversas personalidades, entre ellas novelistas como Camilo José Cela, Juan Benet y otros).
Su hotelito de la calle Mendizábal —paralela a la calle de la Princesa, cerca de la plaza de España— fue destruido por una bomba del bando sublevado durante la Guerra Civil, por lo que se perdieron muchísimos documentos de valor que allí tenía archivados. Tras el fin de la contienda, se mudó a la calle Ruiz de Alarcón, cerca de la Bolsa.
Toda su vida fue un gran andarín, habiendo paseado por Madrid y todos sus alrededores en su juventud, como queda reflejado en su trilogía La lucha por la vida (La busca, Mala hierba y Aurora roja). En sus últimos años fue un gran paseante por el parque del Buen Retiro madrileño, de forma que se le levantó allí la estatua que guarda su memoria (cruce con la Cuesta de Moyano y Alfonso XII). Nunca estuvo casado y no dejó descendencia.
Su hermana Carmen murió en 1949 y su hermano Ricardo en 1953. Afectado poco a poco por la arterioesclerosis, murió en 1956 y fue enterrado en el Cementerio Civil de Madrid (junto al de La Almudena) como ateo, con gran escándalo de la España oficial, a pesar de las presiones que recibió su sobrino, el antropólogo Julio Caro Baroja, para que renunciase a la voluntad de su tío. Ello no obstante, el entonces ministro de Educación Nacional, Jesús Rubio García-Mina, asistió en su calidad de tal al entierro. Su ataúd fue llevado a hombros por Camilo José Cela y Miguel Pérez Ferrero, entre otros. Ernest Hemingway asistió al sepelio y John Dos Passos declaró su admiración y su deuda con el escritor.
Entre los biógrafos de Pío Baroja y algunos familiares aún existen controversias sobre diversos aspectos de su personalidad y de su obra.[36]
Obras
[editar]Baroja cultivó preferentemente el género narrativo, pero se acercó también con frecuencia al ensayo,[23] y más ocasionalmente al teatro,[37] la lírica (Canciones del suburbio) y la biografía. Existe una contribución de Pío al libreto de una opereta escrita por el músico Pablo Sorozábal titulada: Adiós a la bohemia (estrenada en el Calderón en 1933).
Obra narrativa
[editar]El propio autor agrupó sus novelas, un poco arbitrariamente, en nueve trilogías y dos tetralogías, aunque es difícil distinguir en algunas de ellas qué elementos pueden tener en común: Tierra vasca, La lucha por la vida, El pasado, El mar, La raza, Las ciudades, Agonías de nuestro tiempo, La selva oscura, La juventud perdida y La vida fantástica. Saturnales pertenece en su temática a la Guerra civil y permaneció inédita a causa de la censura franquista, publicándose las dos últimas novelas de la serie en el siglo XXI.
- Tierra vasca es una tetralogía que agrupa La casa de Aizgorri (1900), El mayorazgo de Labraz (1903), Zalacaín el aventurero (1908) y La leyenda de Jaun de Alzate (1922).[38]
- La vida fantástica está formada por Aventuras, inventos y mixtificaciones de Silvestre Paradox (1901), Camino de perfección (pasión mística) (1902) y Paradox rey (1906).
- La lucha por la vida integra La busca (1904), Mala hierba (1904) y Aurora roja (1904).
- El pasado consta de La feria de los discretos (1905), Los últimos románticos (1906) y Las tragedias grotescas (1907).
- La raza está formada por La dama errante (1908), La ciudad de la niebla (1909) y El árbol de la ciencia (1911).
- Las ciudades agrupa a César o nada (1910); El mundo es ansí (1912) y La sensualidad pervertida: ensayos amorosos de un hombre ingenuo en una época de decadencia (1920).
- El mar es su segunda tetralogía: acoge Las inquietudes de Shanti Andía (1911); El laberinto de las sirenas (1923); Los pilotos de altura (1929) y La estrella del capitán Chimista (1930).
- Agonías de nuestro tiempo recoge El gran torbellino del mundo (1926); Las veleidades de la fortuna (1927) y Los amores tardíos (1926).
- La selva oscura incorpora La familia de Errotacho (1932); El cabo de las tormentas (1932) y Los visionarios (1932).
- La juventud perdida reúne Las noches del Buen Retiro (1934); El cura de Monleón (1936) y Locuras de carnaval (1937).
- Saturnales, la última, agrupa a El cantor vagabundo (1950); Miserias de la guerra (2006) y Los caprichos de la suerte (2015).[39]
Una serie de novelas de la última etapa de la vida del escritor no fue recogida en trilogías y se las suele llamar «novelas sueltas» porque el autor no llegó a escribir las que faltaban por causa de la vejez y la censura (especialmente en las que trataban la Guerra Civil) principalmente: Susana y los cazadores de moscas (1938), Laura o la soledad sin remedio (1939), Ayer y hoy (publicada en Chile en 1939), El caballero de Erlaiz (1943), El puente de las ánimas (1944), El hotel del Cisne (1946) y El cantor vagabundo (1950).
El hotel del Cisne sería la primera pieza de otra inconclusa trilogía que llevaría por nombre Días aciagos. En cuanto a Saturnales, trilogía sobre la Guerra civil, llegó a escribirla entera, pero la censura franquista impidió la publicación de dos de las novelas que la integraban; la llegada de la democracia posibilitó que se imprimieran; son Miserias de la guerra (2006), y Los caprichos de la suerte (2015).
Entre 1913 y 1935 aparecieron los veintidós volúmenes de una larga novela histórica, Memorias de un hombre de acción, basada en la vida de un antepasado suyo, el conspirador y aventurero liberal y masón Eugenio de Aviraneta (1792-1872), a través del cual refleja los acontecimientos más importantes de la historia española del siglo XIX, desde la Guerra de la Independencia hasta la regencia de María Cristina, pasando por el turbulento reinado de Fernando VII. Constituye una amplia serie de novelas históricas comparable a los Episodios nacionales de Benito Pérez Galdós y aproximadamente sobre el mismo periodo histórico, aunque el escritor canario escribió casi el doble de novelas que el escritor vasco y Baroja se documentó con tanto rigor como el propio Galdós, aunque su estilo es mucho más impresionista. Son las siguientes: El aprendiz de conspirador (1913), El escuadrón del «Brigante» (1913), Los caminos del mundo (1914), Con la pluma y con el sable (1915), que narra el período en que Aviraneta fue regidor de Aranda de Duero, Los recursos de la astucia (1915), La ruta del aventurero (1916), Los contrastes de la vida (1920), La veleta de Gastizar (1918), Los caudillos de 1830 (1918), La Isabelina (1919), El sabor de la venganza (1921), Las furias (1921), El amor, el dandysmo y la intriga (1922), Las figuras de cera (1924), La nave de los locos (1925, en cuyo prólogo se defiende de las críticas hacia su forma de novelar vertidas por José Ortega y Gasset en El Espectador), Las mascaradas sangrientas (1927), Humano enigma (1928), La senda dolorosa (1928), Los confidentes audaces (1930), La venta de Mirambel (1931), Crónica escandalosa (1935) y Desde el principio hasta el fin (1935).
En 1938 publicó en la editorial Reconquista Comunistas, judíos y demás ralea, libro formado por fragmentos de obras y artículos de Baroja anteriores a 1936, pero también contemporáneos a la Guerra civil, donde se muestra hostil a la democracia y a la política en general.[40]
Baroja publicó también cuentos, recogidos al principio en Vidas sombrías (1900) y después en Idilios vascos (1902). Asimismo, fue un asiduo del género memorialístico y autobiográfico (Juventud, egolatría, 1917 y los ocho volúmenes Desde la última vuelta del camino, compuestos por El escritor según él y según los críticos, 1944; Familia, infancia y juventud, 1945, Final de siglo XIX y principios del XX, 1946; Galería de tipos de la época, 1947; La intuición y el estilo, 1948; Reportajes, 1948; Bagatelas de otoño, 1949; y La Guerra civil en la frontera, 2005).[41] Además redactó un par de biografías: Juan van Halen, el oficial aventurero (1933) y Aviraneta o la vida de un conspirador (1931); ensayos como El tablado de Arlequín (1904), La caverna del humorismo (1919), Momentum catastrophicum (contra el nacionalismo vasco), Divagaciones apasionadas (1924), Las horas solitarias (1918), Intermedios. Vitrina pintoresca (1935), Rapsodias. Pequeños ensayos, El diablo a bajo precio, Ciudades de Italia, La obra de Pello Yarza y otras cosas, Artículos periodísticos y algunas obras dramáticas: Nocturnos del hermano Beltrán, Todo acaba bien... a veces, Arlequín, mancebo de botica, Chinchín, comediante y El horroroso crimen de Peñaranda del Campo.
Técnicas narrativas y estilo
[editar]El Baroja narrador creía insuficiente el arte para reflejar lo que a él más le importaba: la verdad de la vida; su reflejo literario, si de veras era sincero, debía despertar la misma insatisfacción que provocaba la propia vida. Por eso, como Miguel de Unamuno, tenía una idea viva y proteica de lo que era la novela:
¿Hay un tipo único de novela? Yo creo que no. La novela, hoy por hoy, es un género multiforme, proteico, en formación, en fermentación; lo abarca todo: el libro filosófico, el libro psicológico, la aventura, la utopía, lo épico; todo absolutamente. Pensar que para tan inmensa variedad puede haber un molde único me parece dar una prueba de doctrinarismo, de dogmatismo. Si la novela fuera un género bien definido, como es un soneto, tendría una técnica también bien definida.Pío Baroja, «Prólogo casi doctrinal sobre la novela»
Sin embargo, sus estructuras eran mucho menos concentradas que las del filósofo vasco y poseen una personalidad propia, un modo de ser como el suyo. Y en el «Prólogo casi doctrinal sobre la novela» que antepuso a su La nave de los locos respondió a las ideas que sobre su narrativa había esbozado José Ortega y Gasset. Su idea de la novela era abierta, polifónica, permeable y fragmentaria, pues la consideraba un fluir en sucesión:
La novela, en general, es como la corriente de la Historia: no tiene ni principio ni fin; empieza y acaba donde se quiera. Algo parecido le ocurría al poema épico. A Don Quijote y a la Odisea, al Romancero o a Pickwick, sus respectivos autores podían lo mismo añadirles que quitarles capítulos. Claro que hay gente hábil que sabe poner diques a esa corriente de la Historia, detenerla y embalsarla y hacer estanques como el del Retiro. A algunos les agrada esa limitación; a otros nos cansa y nos fastidia.
Su composición debe ser heterogénea («la novela es un saco en que cabe todo»). Conformaba sus obras como una serie de episodios dispersos, unidos muchas veces por la presencia de un personaje conductor central en medio de cientos de personajes episódicos o secundarios, o por una serie de personajes conductores que se suceden, como en El laberinto de las sirenas. La mayor parte de los personajes barojianos son seres inadaptados o antihéroes que se oponen al ambiente y a la sociedad en la que viven, pero, impotentes e incapaces de demostrar energía suficiente para llevar lejos su lucha, acaban frustrados, vencidos y destruidos, en ocasiones físicamente, en muchas otras moralmente, y, en consecuencia, condenados a someterse al sistema que han rechazado. Así ocurre con sus personajes más famosos: el Andrés Hurtado de El árbol de la ciencia, que se suicida; el Fernando Ossorio de Camino de perfección, incapaz de ver que la sociedad se impone a sus vanas ilusiones; el César Moncada de César o nada, que ve destruidos todos sus esfuerzos de político progresista al abandonar apenas un momento la lucha para ocuparse de sí mismo, o el Martín Zalacaín de Zalacaín el aventurero, asesinado por la familia rival, los Obando, o Manuel, protagonista de La lucha por la vida, que se ve una y otra vez arrojado a los mismos barrios bajos miserables. En cuanto a la caracterización de sus personajes, que Baroja llama «muñecos», opta por que se vayan reflejando mediante sus propios actos o mediante las observaciones del propio narrador, pues aborrece absolutamente el monólogo interior:
Me reprochan [...] que la psicología de Aviraneta y de los demás personajes míos no es clara ni suficiente, ni deja huella. Yo no sé si mis personajes tienen valor o no lo tienen, si se quedan o no en la memoria. Supongo que no, porque habiendo habido tanto novelista célebre en el siglo XIX que no ha llegado a dejar tipos claros y bien definidos, no voy a tener yo la pretensión de conseguir lo que ellos no han logrado«Prólogo casi doctrinal sobre la novela»
Al respecto, tras examinar las virtudes de grandes psicólogos de personajes como Stendhal y Dostoievski, Baroja concluye que es imposible crear caracteres sin incurrir en contradicciones, cuando a él lo único que le obsesiona es la sinceridad y la verdad: profundizar en los caracteres determina siempre en la narrativa una propensión a la patología, por lo que no es raro que muchos personajes, si se profundiza en ellos, terminen por aparecer raros o perturbados, como muchos en sus novelas.[42]
El escepticismo barojiano, su idea schopenhaueriana de un mundo que carece de sentido, su falta de fe en el ser humano le llevan a rechazar cualquier posible solución vital, ya sea religiosa, política o filosófica y, por otro lado, le conducen a un marcado individualismo pesimista, y no por ello anarquizante. A menudo se ha reprochado a Baroja su descuido en la forma de escribir. Eso se debe a su tendencia antirretórica, pues rechazaba los largos y laberínticos periodos de los prolijos narradores del realismo, actitud que compartió con otros contemporáneos suyos, así como el afán de crear lo que denomina una «retórica de tono menor», caracterizada por:
- Empleo del período corto, de escasa subordinación compleja y lejano a toda impostación y academicismo.
- Sencillez y economía expresiva: «El escritor que con menos palabras da una sensación es el mejor».
- Impresionismo descriptivo: selecciona los rasgos significativos en vez de reproducir fotográficamente todos los detalles como es característico de los minuciosos y documentados narradores del realismo.
- Tono agrio, selección de un léxico que degrada la realidad a tono con la actitud pesimista del autor.
- Breves ensayos en que el autor expone algunas de sus ideas e intensos intermedios líricos.
- Tempo narrativo rápido, un cronotopo dilatado: el espacio y el tiempo de sus obras es poco concentrado y a veces abarca toda una vida o incluso varias generaciones, como en El laberinto de las sirenas.
- Atomización de la estructura novelística en capítulos muy cortos (probablemente por influjo de la novela por entregas que leyó en su juventud) y con gran abundancia de personajes secundarios, en forma que anuncia ya algunas veces el personaje o protagonista colectivo de novelas posteriores como La colmena de Camilo José Cela.
- Diálogos respetuosos con la oralidad y la naturalidad.
- Deseo de exactitud y precisión, rasgos estilísticos que confieren la amenidad, el dinamismo y la sensación de naturalidad y vida que el escritor pretendía para sus novelas.
Pío Baroja utilizó a veces un tipo de novela formada esencialmente por diálogos, como en La casa de Aizgorri, Paradox, rey y El nocturno del hermano Beltrán.
Obras teatrales
[editar]El acercamiento de Baroja al mundo teatral estuvo marcado de dudas.[43] No albergaba demasiadas esperanzas de ser representado a causa de las muchas exigencias de los empresarios teatrales. Uno de sus primeros intentos corresponde a su obra más temprana, La casa de Aizgorri (1900). Sin embargo, parece que le interesó siempre el teatro y cuanto lo rodeaba desde que empezó su vida como escritor: durante un tiempo escribió crítica literaria en el El Globo y llegó a participar incluso como actor esporádico en algunas obras de la época y en filmes que adaptaban sus obras. Aparte de algunas novelas dialogadas de su primera época, dejó seis piezas teatrales, un conjunto algo heterogéneo:
- La leyenda de Jaun de Alzate (leyenda vasca puesta en escena), 1922
- Arlequín, mancebo de botica, sainete
- Chinchín comediante
- El horroroso crimen de Peñaranda del Campo, que el autor calificó de «farsa villanesca»
- El nocturno del hermano Beltrán
- Todo acaba bien... a veces, concluida en 1937 en París.
Cabe destacar también su colaboración con el cine en las dos adaptaciones de su novela Zalacaín el aventurero. En la versión de finales de los años veinte de Francisco Camacho, él mismo interpreta el papel de carlista. En la de Juan de Orduña de los cincuenta, hace de sí mismo junto con el propio director, que va a visitarle como prólogo a la historia. Si bien no era mucha su afición al teatro ni a los espectáculos populares, adaptó su obra teatral Adiós a la bohemia y compuso el libreto para la ópera chica homónima con música del compositor Pablo Sorozábal estrenada en 1933 en Madrid.
Material periodístico
[editar]Baroja nació en el seno de una familia de periodistas y sus abuelos fueron impresores y editores. Es más, su padre Serafín era colaborador de diversos periódicos de San Sebastián. Sus primeros trabajos literarios los realizó Baroja precisamente escribiendo pequeños artículos en periódicos y a lo largo de su vida surtió una abundante y constante creación de materia periodística que ha sido objeto de profundos estudios.[44] Baroja escribe en Ahora, El Liberal, en La Justicia, en El Imparcial, todos diarios madrileños, pero también en periódicos como el Mercantil Valenciano y El País e históricos periódicos donostiarras como La Unión Liberal, La Voz de Guipúzcoa y El Pueblo Vasco. Escribe en revistas finiseculares como Germinal, Revista Nueva, La Vida Literaria, Alma Española y Juventud, prosiguiendo luego en La Lectura y España.[45]
A los diecisiete años de edad escribe sobre literatura rusa en La Unión Liberal de San Sebastián, periódico de corte monárquico. A veces lo hace empleando pseudónimos: «Doctor Tirteafuera» (como hizo Dionisio Pérez Gutiérrez), «Pío Quinto», «Juan Gualberto Nessy», etc. Fue también corresponsal de guerra. Y, durante su estancia en París en plena Guerra civil española, tuvo que colaborar activamente para ganarse la vida y escribió en La Nación de Buenos Aires desde fines de 1936 hasta mediados de 1940. En su primera etapa como periodista escribió artículos al alimón con su hermano Darío y, tras su regreso a España y ya anciano, colaboró en Granada Gráfica, El Norte de Castilla y Heraldo de Aragón, así como en otros muchos a que no puede bastar cuenta cierta.
El primer periódico donde probó a escribir fue El Ideal, propiedad del comandante Prieto; se trataba de un periódico de corte republicano y lo hizo sin firmar. Tras este breve intento periodístico pasó a colaborar en La Justicia de Nicolás Salmerón. Las colaboraciones en El Globo marcan un hito en la carrera literaria de Baroja. Fundó en 1915 la revista España, algunos de cuyos colaboradores llegaron a ser ministros y cargos públicos durante la Segunda República.
Adaptaciones al cine
[editar]En 1947 se estrenó Las inquietudes de Shanti Andía, dirigida por Arturo Ruiz Castillo. [46]
En 1955, el director Juan de Orduña adaptó Zalacaín el aventurero.[47]
En 1966, se estrenó La Busca, dirigida por Angelino Fons.[48]
Homenajes y reconocimientos
[editar]Ya durante su vida pudo ver Baroja traducir sus novelas a otros idiomas y su figura era ya popular a comienzos del siglo XX. Se dio su nombre a una serie de monumentos, plazas, calles, colegios, como el CEIP Pío Baroja (Móstoles).
En Madrid, entre la calle Alfonso XII que va desde el monumento al Ángel Caído y la Cuesta de Moyano, hay una figura en cuerpo entero de bronce que reproduce la estampa de Pío Baroja, obra de Federico Coullaut-Valera. Fue inaugurada por el alcalde Enrique Tierno Galván el 17 de marzo de 1980[23] con asistencia de los sobrinos de Baroja. En el pedestal puede leerse: «De Madrid a Pío». Placas conmemorativas de su estancia en Madrid pueden encontrarse en la calle Misericordia (junto a la plaza de Celenque).
Bilbao dedica una plaza a su memoria y da nombre a una de las estaciones del tranvía que para cerca de ella: Estación de Pío Baroja (tranvía de Bilbao).
En 12 de mayo de 1935 fue admitido en la Real Academia Española con el discurso titulado La formación psicológica de un escritor contestado por Gregorio Marañón. En él se define como un escritor de calle, sin formación en el lenguaje; fue este acaso el único honor oficial que se le dispensó. Posteriormente algunos académicos entrarían en la Academia con discursos relativos a la obra de Baroja. Se celebró en la Real Academia de la Historia el centenario de su nacimiento publicando artículos en su Boletín sobre la historicidad de la novela barojiana.[49]
Véase también
[editar]- Baroja (desambiguación)
- Caro Baroja (desambiguación)
- Generación del 98
Referencias
[editar]- ↑ Desde la última vuelta del camino, tomo IV (Galería de tipos de la época). Biblioteca Nueva, Madrid 1947, pp. 342 y 343.
- ↑ José-Carlos Mainer (2012), Pío Baroja (españoles eminentes), primera ed., Penguin Random House Grupo Editorial España, Taurus Digital, ISBN 8430600035.
- ↑ «Mi fondo sentimental se formó en un periodo relativamente corto de la infancia y de la primera juventud, un tiempo que abarcó un par de lustros, desde los diez o doce hasta los veintidós o veintitrés años. En ese tiempo todo fue para mí trascendental: las personas, las ideas, las cosas, el aburrimiento; todo se me quedó grabado de una manera fuerte, áspera e indeleble. Avanzando luego en la vida, la sensibilidad se me calmó y se me embotó pronto, y mis emociones tomaron el aire de sensaciones pasajeras y más amables, de turista. Ahora mismo, al cabo de treinta años de pasada la juventud, cuando trato de buscar en mí algo sentimental que vibre con fuerza, tengo que rebañar en los recuerdos de aquella época lejana de turbulencia», Pío Baroja, «Prólogo casi doctrinal sobre la novela», en La nave de los locos.
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- ↑ «En Dostoievski, lo inconsciente domina y lo inconsciente es más instintivo, más fatal y más lógico que lo racional. Así llegaríamos a una solución, a primera vista absurda, pero que no lo es, y que consistiría en afirmar que los personajes de psicología más clara y mejor determinada son los inconscientes y los locos. Los héroes antiguos clásicos, Aquiles, Ulises o Eneas, eran indudablemente sanos, limitados y mediocres; los héroes modernos, en cambio, desde Don Quijote y Hamlet hasta Raskolnikof, son inspirados y locos. Toda la gran literatura moderna está hecha a base de perturbaciones mentales. Esto ya lo veía Galdós; pero no basta verlo para ir por ahí y acertar; se necesita tener una fuerza espiritual, que él no tenía, y probablemente se necesita también ser un perturbado, y él era un hombre normal, casi demasiado normal. El que tiene fuerza para ser en literatura un gran psicólogo, se hunde poco a poco en la ciénaga de la patología», Pío Baroja, «Prólogo casi doctrinal sobre la novela», en su La nave de los locos.
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Bibliografía
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Enlaces externos
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