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Diferencia entre revisiones de «Teatro por horas»

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Revisión del 13:00 19 oct 2009

El teatro por horas o teatro por secciones[1]​ fue un sistema de organización teatral aparecido en Madrid hacia 1868 y que perduró hasta la década de 1910, siendo su época de mayor esplendor la década de 1890. Consistía en la puesta en escena de una serie de pequeñas obras de teatro de no más de una hora de duración, que comenzaron a representarse primero en los café-teatros numerosísimos en la capitad española de esa época, y que rápidamente se extendieron al resto de las provincias, siendo Madrid y Barcelona las plazas más fuertes.

Esta modalidad, que fue adoptada incluso por algunos de los grandes teatros —como fue el caso del madrileño Teatro Apolo, el más lujoso de ese momento que albergó este tipo de representaciones—, cumplió la función tanto de culminación como de desaparición del teatro breve complementario. Supuso su grado de desarrollo más amplio, llevándolo del papel de mero acompañante a producto principal, pero también fue acabó siendo el último movimiento que lo representó en sus salas.

Origen

El origen del teatro por horas está bien determinado: se debe a una iniciativa de los actores empresarios José Vallés, Antonio Riquelme y Juan José Luján, muy famosos en su época, los cuales decidieron acometer una reforma en los espectáculos teatrales populares de su tiempo que se representaban en los llamados cafés-teatro o salones. Suprimieron además la consumición y redujeron el precio de las entradas. El público podía decidir cuántas sesiones deseaba ver, porque cada una de estas era independiente y no duraba más de una hora. El teatro por horas, que ofrecía una alternativa económica frente a los precios más prohibitivos del teatro convencional, rápidamente se hizo popular.

Después de las iniciales representaciones en los llamados cafés-teatro, las primeras salas teatrales en acoger el teatro por horas fueron el Variedades y el Lope de Rueda, que ofrecían una selección de dos a cuatro obras por noche.

Repertorio y autores

El repertorio del teatro por horas se componía de distintas obras del denominado Género Chico: sainete, juguete cómico, zarzuelita, revista, parodia y opereta; todas obras de carácter cómico y ligero.

Teatros

Al cabo de unos años, el teatro por horas pasó de representarse exclusivamente en pequeños cafés-teatro a hacerlo en grandes salas convencionales, que anteriormente se habían dedicado exclusivamente a los géneros grandes. Con el tiempo se construyen incluso nuevas salas para aprovechar las temporadas de verano y, finalmente, la práctica totalidad de los teatros madrileños acabó organizando representaciones por sesiones.

Los primeros teatros convencionales, que habían sido el Variedades y el Lope de Rueda, pronto se vieron acompañados por los teatros El Recreo y, desde 1875 hasta 1885, por las salas Alhambra, Lara, Eslava, Martín, Apolo y Romea. Después les siguieron las salas dedicadas tradicionalmente a los géneros grandes, como La Comedia, La Zarzuela, Novedades y el Cómico, además de construirse las salas veraniegas Felipe, Recoletos, Príncipe Alfonso, Maravillas y Eldorado.

Tal fue la preferencia del público por esta nueva modalidad teatral, que, en la capital española, sólo quedaron presentando teatro tradicional las salas Español, María Guerrero, La Comedia y el Teatro Real, este último dedicado a la ópera.

Polémicas

La polémica más significativa relacionada con el teatro por horas se dio entre los partidarios de esta modalidad frente a los defensores del teatro tradicional, los cuales aducían razones morales, económicas y artísticas para sustentar su crítica. Personalidades de la época, como el padre e historiador de la literatura Francisco Blanco García, llegaban a afirmar que:

No es nada lisonjera la impresión general que dejan en el ánimo la plétora de medianías, el retraimiento de los poetas de más esperanzas, y la extinción casi total del genio luminoso y creador, triple motivo de la decadencia de nuestro teatro, a la que también concurren en fabuloso incremento de los espectáculos innobles, populacheros y de baja estofa, y el extravío de una gran parte del público, que no solo los sufre, sino que también los ríe, paga y aplaude.
Citado en Íñiguez Barrena, Francisca (1999), pp 103 y 104.


Esta polémica, que se desarrolló en la prensa de la época, sin embargo no dio por tierra el desarrollo del teatro por horas, que continuó pujante durante décadas, atrayendo cantidades cada vez mayores de público.

Influencia

El teatro por horas español influyó tanto dentro de España como fuera de sus fronteras, además de allanar el camino a experiencias posteriores, como por ejemplo el teatro naturalista de Galdós, las obras de contenido social de Joaquín Dicenta —quien viera cómo el estreno de su obra Juan José era recibida en medio de un escándalo al presentar personajes de clases bajas, siendo que el teatro por sesiones los venía presentando desde mucho antes— o el teatro de Jacinto Benavente.

Allende las fronteras, la influencia del teatro por horas se dejó sentir, por ejemplo, en la Argentina, país en el cual muchos de sus dramaturgos aprehendieron el espíritu y práctica de esta modalidad teatral, adaptándolo a los gustos locales y fundiéndolo con otras influencias culturales, como el grotesco italiano, que dio origen al llamado grotesco criollo. La influencia de esta modalidad teatral se deja ver incluso en el movimiento cultural Teatro Abierto, en plena dictadura militar de las décadas de 1970 y 1980.

Decadencia

Referencias y notas

  1. Entendiendo "secciones" lo que actualmente se denomina "sesiones".

Fuentes