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Diferencia entre revisiones de «Batalla del Lago Peipus»

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El combate se llevó a cabo el [[5 de abril]] de 1242 sobre el hielo del [[lago Peipus]] (o de los Chudiés), en lo que es actualmente [[Estonia]]. La [[historia rusa]] ha hecho de este enfrentamiento un combate de leyenda, la ''batalla de los hielos'', celebrada por el canto y la literatura, y en último lugar por la música de [[Prokofiev]] que acompañaba la excelente obra ''[[Alexander Nevsky (película)|Alejandro Nevski]]'' ([[1938]]), de S.M. [[Eisenstein]], una de las más grandes películas de la historia del [[cine soviético]].
El combate se llevó a cabo el [[5 de abril]] de 1242 sobre el hielo del [[lago Peipus]] (o de los Chudiés), en lo que es actualmente [[Estonia]]. La [[historia rusa]] ha hecho de este enfrentamiento un combate de leyenda, la ''batalla de los hielos'', celebrada por el canto y la literatura, y en último lugar por la música de [[Prokofiev]] que acompañaba la excelente obra ''[[Alexander Nevsky (película)|Alejandro Nevski]]'' ([[1938]]), de S.M. [[Eisenstein]], una de las más grandes películas de la historia del [[cine soviético]].


Los Caballeros Portaespadas se habían instalado en el lago. Portando pesadas armas y vestidos con duras cotas de mallas, contaban con la ayuda de sus aliados [[Finlandia|finlandeses]], que llevaban un equipo más ligero. Como un gigantesco [[ariete]], decidieron cargar en formación compacta para tratar de hundir las líneas rusas, más frágiles. Éstas aguantaron, lo que permitió a Alejandro Nevski efectuar un vasto movimiento envolvente con parte de sus tropas para caer sobre el flanco de las tropas alemanas, mucho más lentas. Los caballeros teutónicos pronto se dieron a la fuga.
Los Caballeros Portaespadas se habían instalado en el lago. Portando pesadas armas y vestidos con duras cotas de mallas, contaban con la ayuda de sus aliados [[Finlandia|finlandeses]], que llevaban un equipo más ligero. Como un gigantesco [[ariete]], decidieron cargar en formación compacta para tratar de hundir las líneas rusas, más frágiles. Éstas aguantaron, lo que permitió a [[Alejandro Nevski]] efectuar un vasto movimiento envolvente con parte de sus tropas para caer sobre el flanco de las tropas alemanas, mucho más lentas. Los caballeros teutónicos pronto se dieron a la fuga.


Su derrota se transformó en catástrofe. Bajo el efecto del pánico, los caballeros se entregaron a una serie de movimientos desordenados, hasta que la superficie del lago se quebró y hundió bajo los pies de los que huían. Era principios de abril y la capa de hielo, más delgada, era mucho más frágil que en pleno invierno. Al pasar por alto este hecho y olvidar el peso de su equipo, los caballeros germánicos sufrieron una auténtica hecatombe.
Su derrota se transformó en catástrofe. Bajo el efecto del pánico, los caballeros se entregaron a una serie de movimientos desordenados, hasta que la superficie del lago se quebró y hundió bajo los pies de los que huían. Era principios de abril y la capa de hielo, más delgada, era mucho más frágil que en pleno invierno. Al pasar por alto este hecho y olvidar el peso de su equipo, los caballeros germánicos sufrieron una auténtica hecatombe.

Revisión del 17:23 5 feb 2007

Archivo:Ledovoe.jpg
Monumento conmemorativo a la Batalla del Lago Peipus, en el lugar del combate, en Rusia

La batalla del Lago Peipus fue un conflicto armado (conocida en Rusia como "La Batalla del Hielo") librado en 1242 entre los caballeros teutones y los habitantes de la República de Novgorod liderados por Alejandro Nevski.

Historia

En Rusia ya no quedaba nada de la grandeza de Kiev, las guerras intestinas habían asolado el país y los invasores mongoles habían dado el golpe de gracia al aplastar al ejército ruso en 1223, antes de arrasar Kiev en 1240.

Quedaban, sin embargo, una serie de estados rusos que poco a poco habían adquirido una cierta autonomía. Uno de ellos iba a destacar entre los demás: el principado de Novgorod, situado al noroeste del territorio de los rusos, en la vecindad de dos peligrosas potencias, Suecia y el estado de las Órdenes Germánicas. Al no haber llegado todavía hasta allí los ejércitos mongoles en su avance, este principado no estaba en tan mala situación como los del sur.

El príncipe de Novgorod, Alejandro Nevski, había nacido en 1219, por lo que sólo contaba con 23 años. Sin embargo, su papel sería decisivo. En 1240, mientras en el sur caía Kiev, Alejandro Nevski condujo el ejército de Novgorod a la victoria contra los suecos que avanzaban a lo largo del Nevá (de donde tomó el nombre de Nevski). Según las crónicas, hirió con sus propias manos al cabecilla de los suecos, Birger Jarl, quien logró escapar a duras penas. Una vez conseguida la victoria, Alejandro tuvo que salir al encuentro de los Caballeros Portaespadas, que desde 1239 se adentraban en su territorio y se habían apoderado de la ciudad de Pskov en 1241. Una vez reconquistada esta ciudad, se podía librar la batalla decisiva.

La batalla

El combate se llevó a cabo el 5 de abril de 1242 sobre el hielo del lago Peipus (o de los Chudiés), en lo que es actualmente Estonia. La historia rusa ha hecho de este enfrentamiento un combate de leyenda, la batalla de los hielos, celebrada por el canto y la literatura, y en último lugar por la música de Prokofiev que acompañaba la excelente obra Alejandro Nevski (1938), de S.M. Eisenstein, una de las más grandes películas de la historia del cine soviético.

Los Caballeros Portaespadas se habían instalado en el lago. Portando pesadas armas y vestidos con duras cotas de mallas, contaban con la ayuda de sus aliados finlandeses, que llevaban un equipo más ligero. Como un gigantesco ariete, decidieron cargar en formación compacta para tratar de hundir las líneas rusas, más frágiles. Éstas aguantaron, lo que permitió a Alejandro Nevski efectuar un vasto movimiento envolvente con parte de sus tropas para caer sobre el flanco de las tropas alemanas, mucho más lentas. Los caballeros teutónicos pronto se dieron a la fuga.

Su derrota se transformó en catástrofe. Bajo el efecto del pánico, los caballeros se entregaron a una serie de movimientos desordenados, hasta que la superficie del lago se quebró y hundió bajo los pies de los que huían. Era principios de abril y la capa de hielo, más delgada, era mucho más frágil que en pleno invierno. Al pasar por alto este hecho y olvidar el peso de su equipo, los caballeros germánicos sufrieron una auténtica hecatombe.

Todavía hoy, la historia rusa magnifica esta victoria de Alejandro como una fecha clave, aquélla en la que unos cuantos soldados rusos rechazaron la invasión germánica. En realidad no fue más que un episodio de la lucha secular entre el estado de Novgorod y sus vecinos occidentales que se prolongaría hasta el siglo XV.

Tras la batalla

Alejandro Nevski, encumbrado por el prestigio de la victoria, demostró ser asimismo un político realista y decidió poner su principado bajo la tutela de los mongoles, consciente de que jamás podría rivalizar con el ejército que había sometido a la mayor parte del mundo conocido. Se convirtió entonces en el favorito del Kan, que lo hizo Gran Príncipe de los Rusos desde 1252 hasta su muerte, en 1263. No hay duda de que su actitud sumisa le permitió salvar Novgorod y una parte de las regiones de Rusia que habían escapado a las destrucciones. Por sus victorias, pero también por haber sabido mostrarse realista, la Iglesia ortodoxa convirtió en santo a aquel personaje de leyenda.