Diferencia entre revisiones de «Independencia del Perú»
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| autor = José María Aubin, |
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| título = Mármol y Bronce |
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| año = 1999 |
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| editorial = Buenos Aires, Ángel Estrada y Cía. |
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Revisión del 22:41 27 abr 2011
Independencia del Perú | ||||
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Guerra de independencia hispanoamericana Parte de guerras de independencia hispanoamericanas | ||||
Banderas nacionales peruanas de la independencia. | ||||
Fecha | 1811-1824 | |||
Lugar | Perú y Alto Perú | |||
Coordenadas | 12°03′36″S 77°02′15″O / -12.06, -77.0375 | |||
Resultado | Perú es independiente de la Monarquía de España. | |||
Beligerantes | ||||
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Comandantes | ||||
Fuerzas en combate | ||||
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Plantilla:Campaña Independencia del Perú
Se conoce como Independencia del Perú al periodo histórico en el que un proceso revolucionario da origen y consolida la creación de la República del Perú a partir de la ruptura del Virreinato del Perú, para erigirse en un estado independiente de la monarquía española.
El 28 de julio de 1821 el general José de San Martín, al mando de la Expedición Libertadora del Perú proveniente de Chile, proclama desde Lima la independencia del Estado Peruano. Seguidamente, bajo el Protectorado de San Martín, se dan los primeros pasos con la formación de un Congreso Constituyente. En el episodio final de la guerra, bajo el mando del Libertador venezolano general Simón Bolívar, en 1824 se da la campaña de Junín y Ayacucho, que concluye con la capitulación del ejército realista, y pone fin al Virreinato del Perú. La independencia del Perú es un capítulo más en las guerras de emancipación hispanoamericanas que a escala continental dio comienzo en 1808 enfrentando la monarquía española con los nacientes estados americanos que pretendían obtener su independencia. La independencia del Perú se estimó crucial para garantizar la independencia de otros países de América del sur,[1] pero más allá de la independencia peruana, el proceso de independencia de las colonias españolas en América concluyó en el Caribe a finales de siglo XIX con la independencia de la república Dominicana (1844), Cuba y Puerto Rico en (1898).
Con anterioridad a la independencia del Perú, durante la conquista y el periodo colonial, se produjeron otras rebeliones y revoluciones que pretendieron el surgimiento de un país independiente.
Revoluciones en la conquista y virreinato peruano
Las revoluciones en el Perú colonial aparecen desde la captura del inca Atahualpa aquella aciaga tarde del 16 de noviembre de 1532 en la batalla de Cajamarca, y que llevo a la conquista del Imperio inca por parte de Francisco Pizarro. Algunos pretendidos sucesores de los incas trataron en varias ocasiones de retomar su país, reconquistar su imperio, e instalar de nuevo su gobierno. Unos intentos ocurrieron inmediatamente; otros más tarde en los siglos XVII y XVIII. Desde 1536 hasta 1572 tuvo lugar la resistencia de los incas de Vilcabamba; esta acción comenzó con la huida de Manco Inca de Cusco y terminó con la ejecución de Túpac Amaru I.
Posteriormente, en relación con las reformas borbónicas se dan la revolución de Túpac Amaru II y las rebeliones de Tupac Catari en el Alto Perú. Entre la revuelta de José Gabriel Condorcanqui y la llegada del general José de San Martín al Perú, se producen otras revueltas como las de José Quiroga, Javier Mendoza, José Antonio Galán, Miguel Tovar, Felipe Velasco Túpac Inca Yupanqui, la conspiración del Cusco de José Gabriel Aguilar, Manuel Ubalde y Manuel Velarde Ampuero.
Otras rebeliones del Virreinato del Perú en el siglo XVIII de la más diversa índole fueron:
- Azángaro, Carabaya, Cotabamba y Castrovirreyna.
- Protestas de Vicente M. Chimo Cápac.
- Protesta de los caciques de Paita.
- Rebelión de Cacma Condori y Orco Huaranca.
- Eduardo Arana de Córdova.
- Juan Santos Atahualpa
- Revolución de Huarochirí.
- Movimiento de Quito.
- Movimiento de Sica sica.
- Movimiento de Pacajes.
- Protesta de La Libertad.
- Respuesta de los indios cusqueños.
- Movimiento de Huanuco.
- Movimiento en el Valle Sagrado.
- Movimiento en las alturas del Valle Sagrado.
- Movimiento de José Gabriel Condorcanqui, Túpac Amaru II, Inca Rey del Perú (Rebelión de Túpac Amaru II)).
La revolución hispanoamericana
Tres siglos después, además de las revueltas locales anteriores, se sucedieron otros hechos fuera del Perú que tuvieron influencia en las ideas independentistas, ellos fueron: la independencia de Norteamérica en 1776 y la revolución francesa de 1789. Sin embargo el principal detonante de la emancipación fue la invasión napoleónica de España en 1808; desde entonces los patriotas, denominados así por sus ideas liberales, recurrieron a las armas con el objeto de lograr la independencia de España.
Tacna y las expediciones argentinas del Alto Perú
Primera revuelta de Tacna de 1811
Los patriotas peruanos, conocedores del avance de los ejércitos argentinos en el Alto Perú (actual Bolivia), organizaron en Tacna un movimiento libertario contra el virrey José Fernando de Abascal y Sousa. El 20 de junio de 1811 (día de la batalla de Guaqui, en la que las tropas realistas al mando del General José Manuel de Goyeneche vencieron a los independentistas rioplatenses), los patriotas, dirigidos por Francisco Antonio de Zela, asaltaron los dos cuarteles militares realistas (así llamados los españoles) de Tacna, proclamando a Zela comandante militar de la plaza, a Rabino Gabino Barrios como coronel de milicias de infantería y al curaca Toribio Ara como comandante de la división de caballería. El día 25 de junio se supo en Tacna de la derrota de los patriotas argentinos en la batalla de Guaqui. Aprovechando el desconcierto provocado por la noticia, los realistas desmontaron el movimiento y tomaron preso a Francisco Antonio de Zela al que llevaron a Lima y condenado a cadena perpetua, fue llevado a la cárcel de Chagres, Panamá, donde murió el 28 de julio de 1821, a los 50 años de edad.
Segunda Revuelta de Tacna de 1813
El general argentino Manuel Belgrano reorganizó sus tropas derrotadas por Goyeneche y los realistas del Virreynato del Perú en la batalla de Guaqui en la actual Bolivia. El 14 de septiembre de 1812, se enfrentó a las tropas comandadas por el general Pío Tristan venciéndolo, y deteniendo el avance del ejército realista sobre Tucumán. Más tarde obtuvo otra victoria en la batalla de Salta, por lo que Pío Tristán, capituló el 20 de febrero de 1813, con lo que el ejército Argentino volvió a emprender otra ofensiva ocupando nuevamente el Alto Perú. El general español Joaquín de la Pezuela, que había reemplazado a Goyeneche en La Paz por disposición del virrey del Perú Abascal, reorganizó el Ejército Real del Perú y derrotó al argentino Manuel Belgrano en la batalla de Vilcapugio el 1 de octubre de 1813 y seguidamente en la batalla de Ayohuma, el 14 de noviembre de 1813.
El tacneño Juan Francisco Pallardelli fue emisario de Belgrano en las coordinaciones que el general argentino pretendió establecer en Perú. Junto a Juan Francisco Pallardelli, su hermano Enrique Pallardelli conspiraba en Tacna y Enrique Peñaranda lo hacía en Tarapacá. Enrique recibió sus instrucciones de Belgrano en Puno. El plan consistía en lograr el alzamiento de todo el sur del Perú. Bajo el liderazgo de Enrique Pallardelli, los patriotas tacneños, el 3 de octubre de 1813, se apoderaron de los cuarteles tacneños y apresaron al gobernador realista de la provincia.
El intendente español de Arequipa, José Gabriel Moscoso, enterado de los acontecimientos, envió una milicia realista al mando de José Gabriel de Santiago. Se produjo el combate de Camiara, el 13 de octubre, donde fueron derrotados los patriotas de Pallardelli que se replegaron a Tacna. A los pocos días se supo de la derrota de Belgrano y los patriotas se volvieron a dispersar. Enrique Pallardelli y unos cuantos seguidores, huyeron hacia el Alto Perú, el 3 de noviembre de 1813, mientras que Tacna era retomada por los realistas.
Rebelión de Huánuco de 1812
La rebelión indígena de Huánuco del 22 de febrero de 1812 se dirigió contra el régimen colonial. Las tropas del virrey se organizaron en Cerro de Pasco y se dirigieron a Huánuco, produciéndose la batalla de Ambo el 5 de marzo de 1812. El intendente de Tarma, José González Prada, el 10 de marzo, reconquistó Ambo con un contingente colonial. Los rebeldes abandonaron Ambo y Huánuco; los realistas entraron a ambas ciudades el 19 de marzo de 1812. González Prada salió de la ciudad en persecución de los insurrectos, que contaban con 2.000 hombres. Los indígenas se dispersaron y los cabecillas fueron capturados por González Prada, entre ellos, a Juan José Crespo y Castillo, al curaca Norberto Haro y al alcalde pedáneo de Huamalíes, José Rodríguez, quienes fueron enjuiciados sumariamente y ejecutados con pena de garrote. A otros se les desterró y muchos fueron puestos en prisión.
Rebelión del Cuzco de 1814
En 1814, se produjo la Rebelión del Cuzco que abarcó el sur del virreinato del Perú. La rebelión de 1814 se inició con la confortación política entre el Cabildo Constitucional y la Real Audiencia del Cuzco. El primero era percibido como pro americano y el segundo como pro peninsular. En este enfrentamiento los hermanos Angulo fueron encarcelados a fines de 1813. Para agosto de 1814, los hermanos Angulo y otros criollos escaparon y tomaron el control de la ciudad del Cusco. En esos momentos, ya se habían aliado con el brigadier y cacique de Chincheros Mateo Pumacahua. Este último personaje fue uno de los grandes defensores de la monarquía española durante la rebelión de Túpac Amaru II, y comandante de los indígenas realistas en la batalla de Guaqui, pero cambió su postura beligerante movido por imposición del virrey Abascal de no garantizar el cumplimiento de la Constitución de Cádiz de 1812 en el virreinato del Perú.
Los hermanos Angulo y Pumacahua organizaron un ejército divido en tres secciones: la primera de ellas fue enviada al Alto Perú, al mando de León Pinelo y del cura argentino Ildefonso Muñecas, estas fuerzas rodearon La Paz con 500 fusileros y 20.000 indios armados con piedras y hondas, el 14 de septiembre de 1814. El 24 del mismo mes, tomaron la ciudad. Los realistas fueron confinados en sus cuarteles y aprovechando esto, volaron el polvorín; enfurecidos insurgentes paceños, les dieron muerte. Para reconquistar La Paz, marchó desde Oruro un regimiento realista de milicianos cuzqueños, con 1.500 fusileros al mando del general español Juan Ramírez. Se enfrentaron en las afueras de La Paz, el 1 de noviembre de 1814, siendo derrotados los insurgentes. Pinelo y Muñecas ordenaron replegarse, y una parte de la tropa quedó dispersa en la región en la forma de guerrillas.
La segunda sección patriota se instaló en Huamanga, bajo el mando del argentino Manual Hurtado de Mendoza y tenía por lugartenientes al clérigo José Gabriel Béjar y a Mariano Angulo. Hurtado de Mendoza ordenó marchar a Huancayo, ciudad que tomaron pacíficamente. Para enfrentarlos el virrey Abascal envió desde Lima al regimiento español Talavera, bajo el mando del coronel Vicente González. Se produce la batalla de Huanta, el 30 de septiembre de 1814, las acciones duraron tres días, luego de los cuales los patriotas abandonando Huamanga. Se reorganizaron en Andahuaylas y volvieron a enfrentarse a los realistas el 27 de enero de 1815, en Matará, donde fueron de nuevo derrotados. Los patriotas volvieron a reorganizarse gracias a las guerrillas formadas en la Provincia de Cangallo. Entre tanto, el argentino Hurtado de Mendoza constituye una fuerza con 800 fusileros, 18 cañones, 2 culebrinas (fundidas y fabricadas en Abancay) y 500 indios. Estas fuerzas son puestas al mando de José Manuel Romano, apodado “Pucatoro” (toro rojo). Sin embargo el desenlace es resultado de la traición José Manuel Romano sobre Hurtado de Mendoza, dándole muerte y rindiéndose a los realistas; ello provocó la dispersión de los patriotas y la captura de los cabecillas de la revuelta. Las traiciones fueron un hecho común en la rebeliones independentistas de toda América. Las biografías de los actores sociales muestran que los cambios de bandos era algo común. En el caso de los líderes locales sus filiaciones políticas están vinculadas a los conflictos locales que se expresan en una mayor dimensión.
Los hermanos Angulo, Béjar, Paz, González y otros quienes fueron capturados y llevados al Cusco y ejecutados publicamente el 29 de marzo de 1815. La Corona tenía la política del escarmiento público como un mecanismo de evitar otros alzamientos.
El tercer agrupamiento patriota hizo su campaña en Arequipa y Puno, al mando del antiguo brigadier realista Mateo G. Pumacahua. El ejército de Pumacahua, contaba con 500 fusileros, un regimiento de caballería y 5.000 indios. Pumacahua, como Curaca de Chicheros, tenía un gran dominio y liderazgo entre la población indígena. Al Cusco fueron enviados los hermanos José y Vicente Angulo, con algún resguardo de indios y negros leales. El control del Cusco era fundamental por motivos ideológicos y de logística. Cusco, por múltiples motivos, tenía una fuerte influencia sobre el Alto Perú. Y a su vez el Alto Perú una vinculación colonial administrativa con la ciudad de Buenos Aires, uno de los grandes centros revolucionarios de la década de 1810 en Sudamérica.
Mateo Pumacahua, se enfrentó exitosamente a los realistas en Apacheta, Arequipa el 9 de noviembre de 1814. Tomaron prisioneros al intendente Moscoso y al mariscal realista Francisco Picoaga, antiguo camarada de armas de la batalla de Guaqui. Los patriotas ingresaron a Arequipa. Por presión de las tropas patriotas, el cabildo de Arequipa reconoció a la Junta Gubernativa del Cusco, el 24 de noviembre de 1814. Pumacahua sabedor de la aproximación de tropas realistas, deja Arequipa. El cabildo abierto de Arequipa se vuelve a reunir y se apresura acordar lealtad al rey, el 30 de noviembre de ese año. Era normal, esos cambios de “lealtad” en los dirigentes locales durante toda la guerra al sector que era dueño de la plaza fuerte. Era una forma de garantizar la seguridad personal, familiar y de los bienes, pero quedaba claro, que no había una inclinación ideológica, y menos una predisposición para la lucha a favor de cualquier bando. Las tropas realistas al mando de Juan Ramírez ingresaron a Arequipa el 9 de diciembre de 1814. Luego de reponer fuerzas y de reforzar su milicia, el general Ramírez salió de Arequipa en busca de los patriotas en febrero de 1815. Dejó como gobernador de Arequipa al general Pío Tristan.
Ambos ejércitos, realista y patriota, se desplazaron cautelosos por diversos parajes de los Andes, buscando un lugar aparente para el enfrentamiento. El 10 de marzo de 1815, se encontraron en Puno, en la batalla de Umachiri, saliendo vencedores los realistas. El triunfo realista se debió al correcto equipamiento y mayor disciplina de sus tropas. Hubo más de un millar de muertos en el curso de la batalla.
Surgimiento del Estado Peruano
José de San Martín y la corriente libertadora del Sur
En 1814 la pacificación del sur del Virreinato Peruano permitió al Virrey del Perú la organización de dos expediciones sobre los patriotas de Chile en la que los regimientos realistas de Arequipa tuvieron su protagonismo junto a los batallones españoles expedicionarios. La primera expedición durante el gobierno del Virrey Abascal permitió la reconquista de Chile en la Batalla de Rancagua. En 1817 tras el triunfo de las armas patriotas en la Batalla de Chacabuco, otra vez se recurrió al Ejército Real del Perú para salvar la monarquía y una segunda expedición realista parte en 1818 que obtuvo una victoria en la Batalla de Cancha Rayada, pero finalmente fue destruida por José de San Martin en la batalla de Maipú, lo que debilitó enormemente al Virreinato del Perú privándolo de sus mejores tropas.
Para llevar adelante la independencia del Perú se firmó el 5 de febrero de 1819 un tratado entre Argentina y Chile. El General José de San Martín creía que la independencia de las Provincias Unidas del Río de la Plata no estaría totalmente segura mientras el Perú no fuera liberado, pues era un importante bastión de las fuerzas españolas en aquella parte de Sudamérica.[2] En el año 1820, con la consolidación de la independencia de Chile, se organiza una fuerza militar anfibia para independizar el Perú. Esta empresa en un principio sería financiada conjuntamente por los gobiernos de Argentina y de Chile, pero debido a la situación de anarquía que se vivía entre Buenos Aires y las provincias argentinas, el gobierno bonaerense se desentiende de los presupuestos de la empresa, siendo la casi totalidad de los costos asumidos por el gobierno de Chile dirigido por Bernardo O'Higgins. El gobierno de Chile determinó que el mando del ejército recaería en José de San Martín y el mando de la escuadra en el corsario escocés Thomas Alexander Cochrane.
El 21 de agosto de 1820 se embarcó en Valparaíso la Expedición Libertadora del Perú bajo bandera chilena. Contaba con un ejército de 4.118 efectivos de los que la mitad eran negros libertos. El 7 de septiembre la Expedición Libertadora arriba a las aguas del Paracas, en la bahía de Pisco en la actual Región Ica en el Perú, y el día 8 de septiembre de 1820, desembarca y ocupa Pisco. El 15 de septiembre de 1820, el virrey del Perú, Joaquín de la Pezuela, proclamó la restauración de la Constitución de Cádiz de 1812, y envió una carta a San Martín ofreciéndole entrar en negociaciones. El día 15, San Martín aceptó, y a partir del día 25 de septiembre, los patriotas y realistas se reunen en las Conferencias de Miraflores que concluyeron el 4 de octubre sin llegar a ningún acuerdo.
Inicio de la campaña del Perú
El 9 de octubre de 1820 se produce el alzamiento del batallón realista de granaderos de la reserva del Cuzco que culmina con la proclamación de la independencia de Guayaquil. El 21 de octubre de 1820 el General José de San Martín crea la bandera del Perú. El 23 de octubre de 1820 la expedición se reembarca con destino a Ancón y seguidamente el 9 de noviembre al puerto de Huacho. El marino Cochrane captura en el Callao la fragata Esmeralda el 9 de noviembre dando un golpe mortal a la marina realista en el Pacífico. El 2 de diciembre de 1820 el batallón realista Numancia se sublevó pasandose a los patriotas. El 29 de diciembre de 1820 encabezado por el marqués de Torre Tagle Trujillo fue la primera ciudad del Perú que juró la independencia. El 4 de enero de 1821 se reune el cabildo de Piura siguiendo el ejemplo de la intendencia de Trujillo. El 8 de enero de 1821 la columna de Alvarez de Arenales acabada su incursión en la sierra central se reincorporó al Expedición Libertadora en la costa.
El 29 de enero de 1821 los jefes españoles le dan un ultimatúm al virrey Pezuela para que abandone el mando que recae en el general José de la Serna. En marzo de 1821 se produce la incursión de Miller y Cochrane sobre los puertos de Tacna y Arica. El 5 de junio de 1821, el nuevo virrey del Perú anunció a los limeños que abandonaba Lima y ordenaba una fuerza resistir en el Primer sitio del Callao, al amparo de la Fortaleza del Real Felipe. El ejército realista al mando del general Cantérac deja Lima, rumbo a la sierra, el 25 de junio de 1821. Álvarez de Arenales fue enviado en misión de observar el repliege de los realistas a la sierra sin empeñar su ejército en una batalla frontal por orden de San Martín. Dos días después entraba en Lima el grueso del ejército patriota.
Bajo el temor al pillaje o represalias se invitó a José de San Martín a ingresar en la ciudad. En Lima, el general José de San Martín y Matorras, invitó al Cabildo a jurar la Independencia, que se cumplió el 15 de julio de 1821.
Acta y proclamación de la independencia del Perú
El Acta de la Independencia del Perú, fechada y ratificada el 15 de julio de 1821, es un documento histórico firmado por el Cabildo de la ciudad de Lima que se considera el primer sustento documental del nacimiento de la nueva República del Perú.
El general José de San Martín, luego de ocupar Lima, reunió al Cabildo Abierto el 15 de julio de 1821. Don Manuel Pérez de Tudela, letrado arequipeño, más tarde Ministro de Relaciones Exteriores, redactó el Acta de la Independencia que fue suscrita por las personas notables de la ciudad. Su texto íntegro es el siguiente:
En la ciudad de Los Reyes, el quince de julio de mil ochocientos veintiuno. Reunidos en este Excmo. Ayuntamiento los señores que lo componen, con el Excmo. e Ilmo. Señor Arzobispo de esta santa Iglesia Metropolitana, prelados de los conventos religiosos, títulos de Castilla y varios vecinos de esta Capital, con el objeto de dar cumplimiento a lo prevenido en el oficio del Excmo. Señor General en jefe del Ejército Libertador del Perú, Don José de San Martín, el día de ayer, cuyo tenor se ha leído, he impuesto de su contenido reducido a que las personas de conocida probidad, luces y patriotismo que habita en esta Capital, expresen si la opinión general se halla decidida por la Independencia, cuyo voto le sirviese de norte al expresado Sr. General para proceder a la jura de ella. Todos los Srs. concurrentes , por sí y satisfechos, de la opinión de los habitantes de la Capital, dijeron: Que la voluntad general está decidida por la Independencia del Perú de la dominación Española y de cualquiera otra extrajera y que para que se proceda a la sanción por medio del correspondiente juramento, se conteste con copia certificada de esta acta al mismo Excmo.
Firmaron esta acta 339 prohombres de la ciudad. Entre otros, el conde de San Isidro (Alcalde), Bartolomé, (Arzobispo de Lima), Francisco de Zárate (Regidor), Simón Rávago, Francisco Vallés (Regidor), José Manuel Malo de Molina (Regidor), Pedro de la Puente, (Regidor), el conde de la Vega del Ren (Regidor), fray Gerónimo Cavero, Antonio Padilla (Síndico procurador general), José Mariano Aguirre, el conde de las Lagunas, Javier de Luna Pizarro, José de la Riva-Agüero, el marqués de Villafuerte, etc. Segundo Antonio Carrion, Juan de Echeverría y Ulloa (Regidor), etc.[3]
En la primera página firmaron las personas mencionadas. Posteriormente la rubricaron 3504 personas de diversos sectores sociales. Según el historiador Timothy Anna, la gran mayoría firmó por miedo a las tropas de ocupación. Otros, por ambición de recompensas y nombramientos. También había gente de elevado espíritu patriota. Se sabe de españoles y criollos que se escondieron para no firmar el Acta, temerosos de las represalias del Virrey cuando recuperase Lima. Al respecto, en la caída del gobierno español del Perú, escribe: Además, dos semanas después de la Declaración de la independencia cuarenta y tres de los sesenta y cuatro miembros del Consulado huyeron. Solo diecisiete de los miembros del Consulado firmaron la Declaración. También señala que muchas personas prominentes firmaron la Declaración de Independencia y posteriormente huyeron del país... Más aún, de los que firmaron la Declaración de Independencia, muchos retornaron al bando realista.h[4]
El 17 de julio fue recibido en la ciudad el almirante Lord Cochrane. El sábado 28 de julio de 1821 en una ceremonia pública muy solemne, José de San Martín y Matorras, hace la célebre proclamación de la Independencia del Perú. Primero lo hizo en la Plaza Mayor de Lima, después en la plazuela de La Merced y, luego, frente al Convento de los Descalzos. Según testigos de la época, a la Plaza Mayor asistieron más de 16.000 personas.
El libertador con una bandera peruana en la mano, exclamó:
"DESDE ESTE MOMENTO EL PERÚ ES LIBRE E INDEPENDIENTE POR LA VOLUNTAD GENERAL DE LOS PUEBLOS Y POR LA JUSTICIA DE SU CAUSA QUE DIOS DEFIENDE". VIVA LA PATRIA ! VIVA LA LIBERTAD ! VIVA LA INDEPENDENCIA"José de San Martín, el 28 de julio de 1821
Basil Hall, al comentar la ceremonia, culmina:“Sus palabras fueron recogidas y repetidas por la multitud que llenaba la plaza y las calles adyacentes, mientras repicaban todas las campanas y se hacían salvas de artillería entre aclamaciones como nunca se había oído en Lima”. San Martín decretó la libertad de vientres para todos los hijos de esclavos nacidos después de la declaración de independencia.[5]
San Martín abandona el Perú
El virrey José de la Serna, veterano de las campañas altoperuanas, traslada la capital del virreinato al Cuzco, y trata de auxiliar el Callao, y con dicho propósito envió a las fuerzas de Canterac que arriban a las afueras de Lima el 10 de septiembre de 1821, y sin que las tropas patriotas detengan su avance, llegó hasta el Callao y se unió a las fuerzas sitiadas del general José de La Mar, en el Castillo del Callao o Fortaleza del Real Felipe. Luego de dar a conocer las órdenes del virrey y de avituallarse, regresó a la sierra el 16 de septiembre de ese año. El mando patriota que contaba con 7.000 efectivos y 3.000 montoneros, reaccionó tarde. Las tropas patriotas al mando del general Guillermo Miller persiguieron la retaguardia del ejército realista, produciéndose escaramuzas principalmente por la acción de los montoneros patriotas. Canterac y La Serna, lograron reunirse en Jauja el 1 de octubre de 1821. En abril de 1822 se produce la destrucción de un ejército patriota en la Batalla de Ica.
En el bando patriota, el almirante Lord Cochrane por indisposición contra San Martín, se retiró del Perú el 10 de mayo de 1822, siendo reemplazado por el vicealmirante Martín Guisse en el mando de la escuadra. El motivo del retiro de Lord Cochrane, fue que este almirante consideraba que “el protectorado que estaba ejerciendo San Martín carecía de decisión, se mostraba dubitativo y su contribución no era realmente apreciada ni aprovechada”. Tras la Entrevista de Guayaquil José de San Martín terminaría abandonando el Perú el 22 de septiembre de 1822.
El congreso peruano y el presidente Riva-Agüero
Se dan lugar las operaciones sobre los puertos intermedios del sur peruano con campañas militares dirigidas por el general Alvarado y luego por el general Santa Cruz que tratan de terminar con el Ejército Real del Perú pero también son derrotadas.
Simón Bolivar y la corriente procedente de la Gran Colombia
Tras la independencia del norte Peruano y la capital Lima por José de San Martín, el Virrey la Serna estableció su sede de gobierno en el Cusco. Así, mientras la costa y el norte del Perú eran independientes, la sierra peruana y el Alto Perú seguían siendo realistas. La conclusión de la independencia del Perú vendría con la intervención de la Gran Colombia.
Luego de la Batalla de Pichincha, la Gran Colombia había eliminado la mayoría de los contingentes realistas en su territorio y la amenaza mayor paso a ser el Perú, donde en la sierra se encontraba el último ejército realista superviviente y donde el gobierno del Protector José de San Martín había sentado las cimientos independizando Lima y el Norte Peruano. El Libertador Simón Bolívar había logrado aprovechar la poderosa base de la Gran Colombia que le permitiría cerrar el proceso emancipador en el Perú que luego del impulso que significo las campañas de San Martin en Chile, lucía estancado en el Perú por los conflictos internos en que se sumergió el gobierno de la República del Perú, y más tarde por la inestabilidad del protectorado tras la retirada de San Martín. Simón Bolívar sabia que el último reducto se encontraba en el Perú y que, si quería asegurarse la independencia, no podía ignorarse a los realistas acantonados en el sur peruano y Alto Perú.
En la Entrevista de Guayaquil los dos libertadores trataron el tema de a quien correspondía la soberanía sobre la Provincia Libre de Guayaquil, pero más importante aun cual seria la solución para la independencia del Perú y cual seria el sistema político que se instalaría: uno monárquico constitucional como deseaba San Martín, o Republicano como lo quería Bolívar. Pero siempre ambos sistemas independientes de España. La entrevista se saldó favorablemente para los intereses de la Gran Colombia que ratificó su anexión de Guayaquil. Ante el retiro del Protector y las desafortunadas derrotas militares durante el gobierno del presidente Riva Aguero, el congreso peruano decidió solicitar la intervención del Libertador Simón Bolívar. Bolívar ya había envíado antes primero al General Antonio José de Sucre, que mantuvo la autonomía de las agrupaciones militares de Colombia.
Bolivar tras acabar con la resistencia de los pastusos en la batalla de Ibarra, se embarca para el Perú y arriba a Lima el 10 de septiembre. Desarticulado el ejército realista por la rebelión de Olañeta en el Alto Perú, la campaña militar del año 1824 sería favorable para los patriotas. El Ejército Unido Libertador del Perú triunfará en la Batalla de Junín a las órdenes del Libertador Simon Bolívar, y en la Batalla de Ayacucho a las órdenes del General Antonio José de Sucre. La capitulación de Ayacucho pone fin al virreinato peruano, y concluyendo con el Sitio del Callao en enero de 1826 termina el proceso de independencia del Perú.
Tratado de Paz y Amistad
El 4 de diciembre de 1836 el parlamento español autoriza a sus gobiernos para que, no obstante los artículos de la Constitución promulgada en Cádiz en el año de 1812, pueda concluir tratados de paz y amistad con todos los nuevos estados de la América española, sobre la base del reconocimiento de su independencia, y renuncia de todo derecho territorial ó de soberanía. Debido a distintos desencuentros España firma el tratado con el Perú el 14 de agosto de 1879 mediante la firma en París del Tratado de Paz y Amistad España-Perú, por parte de España lo hace el Marqués de Molíns y Mariano Roca de Togores, y por el Perú, Juan Mariano de Goyeneche y Gamio, Conde de Guaqui. España envía como su primer embajador en Lima a Emilio de Ojeda.
Véase también
- Ejército Unido Libertador del Perú
- Primer Congreso Constituyente del Perú de 1822
- Capitulación de Ayacucho
- Declaración de Independencia del Perú
Referencias
- ↑ Independencia del Perú
- ↑ «Independencia del Perú».
- ↑ http://fano.homestead.com/Acta.html
- ↑ ttp://www.amautacunadehistoria.com/2009/07/el-acta-de-la-independencia-del-peru.html
- ↑ Perú republicano. La sociedad a inicios de la República
Bibliografía
- Jorge Basadre Grohmann, (?). Historia de la República del Perú. Lima: Diario La República. Octava edición ISBN 9972-205-62-2.
- José María Aubin, (1999). Mármol y Bronce. Buenos Aires, Ángel Estrada y Cía.