Ir al contenido

Diferencia entre revisiones de «Botulismo»

De Wikipedia, la enciclopedia libre
Contenido eliminado Contenido añadido
Aclaro etimología, agrego referencias y una frase de historia
Línea 91: Línea 91:


== Prevención ==
== Prevención ==
Para evitar esta enfermedad los enlatados comerciales están obligados a someterse a Normas Tecnológicas estrictas que varían según el producto, su composición y envase. Temperaturas de 121 ° C (250 ° F) durante los minutos establecidos en dichas Normas, pueden asegurar una correcta esterilización. Las personas que envasan alimentos en casa deben seguir procedimientos estrictos de higiene para reducir la contaminación de los alimentos especialmente con bajo contenido ácido, como el jugo de zanahoria, espárragos, judías verdes, pimientos morrones, berenjenas, champiñones, remolacha, maíz, etc. Aunque se considera que siempre que resulte factible, es mejor desalentar la elaboración de conservas caseras por los problemas que acarrean al no aplicarse la tecnología correcta. Los aceites infundidos con ajo o hierbas deben refrigerarse. En general a los consumidores se recomienda tener precauciones con alimentos enlatados o conservados, no comer alimentos provenientes de latas hinchadas ni abolladas o latas caseras mal cerradas con aire ni embutidos de dudosa procedencia. Igualmente se deben tomar todas las medidas de [[asepsia]] o [[antisepsia]] para evitar la contaminación de heridas y en caso de uso de la botulina para tratar las arrugas o para tratar enfermedades neuromusculares se debe verificar que el producto usado sea el adecuado, es decir el autorizado con ese propósito, así como la idoneidad de quien lo aplica.<ref>Botulismo, prevención. THE MEDICAL NEWS[http://www.news-medical.net/health/Botulism-Prevention-%28Spanish%29.aspx]</ref>
Para evitar esta enfermedad los enlatados comerciales están obligados a someterse a Normas Tecnológicas estrictas que varían según el producto, su composición y envase. Temperaturas de 121 ° C (250 ° F) durante los minutos establecidos en dichas Normas, pueden asegurar una correcta esterilización. Las personas que envasan alimentos en casa deben seguir procedimientos estrictos de higiene para reducir la contaminación de los alimentos especialmente con bajo contenido ácido, como el zumo de zanahoria, espárragos, judías verdes, pimientos morrones, berenjenas, champiñones, remolacha, maíz, etc. Aunque se considera que siempre que resulte factible, es mejor desalentar la elaboración de conservas caseras por los problemas que acarrean al no aplicarse la tecnología correcta. Los aceites infundidos con ajo o hierbas deben refrigerarse. En general a los consumidores se recomienda tener precauciones con alimentos enlatados o conservados, no comer alimentos provenientes de latas hinchadas ni abolladas o latas caseras mal cerradas con aire ni embutidos de dudosa procedencia. Igualmente se deben tomar todas las medidas de [[asepsia]] o [[antisepsia]] para evitar la contaminación de heridas y en caso de uso de la botulina para tratar las arrugas o para tratar enfermedades neuromusculares se debe verificar que el producto usado sea el adecuado, es decir el autorizado con ese propósito, así como la idoneidad de quien lo aplica.<ref>Botulismo, prevención. THE MEDICAL NEWS[http://www.news-medical.net/health/Botulism-Prevention-%28Spanish%29.aspx]</ref>


== Referencias ==
== Referencias ==

Revisión del 06:47 18 oct 2013

Botulismo

Un joven de 14 años con botulismo. Nótese la oftalmoplejia bilateral total con ptosis del párpado en la imagen de la izquierda, y las pupilas dilatadas y fijas en la imagen de la derecha. Este niño estaba completamente consciente.
Especialidad infectología
eMedicine med/238

El botulismo es una intoxicación causada por la toxina botulínica, una neurotoxina bacteriana producida por la bacteria Clostridium botulinum. La vía de intoxicación más común es la alimentaria: por ingestión de alimentos mal preparados o conservados de manera inapropiada, pero también puede adquirirse la enfermedad por la contaminación de heridas abiertas, o como efecto colateral del uso deliberado de la toxina en el tratamiento de enfermedades neuromusculares o en cosmética. [1]

Etimología

El término proviene del latín botulus: ‘salsa’ porque el botulismo se producía principalmente en relación con el consumo de carnes con salsas.[2]

Historia

El botulismo fue descrito en 1820 por Justinus Kerner en Baden-Wurtemberg, al observar los envenenamientos ocurridos al consumir carnes con salsas. Debido a esto, se denominó entonces "enfermedad de Kerner". La incidencia de la enfermedad en Baden-Wurtemberg era bastante considerable y se contabilizaron entre 1793 y 1827, 234 casos. Se agregaron hasta el año 1853, 400 casos con 150 fallecidos.[2]

Etiología

La toxina es producida por la bacteria Clostridium botulinum, que se encuentra en zonas contaminadas tales como suelos y aguas no tratadas. El Clostridium botulinum es una bacteria anaerobia cuyas esporas son capaces de sobrevivir en los alimentos contaminados que han sido sometidos a procesos de elaboración incorrectos y/o almacenamientos inadecuados.

La toxina botulínica es una de las sustancias más tóxicas conocidas, de manera que es posible que con tan solo probar el alimento contaminado, se produzcan graves intoxicaciones que pueden conducir incluso a la muerte.

Existen varios tipos de toxina botulínica, que se designan con letras: A,B,C,D,E,F y G, según su afinidad por el tejido nervioso, siendo la toxina de tipo A la que posee mayor afinidad.

La bacteria botulínica necesita para su desarrollo medios poco ácidos o alcalinos: con valores de pH superiores a 4'5.

Entre los alimentos más expuestos al botulismo están las carnes o pescados crudos conservados mediante procesos de salado o ahumado deficientes, o algunas verduras poco ácidas o que pueden perder su acidez natural por la acción de otros microorganismos.

También se ha descrito botulismo en trabajadores de laboratorio por inhalación de la toxina en forma de aereosol, los toxicómanos también están expuestos a diversas formas de botulismo: por vía intravenosa (jeringuillas o droga contaminada), o por la inhalación nasal de droga contaminada que da lugar a sinusitis crónicas.[3]

Patogenia

La toxina botulínica actúa bloqueando la liberación de acetilcolina a nivel de la placa mioneural impidiendo la transmisión del impulso nervioso. Causa de esta manera, una parálisis flácida de los músculos esqueléticos y un fallo parasimpático.

En la intoxicación alimentaria se ingiere la toxina preformada que es absorbida por endocitosis a través del tracto gastrointestinal. En el lactante las esporas ingeridas germinan en el intestino, ya que no existe flora inhibidora, y producen la toxina que es luego absorbida. Luego de ser absorbida desde el tracto gastrointestinal o desde la herida, la toxina es llevada por vía linfática o sanguínea hasta sus sitios de acción: las terminaciones nerviosas colinérgicas. Como no atraviesa la barrera hematoencefálica, solo actúa sobre el sistema nervioso periférico, especialmente a nivel de la placa o unión neuromuscular, y en el sistema nervioso autónomo.

En el botulismo de heridas se produce la toxina en la herida cuando la bacteria encuentra allí condiciones adecuadas para germinar y desarrollarse. El proceso es muy similar al desarrollo del tétanos.


Mecanismo de acción de la toxina

La porción activa de la toxina tiene actividad de peptidasa que es específica para proteínas que forman la estructura de la vesícula sináptica que contiene el neurotransmisor y están involucradas en la exocitosis. La acción de la toxina previene la exocitosis del neurotransmisor y de esta manera se bloquea el impulso nervioso. La recuperación de la función nerviosa requiere la regeneración de la motoneurona terminal y la formación de nuevas terminaciones motoras.

Se dan 3 pasos:

  1. La cadena H de la toxina se une a receptores en la membrana presináptica
  2. La toxina penetra por un mecanismo activo semejante a la endocitosis
  3. Dentro de la célula nerviosa, la toxina interfiere con la liberación de la acetilcolina, necesaria para la excitación del músculo.

El fragmento A de la toxina liberada escinde a la proteína sinaptobrevina, la cual ayuda al calcio con la fusión de la vesícula sináptica a la membrana pre-sináptica; por lo tanto no se va a liberar el neurotransmisor acetilcolina, causando parálisis musculares y la muerte cuando se afecta a los músculos respiratorios.

Cuadro clínico

Los síntomas generalmente aparecen entre 8 y 36 horas después de consumir los alimentos contaminados. No se presenta fiebre con esta infección.

En los adultos, los síntomas pueden abarcar

  • Ptosis palpebral
  • Midriasis (ambas pupilas dilatadas, no reactivas)
  • Cólicos abdominales,no siempre presentes.
  • Dificultad respiratoria que puede llevar a una insuficiencia respiratoria
  • Dificultad al deglutir y al hablar
  • Visión doble
  • Resequedad en la boca
  • Náuseas
  • Ausencia temporal de la respiración
  • Vómitos
  • Debilidad con parálisis (igual en ambos lados del cuerpo)
  • Estreñimiento
  • Disminución de lucidez mental

Los síntomas en bebés pueden abarcar:

  • Estreñimiento
  • Debilidad, pérdida del tono muscular
  • Llanto débil
  • Mala alimentación o succión débil o nula
  • Midriasis
  • Dificultad respiratoria
  • Lucidez mental a pesar de la debilidad

Diagnóstico

Se realizan exámenes de contenido gástrico y materia fecal. El hallazgo de toxina en sangre es poco frecuente. Una vez realizada una encuesta alimentaria para establecer cuál podría ser el alimento sospechoso, se efectúa el análisis del mismo para determinar si contiene toxina botulínica y a que tipo pertenece.

Tratamiento

El tratamiento esta dirigido a la asistencia respiratoria (para evitar un paro respiratorio), administrando la antitoxina botulínica equina trivalente ABE para neutralizar el efecto de la toxina circulante y aplicando una terapia de soporte. Puede ser necesario intubar al paciente y es necesario administrar líquidos intravenosos si persiste la dificultad de deglución.

Complicaciones y pronóstico clínico

Cuando el tratamiento es recibido tempranamente se reduce el riesgo de muerte. Esta enfermedad puede complicarse produciendo una debilidad prolongada además de una disfunción del sistema nervioso que puede prolongarse hasta un año. Se cree que en los lactantes hay aproximadamente un 5% de mortalidad, pero esto no está fehacientemente establecido.

Prevención

Para evitar esta enfermedad los enlatados comerciales están obligados a someterse a Normas Tecnológicas estrictas que varían según el producto, su composición y envase. Temperaturas de 121 ° C (250 ° F) durante los minutos establecidos en dichas Normas, pueden asegurar una correcta esterilización. Las personas que envasan alimentos en casa deben seguir procedimientos estrictos de higiene para reducir la contaminación de los alimentos especialmente con bajo contenido ácido, como el zumo de zanahoria, espárragos, judías verdes, pimientos morrones, berenjenas, champiñones, remolacha, maíz, etc. Aunque se considera que siempre que resulte factible, es mejor desalentar la elaboración de conservas caseras por los problemas que acarrean al no aplicarse la tecnología correcta. Los aceites infundidos con ajo o hierbas deben refrigerarse. En general a los consumidores se recomienda tener precauciones con alimentos enlatados o conservados, no comer alimentos provenientes de latas hinchadas ni abolladas o latas caseras mal cerradas con aire ni embutidos de dudosa procedencia. Igualmente se deben tomar todas las medidas de asepsia o antisepsia para evitar la contaminación de heridas y en caso de uso de la botulina para tratar las arrugas o para tratar enfermedades neuromusculares se debe verificar que el producto usado sea el adecuado, es decir el autorizado con ese propósito, así como la idoneidad de quien lo aplica.[4]

Referencias

  1. FDA Law Enforcers Crack Down on Illegal Botox Scammers [1]
  2. a b Ledermann, Walter (2003). «Historia del Clostridium botulinum». Rev Chil Infect (aniversario): 39-41. Consultado el 15 de octubre de 2013. 
  3. Heymann, David L. El control de las enfermedades transmisibles. American Public Health Association, Organización Panamericana de la Salud, 2005. ISBN 92-75-31613-9, 9789275316139
  4. Botulismo, prevención. THE MEDICAL NEWS[2]

Enlaces externos