Diferencia entre revisiones de «Cosme Damián Churruca»
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La escuadra en la que se encontraba el "San Juan", se hizo a la vela el [[13 de agosto]] desde el puerto |
La escuadra en la que se encontraba el "San Juan", se hizo a la vela el [[13 de agosto]] desde el puerto de Ferrol. El general Gravina le designó, como puesto de honor, ser el cabeza de la vanguardia de su escuadra de observación. Como siempre, realizó la misión con los mejores merecimientos y, a su llegada a Cádiz, redobló sus esfuerzos en conseguir a base de instrucción, el adiestrar magistralmente a toda su tripulación. |
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En medio de estas múltiples faenas de su carrera, un día casó con Doña María de los Dolores Ruiz de Apodaca, hija de don Vicente, brigadier que fue de la Armada y sobrina carnal del conde del Venadito. |
En medio de estas múltiples faenas de su carrera, un día casó con Doña María de los Dolores Ruiz de Apodaca, hija de don Vicente, brigadier que fue de la Armada y sobrina carnal del conde del Venadito. |
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Pero en el [[cabo de Finisterre]] se encontró con la escuadra del [[Robert Calder|almirante Calder]], con la que se entabló combate, siendo derrotados los españoles por la desidia y mal gobierno de Villeneuve, comandante en jefe de la escuadra combinada. Al enterarse el Emperador de los franceses de lo acaecido en el combate, dijo: ''Los españoles se han portado como leones'', pero de su almirante sólo se le oyeron improperios. |
Pero en el [[cabo de Finisterre]] se encontró con la escuadra del [[Robert Calder|almirante Calder]], con la que se entabló combate, siendo derrotados los españoles por la desidia y mal gobierno de Villeneuve, comandante en jefe de la escuadra combinada. Al enterarse el Emperador de los franceses de lo acaecido en el combate, dijo: ''Los españoles se han portado como leones'', pero de su almirante sólo se le oyeron improperios. |
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La escuadra combinada entró en |
La escuadra combinada entró en Ferrol después del combate, dirigiéndose a continuación a La Coruña. Desde este puerto pusieron rumbo a Cádiz, desoyendo la orden tajante de Napoleón de ir a Brest, pero como estaba la escuadra del Canal británica y ya sabía como se las gastaba, puso rumbo al Sur en vez de al Norte. Pese a la opinión contraria de Churruca, Gravina y Alcalá-Galiano, Villeneuve abandonó la Bahía de Cádiz para dar alcance a Nelson a la altura del [[Cabo Trafalgar]] el [[21 de octubre]] de [[1805]]. Tamaña imprudencia tuvo como motivo el deseo de Villeneuve de recuperar el favor de [[Napoleón]], tras la derrota en [[Abukir]] frente al mismo almirante inglés, que también moriría en Trafalgar. Cosme Damián Churruca deja por escrito, en un documento privado, su oposición a la salida de la flota combinada en los momentos previos a dar la vela. Además, manifiesta su malestar por la escasa ayuda prestada por los franceses en el combate de Finisterre, que tuvo lugar unos meses antes de Trafalgar, y su temor a que esta situación se repita: |
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{{cita|No apruebo la salida de la escuadra combinada porque está muy avanzada la estación y los barómetros anuncian mal tiempo: no tardaremos en tener vendaval duro, y por mi parte creo que la escuadra combinada haría mejor la guerra a los ingleses fondeada en Cádiz, que presentando una batalla decisiva. Ellos tienen con qué reponer las naves que les destrocemos en un combate; pero ni España ni Francia cuentan con los recursos marítimos de guerra que posee la Inglaterra. Además, el reciente combate sobre el cabo de Finisterre ha hecho ver que la escuadra francesa es espectadora pasiva de las desgracias de la nuestra; sus buques han visto que nos apresaron los navíos "San Rafael" y "Firme", y no hicieron ningún movimiento para represarlos, no pudiendo hacerlo los nuestros por las muchas averías que sufrieron de resultas del encuentro, y me temo mucho que en la acción que vamos a tener suceda otro tanto.|}} |
{{cita|No apruebo la salida de la escuadra combinada porque está muy avanzada la estación y los barómetros anuncian mal tiempo: no tardaremos en tener vendaval duro, y por mi parte creo que la escuadra combinada haría mejor la guerra a los ingleses fondeada en Cádiz, que presentando una batalla decisiva. Ellos tienen con qué reponer las naves que les destrocemos en un combate; pero ni España ni Francia cuentan con los recursos marítimos de guerra que posee la Inglaterra. Además, el reciente combate sobre el cabo de Finisterre ha hecho ver que la escuadra francesa es espectadora pasiva de las desgracias de la nuestra; sus buques han visto que nos apresaron los navíos "San Rafael" y "Firme", y no hicieron ningún movimiento para represarlos, no pudiendo hacerlo los nuestros por las muchas averías que sufrieron de resultas del encuentro, y me temo mucho que en la acción que vamos a tener suceda otro tanto.|}} |
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{{cita|Navío San Juan, en Cádiz, a 11 de octubre.<br/> |
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Querido hermano: desde que salimos de Ferrol no pagan a nadie ni aun las asignaciones, a pesar de estar declaradas en la clase del prest del soldado, de manera que se les debe ya quatro meses y no tienen ni esperanza de ver un real en mucho tiempo; aquí nos deben también 4 meses de sueldo y no nos dan un ochavo, sin embargo de que nos hacen echar los bofes trabajando: con lo que no puedo menos de agradecer mucho el que hayas libertado a Dolores de los apuros en que se andaría para pagarte los 1.356 reales que te los libraré yo luego que pueda; entretanto, he encontrado en |
Querido hermano: desde que salimos de Ferrol no pagan a nadie ni aun las asignaciones, a pesar de estar declaradas en la clase del prest del soldado, de manera que se les debe ya quatro meses y no tienen ni esperanza de ver un real en mucho tiempo; aquí nos deben también 4 meses de sueldo y no nos dan un ochavo, sin embargo de que nos hacen echar los bofes trabajando: con lo que no puedo menos de agradecer mucho el que hayas libertado a Dolores de los apuros en que se andaría para pagarte los 1.356 reales que te los libraré yo luego que pueda; entretanto, he encontrado en Ferrol a un amigo rico que socorrerá a Dolores con quanto necesite, y quedo tranquilo con haber asegurado ya su subsistencia decentemente. Estos son los trabajos de los que servimos al Rey, que en ningún grado podemos contar sobre nuestros sueldos (...) Si llegas a saber que mi navío ha sido hecho prisionero, di que he muerto.|}} |
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Amaneció el infausto día 21 de octubre estando a la vista del enemigo, mandó clavar la bandera y sólo se arrió a su muerte. En el transcurso de este combate naval se puso en práctica por la escuadra inglesa el sistema de banderas, así como una maniobra llamada ''T cruzada'' que hoy se estudia como clásica en todas las academias navales. Al mando del "San Juan Nepomuceno", solo frente a seis buques ingleses, Churruca dio muestras de precisión en el tiro, arrojo y eficacia, pese a lo cual, tras ser alcanzado por una bala de cañón que le voló la pierna, falleció ante la admiración de sus enemigos. |
Amaneció el infausto día 21 de octubre estando a la vista del enemigo, mandó clavar la bandera y sólo se arrió a su muerte. En el transcurso de este combate naval se puso en práctica por la escuadra inglesa el sistema de banderas, así como una maniobra llamada ''T cruzada'' que hoy se estudia como clásica en todas las academias navales. Al mando del "San Juan Nepomuceno", solo frente a seis buques ingleses, Churruca dio muestras de precisión en el tiro, arrojo y eficacia, pese a lo cual, tras ser alcanzado por una bala de cañón que le voló la pierna, falleció ante la admiración de sus enemigos. |
Revisión del 23:13 11 sep 2007
Cosme Damián Churruca y Elorza (Motrico, 27 de septiembre de 1761 - Batalla de Trafalgar, 21 de octubre de 1805), científico y marino español, alcalde de Motrico.
Datos biográficos y familiares
Cuarto hijo del matrimonio formado por Don Francisco de Churruca e Iriondo, Alcalde de Motrico, y Doña María Teresa de Elorza e Iturriza, y hermano menor de Julián Baldomero Churruca, héroe de la Guerra de la Independencia. Nació en la casa solariega construida años antes por Antonio de Gaztañeta, pariente suyo, cuyos recuerdos náuticos despertaron tempranamente la vocación de Cosme de Churruca por el mar.
Cursó sus primeros estudios en el Seminario Conciliar de Burgos, pensando en un primer momento en ordenarse sacerdote, idea que descartaría por la presencia de un joven oficial de Marina, sobrino del arzobispo de Burgos. Bastó ese contacto para que se despertara en él su pasión por la mar. A continuación ingresó en la Escuela de Vergara, que poco más tarde daría origen al Real Seminario de Vergara y que fue fundado por la Real Sociedad Bascongada de Amigos del País, de la que sería miembro hasta su muerte.
Casó en 1805, unos meses antes de su muerte, con doña María Dolores Ruiz de Apodaca, sobrina de Juan Ruiz de Apodaca, futuro Virrey de México y Capitán General de la Armada española.
Vida científica y militar
Concluidos sus estudios, volvió a casa de sus padres en solicitud de su venia para emprender la vida del marino. El 15 de junio de 1776 ingresó en la Academia de Cádiz como guardiamarina, a la temprana edad de quince años, graduándose en la Academia de Ferrol en 1778, donde había adquirido ya fama como astrónomo y estudioso de geografía. Su ascenso a alférez de fragata fue el premio a sus brillantes estudios, sobresaliendo entre todos sus compañeros.
En octubre de 1778 pone el pie por primera vez sobre la cubierta de un navío, el "San Vicente", al mando de Francisco Gil de Taboada y Lemos. Esta primera campaña, muy borrascosa, puso en evidencia el arrojo de Churruca frente a los peligros y su aptitud para aminorar los riesgos mediante el estudio de las maniobras. Al ser relevado el general Arce, que estaba al mando de la escuadra, fue sustituido por el teniente general Ponce de León, quien lo escogió como ayudante personal y a sus directas órdenes. Tuvo su primera misión militar en el asedio a la Gran Bretaña por parte de la escuadra combinada franco-española situada en Brest.
Posteriormente estuvo en el asedio de Gibraltar de 1781, pasando el 13 de diciembre de 1781 a bordo de la fragata Santa Bárbara, comandada por Ignacio de Álava. En este sitio se distinguió del modo más brillante, acudiendo intrépido a apagar el incendio de las flotantes, por el empleo de los británicos de las balas rojas y llevando socorro, con el bote de la fragata, a las tripulaciones de los buques incendiados, entre un diluvio de metralla que despedían las baterías de la plaza y las explosiones no menos peligrosas de la baterías que ardían.
Al terminar la guerra en 1783, la fragata "Santa Bárbara" fue enviada a Montevideo, pero él - guiado de su instinto - vigilaba la derrota al detalle, pudiendo advertir a tiempo un grave error en los cálculos del piloto, por lo que reaccionando a tiempo evitó el naufragio del buque. Cuando la paz firmada en 1783 suspendió la lucha, acudió al estudio que forma al marino. Solicitó y obtuvo el ingreso en la academia de Ferrol, para cursar estudios de Matemáticas, en 1783. Para poder admitirle, a pesar de no haber vacantes, se le añadió el cargo de ayudante de guardiamarinas.
Al año siguiente sustituía a los profesores de varias clases y siguiendo en esa vida laboriosa, en 1787 dio el primer ejemplo de un examen público en las aulas de la institución sobre matemáticas, mecánica y astronomía, granjeándose la admiración del numeroso auditorio.
Habiendo determinado el gobierno que el capitán de navío Antonio de Córdoba continuase sus exploraciones del estrecho de Magallanes, en 1788, éste pidió a don Cosme, ya teniente de navío, que le acompañase. Formaban la expedición los paquebotes "Santa Casilda" y "Santa Eulalia", quedando Churruca encargado de la parte astronómica y geográfica.
Junto con su compañero de armas y estudios Ciriaco Ceballos Neto, hizo un trabajo completo de reconocimiento del estrecho en dirección al océano Pacífico, descubriendo una ruta alternativa al Estrecho, así como una ensenada que lleva su nombre. Escribió un importantísimo trabajo sobre el viaje y paso del estrecho titulado Apéndice al Primer Viaje de Magallanes, dado a la luz en Madrid en 1795. Grandes fueron los peligros, incesantes las penalidades de aquellas investigaciones, en mares en que reina casi de continuo el vendaval. Estas penalidades acabaron con su salud, y cayó gravemente enfermo, sintiendo amagos de escorbuto, que por fortuna no fueron a más.
En 1789 es agregado al Observatorio de la Marina en San Fernando; si bien aún convaleciente, se entrega a estudios que no contribuían de seguro a su restablecimiento. Al año es llamado a ser ayudante del mayor general de la escuadra al mando del marqués del Socorro; hace la campaña y vuelve a su puesto. La continua tensión de sus incansables trabajos intelectuales acababa con una salud nunca bien restablecida; hubo que pensar seriamente en un descanso indispensable.
En el año de 1791, convencido por sus amigos, pasó a respirar el aire balsámico de las montañas de Guipúzcoa y consiguió el completo restablecimiento de su quebrantada salud. Tras un breve espacio de tiempo en su Motrico natal, es llamado por Don José de Mazarredo para dirigir, como capitán de fragata, una expedición geográfica a América del Sur (1792-95), formada por dos secciones, una de las cuales debía recorrer las islas y costas del golfo mejicano y la otra el resto de las del continente, con el fin de formar el atlas marítimo de la América septentrional.
Se embarcó en Cádiz el 17 de junio de 1792 y dio la vela en ese día con su grupo, compuesto de los bergantines "Descubridor" y "Vigilante". Dos años y cuatro meses duró la expedición, contrariada por todos los incidentes ordinarios, a los cuales vino a sumarse la guerra marítima con la República Francesa. Levantó cartas de las Antillas y de las islas de Sotavento, y defendió las posesiones españolas en el Caribe en la batalla de Martinica, así como las rutas del comercio de la Real Compañía Guipuzcoana de Caracas, de la que era socio partícipe. Tan dura campaña no se realizó sin grave menoscabo de su salud, poco robusta. Se embarcó en La Habana y regresó a España en el navío "Conquistador", el mando del cual se le dio al llegar a Cádiz junto con su ascenso a capitán de navío (1798). El navío se hallaba en el más lastimoso estado, tanto con respecto al armamento como a su tripulación, pero en poco tiempo hizo del navío a su mando un modelo en todos los sentidos.
Su mala salud no le permitió concluir la historia de su expedición y esa misma causa hizo postergar la publicación de las treinta y cuatro cartas esféricas y mapas geométricos y ésta es la hora en que no se han publicado todavía, más que una pequeña parte de ellas. Hasta 1802 no publicó la carta esférica de las Antillas, y la particular geométrica de Puerto Rico salió poco después.
De nuevo en Cádiz, se le confía el mando del "Conquistador" para defender las posiciones de los aliados franceses en el Canal de la Mancha. Pasó con el navío y la escuadra de que formaba parte de Cádiz a Brest, donde fondeó el 9 de agosto de 1799. Allí escribió una instrucción militar, que imprimió y repartió a sus compañeros; sirvió admirablemente a su propósito de establecer en la Armada una más completa y severa disciplina.
Siempre ocupado por mejorar cuanto se relacionara con la Marina, empleó su permanencia en Brest perfeccionando y simplificando las maniobras de atraque y carenado, cuando recibió del gobierno el encargo de ir a París con una misión científica. El primer cónsul Bonaparte, para quien todo mérito sobresaliente era un atractivo, conocía la fama del sabio español, quiso verle y le acogió con las mayores demostraciones de aprecio.
Su estancia en la capital francesa debió dejar en la mente de Churruca recuerdos muy gratos; para que nada le faltase, habiéndose publicado en Madrid por aquellos tiempos su carta esférica de las Antillas, adoptada por el gobierno francés junto con las demás que publicó, mandó el gobierno de Bonaparte presentar un ejemplar a Churruca por conducto del prefecto marítimo, como un regalo y un homenaje rendido a su saber. Añadió el primer cónsul un sable de honor, la prenda de respeto más estimble.
Si a estas demostraciones honoríficas añadimos la distinción pública que le dispensó el general Gravina, comandante de la escuadra, saliendo a recibir al comandante del "Conquistador" cuando regresó desde París a Brest, acto público que decía a toda la población el alto aprecio en que el general en jefe tenía a uno de sus subordinados, parecía que nada faltaba para la completa satisfacción de éste. Sin embargo, hecha la paz, el gobierno español hubo de ceder a Francia seis navíos de línea, entre ellos el "Conquistador", cesión que Churruca desaprobaba sin rebozo.
Separado de su navío, volvió a Cádiz como pasajero en el navío "Concepción", llegando el 25 de mayo de 1802. Obtuvo una licencia para descansar de sus laboriosas tareas, y aprovechó ésta repartiendo su tiempo entre dar una vuelta por su pueblo y un viaje al mediodía francés. En Motrico se hizo cargo de la administración de la villa tras la muerte de su padre.
En noviembre de 1803 se le dio el mando del navío Príncipe de Asturias. Los cuidados del mando y de la organización de su navío no fueron obstáculo para que revisase, en compañía de Antonio Escaño, el Diccionario de Marina. El gobierno le encargó también que hiciera experiencias de puntería; como resultado redactó un tratado de puntería para la Armada, que en España y en el extranjero ha servido mucho tiempo de guía.
Apenas había acabado de reorganizar el Principe cuando solicitó el mando del navío San Juan Nepomuceno, carenado de nuevo. El gobierno accedió a la demanda, añadiendo a la concesión la facultad de arreglar el repartimiento interior y su armamento sin sujeción a reglamento alguno. A bordo de este navío participaría en la Batalla de Trafalgar, donde moriría y alcanzaría la fama.
Batalla de Trafalgar
La escuadra en la que se encontraba el "San Juan", se hizo a la vela el 13 de agosto desde el puerto de Ferrol. El general Gravina le designó, como puesto de honor, ser el cabeza de la vanguardia de su escuadra de observación. Como siempre, realizó la misión con los mejores merecimientos y, a su llegada a Cádiz, redobló sus esfuerzos en conseguir a base de instrucción, el adiestrar magistralmente a toda su tripulación.
En medio de estas múltiples faenas de su carrera, un día casó con Doña María de los Dolores Ruiz de Apodaca, hija de don Vicente, brigadier que fue de la Armada y sobrina carnal del conde del Venadito.
Reunidas las escuadras española y francesa en el puerto de Cádiz, se hicieron a la mar desde éste con rumbo a la Martinica, donde se apoderaron del fuerte y del peñón del Diamante y apresaron a un convoy británico de quince velas; en esos momentos fue informado Villeneuve de la presencia de Nelson en las Antillas. Por lo que Villeneuve, al saber de su presencia, dio por hecho que había conseguido su objetivo, que no era otro que el atraer a la otra orilla del Atlántico a fuerzas navales británicas, por lo que ya habrían menos en Europa, así que decidió regresar.
Pero en el cabo de Finisterre se encontró con la escuadra del almirante Calder, con la que se entabló combate, siendo derrotados los españoles por la desidia y mal gobierno de Villeneuve, comandante en jefe de la escuadra combinada. Al enterarse el Emperador de los franceses de lo acaecido en el combate, dijo: Los españoles se han portado como leones, pero de su almirante sólo se le oyeron improperios.
La escuadra combinada entró en Ferrol después del combate, dirigiéndose a continuación a La Coruña. Desde este puerto pusieron rumbo a Cádiz, desoyendo la orden tajante de Napoleón de ir a Brest, pero como estaba la escuadra del Canal británica y ya sabía como se las gastaba, puso rumbo al Sur en vez de al Norte. Pese a la opinión contraria de Churruca, Gravina y Alcalá-Galiano, Villeneuve abandonó la Bahía de Cádiz para dar alcance a Nelson a la altura del Cabo Trafalgar el 21 de octubre de 1805. Tamaña imprudencia tuvo como motivo el deseo de Villeneuve de recuperar el favor de Napoleón, tras la derrota en Abukir frente al mismo almirante inglés, que también moriría en Trafalgar. Cosme Damián Churruca deja por escrito, en un documento privado, su oposición a la salida de la flota combinada en los momentos previos a dar la vela. Además, manifiesta su malestar por la escasa ayuda prestada por los franceses en el combate de Finisterre, que tuvo lugar unos meses antes de Trafalgar, y su temor a que esta situación se repita:
No apruebo la salida de la escuadra combinada porque está muy avanzada la estación y los barómetros anuncian mal tiempo: no tardaremos en tener vendaval duro, y por mi parte creo que la escuadra combinada haría mejor la guerra a los ingleses fondeada en Cádiz, que presentando una batalla decisiva. Ellos tienen con qué reponer las naves que les destrocemos en un combate; pero ni España ni Francia cuentan con los recursos marítimos de guerra que posee la Inglaterra. Además, el reciente combate sobre el cabo de Finisterre ha hecho ver que la escuadra francesa es espectadora pasiva de las desgracias de la nuestra; sus buques han visto que nos apresaron los navíos "San Rafael" y "Firme", y no hicieron ningún movimiento para represarlos, no pudiendo hacerlo los nuestros por las muchas averías que sufrieron de resultas del encuentro, y me temo mucho que en la acción que vamos a tener suceda otro tanto.
Antes de hacerse a la mar el 20 de octubre, escribió a su hermano una carta diciéndole:
Navío San Juan, en Cádiz, a 11 de octubre.
Querido hermano: desde que salimos de Ferrol no pagan a nadie ni aun las asignaciones, a pesar de estar declaradas en la clase del prest del soldado, de manera que se les debe ya quatro meses y no tienen ni esperanza de ver un real en mucho tiempo; aquí nos deben también 4 meses de sueldo y no nos dan un ochavo, sin embargo de que nos hacen echar los bofes trabajando: con lo que no puedo menos de agradecer mucho el que hayas libertado a Dolores de los apuros en que se andaría para pagarte los 1.356 reales que te los libraré yo luego que pueda; entretanto, he encontrado en Ferrol a un amigo rico que socorrerá a Dolores con quanto necesite, y quedo tranquilo con haber asegurado ya su subsistencia decentemente. Estos son los trabajos de los que servimos al Rey, que en ningún grado podemos contar sobre nuestros sueldos (...) Si llegas a saber que mi navío ha sido hecho prisionero, di que he muerto.
Amaneció el infausto día 21 de octubre estando a la vista del enemigo, mandó clavar la bandera y sólo se arrió a su muerte. En el transcurso de este combate naval se puso en práctica por la escuadra inglesa el sistema de banderas, así como una maniobra llamada T cruzada que hoy se estudia como clásica en todas las academias navales. Al mando del "San Juan Nepomuceno", solo frente a seis buques ingleses, Churruca dio muestras de precisión en el tiro, arrojo y eficacia, pese a lo cual, tras ser alcanzado por una bala de cañón que le voló la pierna, falleció ante la admiración de sus enemigos.
Su navío fue remolcado a Gibraltar, siendo uno de los pocos que pudieron enseñar los británicos como trofeo del combate. Durante muchos años lo conservaron, manteniendo la cámara del comandante cerrada y con una lápida en que se leía el nombre de Churruca en letras de oro, y si algún visitante pretendía entrar, se le advertía que se descubriera para poderlo hacer, como si aún estuviera presente don Cosme Damián Churruca y Elorza, brigadier de la Real Armada Española, muerto a bordo del navío de su mando, el dos baterías y 74 cañones "San Juan Nepomuceno".
Fue nombrado Almirante a título póstumo, y en su recuerdo su sobrino recibió el título de Conde de Churruca. Los hechos de los que fue protagonista, así como su propia figura, fueron novelados por Benito Pérez Galdós en Trafalgar, primer título de sus Episodios Nacionales.
En su villa natal de Motrico se alza una estatua en su memoria, así como en Ferrol, donde un sencillo monumento recuerda su paso por la Academia y en San Fernando (Cádiz), donde la lápida colocada en la tercera capilla Oeste del Panteón de Marinos Ilustres, cuya leyenda es como sigue:
A la memoria
del Brigadier de la Armada
El 21 de octubre de 1805.
Don Cosme Damián de Churruca
Muerto gloriosamente sobre el navío de su mando
San Juan Nepomuceno en el combate de Trafalgar
Bibliografía
- Alcalá Galiano, Pedro. El combate de Trafalgar. I.H.C.N., Madrid, 2004 (Ed. facsímil).
- Cervera y Jácome, Juan. El Panteón de Marinos Ilustres. Ministerio de Marina. Madrid. 1926.
- Churruca y Elorza, Julián Baldomero. Elogio histórico del Brigadier de la Real Armada Don Cosme Damián de Churruca, que murió en el combate de Trafalgar en 21 de octubre de 1805. Madrid, 1806.
- Delaunet, Amadeo. La Casa de Churruca y sus Alianzas. San Sebastián, 1937
- Fernández Duro, Cesáreo. Armada Española, desde la unión de los reinos de Castilla y de Aragón. Museo Naval, Madrid, 1973
- Ferrer de Couto, José. Combate naval de Trafalgar. Imprenta de D. Wenceslao Ayguals de Izco. Madrid – 1851
- González de Canales, Fernando. Catálogo de Pinturas del Museo Naval. Tomo II. Ministerio de Defensa. Madrid, 2000.
- González-Ripoll, Mª Dolores. A las órdenes de las estrellas. La vida del marino Cosme de Churruca y sus expediciones a América. CSIC, Madrid, 1995.
- Marliani, Manuel. Combate de Trafalgar. Vindicación de la Armada Española. Impreso de Orden Superior. Madrid, 1850.
- Martínez-Valverde y Martínez, Carlos. Enciclopedia General del Mar. Garriga, Madrid, 1957.
- Revista General de Marina. Cuaderno de Diciembre del año 2004, página 870. Miscelánea 26.522.
Enlaces
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