Diferencia entre revisiones de «Damón y Fintias»
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Damón fue encerrado y Fintias volvió pronto a su hogar, sin embargo al volver el barco en el que viajaba fue asaltado por piratas, a pesar de las suplicas de Fintias fue lanzado por la borda y tuvo que nadar hasta la orilla siciliana desde donde tuvo que emprender un viaje a pie hasta Siracusa. Debido a este contratiempo Fintias no llegó a tiempo para cumplir el plazo del rey, por lo que Damón debía ser ejecutado, sin embargo mantenía la confianza depositada en la palabra dada por su amigo. |
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En el último momento Fintias llegó; exhausto, con la ropa desgarrada y los pies sangrando por el gran esfuerzo de correr descalzo. Al llegar exclamó "¡Ya he llegado, liberen a |
En el último momento Fintias llegó; exhausto, con la ropa desgarrada y los pies sangrando por el gran esfuerzo de correr descalzo. Al llegar exclamó "¡Ya he llegado, liberen a Damón y matenme a mi!" ofreciéndose al vedugo, sin embargo el rey Dionisio, sorprendido por la gran amistad y lealtad que los dos hombres mostraron perdonó a ambos solicitando ser partícipe de tan noble amistad. Así los dos hombres pasaron a ocupar cargos de consejeros dentro de la corte de Dionisio. |
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Esta historia ha sido recogida por diferentes escritores, como [[Friedrich von Schiller]] O [[Richard Edwards]]. |
Esta historia ha sido recogida por diferentes escritores, como [[Friedrich von Schiller]] O [[Richard Edwards]]. |
Revisión del 19:20 7 mar 2011
Damón y Fintias fueron dos filósofos pitagóricos. Vivieron en el siglo IV en Sicilia, y la amistad mutua que tenían pasó a la Historia. La tradición cuenta que Fintias y Damón ambos amantes de la paz y grandes amigos, llegaron a Siracusa de visita y se encontraron con el duro régimen de Dionisio I, que fue criticado por Fintias. Dionisio al saber esto lo mandó arrestar y de inmediato lo condenó a muerte, Fintias suplicó al rey que lo dejase volver a su pueblo para despedirse de su familia, sin embargo el rey dudaba que Fintias fuera a volver, por ello sugirió que si un rehén se quedaba en su lugar éste tendría el permiso deseado. Damón se presentó voluntariamente como rehén mientras Fintias iba a su hogar a para despedirse de su familia y amigos y a saldar sus deudas pendientes. Dionisio aceptó y fijó un plazo para que Fintias volviera o de lo contrario Damon sería ejecutado, el plazo probablemente fue de entre dos a cuatro semanas.
Damón fue encerrado y Fintias volvió pronto a su hogar, sin embargo al volver el barco en el que viajaba fue asaltado por piratas, a pesar de las suplicas de Fintias fue lanzado por la borda y tuvo que nadar hasta la orilla siciliana desde donde tuvo que emprender un viaje a pie hasta Siracusa. Debido a este contratiempo Fintias no llegó a tiempo para cumplir el plazo del rey, por lo que Damón debía ser ejecutado, sin embargo mantenía la confianza depositada en la palabra dada por su amigo.
En el último momento Fintias llegó; exhausto, con la ropa desgarrada y los pies sangrando por el gran esfuerzo de correr descalzo. Al llegar exclamó "¡Ya he llegado, liberen a Damón y matenme a mi!" ofreciéndose al vedugo, sin embargo el rey Dionisio, sorprendido por la gran amistad y lealtad que los dos hombres mostraron perdonó a ambos solicitando ser partícipe de tan noble amistad. Así los dos hombres pasaron a ocupar cargos de consejeros dentro de la corte de Dionisio.
Esta historia ha sido recogida por diferentes escritores, como Friedrich von Schiller O Richard Edwards.
Enlaces externos
- Damón y Fintias, en Templotidabo.org
- Fiel hasta la muerte, en 1000postalescristianas.com