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Diferencia entre revisiones de «Pseudociencia»

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Características de las pseudociencias: La navaja de Occam no es un "principio matemático" (¡por Dios!)
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*Son inmutables. Al no tener bases experimentales, no cambian incluso ante nuevos descubrimientos.
*Son inmutables. Al no tener bases experimentales, no cambian incluso ante nuevos descubrimientos.
*Utilizan lenguaje científico pero sólo en apariencia, desconociendo o malinterpretando su significado.
*Utilizan lenguaje científico pero sólo en apariencia, desconociendo o malinterpretando su significado.
*No cumplen la estrategia de la [[navaja de Occam]] (también conocido como principio de parsimonia), que es un principio lógico-matemático según el cual en igualdad de condiciones la explicación más sencilla es probablemente la correcta.
*No cumplen la estrategia de la [[navaja de Occam]] (también conocido como principio de parsimonia), que es un método de construcción lógica según el cual en igualdad de condiciones la explicación más sencilla es probablemente la correcta.
*No buscan leyes generales.
*No buscan leyes generales.
*Descalifican las críticas por parte de las ciencias, a menudo, utilizando falacias ''[[ad hominem]]'', aduciendo [[teoría conspirativa|conspiraciones]] o proclamándose objeto de [[persecución]] cuando sus planteamientos son rebatidos.
*Descalifican las críticas por parte de las ciencias, a menudo, utilizando falacias ''[[ad hominem]]'', aduciendo [[teoría conspirativa|conspiraciones]] o proclamándose objeto de [[persecución]] cuando sus planteamientos son rebatidos.

Revisión del 23:33 5 ene 2008

Pseudociencia (del latín pseudo, «falso» y scientia, «conocimiento»: «falsa ciencia») es un término que da cuenta de un conjunto de supuestos conocimientos, metodologías, prácticas o creencias no científicas pero que reclaman dicho carácter. Este concepto es utilizado en los enfoques epistemológicos preocupados por el criterio de demarcación de la ciencia y tiene mayor consenso entre las ciencias exactas y naturales.

El epistemólogo argentino Mario Bunge ha definido brevemente la pseudociencia de la siguiente manera: «Una pseudociencia es un montón de macanas que se vende como ciencia. Ejemplos: alquimia, astrología, caracteriología, comunismo científico, creacionismo científico, grafología, ufología, parapsicología y psicoanálisis.»[1]

El término tiene connotaciones negativas, porque se usa para indicar que las materias así etiquetadas son errónea o engañosamente presentadas como científicas. Por este motivo, aquellos que propugnan por determinada "pseudociencia" normalmente rechazan esta clasificación.

Filósofos de la ciencia que se han ocupado extensamente de esta cuestión, como Karl Popper, consideran que el carácter de pseudociencia depende menos del ámbito u objeto de estudio que de la actitud de sus seguidores hacia la crítica y, en general, hacia al método científico. Así, un físico o un biólogo podrían comportarse de un modo dogmático, mientras que un historiador o un sociólogo pueden presentar sus tesis de una manera que inviten a la refutación (o «falsación», en lenguaje popperiano). En general, la metodología científica exige que las teorías puedan someterse a pruebas empíricas rigurosas, mientras que las pseudociencias, o bien no será posible aplicarles sistemas de refutación (por tratarse de formulaciones ambiguas) o bien protegerán su teoría (por ejemplo, con hipótesis auxiliares o ad hoc, formuladas a posteriori), en lugar de someterla a ensayos que puedan refutarla.

Características de las pseudociencias

Los autores que diferencian entre ciencias reales y pseudociencias señalan algunas de las siguientes características para ayudar a reconocer a las pseudociencias como tales:[2][3][4][5][6]

Nota: La siguiente no es una lista monotética:

  • No aplican una metodología de carácter científico.
  • Son dogmáticas. Sus principios están planteados en términos tales que no admiten refutación, a diferencia de las ciencias, donde las condiciones de refutación de las hipótesis o teorías están determinadas con precisión.
  • Proclaman teorías para las que no aportan pruebas empíricas, que a menudo contradicen abiertamente resultados experimentales conocidos y aceptados por las ciencias bien establecidas.
  • Proclaman teorías inconexas con los conocimientos y teorías de la ciencia.
  • Son inmutables. Al no tener bases experimentales, no cambian incluso ante nuevos descubrimientos.
  • Utilizan lenguaje científico pero sólo en apariencia, desconociendo o malinterpretando su significado.
  • No cumplen la estrategia de la navaja de Occam (también conocido como principio de parsimonia), que es un método de construcción lógica según el cual en igualdad de condiciones la explicación más sencilla es probablemente la correcta.
  • No buscan leyes generales.
  • Descalifican las críticas por parte de las ciencias, a menudo, utilizando falacias ad hominem, aduciendo conspiraciones o proclamándose objeto de persecución cuando sus planteamientos son rebatidos.
  • Invocan entes inmateriales o sobrenaturales inaccesibles a la investigación empírica, tales como fuerza vital, creación divina, inconsciente metafísico, necesidad histórica, etc.
  • Proclaman y exigen que se reconozca su carácter científico, pero sólo ante el público general, renunciando a poner a prueba sus explicaciones ante la comunidad científica establecida. El hecho de reclamar estatus científico las diferencia de otras actividades como las religiones.

Algunos autores afines al relativismo epistémico o al llamado «programa fuerte» (o «estándar») de la sociología de la ciencia, como Paul Feyerabend, Bruno Latour o David Bloor, ponen en duda que sea posible diferenciar con rigor y objetividad "ciencia" de "pseudociencia", respaldando en algunos casos posiciones abiertamente contrarias a la ciencia o a la validez del método científico[7]​. Estas posiciones relativistas han sido ampliamente contestadas por científicos como Alan Sokal y Jean Bricmont.[8]

Algunos críticos de la pseudociencia consideran algunas o todas las formas de pseudociencia como pasatiempos inofensivos. Otros, como Richard Feynman[9]​, Richard Dawkins[10]​, Carl Sagan[11]​ y Mario Bunge[12]​, consideran que todas las formas de pseudociencia son dañinas, causen o no daños inmediatos a sus seguidores. Estos críticos generalmente consideran que la defensa de la pseudociencia puede suceder por varias razones, que van desde la simple candidez sobre la naturaleza de la ciencia y el método científico, hasta un engaño deliberado por beneficios económicos o políticos. Por otra parte toda creencia como hecho subjetivo no puede considerarse como pseudociencia ya que no trata de indagar en el conocimiento sino que cree en unos determinados elementos, el hecho de que una creencia pase a ser una pseudociencia es cuando intenta darle carácter científico para apoyar su propia creencia subjetiva utilizando para ello todos los elementos nombrados anteriormente.

El problema de la demarcación de las ciencias

Se han hecho varios intentos para aplicar rigor filosófico a la demarcación de la ciencia con resultados diversos. Estos incluyen el criterio de falsabilidad de Karl Popper y la aproximación histórica de Imre Lakatos, que lo menciona en su Methodology of scientific research programmes (Metodología de los programas de investigación científica). Historiadores y filósofos de la ciencia, principalmente Thomas Kuhn y Paul Feyerabend, sostienen desde otras perspectivas epistemológicas del conocimiento, que incluye la dimensión social, que no siempre es posible una distinción nítida y objetiva entre ciencia y pseudociencia.

Mario Bunge, filósofo de la ciencia, es conocido por su posición de incluir al psicoanálisis entre las pseudociencias. Críticas hacia la inconsistencia entre teoría y experiencia, o hacia el carácter especulativo del discurso se dirigen también a veces desde las ciencias naturales hacia ciertas ciencias sociales, como la economía o la psicopedagogía. El asunto Sokal, por el nombre del físico que lo puso en marcha, mostró que desde una cierta orientación de la Sociología de la Ciencia, una postmoderna y deconstruccionista, también se ha recurrido a veces a usar inconsistentemente el lenguaje de las llamadas ciencias duras, en lo que parece un intento irregular de legitimación científica, siendo esta una de las líneas de conducta frecuentemente reprochadas hacia las llamadas pseudociencias.

Peligros de la medicina pseudocientífica para la salud

Un campo en el que se usa frecuentemente de alegaciones pseudocientíficas es el de la curación de enfermedades. Ocurre incluso dentro de la medicina convencional, por ejemplo cuando algunas compañías farmacéuticas promueven el uso de sus productos para fines distintos de los que justificaron su aprobación y sin ensayos clínicos suficientes o adecuados.

Existe además un importante mercado de métodos curativos, que en muchos casos actualizan métodos mágicos tradicionales, como la imposición de manos. La mayoría de estos curanderismos, cuya extensión creciente debe mucho a internet, busca la credibilidad y el prestigio de la ciencia, alegando desconocidas propiedades del agua[13]​ o la acción de fenómenos cuánticos.

El cartílago de tiburón se ha promocionado falsamente como cura para el cáncer en base una supuesta inexistencia de cánceres en tiburones. De acuerdo con Ostrander et al (2004), esta práctica ha llevado a una continua disminución de las poblaciones de tiburones y, lo que es más importante, esta práctica ha alejado a los pacientes de terapias contra el cáncer que sí son efectivas.[14]​ Sugieren que "los mecanismos basados en la evidencia por la comunidad científica día a día deberían añadirse al aprendizaje de los profesionales de los medios de comunicación y gubernamentales".

Un caso especial, por su extensión, es el de la homeopatía, cuya incongruencia con el conocimiento científico fue mostrada ya en vida de su fundador, Samuel Hahnemann, y respecto a la que se han utilizado recientemente términos prestados de la mecánica cuántica (como entanglement) de manera admitidamente metafórica.

Algunos tratamientos alternativos de carácter pseudocientífico han producido accidentes graves, incluso muertes; pero se admite en general que el mayor peligro para la salud de los pacientes se realiza cuando, confiando en un método ineficaz, renuncian a medidas más efectivas, como hábitos más saludables o un tratamiendo médico de eficacia demostrada.

Explicaciones psicológicas

El pensamiento pseudocientífico se ha explicado en términos de psicología y psicología social. La tendencia humana a buscar confirmación en vez de refutación,[15]​ la tendencia a mantenerse en las creencias confortables, y la tendencia a sobregeneralizar han sido propuestas como razones comunes para la adherencia al pensamiento pseudocientífico. De acuerdo con Beyerstein (1991) los humanos son propensos a realizar asociaciones en función de la apariencia, y a menudo cometen errores en el pensamiento sobre causa y efecto.[16]

Campos considerados como pseudociencias

Quienes defienden la posibilidad de un criterio de demarcación estricto entre ciencia y pseudociencia consideran que en los campos siguientes una parte significativa de sus practicantes presentan su disciplina como más o menos equivalente a campos del conocimiento rigurosos, imitándolos a veces formalmente en el lenguaje o las formas de comunicación, y adoptando títulos científicamente prestigiosos ante el público como «doctor» o «profesor», legitimados o no académicamente. Tal como se deduce de la caracterización del concepto, los practicantes de estas actividades afirman su carácter científico.



Ejemplos de disciplinas pseudocientificas
Astrología[17] Es la creencia en una relación causal entre la posición relativa de determinados planetas, satélites y estrellas y la personalidad y expectativas futuras de las personas.[18]

Aunque la astrología tiene una larga tradición como sistema de creencias desde la antigüedad, sus bases como ciencia están refutadas desde el Renacimiento[19]​, a pesar de lo cual hoy en día existen intentos de reivindicar este papel.

Cerealogía[20]
Creacionismo y Diseño inteligente

Algunas interpretaciones literales del Génesis niegan la Teoría de la evolución y plantean hipótesis alternativas como si tuvieran la misma validez. La teoría de la evolución no es sólo una hipótesis sino la teoría más sustentada que actualmente existe sobre el origen de los seres vivientes y es el cuerpo teórico unificador de las ciencias biológicas. Por esto, la gran mayoría de los científicos e instituciones científicas rechazan las afirmaciones sobre creacionismo científico y diseño inteligente por su falta de base científica y lo clasifican como pseudociencia. La comunidad científica califica de infundadas las acusaciones de tautología hacia algunas hipótesis evolutivas, como la selección natural.


Criptozoología[21]

Es el estudio de animales mitológicos, no reconocidos como reales por la ciencia. No cumple con el método científico al no ocupar mediciones y observaciones directas para sacar sus conclusiones, sino que se basa en dichos de otras personas y tradiciones orales. Ésto es como tomar por cierto que el suelo de piedra de una habitación está más frío que la alfombra que está sobre él, sólo porque alguien nos dijo "que lo sintió más frío". El método científico demanda hacer mediciones antes de sacar conclusiones, y fácilmente se puede comprobar con un termómetro que ambos llegan a un equilibrio térmico con el ambiente, y tienen la misma temperatura. Además sus predicciones, por su naturaleza, carecen completamente de falsabilidad, pues los animales mitológicos que estudian no dejan de serlo hasta que se comprueba su existencia real.

Dianética (la “ciencia” de la cienciología)[22]

La dianética es una parte de la cienciología, consistente en una especie de "psicología" basada en los principios de la cienciología.[23]

Hubbard insiste varias veces a lo largo de su libro en que la Dianética es una ciencia[24]​ y que su sistema, basado en la localización y eliminación de los engramas, permite la curación de toda clase de compulsiones, obsesiones, neurosis, y demás afecciones o enfermedades, incluyendo parálisis, cáncer y leucemia.[25]​ Sin embargo nunca ha habido ninguna demostración científica de tales afirmaciones.

Fisiognomía

En la Antigüedad la fisiognomía se desarrolló com un arte adivinatoria, que buscaba el destino en los rasgos de la cara, en parte por culpa de algunos párrafos de la Historia animalium de Aristóteles[26]​. Lavater, a finales del XVIII llamó así a la ciencia («una ciencia con reglas fijas») que permitiría conocer el carácter de una persona por los rasgos de su cara y la forma de su frente. Un obituario tras su muerte, señalaba que tras Lavater un noble no escogería un criado sin antes comparar su rostro con las láminas del libro. Darwin cuenta que estuvo a punto de no ser elegido como naturalista del Beagle, porque Fitzroy no veía con buenos ojos la forma de su nariz.[27]

Flores de Bach (terapias florales)[28][29]

Los ensayos no demuestran ningún valor terapéutico más allá del efecto placebo.[30][31]​ La preparación de los remedios, dejando algunas flores en agua al sol y diluyendo el filtrado despúes, no es compatible con ningún mecanismo físico-químico específico. Los pronentes dicen que se basa en «vibraciones», sin que se justifique que son o como se pueden observar.

La selección de los remedios se basa en criterios ajenos a la experiencia, como la teoría de las signaturas,[32]​ una doctrina precientífica propia de la medicina medieval, según la cual la virtud curativa ha sido marcada sobre las cosas o sobre sus nombres. Por ejemplo, la planta que Lineo llamó Impatiens porque dispara sus semillas, es propuesta para curar la impaciencia.

Frenología[33][34]

Era una teoría que afirmaba ser capaz de determinar el carácter y los rasgos de personalidad basándose en la forma del cráneo. Se basaba en la creencia de que diversos comportamientos están controlados por sitios distintos del cerebro, y que el mayor desarrollo de esas secciones supone un mayor tamaño, que se ve reflejado en la forma del cráneo. No se debe confundir con la craniometría o la fisonomía, que estudian los huesos del cráneo o los rasgos faciales sin intentar extraer información sobre la personalidad.

Grafología[12][35]
Homeopatía

Muchos consideran la homeopatía como un residuo pseudocientífico de la época de la alquimia. Los resultados atribuidos a la homeopatía se pueden explicar por el efecto placebo.[36]

Otra crítica a la homeopatía es su falta de consistencia externa. Esta teoría asume que el agua de algún modo "recuerda" las propiedades químicas de las moléculas que alguna vez estuvieron en contacto con ella, pese a que la investigación empírica no confirma la hipótesis de la llamada memoria del agua.

Negacionismo del Holocausto[37]

El negacionismo del Holocausto está considerado una pseudociencia (en la disciplina de la historia) no porque sea revisionista (el revisionismo es una actividad legítima del historiador, por ejemplo, a la luz de nuevas evidencias), sino porque para lograr su objetivo de negar el Holocausto necesitan negar todos y cada uno de los principios del método científico: deciden primero cómo quieren que sean los "hechos", en lugar de recurrir a testigos oculares y a pruebas físicas y documentales. Elaboran teorías para "probar" que los hechos "auténticos" son como ellos quieren que sean. Reescriben la historia para dar apoyo a una agenda, a menudo política, usando un sinnúmero de falacias lógicas que corroboren sus tesis. Nunca someten sus trabajos a la revisión por pares. A causa de todo ello, la comunidad de historiadores consideran a estos escritos como defectuosos y no fiables desde el punto de vista científico.

Numerología[38][39]
Parapsicología[40]

La parapsicología es el nombre moderno que recibe el espiritismo. Esta doctrina sostiene la existencia de fenómenos como la telepatía, la videncia a distancia y del futuro, y la telequinesis, entre otros. La parapsicología atribuye esos supuestos hechos a la percepción extrasensorial y a otras capacidades supra-normales que no pretende explicar. Es bastante ambigua no sólo porque trata de entidades no físicas como los fantasmas y acontecimientos no físicos como la telepatía, sino también porque no ofrece afirmaciones detalladas acerca de sus mecanismos de acción o regularidades.

Piramidología[22]
Programación neurolingüística[41]
Psicoanálisis

En su modelo de demarcación de la ciencia, Karl Popper tomó al psicoanálisis como ejemplo de pseudociencia, en contraste con la teoría de la relatividad de Albert Einstein. Popper observó que mientras las condiciones de refutación de las hipótesis de Einstein estaban determinadas con precisión y Einstein estaba dispuesto a empezar de nuevo si la evidencia no las sustentaba, las teorías de Sigmund Freud eran infalsables y le permitían reinterpretar la evidencia para mantener las hipótesis.

Alan Sokal y Jean Bricmont explican en Imposturas Intelectuales cómo Jacques Lacan usa el lenguaje matemático en su teoría del psicoanálisis de forma incorrecta y totalmente fuera de contexto para aparentar carácter científico.[42]

El epistemólogo Mario Bunge también usa al psicoanálisis como ejemplo en su modelo de demarcación de la ciencia. Sostiene que el psicoanálisis es una forma de pseudociencia porque carece de consistencia externa: las diferentes disciplinas científicas interactúan apoyándose las unas a las otras tanto en sus aspectos teóricos como empíricos. El grave problema del psicoanálisis, sostiene Bunge, es que se trata de una disciplina aislada del resto del conocimiento (no interactúa con disciplinas obviamente pertinentes, tales como la psicología experimental , la neurociencia cognitiva y las ciencias biológicas). Más aún, el psicoanálisis es incongruente con los descubrimientos de estas disciplinas.[43][44][45]

Autores como Van Rillaer recopilaron ejemplos sobre la forma en que Freud y otros psicoanalistas descalifican a sus críticos empleando argumentos de autoridad y falacias ad hominem.[46][47]

Radiestesia[48] La dependencia de los fenómenos en que se basa la radiestesia respecto al eefecto ideomotor y las expectativas del sujeto, está demostrada desde el siglo XIX.[49]
Ufología[50][51][52]

La Ufología es el estudio de los objetos voladores no identificados (OVNIs) y frecuentemente incluye la creencia de que los OVNIs son la evidencia de visitantes extraterrestres.[53]

Véase también

Referencias

  1. Qué son las pseudociencias, Mario Bunge.
  2. Sagan, Carl (2005). «El mundo y sus demonios». Barcelona: Planeta. ISBN 8408058193. 
  3. Park, Robert L. (2003). «Ciencia o vudú». Barcelona: Debolsillo. ISBN 8497596242. 
  4. Robert L. Park, 2003. "The Seven Warning Signs of Bogus Science."
  5. Randi, James (1988). «Flim-Flam!». Prometheus. ISBN 0-87975-198-3. 
  6. Shermer, Michael, 2001. "How to draw boundaries between science and pseudoscience."
  7. El filósofo de la ciencia Paul Feyerabend se asocia particularmente con la idea de que intentar distinguir entre ciencia y pseudociencia es algo que no se sostiene cuando es tratado con rigor epistemológico, y además es pernicioso. "La idea de que la ciencia puede, y debería, desarrollarse de acuerdo a reglas fijas y universales, es no realista y es pernicioso. ...la idea va en detrimento de la ciencia, debido a la negligencia de omitir las condiciones físicas e históricas que influyen en el cambio científico. Hace a la ciencia menos adaptable y más dogmática."[1]
  8. Sokal-Bricmont, Imposturas intelectuales, Barcelona, Paidós, 1999, págs. 66-113.
  9. Richard Feynman, 1974. "Cargo Cult Science."
  10. Richard Dawkins, 1998. Unweaving The Rainbow. Penguin.
  11. Carl Sagan, 1987. "La carga del escepticismo."
  12. a b Mario Bunge. "¿Qué son las pseudociencias?." Error en la cita: Etiqueta <ref> no válida; el nombre «bunge» está definido varias veces con contenidos diferentes
  13. Water pseudoscience, página de Stephen Lower, un profesor de química retirado.
  14. Ostrander GK et al. (2004) Shark cartilage, cancer and the growing threat of pseudoscience. Cancer Res64:8485-91. Erratum in: Cancer Res. 65:374. PMID 15574750
  15. (Devilly 2005:439)
  16. Pensamiento Magico y Eficacia Terapéutica José Antonio Plaza Rincón Licenciado en Antropología (U.C.M.)
  17. Astrology and Science: Two Worldviews searching for a Synthesis J. Navarro Artigas
  18. Tester, S J (1990). Ed. Siglo XXI, ed. Historia de la Astrología Occidental. pp. pág. 23. «La astrología es la interpretación y predicción de acontecimientos que suceden en la tierra, así como el carácter y las aptitudes de los hombres, a partir de la medición y el trazo de los movimientos y las posiciones relativas de los cuerpos celestes, estrellas y planetas, incluyendo entre estos últimos al Sol y la Luna.» 
  19. Pico della Mirandola, Disputationes adversus astrologiam divinicatrium
  20. Joe Nickel, 2002. "Circular Reasoning: The 'Mystery' of Crop Circles and Their 'Orbs' of Light".
  21. Criptozoología. La pseudociencia que estudia los animales ocultos.
  22. a b Gardner, Martin (1957). «Fads and Fallacies in the Name of Science». Dover Publications. ISBN 978-0486203942.  Error en la cita: Etiqueta <ref> no válida; el nombre «gardner» está definido varias veces con contenidos diferentes
  23. Drury, Nevill (marzo de 1985). Ed. HarperCollins, ed. Dictionary of Mysticism and the Occult. 
  24. [http://mx.geocities.com/cienciologia/dianetica.html La verdad acerca de Dianética y Cienciología.
  25. «11». The Anderson Report.  Parámetro desconocido |URLcapítulo= ignorado (se sugiere |urlcapítulo=) (ayuda)
  26. Pack, R.A. (1978) Aristotle's chiromantic principle and its influence. Transactions of the American Philological Association, 108: 121-130.
  27. Shookman, E., Pseudo-science, social fad, literary wonder: Johann Caspar Lavater, and the art of physiognomy, in Shookman, E., ed. (1993) The faces of physiognomy: Interdisciplinary approaches to Johann Casper Lavater Columbia, SC, Camden House, pp. 25-39. Citado en: Staum, M. (1995) Physiognomy and Phrenology at the Paris Athenee. Journal of the History of Ideas, 56(3): 443-462.
  28. Carroll, Robert Todd (2003). «The Skeptic's Dictionary: A Collection of Strange Beliefs, Amusing Deceptions, and Dangerous Delusions». Wiley. ISBN 978-0471272427. 
  29. Robert Todd Carroll, 2005. "The Skeptics Dictionary: Bach flower therapy".
  30. Ernst, E. (2002). «"Flower remedies": a systematic review of the clinical evidence». Wien Klin Wochenschr 114 (23-24): 963-6. 
  31. Walach, H., Rilling, C. & Engelke, U. (2001). «Efficacy of Bach-flower remedies in test anxiety: a double-blind, placebo-controlled, randomized trial with partial crossover». J Anxiety Disord 15 (4): 359-66. 
  32. Richardson-Boedler, C. (2000). «The Doctrine of Signatures: a historical, philosophical, scientific view (II)». Br Homeopath J 89 (1): 26-8. 
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  34. Robert Todd Carroll, 2005. "The Skeptics Dictionary: Phrenology".
  35. Robert Todd Carroll, 2005. "The Skeptics Dictionary: Graphology".
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  42. Alan Sokal, Jean Bricmont (1997). Imposturas Intelectuales. ISBN 84-493-0531-4.
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  44. Bunge, M. & R. Ardila (2002) Filosofía de la psicología. 2º ed. México, Siglo XXI Editores.
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  47. Van Rillaer, Jacques; Meyer, Catherine (2007). Ed. Sudamericana, ed. El libro negro del Psicoanálisis. Parte 3: Cómo el psicoanálisis se ha inmunizado contra la crítica. ISBN 9789500727969. 
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  51. Kaminer, Wendy (2001). «Durmiendo con extraterrestres. El auge del irracionalismo y los peligros de la devoción.». Alba Editorial (Col. "Trayectos", Nº 25). Barcelona. 
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  53. Scientific American

Bibliografía en español

Enlaces externos