Inca

Emperador inca es el término usado para referirse a los gobernantes del Imperio inca.

Una de las cualidades más notables del Imperio era su altamente organizado gobierno, centralizado en el Cusco, la capital, donde el emperador vivía.

La mascaipacha, corona imperial

La mascaipacha era la corona imperial que declaraba el imperio de un nuevo Inca al fallecer el antecesor. Sólo el Huillaq Uma (cabeza que habla), sumo sacerdote del Imperio, tenía el poder para ceñirla al auqui, el príncipe heredero. Se sabe, también, que llevaba el cabello corto, para diferenciarse de los súbditos.

Además del Inca, existía un jefe ejecutivo del estado, gobernado por un consejo gentilicio quien lo elegía, motivo por el cual prácticamente no tenía iniciativa propia. Este jefe ejecutivo tenía que encargarse de llevar la buena marcha del Imperio, pero no gobernaba: algo así como el mayordomo de palacio de algunas cortes europeas. Junto a él y casi con igual poder, estaba el Huillaq Uma, quien actuaba como presidente del consejo y reemplazaba al Inca en su ausencia.

En el derecho del Imperio Inca, nunca codificado (hasta donde se sabe) pero existente, la mascaipacha era el único símbolo de poder imperial, poder que otorgaba el gobierno del Reino del Cusco (que existía desde los tiempos del legendario Manco Cápac) y el gobierno sobre los territorios conquistados (el Imperio mismo, otras palabras). Es decir, el Sapa Inca era a la vez Rey del Cusco y Emperador del Tahuantinsuyo.

Títulos imperiales

El título más genérico fue Inca Cápac (el poderoso entre los seres) pero además tenía otros como:

• Sapa Inca (único ser, con la connotación de el más importante de los seres).
• Cápac Apu (divinidad principal)

A partir de Pachacútec (hacia 1440), los emperadores incas ostentaron también el título de Intipa Churin (hijo del Sol).

La historiografía suele referírsele sólamente como el Inca, pero éste es una reducción de éstos títulos, ya que en quechua la palabra inca que significa ser.

Capaccuna (lista de emperadores incas)

La lista oficial de gobernantes del Imperio Inca es actualmente llamada Capaccuna (de inka qhapaqkuna, los poderosos entre los seres). Se ha especulado algunas veces que existieron más gobernantes de los que ésta acepta y que varios fueron borrados de la historia oficial del Imperio por distintos motivos, pero estas tesis carecen de fundamento. Es muy improbable que hubiera Incas no listados en la capaccuna por alguna razón. En total, los Incas fueron 12, agrupados en dos dinastías: Bajo Cusco (Hurin Cusco) y Alto Cusco (Hanan Cusco).

Dinastía Hurin Cusco

• Manco Cápac
• Sinchi Roca
• Lloque Yupanqui
• Mayta Cápac
• Cápac Yupanqui

Dinastía Hanan Cusco

• Inca Roca
• Yáhuar Huácac
• Huiracocha
• 1438 - 1471 ~ Pachacútec
• 1471 - 1493 ~ Túpac Yupanqui
• 1493 - 1525 ~ Huayna Cápac
• 1525 - 1532 ~ Huáscar

¿Fue Atahualpa un Inca?

Atahualpa, hijo menor de Huayna Cápac Inca Yupanqui, gobernó de facto el Imperio Incaico entre 1532 y 1533. Dado que gobernó, en efecto, el Tahuantinsuyo, habiendo depuesto y asesinado al legítimo Sapa Inca (que era Huáscar Inca Yupanqui), y que justo en su mandato llegaron los conquistadores, es lógico preguntarse si Atahualpa ha sido Sapa Inca o no.

Huayna Cápac, que tenía dos hijos favoritos, el auqui Huáscar y Atahualpa, había pensado no dejar desamparado de poder a ninguno de ellos. Para conseguir su propósito, había dispuesto que si bien la mascaipacha le sería ceñida a Huáscar por ser el auqui del Imperio, su hijo menor Atahualpa sería sinchi (gobernador de un suyo) del Chinchaysuyo, teniendo como sede de su gobierno regional a Quito, ciudad que el Inca quería mucho.

Al morir Huayna Cápac, todo se dispuso como él lo había ordenado. Así, a Huáscar le fue ceñida la mascaipacha como nuevo Sapa Inca, convirtiéndose así en Huáscar Inca Yupanqui y a Atahualpa se le hizo sinchi del Chinchaysuyo, con sede en Quito. Pero Atahualpa tenía otros planes para sí mismo y para su hermano. Poco a poco inició una conspiración que llevó a dividir a los generales del ejército inca en dos bandos: uno a favor de Huáscar (los huascaristas) y uno a favor de Atahualpa (los atahualpistas). Así, ambos bandos de generales, cada cual con su ejército y con su líder, protagonizaron una cruenta guerra civil que comenzó a principios del año 1528.

En esas desgraciadas circunstancias (varios años ya de guerra civil), llegaron los primeros conquistadores a las costas del Perú (año 1532). Ya en ese entonces, el bando atahualpista iba ganando la guerra civil, y Atahualpa había logrado ya encarcelar a su hermano Huáscar, el legítimo Sapa Inca.

En el momento de producirse el primer contacto entre la nobleza inca y los conquistadores (mediados de 1533), éstos ya habían estudiado la situación: no era difícil conquistar un inmenso imperio que cargaba con una guerra intestina. Se entrevistaron con Huáscar, quien llegó a creer que los españoles eran enviados del Inti (el dios Sol), que venían en su apoyo (cabe señalar que los españoles hicieron acopio de falta de escrúpulos para hacerle creer que así eran las cosas). De esta manera, al explicarle que ellos también tenían un rey (sapa inca, como le dijeron), Huáscar inmediatamente reconoció a Carlos I de España como Señor Natural (a decir del derecho español: título jurídico muy usado en aquel entonces para indicar primacía de un gobernante sobre otro).

De esta forma, tanto desde el punto de vista del derecho español como del punto de vista del derecho incaico (que, como se señaló anteriormente, no estaba codificado hasta donde se sabe pero existía), Huáscar Inca Yupanqui, Sapa Inca en funciones del Tahuantinsuyo, se declaraba súbdito de Carlos I de España, otorgándole el título de Sapa Inca Carlos, naturalmente sin reconocer a su usurpador hermano como Inca.

Así las cosas desde los aspectos militares y jurídicos, ocurrió el asesinato de Huáscar Inca Yupanqui a manos de Atahualpa, enterado éste ya de lo ocurrido con la sucesión en el gobierno del Imperio.

Posteriormente, aconteció el tan citado y conocido encuentro del conquistador Francisco Pizarro con Atahualpa en Cajamarca, donde éste tiró la Biblia al suelo una vez que fray Valverde se la había entregado como instrumento de la nueva fe que el Imperio debía aceptar. Luego de la escaramuza acaecida a continuación, es historia que Pizarro mandó encarcelar a Atahualpa, disponiendo más tarde (noviembre de 1533) su ejecución.

Por consiguiente, la sucesión natural del gobierno del Tahuantinsuyo excluye a todas luces a Atahualpa, gobernante del Imperio por la fuerza, y que más bien crea un vínculo entre Huáscar Inca Yupanqui, último Sapa Inca del Tahuantinsuyo y Carlos I de España, primer Emperador del Perú.

Por esta razón, y por el hecho de que nunca llegó a serle ceñida la mascaipacha, el único símbolo del poder imperial, Atahualpa no forma parte de la capaccuna. Por tanto, es impropio llamarle Inca, Sapa Inca, o emperador, como algunas suele hacerse. Por lo mismo, tampoco es dable escribir el nombre de Atahualpa con el blasón patronímico Inca Yupanqui que llevaron los gobernantes a partir de Pachacútec. En pocas palabras, Atahualpa no fue Inca, ni debe incluírsele en la capaccuna.

Por el contrario, debido al asesinato de su hermano Huáscar, legítimo Sapa Inca en funciones, ha de titulársele más bien como usurpador o auca (traidor).

Los Incas de Vilcabamba

Entre 1534 y 1570 se estableció un grupo de resistencia anticolonial, llamados incas de Vilcabamba, cuatro en total, que no ostentaron un poder político real.

Ver

• Chinchero
• Civilización Inca
• Cusco
• Imperio Inca
• Mitología inca
• Los incas de Vilcabamba (Incario Teorico)
• Lista de artículos relacionados con Perú