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Diferencia entre revisiones de «Carlos II de Navarra»

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Revisión del 21:43 23 dic 2010

Carlos II, el malo
Rey de Navarra
Reinado
1349 a 1387
Información personal
Otros títulos Conde de Évreux
Nacimiento 10 de octubre de 1332
Évreux
Fallecimiento 1 de enero de 1387
Pamplona
Familia
Consorte Juana de Valois (13431373)

Firma Firma de Carlos II, el malo

Carlos II de Navarra (Évreux; 10 de octubre de 1332Pamplona; 1 de enero de 1387[1]​), conocido como Carlos el Malo fue rey de Navarra entre 1349 y 1387, y conde de Évreux entre 1343 y 1378. Nacido del matrimonio entre Felipe III y Juana II, era por vía materna nieto del rey de Francia Luis X.

La exclusión de Juana - única descendiente directa de Luis X - de la sucesión real a causa de la ley sálica[2]​ le cerró las puertas del trono de Francia, que será ocupado por sus tíos Felipe V y Carlos IV. El tardío nacimiento de Carlos (1332) le impidió reclamar un trono que a la muerte de Carlos IV (1328) pasará a Felipe de Valois, primo del monarca. No obstante, los primeros Valois reinarán en una etapa marcada por crisis económicas, políticas y sociales, agravadas por el estallido de la Guerra de los Cien Años en la que la superioridad táctica inglesa conducirá a graves derrotas[nota 1]​ que desacreditarán enormemente a la nueva dinastía. Carlos aprovechará el descontento popular para reclamar sus derechos al trono, ambición a la que no renunciará en vida, alimentando de manera constante la inestabilidad de la monarquía.

La política de alianzas navarra varió considerablemente durante su reinado: aliado en un principio con el delfín Carlos - Carlos V - se asociaría con los ingleses y con Étienne Marcel para acabar combatiendo a los jaques.

En 1361 fracasará en su intento de obtener el ducado de Borgoña, confiado a Felipe II, cuyo padre era Juan II. Resentido, aprovechará la muerte de Juan (1364) para reclutar tropas con las que impedir la coronación de Carlos V, pero tras la derrota navarra en Cocherel[3]​ volverá a centrarse en los asuntos españoles. Conspiró con Juan de Gante, pero al ser descubierto iniciará una etapa marcada por el aislamiento político y diplomático que continuará hasta su muerte.

Genealogía

Pretendiente al trono de Francia

Carlos de Navarra era nieto de Luis X, muerto (1316) sólo dos años después del fallecimiento de su padre Felipe IV (1314), poniendo término al «milagro capetiano»: en el periodo comprendido entre 987 y 1316 los reyes capetos siempre habían tenido un heredero al que transmitir la corona a su muerte.

De su primera esposa Margarita de Borgoña, condenada por adulterio,[4]​ Luis X no había tenido más que una niña, Juana de Navarra. A su muerte, su segunda esposa esperaba un niño, Juan I, que únicamente viviría cinco días. Fallecido Juan, el heredero directo del reino de Francia pasaba a ser Juana de Navarra, una niña de cinco años.[5]​ En ese momento se tomará una decisión cuya importancia reside en que volverá a aplicarse cuando vuelva a plantearse la cuestión dinástica en 1328; el adulterio de la madre de Juana suponía el riesgo de que cualquier noble se rebelara con el pretexto de que la reina era bastarda,[6]​ por lo que se consideró que el hermano del rey, Felipe de Poitiers, un caballero aguerrido e instruido en materia real por su padre, era el más adecuado para asumir la regencia. La situación terminará con la muerte de Juan el Póstumo, momento en el que Felipe accederá al trono, completando la exclusión de Juana.[5]

La ley sálica no había sido invocada nunca en la elección de un nuevo rey de Francia.[7]​ En révisant, la veille de sa mort, le statut de l’apanage de Poitou qui, « faute d’héritier mâle, reviendrait à la couronne de France »,[8]​, Philippe le Bel avait bien introduit la « clause de la masculinité »[6] pour renforcer les possessions des Capétiens en rattachant à la couronne les fiefs de leurs vassaux sans héritiers mâles. No obstante, no será hasta 1356, cuarenta años después de la controversia dinástica de 1316, que un benedictino de la abadía de Saint-Denis que estaba en posesión de la crónica oficial del reino, invocó esta ley para reforzar la posición del rey de Francia en el duelo propagandístico que libró con Eduardo III de Inglaterra.[9]​ La ley sálica databa de los tiempos de los francos y estipulaba que las mujeres debían ser excluidas de la «tierra sálica».

No obstante, Juana no estaba completamente aislada. Su tío, el poderoso duque de Borgoña, lideró la coalición de descontentos, dispuestos a conspirar con los rebeldes de Flandes. Para calmar a los sediciosos se concedió a Juana una renta de 15.000 libras, con la condición de que renunciara a Navarra y a Champaña cuando cumpliera doce años.[10]

Tras el corto reinado de Felipe V, muerto sin heredero varón, será su hermano menor Carlos IV quien, aprovechándose del precedente que había sentado Felipe, obtendrá la corona. No obstante, este reinado también terminará pronto con la prematura muerte de Carlos, reapareciendo la cuestión dinástica: Juana de Navarra no tenía heredero varón - Carlos de Navarra no nacería hasta cuatro años después (1332) - pero del matrimonio de Isabel de Francia con Eduardo II de Inglaterra nació Eduardo III. Isabel intentó hacer valer los derechos de Eduardo, pero será Felipe de Valois - cuyo padre era Carlos de Valois, hermano de Felipe IV - el que acceda al trono.[8]​ Esta decisión era tanto una decisión geopolítica como una expresión de la naciente conciencia nacional: el rechazo a ver a un extraño casado con la reina y administrando el reino.[11]​ Los pares de Francia eran reticentes a dar la corona a un rey de otro país.[12]

En 1328 la elección de Felipe VI era la más lógica si se quería evitar que Eduardo III obtuviera la corona de Francia. No obstante, en retrospectiva, el heredero más directo por vía materna era Carlos de Navarra, pero no nacería hasta 1332. Descontento con la decisión, Carlos tratará de hacer valer sus derechos durante toda su vida, convirtiéndose en un implacable rival para los Valois.

Derechos sobre Angulema, Champaña, Brie y el ducado de Borgoña

Cuando alcanzó la mayoría de edad, Juana tuvo que haber renunciado a Navarra, Champaña y Brie, pero Felipe IV había adquirido estas tierras de su esposa Juana I de Navarra y Juana era su heredera más directa - en el caso de Navarra la ley sálica no tenía vigencia - por lo que no podía excluirse a Juana de la sucesión real. Juana estaba casada con Felipe de Évreux y pudo contar con el apoyo incondicional de los barones navarros, que rechazaron que el reino se convirtiera en una mera provincia administrada a distancia por el rey de Francia. Felipe VI tuvo que transigir: en abril de 1328 Navarra será concedida a Juana, pero no Champaña y Brie, pues la posesión de dichos territorio convertiría a los navarros en unos contendientes demasiado poderosos. En compensación los Évreux aceptaron un trato: obtuvieron el condado de Mortain, una parte de Cotentin y, en Vexin, Pontoise, Beaumont-sur-Oise y Asnières-sur-Oise. La promesa de ceder el condado de Angulema[13]​ no será cumplida y Carlos II pudo hacer valer sus derechos para reivindicar Champaña y Brie.

Por otro lado Eudes IV de Borgoña no tenía heredero, y, en caso de muerte, este ducado debería pasar a Carlos de Navarra en virtud de las leyes de primogenitura, pues éste era nieto de Margarita de Borgoña, cuyo padre era el duque Roberto II.

En resumen, Carlos de Navarra era heredero de la corona de Navarra y de las posesiones normandas de los Évreux, pero también podía reclamar la corona de Francia, el ducado de Borgoña en el caso de que Felipe de Rouvre muriera sin descendencia, y Champaña y Brie si no se le reestableciera el condado de Angulema.

Descendencia

De su matrimonio con Juana de Francia - cuyos padres eran Juan II y Bona de Luxemburgo - con la que se casó en 1352 nacieron:

Fuera del matrimonio tendría:

Con Catalina de Lizaso:

  • Leonel, bastardo de Navarra (1378-1413), caballero, vizconde de Muruzabal, sin matrimonio, tuvo cinco niños con Epifania de Luna.

Con Catalina de Esparza :

  • Johanna, bastarda de Navarra (?-1413), casada en 1378 con Johan de Béarn, escudero, capitan del castillo de Lourdes en Bigorre; era, en 1381, vasallo de su padrastro por su feudo de Murillo el Fruto.

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