Lettres provinciales

Los Lettres provinciales (cartas Provinciales) son una serie de dieciocho cartas escritas por el filósofo francés y el teólogo Blaise Pascal bajo el seudónimo Louis de Montalte. Escrito en medio de la controversia de formulario entre el Jansenists y los jesuitas, ellos son una defensa de Jansenist Antoine Arnauld de real por el Puerto, un amigo de Pascal que en 1656 fue condenado por el Faculté de Théologie en el Sorbonne en París para vistas que fueron afirmadas ser heréticas. La Primera carta es fechada el 23 de enero de 1656 y el dieciocho de marzo 24, 1657. Una Diecinueve carta fragmentaria es con frecuencia incluida con los otros dieciocho. En estas cartas, Pascal humorísticamente atacó la casuística, un método retórico popular usado por theologists, y acusó a jesuitas de la flojedad moral. Siendo rápidamente forzado el movimiento clandestino escribiendo las Cartas Provinciales, Pascal los fingió para ser el informe de un Parisiense a un amigo en las provincias en las cuestiones morales y teológicas entonces excitación los círculos intelectuales y religiosos en la capital. Pascal, combinando el fervor de un converso con el ingenio y pule de un hombre de mundo, alcanzó un nuevo nivel del estilo en la prosa francesa. Aparte de su influencia religiosa, las Cartas Provinciales eran populares como un trabajo literario. El uso de Pascal del humor, las burlas, y la sátira viciosa en sus argumentos hicieron las cartas listas para el consumo público, e influyeron en la prosa de escritores franceses posteriores como Voltaire y Jean-Jacques Rousseau. Gloriosamente escrito por Pascal, las Cartas Provinciales eran de hecho el producto de un trabajo de colaboración de teólogos de real por el Puerto, y la mayor parte de los argumentos usados debían ser encontrados ya en la moral Théologie de Arnauld des Jésuites, que había llevado al Jesuita Nicolas Caussin a contestar al libelo. La fuente principal en la casuística jesuita usada por Pascal era casuum de Antonio Escobar Summula conscientiae (1627), varias proposiciones de que serían condenadas más tarde por el Papa Inocente XI. Paradójicamente, las Cartas Provinciales eran tanto un éxito como un fracaso: un fracaso, al nivel político y teológico, y un éxito al nivel moral. Así, el Rey Louis XIV ordenó que el libro sea triturado y quemado en 1660. La carta final de Pascal, en 1657, había desafiado al Papa él mismo, incitando a Alexander VII a condenar las cartas. Pero esto no paró la mayor parte de Francia culta de leerlos. Y por otra parte, hasta el Papa Alexander, mientras en público contrario ellos, sin embargo fue persuadido por los argumentos de Pascal. Él condenó "laxism" en la iglesia y pidió una revisión de textos casuistical sólo unos años más tarde (1665–66, y luego 1679).