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Diferencia entre revisiones de «Arte almorávide»

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Revisión del 09:57 12 oct 2005

Introducción

Los enfrentamientos entre las distintas taifas acentuó la presencia de las tropas de los monarcas cristianos ayudando, mediante el pago de parias, a los contendientes. La toma de Toledo en 1085 por el monarca cristiano Alfonso VI, motivó la solicitud de ayuda de los almorávides por parte de los restantes reinos de las taifas. Tras una primera incursión de socorro en 1086, regresaron en 1090 para invadir el territorio andalusí.

Los almorávides cuyo nombre deriva de al-murabitum o moradores del ribat (especie de monasterio-fortaleza habitado por monjes-guerreros, asimilables en cierta mediada a las ordenes militares occidentales), procedían del desierto sahariano. Este primer movimiento que unificó Marruecos, Argelia occidental y al-Andalus (1056-1147) eligió como capital Marrakech. Se definían por un rígido puritanismo religioso aunque alcanzaron una gran trascendencia artística dado que, por primera vez, la influencia andalusí incidió directamente sobre el norte de Africa.

Arquitectura

Durante el reinado del monarca Yusuf ibn Tashfin, las obras emprendidas aún acusaron la austeridad y desornamentación impuestas por su fervor religioso. No obstante, esta rigurosidad decayó con su hijo Alí ibn Yusuf quien deslumbrado por el refinado ambiente cortesano de las taifas andalusíes, patrocinó diversas empresas cuajadas de los mas bellos elementos decorativos.

A pesar de hallarse el foco originario en al-Andalus, las construcciones documentadas se encuentran en el norte de Africa; es más, dentro de ellas, son los edificios de carácter religioso los mejor representados. A ellos corresponden las mezquitas de Tremecén y de Argel, las cuales siguen el modelo habitual de naves perpendiculares al muro de la qibla. Excepcionalmente, como sucede en la mezquita Qarawiyin de Fez, se emplean naves paralelas a la qibla siguiendo el modelo de la mezquita de Damasco. En ambos casos, las naves extremas se prolongan formando las galerias que enmarcan el patio, de modo que este pasa a tener unas dimensiones mas reducidas.

El soporte preferido será el pilar en sustitución de la columna. Adoptan el arco de herradura y lobulado a los que añaden arcos de herradura apuntados, lobulados trebolados, mixtilíneos y de lambrequines, formados estos últimos por pequeñas curvas, angulos rectos y claves pinjantes. En relación con el desarrollo de los arcos aplican desde el salmer un motivo en "S", denominado serpentiforme, ya utilizado anteriormente en la Aljafería de Zaragoza. El sistema de cubiertas preferido es a dos aguas, creando las techumbres de madera a par e hilera que alcanzaran un gran desarrollo en el arte mudéjar. Al mismo tiempo realizaron bellas cubiertas cupuladas. Unas, representada por la cúpula ante el mihrab de la mezquita de Tremecén, seguirán el modelo cordobés de arcos entrecruzados que dejan la clave libre si bien, en este caso, arrancan de trompas angulares de muqarnas y emplean unos plementos de estuco calado decorados con exuberantes motivos florales. A partir de esta obra, en que se documenta la introducción en el Magreb de la muqarna o mocárabe, aparece otro tipo de cúpula denominada de muqarnas, ejemplificada por la existente en la mezquita de Qarawiyin en Fez.

Otras artes

Las producciones artísticas continuaron vinculadas a las tradiciones anteriores. El taller de textil de Almería alcanzó su completo apogeo realizando los llamados attabi. Estos tejidos se caracterizan por la utilización de tonos mas suaves con toques de oro formando grandes círculos dobles, tangentes o enlazados, dispuestos en filas, en cuyo interior se encierran parejas de animales. La semejanza con los tejidos sicilianos ha inducido a confusión entre ambos talleres. Un problema similar plantean los marfiles cuyas inscripciones impersonales arrojan poca luz sobre su adscripción a uno de los dos talleres. La cerámica, por su parte, continuó desarrollando la técnica de "cuerda seca parcial" o "total" dependiendo de que la decoración cubriese toda la superficie o parte de ella. Junto a esta, hacen su aparición dos nuevas técnicas aplicadas a la cerámica no vidriada, el esgrafiado y el estamplillado, cuyo utilización se generalizará en época almohade.