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Las que excepcionan una ley o regla determinada se explican en su apartado. De modo general, existen términos como “de enquerre”, “a inquirir” o “de averiguar”, que se aplican a las armas o al detalle erróneo. Se resuelven de distintas maneras:
Las que excepcionan una ley o regla determinada se explican en su apartado. De modo general, existen términos como “de enquerre”, “a inquirir” o “de averiguar”, que se aplican a las armas o al detalle erróneo. Se resuelven de distintas maneras:
*No había trasgresión. Indicaba un defecto, a veces importante, que debía solucionarse adecuadamente tras investigarlo. Generalmente es el esmalte (p. ej. “campo de enquerre”) por soporte deficiente o defecto de archivo, en armas frecuentemente legítimas.
*No había trasgresión. Indicaba un defecto, a veces importante, que debía solucionarse adecuadamente tras investigarlo. Generalmente es el esmalte (p. ej. “campo de enquerre”) por soporte deficiente o defecto de archivo, en armas frecuentemente legítimas.
*La trasgresión queda esclarecida. Al blasonar armerías es obligado justificar aquello que contravenga las normas. Suele tratarse de una circunstancia especial en la creación del blasón, hallada tras investigarlo.
*La trasgresión queda esclarecida. Al blasonar armerías es obligado justificar aquello que contravenga las normas. Suele tratarse de una circunstancia especial en la creación del blasón, hallada tras investigarlo. Las más conocidas se dan por sobrentendidas. Por ejemplo, las armas de Jerusalén.
*Había una trasgresión injustificable. Quedan en evidencia las llamadas “[[armas falsas]]”, por su origen fraudulento. Las más conocidas se dan por sobrentendidas. Por ejemplo, las armas de Jerusalén.
*Había una trasgresión injustificable. Quedan en evidencia las llamadas “[[armas falsas]]”, por su origen fraudulento.


==Leyes y reglas==
==Leyes y reglas==


Aunque respetadas, no fueron recopiladas y sancionadas como tales en ningún documento oficial. Tienen pues, carácter [[consuetudinario]]. No obstante, han sido citadas por heraldistas de distintos países, generalmente no todas juntas.
Respetadas internacionalmente por los responsables de su cuidado, tienen principalmente carácter [[consuetudinario]]. Han sido citadas por heraldistas de distintos países, generalmente no todas juntas. Son leyes dentro de su propia ciencia o arte. Algunas sí han tenido soporte jurídico y legal, y lo tienen la adjudicación de armerías y sus profesionales, pero esto es secundario en el conjunto de normas.


Es cierto que durante la época de decadencia se descuidó el estilo heráldico, faltando a leyes, incluso creando complicaciones sin fundamento, tanto normativas como simbológicas. Todo muy útil a la datación, como otras características, pero que no compete a este artículo. También es cierto que la norma posterior, inmensamente mayoritaria, es de retorno a las buenas costumbres.
Es cierto que durante la época decadente se descuidó el estilo heráldico, faltando a leyes, incluso creando complicaciones, categorías y clasificaciones sin fundamento, tanto normativas como simbológicas. Es útil a la datación, como otras características, pero no compete a este artículo. La norma posterior, inmensamente mayoritaria, es de retorno a las buenas costumbres.


Algunas han recibido mayoritariamente el calificativo de ley. Otras han sido nombradas con menor frecuencia o son discutidas en parte, así como su rigidez o flexibilidad. Aquí, se llamará '''ley''' a las que gozan de amplio consenso en su totalidad, para las demás se usará '''regla''' y en general normas, usados por diversos tratadistas.
Algunas han recibido mayoritariamente el calificativo de ley. Otras han sido nombradas con menor frecuencia o son discutidas en parte, así como su rigidez o flexibilidad. Aquí, se llamará '''ley''' a las que gozan de amplio consenso en su totalidad, para las demás se usará '''regla''' y en general normas, usados por diversos tratadistas.


Cada autor las ordena a su manera, o las va citando entre sus exposiciones. La única coincidencia es la llamada primera ley. El orden que se dará aquí sigue un criterio de claridad y simplificación, no es rígido en absoluto. Lo mismo se ha hecho con las locuciones de encabezado, procurando usar las halladas en los escritos.
Cada autor las ordena a su manera, o cita algunas entre sus exposiciones. La única coincidencia es la llamada primera ley. El orden que se dará aquí sigue un criterio de claridad y simplificación, no es rígido en absoluto. Lo mismo se ha hecho con las locuciones de encabezado, procurando usar las halladas en los escritos.


===Referidas a esmaltes===
===Referidas a esmaltes===


*'''Contraste'''. La primera ley de la heráldica, dice: “No poner color sobre color, ni metal sobre metal.” <ref>Aún cuando hay quien cambia los términos esmalte y color, la mayoría de tratadistas usa “esmaltes” en sentido genérico, especialmente los más importantes. Cito a la máxima autoridad en nuestro idioma, tanto por su cargo como por reconocimiento internacional, don Vicente de Cadenas y Vicent (2002, primera edición 1954) p. 88: «Esmalte.-Nombre que comprende los dos metales y los cinco colores. » Los tres siguientes manuales, en prestigio y aceptación, abundan en lo mismo: Pardo de Guevara (1987) Messía de la Cerda (1990) y FALTA UNO. </ref> Es primordial para cumplir el propósito inicial de la heráldica.
Esmaltes: <ref>El término genérico en español es “esmaltes”. Ya lo explica y referencia De Avilés (1725) ampliamente. En la era moderna, cito a la máxima autoridad en nuestro idioma, tanto por su cargo como por reconocimiento internacional, don Vicente de Cadenas y Vicent (2002, primera edición 1954) p. 88: «Esmalte.-Nombre que comprende los dos metales y los cinco colores. » Los tres siguientes manuales, en prestigio y aceptación, abundan en lo mismo: Pardo de Guevara (1987) Messía de la Cerda (1990) y FALTA UNO. </ref> Colores, los comunes a todas las heráldicas son gules, azur, sinople y sable. Metales, son el oro y la plata.<ref>En distintas heráldicas se aceptan algunos de los siguientes colores: púrpura, naranjado (De Avilés, pág. 188), leonado, sanguíneo, morado y cenizo, la mayoría tenidos como manchas o colores no ordinarios. El acero es metal ocasionalmente aceptado en los escudos. Marginalmente hay otros esmaltes adoptados oficialmente por algunas heráldicas, como el metal buff (gamuza o beige) que coincidiría en matiz con el “oro viejo” español. </ref>
*'''Contraste'''. La primera ley de la heráldica, dice: “No poner color sobre color, ni metal sobre metal.” Es primordial para cumplir el propósito inicial de la heráldica.
**Los colores comunes a todas las heráldicas son gules, azur, sinople y sable. Los metales son el oro y la plata.<ref>En distintas heráldicas se aceptan algunos de los siguientes colores: púrpura, naranjado, leonado, sanguíneo, morado y cenizo, la mayoría tenidos como manchas o colores no ordinarios. El acero es metal ocasionalmente aceptado en los escudos. Marginalmente hay otros esmaltes adoptados oficialmente por algunas heráldicas, como el metal buff (gamuza o beige) que coincidiría en matiz con el “oro viejo” español. </ref> El púrpura es color de algunas heráldicas, en armerías reales tiene la doble consideración de color y metal, haciendo imposible que infrinja la norma. Los forros son armiños, veros y sus variaciones.<ref> Variaciones: contrarmiños, armiñados, contrarmiñados; contraveros, veros en punta, veros ondados, veros potenzados; verados, contraverados, verados en punta, ondados y potenzados. </ref> Aunque formados por los mismos esmaltes –colores y metales– los forros tienen categoría propia. <br /><br />La heráldica española abusa de los esmaltes llamados “en su color”,<ref>De Cadenas (1985) p. 9: «Por otra parte la heráldica española mantiene y se permite especiales licencias que no son admitidas ni toleradas por otras Heráldicas y principalmente esas representaciones de “al natural”, totalmente eliminadas en los blasones en las diferentes especialidades de la Heráldica de que se compone la Ciencia del Blasón.»</ref> incluidas las carnaciones, que tampoco están afectados por esta ley, como los tanados.
** El púrpura es color de algunas heráldicas, en armerías reales tiene la doble consideración de color y metal, haciendo imposible que infrinja la norma. Los forros son armiños, veros y sus variaciones.<ref> Variaciones: contrarmiños, armiñados, contrarmiñados; contraveros, veros en punta, veros ondados, veros potenzados; verados, contraverados, verados en punta, ondados y potenzados. </ref> Aunque formados por los mismos esmaltes –colores y metales– los forros tienen categoría propia. <br /><br />La heráldica española abusa de los esmaltes llamados “en su color”,<ref>De Cadenas (1985) p. 9: «Por otra parte la heráldica española mantiene y se permite especiales licencias que no son admitidas ni toleradas por otras Heráldicas y principalmente esas representaciones de “al natural”, totalmente eliminadas en los blasones en las diferentes especialidades de la Heráldica de que se compone la Ciencia del Blasón.»</ref> incluidas las carnaciones, que tampoco están afectados por esta ley, como los tanados.
**Sobre es encima; no junto o al lado. Las particiones delimitan espacios, unos junto a otros. Es frecuente usarlas para mezclar armerías ya existentes, cuyos campos no han de seguir esta ley. <br /><br />Las figuras o cargos sí se ponen encima, tanto muebles como piezas. También se usan para poner armerías, aportando un significado específico. Unas son concesiones reales, de sus armas o de diseños específicos, otras muestran alianzas, aspiraciones u otro tipo de circunstancias personales.<ref>Pueden indicar o reconocer fidelidades: jefes de Francia; los de Anjou, del Imperio o de san Esteban, en Italia; o la bordura real escocesa.
**Sobre es encima; no junto o al lado. Las particiones delimitan espacios, unos junto a otros. Es frecuente usarlas para mezclar armerías ya existentes, cuyos campos no han de seguir esta ley. <br /><br />Las figuras o cargos sí se ponen encima, tanto muebles como piezas. También se usan para poner armerías, aportando un significado específico. Unas son concesiones reales, de sus armas o de diseños específicos, otras muestran alianzas, aspiraciones u otro tipo de circunstancias personales.<ref>Pueden indicar o reconocer fidelidades: jefes de Francia; los de Anjou, del Imperio o de san Esteban, en Italia; o la bordura real escocesa.


La heráldica napoleónica las tiene para indicar la categoría del personaje. Las principales son jefes, luego franco-cuarteles, pero los caballeros usaban cualquiera de las demás.
La heráldica napoleónica las tiene para indicar la categoría del personaje. Las principales son jefes, luego franco-cuarteles, pero los caballeros usaban cualquiera de las demás.


La más conocida en heráldica española es la bordura de Baeza, por la participación en su toma. La banda dragonada, de los Caballeros de la Banda, se encuentra en varios esmaltes. </ref> <br /><br />En estos casos, determinadas expresiones muestran que se ha tenido en cuenta la primera ley. Si se conoce la concesión o privilegio, la pieza se blasona al final del escudo o partición que honra, precedida por “aumentado de”. Cuando la pieza transgresora no es un aumento de honor se dice que está cosida, soldada, valiendo esto último sólo en el caso de metales, o asumida, si se tomó por un hecho glorioso.
La más conocida en heráldica española es la bordura de Baeza, por la participación en su toma. La banda dragonada, de los Caballeros de la Banda, se encuentra en varios esmaltes. </ref> <br /><br />En estos casos, determinadas expresiones muestran que se ha tenido en cuenta la primera ley. Si se conoce la concesión o privilegio, la pieza se blasona al final del escudo o partición que honra, precedida por “aumentado de”. Cuando la pieza transgresora no es un aumento de honor se dice que está cosida, soldada, valiendo esto último sólo en el caso de metales, o "asumida" si se tomó por un hecho glorioso.
**Las brisuras son cambios que crean nuevas armerías, dejando ver claramente las armas de procedencia. Algunas heráldicas y casas reales han señalado formas fijas de hacerlo para los distintos descendientes. A menudo la brisura es una figura de un esmalte determinado, como un lambel o una bordura de gules, o una merleta de sable.
**Las brisuras son cambios que crean nuevas armerías, dejando ver claramente las armas de procedencia. Algunas heráldicas y casas reales han señalado formas fijas de hacerlo para los distintos descendientes. A menudo la brisura es una figura de un esmalte determinado, como un lambel o una bordura de gules, o una merleta de sable.
**Una figura puede fácilmente quedar sobre partes distintas que deban respetar esta ley entre sí. Cuando esto sucede, no es infracción que una de ellas coincida en el tipo de esmalte con otra. Especialmente la que queda encima, como sucede con detalles exteriores de los muebles tales como el armado, lampasado, picado, membrado, lorrado, frutado y un largo etcétera.
**Una figura puede fácilmente quedar sobre partes distintas que deban respetar esta ley entre sí. Cuando esto sucede, no es infracción que una de ellas coincida en el tipo de esmalte con otra. Especialmente la que queda encima, como sucede con detalles exteriores de los muebles tales como el armado, lampasado, picado, membrado, lorrado, frutado y un largo etcétera.
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===Referidas a figuras===
===Referidas a figuras===


Las figuras o cargos son piezas o muebles. Explicar lo justo para que se entienda lo siguiente.
*'''Estilización y expresión'''. Cumpliendo con el propósito inicial, se desarrolló la estilización heráldica. Simplifica contornos y amplifica los detalles diferenciadores de los muebles. Acentúa cabezas y colas de cuadrúpedos, picos de aves, garras de predadores, frutos y hojas de vegetales y, en general, cualquier detalle característico.

*'''Estilización y expresión'''. Cumpliendo con el propósito inicial se desarrolló la estilización heráldica, convirtiéndola en ley. Simplifica contornos y amplifica los detalles diferenciadores de los muebles. Acentúa cabezas y colas de cuadrúpedos, picos de aves, garras de predadores, frutos y hojas de vegetales y, en general, cualquier detalle característico.
**Tratándose de guerreros, no extraña que la rudeza y agresividad en los gestos sea parte del estilo. Son feroces expresiones de fauces abiertas, dientes acerados con enormes colmillos, y grandes ojos fieros, de pupilas dilatadas. Las posturas tensas y amenazantes, con pechos y extremidades fuertes y abdómenes finos, fijaron estándares como el [[León (heráldica)|león rampante]]. Virilidad, frecuentemente los machos de mamíferos animales muestran genitales bien desarrollados y de otro esmalte, sin aportar carga negativa. Por ejemplo el de los reyes de León, que pasó al de España. Incluso puede ser necesario, caso del toro por el buey, y está más relacionado con las virtudes propias de aquella moral que con el sexo en sí.
**Tratándose de guerreros, no extraña que la rudeza y agresividad en los gestos sea parte del estilo. Son feroces expresiones de fauces abiertas, dientes acerados con enormes colmillos, y grandes ojos fieros, de pupilas dilatadas. Las posturas tensas y amenazantes, con pechos y extremidades fuertes y abdómenes finos, fijaron estándares como el [[León (heráldica)|león rampante]]. Virilidad, frecuentemente los machos de mamíferos animales muestran genitales bien desarrollados y de otro esmalte, sin aportar carga negativa. Por ejemplo el de los reyes de León, que pasó al de España. Incluso puede ser necesario, caso del toro por el buey, y está más relacionado con las virtudes propias de aquella moral que con el sexo en sí.
*'''Simetría y plenitud'''. La ley heráldica actúa en dos sentidos:
**En cada figura. Las partes que sean lo mismo, han de ser simétricas. Por ejemplo las alas de un águila. Se ha de extender hasta el límite del espacio que tiene asignado, sin tocarlo, incluso adaptándose al mismo cuando su naturaleza se lo permite. Tampoco ha de tocar otras figuras si no se especifica, como el cimado, sostenido o el sumado. <br /><br />Los muebles que salen de los laterales del escudo, partición o pieza en la que están como movientes, nacientes o similares quedan excusadas con estos términos. Así como todas las figuras que quedan cortadas por un dimidiado o que están encima o debajo de otras, como brochantes, resaltadas, acamadas, acoladas, etc. La mayoría de las piezas sí toca los bordes del escudo o partición donde están, y si no es así hay que especificarlo.
**En el conjunto. Aquellas partes del diseño que sean las mismas, han de ser iguales, en lo posible. Por ejemplo, en un escudo con dos calderas -Lara, Guzmán, Collado... – las dos deben ser iguales. En casos puntuales afecta a la posición habitual, recomendándose que, en parejas de muebles iguales, estos queden afrontados. Las áreas de las piezas han de ser iguales a los espacios que dejan.
Cuando hay tres figuras bien ordenadas, la tradición impone que la plenitud prevalezca sobre la simetría, permitiendo que la de punta (abajo) sea más grande.


Esto está ligado tanto al propósito original, las figuras pequeñas no se distinguen, como al “hórror vacui” propio del arte de otras épocas.
*Simetría. Ley. Expcepción: Bien ordenados (más grande en punta).
*Plenitud. Ley.
*Disposición. Regla. 2 según forma, 3 bien ordenados, 4 en pares, 5 en sotuer...
*Disposición. Regla. 2 según forma, 3 bien ordenados, 4 en pares, 5 en sotuer...
*Brevedad. Regla. A pesar del creciente cuartelamiento (explicar motivo) se pide para los nuevos campos y blasones.
*Brevedad. Regla. A pesar del creciente cuartelamiento (explicar motivo) se pide para los nuevos campos y blasones.
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===Referidas a ornamentos exteriores===
===Referidas a ornamentos exteriores===


*Propiedad. Regla, pero ha sido contemplada como ley en la normativa legal de varios países, y nombrada como tal por los profesionales.
*Propiedad. Regla o ley?, pero ha sido contemplada como ley en la normativa legal de varios países, y nombrada como tal por los profesionales.
*Ropas veras. Regla. Lambrequines, penachos y similares con los mismos esmaltes.
*Ropas veras. Regla. Lambrequines, penachos y similares con los mismos esmaltes.



Revisión del 02:23 20 jul 2011

Las leyes heráldicas son preceptos que deben tenerse en cuenta tanto en la composición y representación de armerías como al blasonar.

Desde la antigüedad, muchos son los pueblos cuyos guerreros pintaban signos en sus escudos. Estas representaciones no forman parte de la heráldica, entre otros motivos porque no conocemos la normalización a la que pudieran estar sujetos. Por tanto, estas leyes definen en parte la heráldica y se cumplen en cualquier escuela o nacionalidad donde está presente, desde que fueron fijadas hasta la actualidad.

Origen

Las explicaciones de los tratadistas sobre los fundamentos de estas leyes muestran un doble origen.

Las primeras nacen con la heráldica, de su eficacia ante el propósito original, que es la identificación en combate. Las defensas cubrían ya la totalidad del guerrero, haciéndolo irreconocible. También dificultaban la visión en un entorno confuso y apresurado. Se necesitaba identificaciones rápidas a cierta distancia, entre el polvo y ajetreo de un enfrentamiento, exigiendo señales inconfundibles.

El éxito de la fórmula pasó prontamente a donde ya se representaban escudos físicos, como sellos, o añadió el guerrero escudo donde existía el signo pre-heráldico, extendiéndolo por toda Europa en el siglo XII. Desciende por los distintos estamentos, multiplicando el número de blasones. Se hace necesario que alguien evite suplantaciones y abusos, responsabilidad que cae en heraldos y reyes de armas. El uso de la heráldica evoluciona con los siglos, pasando a mostrar abolengo y dignidades en casi cualquier soporte, añadiendo y multiplicando elementos.

El resto de la leyes tiene origen en las nuevas necesidades. Primero de las de recopilación y transmisión de los datos. El blasonado se concentra y articula buscando concisión. Luego, las derivadas de la ampliación de elementos en las armerías.

Excepciones y trasgresiones

De plata, cruz potenzada, de oro, cantonada de cuatro crucetas de lo mismo. Tan conocido que pedir explicaciones solo mostraría ignorancia en el heraldista. De hecho, blasonado entre otras armerías simplemente se nombra: “de Jerusalén”.

Como todo código, se crea al constatar su necesidad, no antes. Algunas de sus normas son creadas cuando ya existen singularidades. Otras, cambian con las necesidades heráldicas. Esto ha hecho necesario constatar excepciones,[1]​ y obliga a blasonar aclaraciones y usar expresiones creadas al efecto, propias del lenguaje heráldico.

Las que excepcionan una ley o regla determinada se explican en su apartado. De modo general, existen términos como “de enquerre”, “a inquirir” o “de averiguar”, que se aplican a las armas o al detalle erróneo. Se resuelven de distintas maneras:

  • No había trasgresión. Indicaba un defecto, a veces importante, que debía solucionarse adecuadamente tras investigarlo. Generalmente es el esmalte (p. ej. “campo de enquerre”) por soporte deficiente o defecto de archivo, en armas frecuentemente legítimas.
  • La trasgresión queda esclarecida. Al blasonar armerías es obligado justificar aquello que contravenga las normas. Suele tratarse de una circunstancia especial en la creación del blasón, hallada tras investigarlo. Las más conocidas se dan por sobrentendidas. Por ejemplo, las armas de Jerusalén.
  • Había una trasgresión injustificable. Quedan en evidencia las llamadas “armas falsas”, por su origen fraudulento.

Leyes y reglas

Respetadas internacionalmente por los responsables de su cuidado, tienen principalmente carácter consuetudinario. Han sido citadas por heraldistas de distintos países, generalmente no todas juntas. Son leyes dentro de su propia ciencia o arte. Algunas sí han tenido soporte jurídico y legal, y lo tienen la adjudicación de armerías y sus profesionales, pero esto es secundario en el conjunto de normas.

Es cierto que durante la época decadente se descuidó el estilo heráldico, faltando a leyes, incluso creando complicaciones, categorías y clasificaciones sin fundamento, tanto normativas como simbológicas. Es útil a la datación, como otras características, pero no compete a este artículo. La norma posterior, inmensamente mayoritaria, es de retorno a las buenas costumbres.

Algunas han recibido mayoritariamente el calificativo de ley. Otras han sido nombradas con menor frecuencia o son discutidas en parte, así como su rigidez o flexibilidad. Aquí, se llamará ley a las que gozan de amplio consenso en su totalidad, para las demás se usará regla y en general normas, usados por diversos tratadistas.

Cada autor las ordena a su manera, o cita algunas entre sus exposiciones. La única coincidencia es la llamada primera ley. El orden que se dará aquí sigue un criterio de claridad y simplificación, no es rígido en absoluto. Lo mismo se ha hecho con las locuciones de encabezado, procurando usar las halladas en los escritos.

Referidas a esmaltes

Esmaltes: [2]​ Colores, los comunes a todas las heráldicas son gules, azur, sinople y sable. Metales, son el oro y la plata.[3]

  • Contraste. La primera ley de la heráldica, dice: “No poner color sobre color, ni metal sobre metal.” Es primordial para cumplir el propósito inicial de la heráldica.
    • El púrpura es color de algunas heráldicas, en armerías reales tiene la doble consideración de color y metal, haciendo imposible que infrinja la norma. Los forros son armiños, veros y sus variaciones.[4]​ Aunque formados por los mismos esmaltes –colores y metales– los forros tienen categoría propia.

      La heráldica española abusa de los esmaltes llamados “en su color”,[5]​ incluidas las carnaciones, que tampoco están afectados por esta ley, como los tanados.
    • Sobre es encima; no junto o al lado. Las particiones delimitan espacios, unos junto a otros. Es frecuente usarlas para mezclar armerías ya existentes, cuyos campos no han de seguir esta ley.

      Las figuras o cargos sí se ponen encima, tanto muebles como piezas. También se usan para poner armerías, aportando un significado específico. Unas son concesiones reales, de sus armas o de diseños específicos, otras muestran alianzas, aspiraciones u otro tipo de circunstancias personales.[6]

      En estos casos, determinadas expresiones muestran que se ha tenido en cuenta la primera ley. Si se conoce la concesión o privilegio, la pieza se blasona al final del escudo o partición que honra, precedida por “aumentado de”. Cuando la pieza transgresora no es un aumento de honor se dice que está cosida, soldada, valiendo esto último sólo en el caso de metales, o "asumida" si se tomó por un hecho glorioso.
    • Las brisuras son cambios que crean nuevas armerías, dejando ver claramente las armas de procedencia. Algunas heráldicas y casas reales han señalado formas fijas de hacerlo para los distintos descendientes. A menudo la brisura es una figura de un esmalte determinado, como un lambel o una bordura de gules, o una merleta de sable.
    • Una figura puede fácilmente quedar sobre partes distintas que deban respetar esta ley entre sí. Cuando esto sucede, no es infracción que una de ellas coincida en el tipo de esmalte con otra. Especialmente la que queda encima, como sucede con detalles exteriores de los muebles tales como el armado, lampasado, picado, membrado, lorrado, frutado y un largo etcétera.
  • Nitidez y uniformidad. Los esmaltes deben ser nítidos y uniformes. Muy pocas veces discutida, y nunca en todos sus aspectos, la mayoría de tratadistas marcan la importancia de seguir esta regla.
    • Se consigue nitidez cuidando que los esmaltes tengan intensidad cromática, o saturación, y se puedan distinguir fácilmente unos de otros. No es necesario excederse: el oro se suple con amarillo, no amarillo chillón. No en vano, la tradición impuso el matiz gualdo, que llegó hasta la bandera española.
    • Los esmaltes han de ser uniformes. Cada esmalte ha de ser el mismo en todos los escudos de un armorial y en las distintas partes de cada escudo. Las heráldicas locales han ido fijando algunos matices, que son preferentemente usados en su zona.
    • Planitud. No pocos tratadistas insisten en este punto, añadiendo el término en definiciones, aún cuando alguno lo discuta. En los escudos de batalla se pintaba cada esmalte en un único matiz. No se aplicaban delicados relieves o pesadas decoraciones. Su representación no debe matizar sombras y relieves propios del blasón, aunque sí los pueda mostrar del soporte. Excepción hecha del diapresado, diapreado o adamascado,[7]​ que pide expresamente variaciones en el esmalte.

      Armorial Wijnbergen, s. &nbspXIII.
      La representación ideal no lleva trazos silueteando las figuras ni matizando detalles interiores; solo su sustitución por grabados, tallas y demás, por motivos técnicos. Los esmaltes nítidos contrastan entre sí sin problema, añadir esmaltes no requeridos resta contraste y nitidez. Cuando son deseados se citan expresamente, para incluirlos respetando la pureza heráldica. De otra forma no tendrían razón de ser, ni diferenciarían blasones, los términos que los piden: mazonado, fileteado, reumplido, resarcetado, etc.
    • Penachos, bureletes, manteletes, lambrequines y similares se teñían con los esmaltes de las armas del propietario, pero determinados timbres usan a menudo una codificación que incluye pigmentos, como acero o hierro en yelmos, no considerados esmaltes. Tenantes, soportes, sostenes y otras alegorías, que son aportaciones de la heráldica posterior, pueden necesitar tintes que no son esmaltes heráldicos. Algunos mantos, collares y condecoraciones, son de matices concretos, como azul celeste, que son irremplazables y no coinciden con los esmaltes de muchas heráldicas.

      Exceptuando algunas divisas, no representan dibujos plasmados en un escudo. Incluso pueden necesitar, para su correcto entendimiento, que el artista o artesano les provea de relieve o profundidad, matizando sus tintes. Tampoco están sujetos a normas de esmaltes las cintas con motes, lemas, gritos de guerra, divisas o emblemas escritos, títulos, o nombres propietarios.

No obstante, suele haber una fuerte recomendación de que se sigan las normas siempre que sea posible, tanto por la armonía del conjunto como por dotarle de la fuerza que tiene el estilo heráldico.

Referidas a figuras

Las figuras o cargos son piezas o muebles. Explicar lo justo para que se entienda lo siguiente.

  • Estilización y expresión. Cumpliendo con el propósito inicial se desarrolló la estilización heráldica, convirtiéndola en ley. Simplifica contornos y amplifica los detalles diferenciadores de los muebles. Acentúa cabezas y colas de cuadrúpedos, picos de aves, garras de predadores, frutos y hojas de vegetales y, en general, cualquier detalle característico.
    • Tratándose de guerreros, no extraña que la rudeza y agresividad en los gestos sea parte del estilo. Son feroces expresiones de fauces abiertas, dientes acerados con enormes colmillos, y grandes ojos fieros, de pupilas dilatadas. Las posturas tensas y amenazantes, con pechos y extremidades fuertes y abdómenes finos, fijaron estándares como el león rampante. Virilidad, frecuentemente los machos de mamíferos animales muestran genitales bien desarrollados y de otro esmalte, sin aportar carga negativa. Por ejemplo el de los reyes de León, que pasó al de España. Incluso puede ser necesario, caso del toro por el buey, y está más relacionado con las virtudes propias de aquella moral que con el sexo en sí.
  • Simetría y plenitud. La ley heráldica actúa en dos sentidos:
    • En cada figura. Las partes que sean lo mismo, han de ser simétricas. Por ejemplo las alas de un águila. Se ha de extender hasta el límite del espacio que tiene asignado, sin tocarlo, incluso adaptándose al mismo cuando su naturaleza se lo permite. Tampoco ha de tocar otras figuras si no se especifica, como el cimado, sostenido o el sumado.

      Los muebles que salen de los laterales del escudo, partición o pieza en la que están como movientes, nacientes o similares quedan excusadas con estos términos. Así como todas las figuras que quedan cortadas por un dimidiado o que están encima o debajo de otras, como brochantes, resaltadas, acamadas, acoladas, etc. La mayoría de las piezas sí toca los bordes del escudo o partición donde están, y si no es así hay que especificarlo.
    • En el conjunto. Aquellas partes del diseño que sean las mismas, han de ser iguales, en lo posible. Por ejemplo, en un escudo con dos calderas -Lara, Guzmán, Collado... – las dos deben ser iguales. En casos puntuales afecta a la posición habitual, recomendándose que, en parejas de muebles iguales, estos queden afrontados. Las áreas de las piezas han de ser iguales a los espacios que dejan.

Cuando hay tres figuras bien ordenadas, la tradición impone que la plenitud prevalezca sobre la simetría, permitiendo que la de punta (abajo) sea más grande.

Esto está ligado tanto al propósito original, las figuras pequeñas no se distinguen, como al “hórror vacui” propio del arte de otras épocas.

  • Disposición. Regla. 2 según forma, 3 bien ordenados, 4 en pares, 5 en sotuer...
  • Brevedad. Regla. A pesar del creciente cuartelamiento (explicar motivo) se pide para los nuevos campos y blasones.

Referidas a ornamentos exteriores

  • Propiedad. Regla o ley?, pero ha sido contemplada como ley en la normativa legal de varios países, y nombrada como tal por los profesionales.
  • Ropas veras. Regla. Lambrequines, penachos y similares con los mismos esmaltes.

(ya sé que falta mucho, poco a poco)

Véase también

Notas y referencias

  1. Messía de la Cerda (1990) p. 11: «Se dice, y es verdad, que la heráldica es la ciencia de las excepciones; »
  2. El término genérico en español es “esmaltes”. Ya lo explica y referencia De Avilés (1725) ampliamente. En la era moderna, cito a la máxima autoridad en nuestro idioma, tanto por su cargo como por reconocimiento internacional, don Vicente de Cadenas y Vicent (2002, primera edición 1954) p. 88: «Esmalte.-Nombre que comprende los dos metales y los cinco colores. » Los tres siguientes manuales, en prestigio y aceptación, abundan en lo mismo: Pardo de Guevara (1987) Messía de la Cerda (1990) y FALTA UNO.
  3. En distintas heráldicas se aceptan algunos de los siguientes colores: púrpura, naranjado (De Avilés, pág. 188), leonado, sanguíneo, morado y cenizo, la mayoría tenidos como manchas o colores no ordinarios. El acero es metal ocasionalmente aceptado en los escudos. Marginalmente hay otros esmaltes adoptados oficialmente por algunas heráldicas, como el metal buff (gamuza o beige) que coincidiría en matiz con el “oro viejo” español.
  4. Variaciones: contrarmiños, armiñados, contrarmiñados; contraveros, veros en punta, veros ondados, veros potenzados; verados, contraverados, verados en punta, ondados y potenzados.
  5. De Cadenas (1985) p. 9: «Por otra parte la heráldica española mantiene y se permite especiales licencias que no son admitidas ni toleradas por otras Heráldicas y principalmente esas representaciones de “al natural”, totalmente eliminadas en los blasones en las diferentes especialidades de la Heráldica de que se compone la Ciencia del Blasón.»
  6. Pueden indicar o reconocer fidelidades: jefes de Francia; los de Anjou, del Imperio o de san Esteban, en Italia; o la bordura real escocesa. La heráldica napoleónica las tiene para indicar la categoría del personaje. Las principales son jefes, luego franco-cuarteles, pero los caballeros usaban cualquiera de las demás. La más conocida en heráldica española es la bordura de Baeza, por la participación en su toma. La banda dragonada, de los Caballeros de la Banda, se encuentra en varios esmaltes.
  7. Matizar, del mismo esmalte u otro que se indique, en forma de arabescos o follaje. Está considerado decorativo, poco heráldico y propio de la época de decadencia. Su uso es limitado, casi reducido a heráldica italiana y germana.

Bibliografía utilizada

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