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Diferencia entre revisiones de «Arte egeo»

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:Toda la vida de la isla giraba en torno a los '''palacios''', de modo que éstos pueden considerarse como resumen de lo que en la civilización mesopotámica fueron el palacio y el templo. El palacio era la residencia del rey, taller de armas, utensilios y cerámicas, centro cultural y archivo. Los visitantes debían lavarse en piscinas purificadoras antes de visitar al rey. Los juicios de éstos eran considerados como expresión de la voluntad de los dioses. [[Imagen:Palazzo_Minosse7.jpg|thumbnail|Ruinas del palacio-laberinto de Knossos.]]
:Toda la vida de la isla giraba en torno a los '''palacios''', de modo que éstos pueden considerarse como resumen de lo que en la civilización mesopotámica fueron el palacio y el templo. El palacio era la residencia del rey, taller de armas, utensilios y cerámicas, centro cultural y archivo. Los visitantes debían lavarse en piscinas purificadoras antes de visitar al rey. Los juicios de éstos eran considerados como expresión de la voluntad de los dioses. [[Imagen:Palazzo_Minosse7.jpg|thumbnail|Ruinas del palacio-laberinto de Knossos.]]


:Adoraban los cretenses a una divinidad femenina, que representaba al principio del bien y del mal, y a una divinidad masculina, Minos. El mito griego lo supone padre del '''Minotauro''', terrible monstruo que exigía tributos humanos y al que cerró en un complicado palacio (laberinto) para que no pudiera salir. El laberinto fue construido por el arquitecto Dédalo y su hijo Ícaro, a los que también Minos encerró, pero que pudieron escapar volando con alas de cera. Teseo consiguió matar al [[Minotauro]], gracias al hilo que Ariadna le dio para poder salir del laberinto.
:Adoraban los cretenses a una divinidad femenina, que representaba al principio del bien y del mal, y a una divinidad masculina, Minos. El mito griego lo supone padre del '''Minotauro''', terrible monstruo que exigía tributos humanos y al que encerró en un complicado palacio (laberinto) para que no pudiera salir. El laberinto fue construido por el arquitecto Dédalo y su hijo Ícaro, a los que también Minos encerró, pero que pudieron escapar volando con alas de cera. Teseo consiguió matar al [[Minotauro]], gracias al hilo que Ariadna le dio para poder salir del laberinto.


:'''La magnífica puerta de los leones en Micenas''', señala, junto a dos bastiones, la entrada al palacio. Los enormes muros están formados por gigantescos bloques irregulares de piedra. Son muros ciclópeos. El bajorrelieve situado en el dintel, de más de 20 toneladas de peso, representa a dos leones erguidos, que apoyan sus zarpas anteriores sobre la base de una columna.
:'''La magnífica puerta de los leones en Micenas''', señala, junto a dos bastiones, la entrada al palacio. Los enormes muros están formados por gigantescos bloques irregulares de piedra. Son muros ciclópeos. El bajorrelieve situado en el dintel, de más de 20 toneladas de peso, representa a dos leones erguidos, que apoyan sus zarpas anteriores sobre la base de una columna.

Revisión del 20:58 8 feb 2006

ARTE EGEO: el arte creto-micénico o minoico-micénico

Introducción

El arte egeo tiene casi cinco mil años de antigüedad. La historia de su descubrimiento es extraña y emocionante. Comienza en Alemania en el siglo XIX con un muchacho llamado Heinrich Schliemann, hijo de un modesto tendero de comestibles. Schliemann soñaba con viajar a la antigua Troya(en el noroeste de la actual Turquía). Esa ciudad es el escenario de la Ilíada, epopeya, o sea, poema de guerras y aventuras, atribuida a Homero, famoso poeta griego.
Famoso fresco de unos delfines en el palacio de Knossos(Creta).
En 1868, cuando era de mediana edad y había reunido una gran fortuna, Schliemann partió para convertir su sueño en realidad. No sólo encontró Troya, sepultada durante siglos, sino que también descubrió un nuevo mundo: el de la edad mítica de Grecia.
Desde sus hallazgos, se han realizado excavaciones en tierra griega, en muchas islas del mar Egeo y, sobre todo, en la de Creta, que se halla al sur de él. Numerosos objetos exhumados nos hablan de la existencia de la gente que vivió en aquel ámbito hace unos cinco milenios.
La primitiva civilización egea se extendió entre 2500 y 1100 a.C, aproximadamente. Durante más de la mitad de ese tiempo el centro fue Creta. Es lo que se conoce como período minoico, nombre que proviene de Minos, legendario rey cretense.
Cuando Creta empezó a perder su poder e importancia, la ciudad griega de Micenas la sustituyó. Por ello, la última parte de la civilización egea (más o menos desde 1600 hasta 1100 a.C), se denomina período micénico. Esta era, en total, constituye el antecedente del arte griego, que se desarrolló a continuación.

EL PERÍODO MINOICO

Creta dominaba el mar y, por lo tanto, no necesitaba defenderse de invasores. Sus reyes habitaban en grandes palacios sin fortificaciones. El pueblo vivía en casas alegremente pintadas. En las ciudades(Homero dice que Creta tenía noventa) había lujosas villas con muchas comodidades. Los ingenieros cretenses inventaron el primer sistema eficaz de fontanería y desagües, y lo aplicaron a las viviendas.
Había otras comodidades. Ventanas con pergaminos teñidos dejaban pasar una luz rosada, que iluminaba los bellos pavimentos. Villas y palacios solían edificarse alrededor de amplios patios, en los que se celebraban espectáculos llenos de color.
Estatuilla que representa a una diosa-serpiente.
No había templos, la población celebraba los ritos religiosos al aire libre. Tampoco había tumbas suntuosas, puesto que los cretenses se interesaban más en los placeres de este mundo que en acumular tesoros para la vida en ultratumba. Su existencia despreocupada está ilustrada en muchas pinturas murales, armas grabadas y sellos de piedra.
Las pinturas, muestran personas riendo, charlando, gozando con entretenimientos como juegos con toros, encuentros de pugilismo, luchas y danzas. Los cretenses, amantes de la naturaleza, eran buenos observadores. Su alfarería, adornos y frescos(pinturas en paredes, ejecutadas cuando el revoque aún está húmedo), se decoraban con extraños animales y plantas.
Su escultura es, por lo general, de reducidas dimensiones. Sus habitaciones tenían pequeños nichos con estatuillas. Una de las encontradas mide solamente algo más de quince centímetros de alto: representa una orgullosa diosa-serpiente, que lleva un largo vestido recamado de oro.

EL PERÍODO MICÉNICO

Cuando, hacia 1600 a.C., Creta declinó, aumentó la importancia de la ciudad de Micenas. Los micénicos tenían una arquitectura diferente de la cretense. Sus palacios estaban poderosamente fortificados, pues los reyes vecinos luchaban sin descanso entre sí. El palacio-fortaleza de Micenas se rodeó de muros colosales, llamados ciclópeos, porque, según una leyenda griega, los habían construido los gigantes denominados cíclopes.
La Puerta de los Leones(Micenas), un claro ejemplo de muro ciclópeo.
A diferencia de los cretenses, los micénicos construyeron magníficas tumbas para sus monarcas. Excavaban en las laderas de las colinas grandes agujeros circulares, dentro de los cuales edificaban los sepulcros. Éstos tenían elevadas bóvedas en forma de colmena. erigidas con capas de piedras.
Los metales preciosos de cualquier clase fascinaban a los micénicos. Puñales de bronce, decorados con diseños en oro y plata, se han encontrado en las tumbas reales. Y también muchas joyas de oro, decoradas a menudo con piedras semipreciosas. Dos copas de oro, halladas en una tumba de Vaphio, figuran entre las más bellas de todos los tiempos. Una muestra la caza de toros salvajes; otra, ganado pastando pacíficamente.
Se conservan tanto pinturas murales como alfarería del período micénico. Con frecuencia las pinturas muestran juegos con toros, cacerías y motivos geométricos de brillantes colores.
En el siglo XII a.C., el período micénico terminó violentamente, cuando Grecia fue inavadida por los dorios. Desde ese momento, el arte griego adquirió cada vez más importancia. Tenía mucho de la libertad y vivacidad del arte egeo, pero , sin duda, fue más espléndido.

ALGUNAS CONSTRUCCIONES DE CARÁCTER RELEVANTE

Una vez expuestas las características artísticas más importantes de cada período, centrémonos en algunos aspectos y obras más detalladamente:
Toda la vida de la isla giraba en torno a los palacios, de modo que éstos pueden considerarse como resumen de lo que en la civilización mesopotámica fueron el palacio y el templo. El palacio era la residencia del rey, taller de armas, utensilios y cerámicas, centro cultural y archivo. Los visitantes debían lavarse en piscinas purificadoras antes de visitar al rey. Los juicios de éstos eran considerados como expresión de la voluntad de los dioses.
Ruinas del palacio-laberinto de Knossos.
Adoraban los cretenses a una divinidad femenina, que representaba al principio del bien y del mal, y a una divinidad masculina, Minos. El mito griego lo supone padre del Minotauro, terrible monstruo que exigía tributos humanos y al que encerró en un complicado palacio (laberinto) para que no pudiera salir. El laberinto fue construido por el arquitecto Dédalo y su hijo Ícaro, a los que también Minos encerró, pero que pudieron escapar volando con alas de cera. Teseo consiguió matar al Minotauro, gracias al hilo que Ariadna le dio para poder salir del laberinto.
La magnífica puerta de los leones en Micenas, señala, junto a dos bastiones, la entrada al palacio. Los enormes muros están formados por gigantescos bloques irregulares de piedra. Son muros ciclópeos. El bajorrelieve situado en el dintel, de más de 20 toneladas de peso, representa a dos leones erguidos, que apoyan sus zarpas anteriores sobre la base de una columna.
También son únicas las máscaras de oro, encontradas sobre los cráneos de los reyes enterrados, que pertenecen igualmente a la segunda mitad del siglo XVI a.C. No representan aún retratos en el sentido que hoy damos a la palabra, pero cada máscara aparece con rasgos claramente diferenciados. Se detecta un mundo de severa grandeza y grandes hazañas bajo ese dominio perfecto ya de la técnica del modelado. El silencio y la rigidez de la muerte cubren la máscara, que debe su presencia, no ya al deseo de protección contra los poderes malignos, sino al deseo de conservación.