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Diferencia entre revisiones de «Quinta columna»

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Precisamente para contrarrestar todas las actividades antirrepublicanas, en agosto de ese mismo año se crea el SIM ([[Servicio de Información Militar]]) y el DEDIDE ([[Departamento Especial de Informaciones del Estado]]), que contaba con sus propios agentes y prisiones. Sin embargo, estos organismos no rastrearán la zona republicana sólo en busca de los llamados ''facciosos'', sino que también reprimirán a integrantes de formaciones disidentes como el [[POUM]] (Partido Obrero de Unificación Marxista), que rivalizaban en esa época con el [[Partido Comunista de España]].
Precisamente para contrarrestar todas las actividades antirrepublicanas, en agosto de ese mismo año se crea el SIM ([[Servicio de Información Militar]]) y el DEDIDE ([[Departamento Especial de Informaciones del Estado]]), que contaba con sus propios agentes y prisiones. Sin embargo, estos organismos no rastrearán la zona republicana sólo en busca de los llamados ''facciosos'', sino que también reprimirán a integrantes de formaciones disidentes como el [[POUM]] (Partido Obrero de Unificación Marxista), que rivalizaban en esa época con el [[Partido Comunista de España]].

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El papel de la quinta columna madrileña fue importantísimo en los últimos momentos de la guerra, en marzo de 1939, en la iniciativa del coronel [[Segismundo Casado]] contra el gobierno de [[Juan Negrín]]. En esas fechas, la resistencia realizó importantes tareas de información a favor del bando sublevado y actuó también como enlace entre el cuartel general de Franco y la Junta casadista con vistas a acordar la rendición de los frentepopulistas en la zona centro.
El papel de la quinta columna madrileña fue importantísimo en los últimos momentos de la guerra, en marzo de 1939, en la iniciativa del coronel [[Segismundo Casado]] contra el gobierno de [[Juan Negrín]]. En esas fechas, la resistencia realizó importantes tareas de información a favor del bando sublevado y actuó también como enlace entre el cuartel general de Franco y la Junta casadista con vistas a acordar la rendición de los frentepopulistas en la zona centro.

Revisión del 13:31 2 may 2020

Cartel de propaganda de Estados Unidos de la Segunda Guerra Mundial que caricaturiza a la quinta columna en su intento de sabotear el esfuerzo bélico y pervertir los valores del país.

«Quinta columna» es una expresión utilizada para designar, en una situación de confrontación bélica, a un sector de la población que mantiene ciertas lealtades (reales o percibidas) hacia el bando enemigo, debido a motivos religiosos, económicos, ideológicos y/o étnicos. Tal característica hace que se vea a la quinta columna como un conjunto de personas potencialmente desleales a la comunidad en la que viven y susceptibles de colaborar de distintas formas con el enemigo.

La expresión se atribuye al general Emilio Mola, al referirse en una locución radiofónica de 1936 al avance de las tropas sublevadas en la Guerra Civil Española hacia Madrid. El general mencionó que, mientras bajo su mando cuatro columnas se dirigían hacia la capital (una que avanzaba desde Toledo; otra, por la carretera de Extremadura; otra por la Sierra; y la de Sigüenza), había una quinta formada por los simpatizantes del golpe de Estado que, dentro de la capital, trabajaban clandestinamente en pro de la victoria del bando nacional.[1]​ Según otros autores, como Mijail Koltsov, corresponsal del diario moscovita Pravda y enviado personal de Stalin a España, fue el general José Enrique Varela quien pronunció la frase.[2]​ La expresión se popularizó durante la guerra como demuestra su presencia en diferentes crónicas de la misma.[3]

Esa idea y expresión pasó seguidamente a todas las guerras posteriores, como en la Segunda Guerra Mundial, y se llamó así a los franceses que, residiendo dentro de Francia, esperaban en 1940 el triunfo de la Alemania nazi. Dicho término se extendió en Holanda y Noruega para sus ciudadanos que mostraban más simpatía y lealtad hacia el Tercer Reich que hacia sus dirigentes, apoyando la invasión de sus países de origen. Del mismo modo, simpatizantes del Eje consideraban a los partisanos que combatían clandestinamente al fascismo en sus propios países como una quinta columna.

Los miembros de la quinta columna reciben el apelativo de quintacolumnistas.

Historia

En la Guerra Civil Española

El general español Emilio Mola, a quien se le atribuye la expresión

Durante la guerra civil española se producen actividades de resistencia y boicot internos, tanto en la zona sublevada como en la republicana, puesto que el control militar de uno u otro bando no se correspondía necesariamente con las tendencias políticas de la mayoría de la población en cada lugar y, además, porque la propia dinámica bélica siempre favorece los excesos violentos y la delación.

Sin embargo, la quinta columna fue especialmente activa en el Madrid sitiado. La gran longitud del frente que rodeaba la ciudad, la elevada densidad de población en la urbe y su importancia simbólica y estratégica, la mayor ciudad de la zona republicana que estaba situada en el mismo frente de guerra, la convertirían en escenario de constante flujo de información de la zona frentepopulista a la insurgente. Después de la derrota de los sublevados en la capital, en la primera semana se asiste en ella a las acciones de los «pacos», francotiradores que desde edificios o coches en marcha disparaban a los milicianos. Posteriormente los Círculos azules se centrarán en desmoralizar a las milicias republicanas por diversos medios (reparto de pasquines de propaganda, fomentando rumores derrotistas, sabotaje armamentístico, retransmisiones radiofónicas, etc.).

La propaganda del Gobierno republicano incidirá notablemente en la necesidad de estar alerta frente al enemigo interior y, en la primavera de 1937, se desarticularán dos grupos de resistentes en Madrid, de los cuales doce personas serán condenadas a muerte el mismo año.

Precisamente para contrarrestar todas las actividades antirrepublicanas, en agosto de ese mismo año se crea el SIM (Servicio de Información Militar) y el DEDIDE (Departamento Especial de Informaciones del Estado), que contaba con sus propios agentes y prisiones. Sin embargo, estos organismos no rastrearán la zona republicana sólo en busca de los llamados facciosos, sino que también reprimirán a integrantes de formaciones disidentes como el POUM (Partido Obrero de Unificación Marxista), que rivalizaban en esa época con el Partido Comunista de España.

Una de las operaciones mas conocidas del SIM tuvo lugar en enero de 1938 en la entonces Embajada de Turquía en España, situada en aquel momento en la madrileña calle Zurbano, ante la sospecha de que allí se encontraban varios militares.[4]​ Varios oficiales de intendencia, entre ellos Antonio Rodríguez Aguado, Joaquín Jiménez de Anta y un camarada mallorquín, fueron trasladados de Madrid a Valencia, y luego a Cataluña.[5]​ En octubre de 1938 Rodríguez Aguado, quien arrastraba un delicado estado de salud, falleció en Barcelona. En enero de 1939, días antes de que las tropas nacionales entrasen en la Ciudad Condal, diversos encarcelados fueron trasladados a la provincia de Gerona, como por ejemplo Jiménez de Anta, quien quedó en libertad cuando el bando nacional logró conquistar el norte de Cataluña.[6][7]

El papel de la quinta columna madrileña fue importantísimo en los últimos momentos de la guerra, en marzo de 1939, en la iniciativa del coronel Segismundo Casado contra el gobierno de Juan Negrín. En esas fechas, la resistencia realizó importantes tareas de información a favor del bando sublevado y actuó también como enlace entre el cuartel general de Franco y la Junta casadista con vistas a acordar la rendición de los frentepopulistas en la zona centro.

...Durante la guerra surgió en Madrid un gran número de organizaciones emboscadas de la Quinta columna. Sus actividades no se llevaban a cabo de forma aislada, sino que eran acciones organizadas, sistematizadas, siguiendo las directrices del mando franquista; fue la Falange clandestina la que organizó y encabezó en Madrid Manuel Valdés Larrañaga, falangista y amigo personal de José Antonio Primo de Rivera, fundador de la Falange. El número de las organizaciones clandestinas alcanzó la veintena, aunque no todas con el mismo peso ni con la misma importancia. Entre las más importantes de la Falange clandestina destacó la llamada Hermandad Auxilio Azul María Paz, formada por mujeres falangistas, pero también merecen ser citados el Grupo de Antonio Bouthelier, Las Hojas del Calendario y la Organización Antonio. Esta última, sobre todo, por la actividad de sus agentes durante el último año de guerra...
CERVERA GIL, Javier. «La Quinta columna (1936–1939)», en la Enciclopedia de Madrid. Siglo XX

En otras ciudades, como Barcelona, Valencia, Santander o Alicante, el papel hecho por la quinta columna fue también de gran importancia y ayuda para la estrategia rebelde. En Santander además de tomar la ciudad previamente a la llegada de las tropas sublevadas, la 'quinta columna' disparó contra los barcos pesqueros que pretendían llegar por la vía cantábrica a la costa francesa con aquellos que huían de la ofensiva sublevada.

Durante otras guerras

Durante la Segunda Guerra Mundial, tras el ataque a Pearl Harbor, el internamiento de ciudadanos de origen japonés de la Costa Oeste de los Estados Unidos se justificó con el argumento de que estos ciudadanos, por ser de origen nipón, podrían actuar como una quinta columna. En Gran Bretaña, se repitió esta operación con numerosos residentes alemanes, detenidos en la isla de Man hasta el fin del conflicto. Poco después del ataque nazi a la Unión Soviética en 1941, el gobierno de Stalin arrestó y deportó al Asia Central a la totalidad de soviéticos de origen alemán residentes en la República Autónoma de los Alemanes del Volga, temiendo que pudiesen formar una quinta columna en apoyo del ejército invasor.

En ese mismo conflicto, organizaciones de la minoría alemana en Polonia y Checoslovaquia formaron las Selbstschutz (autodefensa), que colaboraron activamente con el Tercer Reich.

Los residentes católicos irlandeses en el Reino Unido también han sido considerados quintacolumnistas por los unionistas debido a los disturbios ocurridos durante el siglo XX (véanse los Cuatro de Guildford y los Seis de Birmingham).

Referencias

  1. James Holland. The Battle of Britain: Five Months That Changed History. May-October 1940, pp. 126-127
  2. Mijail Koltsov (2009). Diario de la guerra de España, Barcelona: Ed. Planeta, pág. 208 ISBN 9788408088707
  3. Grieg, Nordhal (2017). Ainhoa Zufriategui Capurro, ed. Verano Español. arqueología de imágenes. p. 102. ISBN 9788469726907. 
  4. «Cuando la República violó el asilo diplomático en plena guerra civil». Periodista Digital. 23 de mayo de 2019. 
  5. «La traición que desmontó la mayor red de la Quinta Columna». La Vanguardia. 10 de octubre de 2012. 
  6. «Jiménez de Anta, el concejal barcelonés que espió a la república». La Vanguardia. 8 de octubre de 2012. 
  7. «El espía de Franco». La Razón. 9 de febrero de 2013. 

Bibliografía

  • PRESTON, Paul; DE ANDRÉS Jesús; CUÉLLAR, Jesús (2005). Atlas ilustrado de la guerra civil española. Madrid: Susaeta. ISBN 9788430551934.