Diferencia entre revisiones de «Terror Blanco en Hungría»
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Su relación con la población civil se basaba en la desconfianza, la violencia y la explotación.<ref name="bodo124"/> Los miembros de estas unidades tenían una acentuada tendencia a responder violentamente a cualquier provocación, real o imaginada, de los civiles.<ref name="bodo125">[[#Bibliografía|Bodo (2006)]], p. 125</ref> Su actitud era de desprecio por las convenciones sociales o los códigos de conducta tradicionales en el ejército.<ref name="bodo125"/> En parte su actitud se basaba en un desprecio de clase: numerosos abusos los cometieron contra campesinos pobres u obreros.<ref name="bodo126">[[#Bibliografía|Bodo (2006)]], p. 126</ref> Las clases más adineradas, empero, tampoco se libraban de los desmanes de los batallones, que incluían entre sus actividades el robo para enriquecimiento personal.<ref name="bodo127">[[#Bibliografía|Bodo (2006)]], p. 127</ref> |
Su relación con la población civil se basaba en la desconfianza, la violencia y la explotación.<ref name="bodo124"/> Los miembros de estas unidades tenían una acentuada tendencia a responder violentamente a cualquier provocación, real o imaginada, de los civiles.<ref name="bodo125">[[#Bibliografía|Bodo (2006)]], p. 125</ref> Su actitud era de desprecio por las convenciones sociales o los códigos de conducta tradicionales en el ejército.<ref name="bodo125"/> En parte su actitud se basaba en un desprecio de clase: numerosos abusos los cometieron contra campesinos pobres u obreros.<ref name="bodo126">[[#Bibliografía|Bodo (2006)]], p. 126</ref> Las clases más adineradas, empero, tampoco se libraban de los desmanes de los batallones, que incluían entre sus actividades el robo para enriquecimiento personal.<ref name="bodo127">[[#Bibliografía|Bodo (2006)]], p. 127</ref> |
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⚫ | El Ejército Nacional entró en [[Budapest]] en 1919, tras la retirada rumana. Cuatro meses más tarde [[Miklós Horthy|Horthy]] fue nombrado regente del reino reconstituido. Las unidades contrarrevolucionarias, empero, no se disolvieron ni abandonaron sus actividades, sino que crecieron y perseveraron durante unos dos años más. Lo que comenzó como asesinatos por razones políticas se convirtió en asesinatos más o menos aleatorios y secuestros por motivos económicos. Surgieron asimismo rencillas entre los diversos comandantes de las bandas, llegándose incluso a planear el asesinatos de unos por los otros.<ref name="Bodo, Paramilitary Violence" /> |
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⚫ | El Ejército Nacional entró en [[Budapest]] en 1919, tras la retirada rumana. Cuatro meses más tarde [[Miklós Horthy|Horthy]] fue nombrado regente del reino reconstituido. Las unidades contrarrevolucionarias, empero, no se disolvieron ni abandonaron sus actividades, sino que crecieron y perseveraron durante unos dos años más. Lo que comenzó como asesinatos por razones políticas se convirtió en asesinatos más o menos aleatorios y secuestros por motivos económicos. Surgieron asimismo rencillas entre los diversos comandantes de las bandas, llegándose incluso a planear el asesinatos de unos por los otros.<ref name="Bodo, Paramilitary Violence" /> Las unidades, sin embargo, compartían su respaldo a Horthy y al Ejército Nacional frente a sus rivales socialcristianos que representaban la alternativa derechista más tradicional y que controlaron los gobiernos tras la caída de la república soviética.<ref name="bodo141">[[#Bibliografía|Bodo (2006)]], p. 141</ref> |
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Aunque, como afirma el biógrafo de Horthy Thomas Sakmyster, Horthy hizo la vista gorda ante los crímenes de sus oficiales en 1919,<ref>Sakmyster, Thomas, ''Miklos Horthy: Hungary’s Admiral on Horseback'', Columbia University Press, 2000</ref> era, sin embargo, consciente del peligro que estas unidades descontroladas podían tener para el nuevo régimen una vez establecido su control en el país a partir de 1920.<ref name="bodo122">[[#Bibliografía|Bodo (2006)]], p. 122</ref> Procedió a partir de entonces a tratar de controlar a sus partidarios.<ref name="Bodo, Paramilitary Violence" /> |
Aunque, como afirma el biógrafo de Horthy Thomas Sakmyster, Horthy hizo la vista gorda ante los crímenes de sus oficiales en 1919,<ref>Sakmyster, Thomas, ''Miklos Horthy: Hungary’s Admiral on Horseback'', Columbia University Press, 2000</ref> era, sin embargo, consciente del peligro que estas unidades descontroladas podían tener para el nuevo régimen una vez establecido su control en el país a partir de 1920.<ref name="bodo122">[[#Bibliografía|Bodo (2006)]], p. 122</ref> Procedió a partir de entonces a tratar de controlar a sus partidarios.<ref name="Bodo, Paramilitary Violence" /> |
Revisión del 22:38 11 jun 2011
El Terror Blanco en Hungría consistió en un periodo de dos años (1919-1921) de violenta represión contrarrevolucionaria por parte de bandas reaccionarias que intentaban borrar todo vestigio de la breve república comunista. El número de víctimas y su composición social, religiosa o nacional de esta fase de la contrarrevolución húngara no se conoce con certeza.[1]
Antecedentes
Al final de la Primera Guerra Mundial el orden político húngaro sufrió un vuelco radical.
El Imperio austrohúngaro del que Hungría era una parte muy destacada, se disolvió. Las potencias vencedoras comenzaron el proceso de desmembración de las zonas fronterizas de Hungría, pobladas por minorías muy mezcladas con magiares. Estas zonas fueron cedidas a los países vecinos: Serbia, Checoslovaquia, Rumanía y Austria. Hungría perdió dos tercios de su territorio y un tercio de los habitantes magiares (identificados por lengua). Estas pérdidas causaron gran humillación y resentimiento entre muchos húngaros.
En esta situación tan inestable los esfuerzos por instaurar un régimen democrático fracasaron. En marzo de 1919 se estableció un gobierno de coalición entre los socialdemócratas y los comunistas, con Béla Kun como primer ministro de la nueva República Soviética de Hungría.[2]
El régimen de Kun duró menos de cuatro meses. Gran parte del país se opuso a los métodos a veces brutales de algunos de sus partidarios (como los famosos "muchachos de Lenin"), dados a la intimidación y asesinato de sus rivales en lo que se conoce como Terror Rojo. Esta violencia, junto con la falta de una reforma agraria que se ganase a la mayoría de la población, campesina, hundió pronto la popularidad del régimen.
Kun intentó recuperar por la fuerza los territorios perdidos en Eslovaquia y Transilvania, pero sus intentos sólo lograron desencadenar la contrarrevolución apoyada por las tropas rumanas, que ocuparon Budapest. En agosto, justo antes de la ocupación de la capital por los rumanos Kun y sus colaboradores huyeron y la república soviética fue abolida.
Comienza el terror
En el sur del país se formó un gobierno alternativo contrarrevolucionario. La sección militar del régimen reaccionario estaba en manos del antiguo almirante de la flota austrohúngara Miklós Horthy.[3] Horthy creó una unidad militar a la que llamó Ejército Nacional. Entre los oficiales que se alistaron en la fuerza formada por Horthy se encontraban algunos ultranacionalistas que pronto comenzaron una campaña de venganza contra los comunistas, sus partidarios y cualquiera sospechoso de serlo a sus ojos.[4]
Estas unidades conocidas popularmente como "Guardia Blanca", desarrollaron una campaña de terror, incluyendo torturas y asesinatos. Fueron habituales las ejecuciones sumarias de sospechosos. A menudo se les colgaba en lugares públicos como ejemplo para la población. La variedad de víctimas era amplia: campesinos, políticos liberales y, muy a menudo judíos, a los que los reaccionarios culpaban de la revolución, escudándose en la gran proporción de miembros de esta religión entre los cargos más destacados del régimen soviético.[4]
El más famoso comandante de las unidades contrarrevolucionarias fue Pál Prónay, conocido por su sadismo. Otros destacados militares de la reacción fueron: Gyula Ostenberg, Anton Lehar y Ivan Hejjas. Este último operó en la llanura húngara, en los alrededores de la ciudad de Kecskemét. Aunque estos destacamentos eran teóricamene parte del Ejército Nacional, en la práctica funcionaban con gran autonomía y se debían principalmente a su caudillo.[4]
Características de los batallones paramilitares
Las unidades de oficiales principalmente responsables del terror contrarrevolucionario tenían ciertas características que las diferenciaban de las unidades tradicionales del ejército: atraían a individuos de carácter cruel, su sistema de ascensos se basaba en la lealtad política y personal a sus comandantes y su personal cambiaba a menudo.[5] Su disciplina se basaba en el carisma de su comandante, no en las graduaciones y disfrutaban de privilegios excepcionales que las unidades normales no tenían.[6]
Su relación con la población civil se basaba en la desconfianza, la violencia y la explotación.[6] Los miembros de estas unidades tenían una acentuada tendencia a responder violentamente a cualquier provocación, real o imaginada, de los civiles.[7] Su actitud era de desprecio por las convenciones sociales o los códigos de conducta tradicionales en el ejército.[7] En parte su actitud se basaba en un desprecio de clase: numerosos abusos los cometieron contra campesinos pobres u obreros.[8] Las clases más adineradas, empero, tampoco se libraban de los desmanes de los batallones, que incluían entre sus actividades el robo para enriquecimiento personal.[9]
Estas unidades tuvieron estrechas relaciones con las organizaciones radicales que aparecieron en la época, de las que algunos oficiales eran miembros.[10] Sus relaciones con la gendarmería, la policía y las unidades clásicas del ejército era compleja: mientras muchas de estas permitían con pasividad los abusos de los batallones de oficiales, en ocasiones las relaciones fueron tensas.[11]
El Terror después de 1919
El Ejército Nacional entró en Budapest en 1919, tras la retirada rumana. Cuatro meses más tarde Horthy fue nombrado regente del reino reconstituido. Las unidades contrarrevolucionarias, empero, no se disolvieron ni abandonaron sus actividades, sino que crecieron y perseveraron durante unos dos años más. Lo que comenzó como asesinatos por razones políticas se convirtió en asesinatos más o menos aleatorios y secuestros por motivos económicos. Surgieron asimismo rencillas entre los diversos comandantes de las bandas, llegándose incluso a planear el asesinatos de unos por los otros.[4] Las unidades, sin embargo, compartían su respaldo a Horthy y al Ejército Nacional frente a sus rivales socialcristianos que representaban la alternativa derechista más tradicional y que controlaron los gobiernos tras la caída de la república soviética.[12]
Aunque, como afirma el biógrafo de Horthy Thomas Sakmyster, Horthy hizo la vista gorda ante los crímenes de sus oficiales en 1919,[13] era, sin embargo, consciente del peligro que estas unidades descontroladas podían tener para el nuevo régimen una vez establecido su control en el país a partir de 1920.[14] Procedió a partir de entonces a tratar de controlar a sus partidarios.[4]
En 1921 Prónay es juzgado por crímenes realizados durante su campaña de terror contrarrevolucionario. Tras la participación de Prónay en el intento de restauración monárquica del antiguo rey-emperador Horthy se decidió por fin a disolver su unidad. La disolución del Batallón Prónay en enero de 1922 se considera el hito que marca el final del Terror en Hungría.[15]
Notas y referencias
- ↑ Bodo (2006), p. 121
- ↑ Balogh, Eva, Istvan Friedrich and the Hungarian Coup d'Etat of 1919: A Reevaluation, Slavic Review, Vol. 35, No. 2 (Jun., 1976), pp. 269-286
- ↑ Bodo, Bela, Paramilitary Violence in Hungary After the First World War, East European Quarterly, June 22, 2004
- ↑ a b c d e Bodo, Paramilitary Violence
- ↑ Bodo (2006), p. 123
- ↑ a b Bodo (2006), p. 124
- ↑ a b Bodo (2006), p. 125
- ↑ Bodo (2006), p. 126
- ↑ Bodo (2006), p. 127
- ↑ Bodo (2006), p. 135
- ↑ Bodo (2006), p. 137
- ↑ Bodo (2006), p. 141
- ↑ Sakmyster, Thomas, Miklos Horthy: Hungary’s Admiral on Horseback, Columbia University Press, 2000
- ↑ Bodo (2006), p. 122
- ↑ Bodo, Political Violence
Bibliografía
- Bodo, Bela (2004). «Paramilitary Violence in Hungary After the First World War». East European Quarterly 38 (2): 129-172.
- Bodo, Bela (2006). «Militia Violence and State Power in Hungary, 1919-1922». Hungarian Studies Review 36 (2): 121-156.