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Andando el tiempo, su hija y descubridora de las pinturas, María Sanz de Sautuola y Escalante,<ref>Para su nombre, a veces alterado en las fuentes, véase [http://www.fundacionbotin.org/fundacion/fundadores.html "Los fundadores", Fundación Botín, Santander]. Nacida en la finca familiar en 1871, falleció en Madrid en 1946, ''cf''. A. de Ceballos-Escalera y Gila, "Notas para la historia de la plutocracia hispana: bosquejo genealógico de la familia Botín y noticia del marquesado de O’Shea", [http://www.cuadernosdeayala.es/wp-content/uploads/2013/10/Cuadernos-de-Ayala-040.pdf ''Cuadernos de Ayala'' 40, oct.-dic. 2009, pp. 9 ss., espec. 18] (con errata "1841" por "1871"). Era nieta por línea materna (Escalante y Prieto) del reciente alcalde de Santander Cornelio de Escalante y Aguirre. [http://portaleducativo.educantabria.es/web/c.e.i.p.-maria-sanz-de-sautuola/home Un colegio de Santander lleva su nombre].</ref> entroncando en 1898 por matrimonio con los Botín, sería abuela del banquero [[Emilio Botín]] (Emilio Botín Sanz de Sautuola y García de los Ríos), que fue presidente del [[Grupo Santander|Banco Santander]].<ref>{{cita web|autor=Fundación Botín|título=Los fundadores|url=http://www.fundacionbotin.org/fundacion/fundadores.html}}</ref> |
Andando el tiempo, su hija y descubridora de las pinturas, María Sanz de Sautuola y Escalante,<ref>Para su nombre, a veces alterado en las fuentes, véase [http://www.fundacionbotin.org/fundacion/fundadores.html "Los fundadores", Fundación Botín, Santander]. Nacida en la finca familiar en 1871, falleció en Madrid en 1946, ''cf''. A. de Ceballos-Escalera y Gila, "Notas para la historia de la plutocracia hispana: bosquejo genealógico de la familia Botín y noticia del marquesado de O’Shea", [http://www.cuadernosdeayala.es/wp-content/uploads/2013/10/Cuadernos-de-Ayala-040.pdf ''Cuadernos de Ayala'' 40, oct.-dic. 2009, pp. 9 ss., espec. 18] (con errata "1841" por "1871"). Era nieta por línea materna (Escalante y Prieto) del reciente alcalde de Santander Cornelio de Escalante y Aguirre. [http://portaleducativo.educantabria.es/web/c.e.i.p.-maria-sanz-de-sautuola/home Un colegio de Santander lleva su nombre].</ref> entroncando en 1898 por matrimonio con los Botín, sería abuela del banquero [[Emilio Botín]] (Emilio Botín Sanz de Sautuola y García de los Ríos), que fue presidente del [[Grupo Santander|Banco Santander]].<ref>{{cita web|autor=Fundación Botín|título=Los fundadores|url=http://www.fundacionbotin.org/fundacion/fundadores.html}}</ref> |
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Cada mes de marzo los museos recuerdan a mujeres que han protagonizado algún capítulo de la Historia o han contribuido al estudio y cuidado del patrimonio cultural. En la historia de la cueva de Altamira nos gusta recordar a María Sanz de Sautuola, la única hija del descubridor del arte rupestre del Paleolítico. |
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MdA María Sanz de Sautuola |
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Sobre María Sanz de Sautuola tenemos muy pocos datos; los historiadores la mencionan en dos episodios importantes de la historia de la cueva de Altamira, el día del descubrimiento de las pinturas, y el día del reconocimiento de la autenticidad de éstas por la comunidad científica internacional, pero esa historia merece ser contada en otro momento. Recordemos ahora la anécdota del descubrimiento de las pinturas en 1879. |
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Un día acompaña a Marcelino Sanz de Sautuola su hija María, chiquilla de nueve años. Mientras el padre examina unos utensilios que acaba de desenterrar, la niña corretea por la gruta. De pronto, levanta la mirada hacia lo alto de la cueva y grita: “¡Papá, mira, toros pintados!”( Kühn, H. “El arte de la época glacial”. Fondo de Cultura Económica, México, 1971. p.115) |
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María vio bueyes (y no toros, en realidad) donde su padre después identificaría bisontes. Estos grandes bóvidos ya habían desaparecido entonces del entorno natural, pero María estaría acostumbrada a ver toros y bueyes en los prados de Cantabria. Los Sanz de Sautuola vivían en Puente San Miguel, en una casona rodeada de un inmenso jardín en el que Don Marcelino fue cultivando árboles, plantas y flores de todas las partes del mundo. Muchos de ellos aún se conservan y son cuidados por los descendientes de la familia. |
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María vivió en un ambiente culto, en una casa con una gran biblioteca y un gabinete con colecciones de ciencias naturales que su padre, abogado de profesión, fue recopilando en sus estudios de historia y botánica. María acompañaba en ocasiones a Don Marcelino en sus paseos por el campo y en sus exploraciones arqueológicas. Pasaría también temporadas en su casa de Santander, donde podía disfrutar de la vida de la ciudad: jugar en el parque, pasear por las calles, visitar librerías donde comprar libros con dragones y princesas, ir al circo o veranear en la playa. |
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¿Qué estudiaría María en la escuela? En aquella época lo habitual es que las niñas no acudiesen a la escuela con los niños, y las familias acomodadas con frecuencia contrataban a un tutor particular que enseñara a las niñas en casa a leer, escribir, sumar y restar, historia, además de cómo comportarse en sociedad y los hábitos de buena educación. |
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¿A qué jugaban las niñas en aquella época? Nos podemos imaginar a María corriendo y jugando en el jardín de su casa, con sus peonzas y sus recortables de animales y árboles imitando el trabajo de su padre. Quizá su padre le trajera una muñeca de su viaje a París parecida a la diseñada por Emile- Louis Jumeau, que ganó el primer premio en la Exposición Universal que Don Marcelino visitó allí en 1878. |
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== Altamira en el cine == |
== Altamira en el cine == |
Revisión del 03:26 14 nov 2017
Marcelino Sanz de Sautuola y Pedrueca | ||
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Marcelino Sanz de Sautuola y Pedrueca | ||
Información personal | ||
Nacimiento |
2 de junio de 1831 Santander | |
Fallecimiento |
30 de marzo de 1888 Santander | |
Residencia | Puente San Miguel | |
Nacionalidad | Español | |
Lengua materna | Español | |
Familia | ||
Padres | Santiago Sanz de Sautuola y Ortiz de Taranco y Gertrudis Pedrueca Velarde | |
Cónyuge | María Concepción de Escalante y Prieto | |
Hijos | María Sanz de Sautuola y Escalante | |
Información profesional | ||
Área | Naturalista y prehistoriador | |
Conocido por | Descubridor científico y estudioso de la cueva de Altamira | |
Notas | ||
No vivió para ver el reconocimiento mundial de su gran descubrimiento. | ||
Marcelino Sanz de Sautuola y Pedrueca (Santander, 2 de junio de 1831 - Santander, 30 de marzo de 1888)[1] fue un naturalista y prehistoriador español, y el descubridor científico de la cueva de Altamira.
Biografía
Marcelino Sanz de Sautuola y Pedrueca (Santander, 2 de junio de 1831 - Santander, 30 de marzo de 1888)1 fue un naturalista y prehistoriador español, y el descubridor científico de la cueva de Altamira.
Hijo de una familia de origen hidalgo y bien situada económicamente, con casa en Santander y finca solariega en la cercana localidad de Puente San Miguel, realizó los estudios de bachiller en Filosofía y Letras entre 1845 y 1848, en el Instituto Provincial de Segunda Enseñanza de Santander, seguidos de los de Derecho en la Universidad de Valladolid. No teniendo necesidad de ejercer la profesión, se dedicó, encuadrado dentro de la rica burguesía comercial santanderina, a la administración del patrimonio familiar y a los estudios de ciencias naturales, botánica y geología, a los que era aficionado desde muy joven y a los que sumaría algo más tarde los de prehistoria.
En 1859 recibió como expositor un premio en la "Exposición de Agricultura, Ganadería, Industria y Bellas Artes de las provincias de Castilla la Vieja", que tuvo lugar en Valladolid, y en 1863 plantó en su finca el primer ejemplar de eucalipto, publicando en 1866, en el marco de la Exposición Provincial de Santander, un informe sobre la aclimatación de este árbol en Cantabria: Apuntes sobre la aclimatación del Eucaliptus globulus en la provincia de Santander.
Mientras cumplía funciones representativas en la Junta Provincial del Censo y la Comisión de Alamedas y Paseos, o era vicepresidente de la Liga de Contribuyentes y vocal secretario de la Junta de Obras del Puerto de Santander, se iban perfilando también sus gustos por la arqueología y la antropología: En 1866 es nombrado miembro correspondiente de la Real Academia de la Historia, y en 1872 vicepresidente de la Comisión de Monumentos de la Provincia de Santander.[2]
Su asistencia en 1878 a la Exposición Universal de París (a la que en principio concurría con productos regionales), durante la cual aprovechó para visitar el pabellón antropológico y observar materiales prehistóricos similares a los que conocía y tenía en su pequeña colección, fue decisiva para la nueva y más importante deriva de sus intereses.[3] A su regreso de París, muy entusiasmado, inicia investigaciones y exploraciones más sistemáticas en cuevas cántabras como Revilla de Camargo y otras.
Fue por aquella época cuando Modesto Cubillas, aparcero por entonces de sus fincas, le informó de que hacia 1868 había descubierto una cueva que le podría interesar. Aunque la había visitado por primera vez en 1875, fue en el verano de 1879 cuando, en una de sus múltiples excursiones, su hija María, de ocho años, le dijo al mirar al techo de la cueva en la que estaban "¡Mira, papá! ¡Bueyes pintados!". Acababa de descubrir las pinturas de la Cueva de Altamira, considerada la Capilla Sixtina del arte rupestre.
El año siguiente, 1880, Marcelino presentó las pinturas y sus conclusiones sobre ella y los demás materiales en sus Breves apuntes sobre algunos objetos prehistóricos de la provincia de Santander[4] en cuya lám. 3 mostraba un completo esquema de la bóveda natural con sus pinturas. La publicación causó un gran impacto, pues no se esperaba que nuestros ancestros prehistóricos exhibieran tan alto nivel cultural.
Autoridades en Prehistoria, encabezadas por Gabriel de Mortillet y Cartailhac, rechazaron que las pinturas de Altamira fuesen obra del hombre prehistórico, llegando algunos, durante el congreso internacional de Lisboa de 1880, a la acusación velada de haber sido pintadas recientemente. Consideraban que ni la técnica, ni el color tan nítido a pesar de los años podían ser naturales. Entre los españoles hubo también varios reacios: Eugenio Lemus y Olmo, Ignacio Bolívar, Manuel Antón y Ferrándiz, Eduardo Reyes y Próper, Ángel de los Ríos y Ríos (cronista de La Montaña e ilustre historiador), etc. Excepción fue la opinión del valenciano Juan Vilanova y Piera, catedrático de Paleontología en la Universidad de Madrid, el más firme defensor de la autenticidad junto a Sautuola, y del sevillano Miguel Rodríguez Ferrer, quien publicaba en 1880 en La Ilustración Española y Americana un extenso artículo avalando la veracidad de las pinturas.
La reacción profesional fue mayoritariamente negativa. Sendos informes de miembros de instituciones de tanto peso en España como la Sociedad Española de Historia Natural y la Institución Libre de Enseñanza rechazaron la antigüedad prehistórica de las pinturas o, como mucho (en el caso de la segunda), las atribuyeron a soldados romanos que se habrían refugiado en la cueva durante las guerras cántabras. Tras un informe encargado por Cartailhac a uno de sus colaboradores, E. Herlé, que en 1881 sentenció que eran modernas, el caso se consideró zanjado, y las pinturas de Altamira no se volvieron a tener en cuenta ni a citar, de tal forma que "la obra maestra del primer Arte fue condenada al ostracismo durante más de veinte años".[5]
El reconocimiento de la labor y perspicacia de Marcelino Sanz de Sautuola no comenzó a producirse, lamentablemente, hasta años después. En 1895 se descubrieron los grabados de La Mouthe, en Francia, y los trabajos de Henri Breuil llevaron al descubrimiento de otras manifestaciones de arte rupestre parietal similares. Breuil publicó sus resultados en 1902, en el Congreso de la Association Française pour l'Avancement des Sciences, confirmando la autenticidad de los hallazgos de Altamira. Posteriormente, su principal crítico, Cartailhac, publicó el abreviadamente citado "Mea culpa d'un sceptique",[6] reconociendo su equivocación y mostrando sus tardíos respeto y admiración por el ya desaparecido erudito cántabro. Los testimonió a su familia en una visita personal que por fin realizó a la cueva, acompañado de Breuil, en el mismo año de 1902.
Las modernas técnicas de datación científica han confirmado que las pinturas de la cueva de Altamira fueron creadas en un intervalo de tiempo entre 11.000 y 19.000 años, y los descubrimientos de Sanz de Sautuola son una de las piedras angulares del estudio del Arte Paleolítico. Pero Sanz de Sautuola, que había muerto 14 años antes, no vivió para disfrutar la restitución de su honor, ni la posterior confirmación científica de sus premoniciones, como tampoco Vilanova, fallecido en 1893.
Andando el tiempo, su hija y descubridora de las pinturas, María Sanz de Sautuola y Escalante,[7] entroncando en 1898 por matrimonio con los Botín, sería abuela del banquero Emilio Botín (Emilio Botín Sanz de Sautuola y García de los Ríos), que fue presidente del Banco Santander.[8]
Compartir20
Cada mes de marzo los museos recuerdan a mujeres que han protagonizado algún capítulo de la Historia o han contribuido al estudio y cuidado del patrimonio cultural. En la historia de la cueva de Altamira nos gusta recordar a María Sanz de Sautuola, la única hija del descubridor del arte rupestre del Paleolítico.
MdA María Sanz de Sautuola
Sobre María Sanz de Sautuola tenemos muy pocos datos; los historiadores la mencionan en dos episodios importantes de la historia de la cueva de Altamira, el día del descubrimiento de las pinturas, y el día del reconocimiento de la autenticidad de éstas por la comunidad científica internacional, pero esa historia merece ser contada en otro momento. Recordemos ahora la anécdota del descubrimiento de las pinturas en 1879.
Un día acompaña a Marcelino Sanz de Sautuola su hija María, chiquilla de nueve años. Mientras el padre examina unos utensilios que acaba de desenterrar, la niña corretea por la gruta. De pronto, levanta la mirada hacia lo alto de la cueva y grita: “¡Papá, mira, toros pintados!”( Kühn, H. “El arte de la época glacial”. Fondo de Cultura Económica, México, 1971. p.115)
María vio bueyes (y no toros, en realidad) donde su padre después identificaría bisontes. Estos grandes bóvidos ya habían desaparecido entonces del entorno natural, pero María estaría acostumbrada a ver toros y bueyes en los prados de Cantabria. Los Sanz de Sautuola vivían en Puente San Miguel, en una casona rodeada de un inmenso jardín en el que Don Marcelino fue cultivando árboles, plantas y flores de todas las partes del mundo. Muchos de ellos aún se conservan y son cuidados por los descendientes de la familia.
María vivió en un ambiente culto, en una casa con una gran biblioteca y un gabinete con colecciones de ciencias naturales que su padre, abogado de profesión, fue recopilando en sus estudios de historia y botánica. María acompañaba en ocasiones a Don Marcelino en sus paseos por el campo y en sus exploraciones arqueológicas. Pasaría también temporadas en su casa de Santander, donde podía disfrutar de la vida de la ciudad: jugar en el parque, pasear por las calles, visitar librerías donde comprar libros con dragones y princesas, ir al circo o veranear en la playa.
¿Qué estudiaría María en la escuela? En aquella época lo habitual es que las niñas no acudiesen a la escuela con los niños, y las familias acomodadas con frecuencia contrataban a un tutor particular que enseñara a las niñas en casa a leer, escribir, sumar y restar, historia, además de cómo comportarse en sociedad y los hábitos de buena educación.
¿A qué jugaban las niñas en aquella época? Nos podemos imaginar a María corriendo y jugando en el jardín de su casa, con sus peonzas y sus recortables de animales y árboles imitando el trabajo de su padre. Quizá su padre le trajera una muñeca de su viaje a París parecida a la diseñada por Emile- Louis Jumeau, que ganó el primer premio en la Exposición Universal que Don Marcelino visitó allí en 1878.
Altamira en el cine
En marzo de 2016 se estrenó en España el largometraje Altamira, pretendidamente biográfico, de la productora Morena Films, dirigida por el prestigioso Hugh Hudson y protagonizada por Antonio Banderas en el papel de Sautuola. La película, patrocinada también por el Gobierno de Cantabria y la Fundación Botín y rodada en inglés con vistas a su explotación exterior, no cosechó sin embargo en España el éxito previsto, al menos en su primera semana de exhibición.[9] [10]
Referencias
- ↑ Los detalles sobre su nombre real, lugares y fechas, que a veces aparecen con diversos errores en muchas obras, son los que constan en la lápida coetánea de su tumba, las últimas en números romanos.
- ↑ Varios de estos diversos datos biográficos iniciales se encuentran en B. Madariaga de la Campa, 2000, págs. 17-19 (infra), y en semblanzas biográficas cántabras en red como Marcelino Sanz de Sautuola y Escritores cántabros: Sanz de Sautuola, Marcelino. (Santander 1831–1888), a partir sobre todo de la prensa local de la época.
- ↑ Historia de la cueva. Museo de Altamira, Ministerio de Educación, Cultura y Deporte. 2016. Consultado el 12 de abril de 2016.
- ↑ Breves apuntes sobre algunos objetos prehistóricos de la provincia de Santander, por Don Marcelino S(anz) de Santuola, C(orrespondiente) de la Real Academia de la Historia, Santander, 1880.
- ↑ J.A. Lasheras y C. de las Heras, "El descubrimiento del primer Arte. Comentario sobre los Breves apuntes... de Marcelino Sanz de Sautuola", en la edición facsímil del Museo de Altamira, Madrid, 2004, vol. II (versión trilingüe), págs. 26-28.
- ↑ Émile Cartailhac, "Les cavernes ornées de dessins. La grotte d'Altamira, Espagne. Mea culpa d'un sceptique", L'Anthropologie, XIII, 1902, pp. 348-354.
- ↑ Para su nombre, a veces alterado en las fuentes, véase "Los fundadores", Fundación Botín, Santander. Nacida en la finca familiar en 1871, falleció en Madrid en 1946, cf. A. de Ceballos-Escalera y Gila, "Notas para la historia de la plutocracia hispana: bosquejo genealógico de la familia Botín y noticia del marquesado de O’Shea", Cuadernos de Ayala 40, oct.-dic. 2009, pp. 9 ss., espec. 18 (con errata "1841" por "1871"). Era nieta por línea materna (Escalante y Prieto) del reciente alcalde de Santander Cornelio de Escalante y Aguirre. Un colegio de Santander lleva su nombre.
- ↑ Fundación Botín. «Los fundadores».
- ↑ La taquilla cierra Altamira: ni Banderas evita el fracaso del 'spot' de la cueva (consultado el 10 de abril de 2016).
- ↑ http://www.mecd.gob.es/bbddpeliculas/buscarDetallePeliculas.do?brscgi_DOCN=000048699&brscgi_BCSID=16fe5cfb&language=es&prev_layout=bbddpeliculasResultados&layout=bbddpeliculasDetalle
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