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Si el zorro no tiene un motivo adecuado para su conducta, estará bajo arresto y se le castigará inmediatamente. Si usted vacila en tomar una acción con este tema, ordenaré la destrucción de cada zorro en el país. Cualquier otro asunto que se le desee informar o en referencia a lo que haya ocurrido, puede preguntar al sumo sacerdote de [[Yoshida (Shizuoka)|Yoshida]].<ref>Hall. ''Half Human''. 137</ref>}}
Si el zorro no tiene un motivo adecuado para su conducta, estará bajo arresto y se le castigará inmediatamente. Si usted vacila en tomar una acción con este tema, ordenaré la destrucción de cada zorro en el país. Cualquier otro asunto que se le desee informar o en referencia a lo que haya ocurrido, puede preguntar al sumo sacerdote de [[Yoshida (Shizuoka)|Yoshida]].<ref>Hall. ''Half Human''. 137</ref>}}


[[Image:Tamamo-no-mae-woodblock.jpg|right|thumb|[[Tamamo-no-Mae]], un legendario kitsune que ha aparecido en obras de [[noh]] y [[kyogen]]. Pintado por [[Yoshitoshi]].]]
[[Image:Tamamo-no-mae-woodblock.jpg|right|thumb|250px|[[Tamamo-no-Mae]], un legendario kitsune que ha aparecido en obras de [[]] y [[kyogen]]. Pintado por [[Yoshitoshi]].]]

Los kitsune mantienen sus promesas y se esfuerzan por pagar cualquier favor. Ocasionalmente un kitsune se enfoca especialmente a una persona o familia, donde ellos pueden causar toda clase de travesuras. En una historia del siglo XII, sólo el dueño de la casa amenaza con exterminar los zorros persuadiéndolos a comportarse bien. El patriarca de los kitsune apareció en los sueños del hombre:

{{cita|"Mi padre vivió aquí antes que yo, señor, y ahora yo tengo muchos hijos y nietos. Ellos hacen muchas travesuras, estoy asustado, y yo siempre les pido detenerse, pero ellos no prestan atención. Y ahora, señor, usted razonablemente nos ha alimentado. Yo consigo que usted nos mate a todos. Pero solo quiero que sepa, señor, cuanto lo lamento que este sea nuestra última noche con vida. ¿No podría perdonarnos, una vez más? Si nosotros creamos problemas otra vez, entonces usted podrá hacer lo que mejor convenga. Por los jóvenes, señor — estoy ''seguro'' que ellos entenderán cuando yo les explique por qué usted está tan alterado. Haremos cualquiera cosa, nosotros podemos protegerlo de ahora en adelante, si sólo nos perdona, ¡y estaremos seguros que usted sabe que cualquiera cosa buena puede ocurrir!"<ref>Tyler 114–5.</ref>}}

Otros kitsune usan sus poderes mágicos para el beneficio de su compañero o huéspedes mientras el ser humano lo trate con respeto. Como ''yōkai'', sin embargo, los kitsune no comparten la moralidad humana, y un kitsune está establecido en una casa a su estilo, por ejemplo, se lleva el dinero del huésped o artículos que han sido robados de las casas vecinas. Como consecuencia, las familias comunes pensaban que los kitsune protegidos son tratados con sospecha.<ref>Hearn. ''Glimpses''. 159-161</ref> Extrañamente, las familias de samurai tenían privilegios de compartir la misma disposición que los kitsune, pero estos


==Su presencia en la cultura popular==
==Su presencia en la cultura popular==

Revisión del 01:08 20 feb 2007

El Príncipe Hanzoku, aterrorizado por un zorro de nueve colas. Impresión de Utagawa Kuniyoshi (siglo XIX).

Kitsune (?) (Pronunciación) es una palabra del idioma japonés que significa zorro. Son un elemento importante dentro del folklore japonés; ya que tradicionalmente la palabra se emplea para nombrar al espíritu del bosque con forma de zorro. Según la mitología japonesa, son seres inteligentes que poseen abilidades mágicas y que incrementan con el paso de la edad y su adquisición de conocimientos y también son protectores de los bosques y las aldeas.

Entre sus poderes más sobresalientes se encuentran la capacidad de adoptar la forma humana, similar a la de una mujer joven. En algunos cuentos tradicionales, al kitsune se le observa como un ser que aprovecha su metamorfosis para hacer travesuras con las personas, de la misma manera que el comportamiento de los zorros en el folklore; otras historias relatan al kitsune como guardianes fieles, amigas, amantes y esposas.

Los zorros y los humanos vivían en armonía en el Antiguo Japón; este compañerismo resultó en la aparición de leyendas acerca de los zorros. El kitsune está estrechamente asociado como mensajeros y sirvientes del dios Shinto (kami) Inari, dios de la fertilidad, de la agricultura, del arroz y de los zorros. Con este rol, el poder sobrenatural de los zorros adquiere mayor fuerza.

Adicionalmente, la edad, la sabiduría y el poder de un kitsune era mayor a medida que aumentaba el número de colas, siendo el más poderoso el kitsune de nueve colas. Debido a este poder potencial, las personas realizan ofrendas como si fuera una deidad.

Origen

Un zorro de nueve colas, tomado del libro Shan Hai Jing de la China Qing. El espíritu del zorro o huli jing del folklore chino es similar al kitsune.

Existe un debate acerca del origen de los mitos del kitsune, algunos decantan en fuentes extranjeras o en ideas indígenas japonesas alrededor del siglo V adC. Es ampliamente conocido que algunos mitos de los zorros pueden ser encontrados en China, Corea o la India. Muchas de estas primeras historias están registradas en el Konjaku Monogatari, una colección del siglo XI de narraciones chinas, indias y japonesas.[1]​ Las historias folklóricas chinas relatan acerca del huli jing, un espíritu de zorro parecido al kitsune y que posee nueve colas. En Corea existe el kumiho (zorro de nueve colas), una criatura mitológica que llegaba a vivir los mil años. Existen diferencias, como por ejemplo el kumiho es visto como un ser maligno, opuesto a su contraparte japonesa. No obstante, eruditos como Ugo A. Casal sugieren que las similitudes muestran que los mitos de los zorros tuvieron origen de fuentes indias como el Hitopadesha y que estas se esparcieron a China y Corea, y en última instancia a Japón.[2]

En contraste, el folklorista japonés Kiyoshi Nozaki argumenta que el kitsune japonés adquirió atributos positivos alrededor del siglo IV; y que solamente en China y Corea se presentaron atributos negativos.[3]​ Estima que, en base a una colección de libros del siglo XVI llamado Nihon Ryakki, los zorros y los humanos vivían muy correlacionados en el antiguo Japón, y que dio como resultado la aparición de leyendas indígenas acerca de los kitsune.[4]​ La investigadora Karen Smyers, una investigadora del dios Inari, menciona que la idea del zorro como un ser seductor ante el ser humano y la conexión de los mitos del zorro en el budismo, fueron introducidos al folklore japonés a través de las historias chinas, pero sostiene que algunas historias de zorros contienen elementos únicos en Japón.[5]

Etimología

Japón es hogar de dos subespecies de zorro rojo: el zorro de Hokkaido (Vulpes vulpes schrencki, en la imagen), y el zorro rojo japonés (Vulpes vulpes japonica).

Según Nozaki, la palabra kitsune fue originalmente una onomatopeya.[4]Kitsu representaba al aullido del zorro y dio como significado a la palabra zorro. Ne es una expresión afectiva, en la que Nozaki lo toma como evidencia de una tradición establecida y de origen propio de la benevolencia del zorro en el folklore japonés.[3]Kitsu es ahora un arcaísmo, ya que en el japonés moderno el aullido del zorro es representado como kon kon o gon gon.

Una de las historias más antiguas que se conoce acerca de los kitsune explicaba la etimología popular más conocida para la palabra kitsune, no obstante en la actualidad es falsa.[6]​ A pesar que la mayoría de las historias de los kitsune que se transformaban en humanos y se casaban con varones, esta historia en particular no terminaba de manera trágica:[7][8]

Ono, un habitante de Mino (tomado de una antigua leyenda japonesa del 545), pasaba las estaciones buscando su ideal de belleza femenina. Una tarde la conoció en un vasto páramo y se casó con ella. Simultáneamente con el nacimiento de su hijo, Ono adquirió un cachorro de perro y a medida que crecía se volvía más y más hostil con la mujer del páramo. Ella suplicó a su esposo a que lo matara, pero él se negó. Un día el perro la atacó con tanta furia que ella perdió el coraje, se convirtió en un zorro, saltó el cerco y huyó.

"Tu puedes ser un zorro", Ono le respondía, "pero eres la madre de mi hijo y yo te amo. Regresa cuando puedas; tú siempre serás bienvenida".

Así cada tarde ella se escabulliría a la casa y dormía en sus brazos.[6]

Como el zorro regresaba a donde su esposo cada noche como una mujer, pero abandonaba en la mañana como un zorro, ella es llamada Kitsune. En japonés clásico, kitsu-ne significa "venir y dormir" y ki-tsune significa "venir siempre".[8]

Características

Estatua de un kitsune en el santuario de Inari; cercano al templo budista de Todai-ji en Nara, Japón

Los kitsune son conocidos por poseer una inteligencia superior, una larga vida y poderes mágicos. Son un tipo de yōkai, o entidad espiritual, y la palabra kitsune es a veces traducido como "espíritu de zorro". Sin embargo, esto no quiere decir que los kitsune sean fantasmas, ni tampoco que sean fundamentalmente diferentes a los zorros comunes. La palabra "espíritu" es usado para reflejar un estado de conocimiento o iluminación, ya que todos los zorros con larga vida adquieren poderes sobrenaturales.[5]

Existen dos clases comunes de kitsune. Los myōbu son zorros benevolentes y celestiales asociados con el dios Inari; ellos son simplemente llamados como zorros de Inari. En cambio, los nogitsune (literalmente, "zorros de campo"), son salvajes, tienden a ser traviesos e inclusive malvados.[9]​ Las tradiciones locales añaden otras clases de kitsune.[9]​ Por ejemplo, un ninko es un espíritu de zorro invisible que los humanos sólo podían percibirlo cuando eran poseídos por ellos. Otra tradición clasifica a los kitsune en trece tipos definidos por la clase de habilidades sobrenaturales que posea el kitsune.[10][11]

Físicamente, los kitsune sobresalen por su cantidad de colas, que llegan a tener hasta nueve colas.[12]​ Generalmente, un gran número de colas indica a un zorro más longevo y más poderoso; de hecho, algunas narraciones populares mencionan que un zorro tendrá colas adicionales cuando haya alcanzado los mil años.[13]​ En las historias son comunes los kitsune de una, cinco, siete y nueve colas.[14]​ Cuando un kitsune obtiene su novena cola, su pelaje se vuelve blanco o dorado.[12]​ Los zorros de nueve colas o kyūbi no kitsune tienen la habilidad de ver y oír cualquier suceso que ocurra en el mundo. Otras historias le atribuyen sabiduría infinita, escencialmente omnisciente.[15]

Un obake karuta (tarjeta de monstruos) de comienzos del siglo XIX mostrando un kitsune. El juego involucraba comparar pistas de historias folklóricas a cada dibujo de la criatura.

Un kitsune puede tomar la forma humana, una habilidad que se aprende a cierta edad — usualmente a los 100 años, aunque otras historias mencionan que a los 50 años.[13]​ Como un prerrequisito para la transformación, el zorro se debe poner juncos, una hoja de gran tamaño o una calavera sobre su cabeza.[16]​ Las formas que puede asumir el kitsune son de mujeres hermosas, chicas jóvenes o de hombres ancianos. Estas formas no estaban limitadas por la edad o por el género del zorro,[5]​ inclusive un kitsune puede duplicar la apariencia de una persona en específico.[17]​ Los kitsune son particularmente conocidos por convertirse en bellas mujeres. Había una creencia popular en el Japón medieval en la que si se encontraba una mujer solitaria, especialmente al anochecer o durante la noche, podía ser un zorro.[18]

En algunas historias, los kitsune tienen dificultad en esconder sus colas cuando se transforman en seres humanos; la aparición de la cola, cuando el zorro se emborrachaba o se descuidaba, es una forma habitual de descubrir la verdadera identidad de la criatura.[19]​ Otras formas de descubrir la identidad de los kitsune eran que como seres humanos aún tenían rasgos parecidos al zorro, también les cubre un pelaje fino, tienen una sombra en forma de zorro, o su propio reflejo revelaba su identidad.[20]​ El término kitsune-gao (literalmente "cara de zorro") se refiere a las mujeres humanas que tienen una cara angosta con ojos muy juntos, cejas delgadas y pómulos salientes. Tradicionalmente, esta estructura facial es considerada atractiva, y en algunas historias se le atribuyen a los zorros con forma humana.[21]​ Los kitsune tienen fobia y desprecio a los perros, inclusive en su forma humana, y algunos se turban ante su presencia al punto que se convierten en zorros y huyen. También una persona devota puede ser capaz de ver la identidad del zorro inmediatamente.[22]

Una historia popular ilustra estas imperfecciones en los kitsune convertidos en humanos; relataba acerca de Koan, un personaje histórico que poseía la sabiduría y los poderes mágicos como vidente. Según esta historia, él estaba en la casa de uno de sus devotos cuando se quemó su pie al entrar al baño debido a que el agua estaba muy caliente. Entonces, "en su angustia, él se escapó del baño desnudo. Cuando la gente de la casa lo vio, ellos estaban pasmados cuando observaron que Koan poseía un pelaje que cubría gran parte de su cuerpo y le sobresalía una cola de zorro. Entonces Koan se transformó en frente de ellos, convirtiéndose en un zorro anciano y huyó."[23]

Otras abilidades sobrenaturales que se le atribuyen comúnmente al kitsune incluyen la posesión, la aparición de fuego o luz en la boca o en las colas (son conocidos como kitsune-bi; literalmente "zorro de fuego"), la manifestación voluntaria en los sueños de otros, la capacidad de volar, invisibilidad, y creación de ilusiones bien elaborados que son casi indistinguibles de la realidad.[20][16]​ En algunas historias se menciona al kitsune con poderes más grandiosos, como curvar el tiempo y el espacio, volver locas a las personas, o tomar formas fantásticas como un árbol de considerable altura o una segunda luna en el cielo.[24][25]​ Otros kitsune tienen características similares a los vampiros o los súcubos y se alimentan de la energía vital o del espíritu de los seres humanos, generalmente a través del contacto sexual.[26]

Kitsunetsuki

El dios Inari (izquierda) y sus sirvientes zorro (al fondo) ayudan al herrero Munechika (derecha) a forjar la espada ko-kitsune-maru (Pequeño Zorro) al final del siglo X. La leyenda es el argumento del drama Sanjo Kokaji.

El kitsunetsuki (狐憑き o 狐付き?) literalmente significa "el estado de estar poseído por un zorro". La víctima es principalmente una mujer joven, en la que el zorro entra debajo de sus uñas o a través de sus senos.[27]​ En algunos casos, la expresión facial de la víctima cambia de una forma que es parecida a la de un zorro. La tradición japonesa menciona que la posesión de un zorro puede hacer que si la víctima es analfabeta tenga la habilidad temporal de leer.[28]

El folklorista Lafcadio Hearn describe la condición de ser poseído por un kitsune en su primer volumen de su libro Glimpses of Unfamiliar Japan:

Es extraña la locura de éstos cuando los zorros demonio se introducen. Algunas veces ellos corren chillando a través de las calles. Algunas veces ellos se acuestan y les sale espuma en la boca, y aullan como zorros. Y en una parte del cuerpo del poseído aparece sobre la piel una protuberancia que se mueve, y que se nota que tiene vida propia. Si se lo pincha con una aguja, éste se desliza a otro lugar. Si no se puede agarrar, debe ser tomado con firmeza con una mano fuerte y que no se escape entre los dedos. Las historias de posesión indican que hablan y escriben en idiomas que ellos no conocían antes de ser poseídos. Ellos comen sólo lo que les gustan los zorros — tofu, aburagé, azukimeshi, etc. — y ellos comen bastante, alegando que no son ellos, pero los zorros posesionados, son hambrientos.[29]

Cabe anotar, que al liberarse de la posesión, la víctima no será capaz de comer tofu, azukimeshi, u otra comida que le agrade a los zorros.

El exorcismo, a veces realizado en un santuario de Inari, puede inducir a un zorro a abandonar su huésped.[30]​ En el pasado, cuando no era posible el exorcismo con métodos benevolentes o si no estaba un monje, las víctimas del kitsunetsuki eran golpeados o quemados para forzar el abandono del espíritu. Familias enteras eran condenadas al ostracismo en sus comunidades si tenían a un miembro de la familia poseído por un zorro.[29]

En Japón, el kitsunetsuki era considerado una enfermedad desde la era Heian y permaneció como un diagnóstico común de una enfermedad mental hasta comienzos del siglo XX.[31][32]​ La posesión fue la explicación para la conducta anormal mostrada para las aflicciones individuales. A finales del siglo XIX, el doctor Shunichi Shimamura afirmó que las enfermedades físicas que causaban fiebre eran a veces considerados kitsunetsuki.[33]​ La creencia había perdido apoyo, pero las historias de posesiones por zorro aún aparecían en los periódicos y en los medios de comunicación. Una de las más conocidas involucraba afirmaciones de que los miembros del culto Aum Shinrikyo estaban poseídos.[34]

En la medicina, el kitsunetsuki es una psicosis étnica única en la cultura japonesa. Aquellos que sufren la condición creen que son poseídos por un zorro.[35]​ Los síntomas incluyen ansias por el arroz o frijoles rojos dulces, apatía, inquietud y aversión al contacto de ojos. El kitsunetsuki es similar pero distinto de la licantropía clínica.[36]

Hoshi no tama

Un grupo de kitsune comunes reunidos con un grupo de kitsune-bi (zorros de fuego) cerca de Edo. Pintura de Hiroshige (siglo XIX).

Las descripciones de los kitsune o de sus víctimas poseídas pueden hacer aparecer esferas blancas redondas o de forma similar a la cebolla, llamadas hoshi no tama (esferas de estrella). Las leyendas describen que resplandecen con los kitsune-bi o zorros de fuego.[37]​ Algunas historias las identifican como joyas o perlas mágicas.[38]​ Cuando no están en su forma humana o en una posesión con un humano, un kitsune mantiene el hoshi no tama en su boca o lo lleva en su cola.[13]​ Las joyas son un símbolo que identifica al dios Inari, y las representaciones de los zorros sagrados de Inari sin su hoshi no tama son raros.[39]

Existe una creencia cuando un kitsune cambia de forma, su hoshi no tama toma una porción de su poder mágico. Otra leyenda es que la perla representa el alma del kitsune; el kitsune moriría si se le separa de él por mucho tiempo. Los que obtienen la esfera pueden ser capaces de obtener una promesa al kitsune a cambio de devolver la esfera al zorro.[40]​ Por ejemplo, una historia del siglo XII describe a un hombre usando un hoshi no tama de un zorro para pedir un favor:

"¡Maldición!" deliró el zorro. "¡Regrésame mi esfera!" El hombre ignoró su suplica hasta que finalmente el zorro dijo llorosamente: "Está bien, tu tendrás la esfera, pero tu no sabrás como mantenerlo. No será nada agradable para tí. Para mí, será una perdida terrible. Te diré, que si no me lo das de vuelta, seré tu enemigo por siempre. Si tu me lo das, yo seré para tí como un dios protector."

El zorro después salva su vida después de encontrarse con un grupo de bandidos armados.[41]

Interpretación

Sirvientes de Inari

El dios Inari representado como una guerrera. Esta descripción muestra la influencia de la diosa menor budista Dakiniten. Pintura de Utagawa Kuniyoshi.

Los kitsune son asociados con Inari, el dios Shinto del arroz.[42]​ Esta asociación refuerza la significancia de los poderes especiales del zorro.[43]​ Originalmente, los kitsune eran mensajeros de Inari, pero la relación entre ambos ahora es tan confusa que Inari a veces es mostrado como un zorro. Asimismo, santuarios enteros son dedicados al kitsune, donde los devotos rinden con ofrendas.[9]​ Los espíritus de zorro están interesados particularmente con una especie de tofu frito en rebanadas llamado aburaage, que se encuentra en el kitsune udon y kitsune soba. Igualmente el inarizushi es un tipo de sushi que tomó el nombre de Inari y que consiste en sacos de tofu frito rellenado con arroz.[44]​ Existe una especulación entre los folkloristas de que existió otra deidad zorro Shinto en el pasado. Los zorros han sido adorados como kami.[45]

Los kitsune de Inari son blancos, un color de buen presagio.[9]​ Ellos poseen el poder de ahuyentar el mal, y a veces sirven como guardianes espirituales. Además de proteger los santuarios de Inari, ellos son invocados para intervenir en nombre de los lugareños y particularmente para ayudar contra los problemáticos nogitsune. Los zorros negros y los zorros de nueve colas también son considerados buenos presagiadores.[19]

Según las creencias derivadas del fusui (feng shui), el poder del kitsune que ejerce sobre el mal puede representarse en una estatua de zorro que puede disipar la energía o kimon maligno que fluye desde el noreste. En muchos santuarios de Inari, desde el famoso santuario Fushimi Inari en Kioto, existen dichas estatuas, en ocasiones en grandes números.

Los kitsune están conectados con el budismo a través de Dakiniten, una diosa menor que se combina con el aspecto femenino de Inari. Dakiniten es representada como un bodhisattva femenino portando una espada y cabalgando un zorro volador de color blanco.[46]

Embaucadores

El santuario Fushimi Inari en Kioto posee numerosas estatuas de kitsune

Los kitsune en ocasiones se presentan como embaucadores, con variaciones que llevan desde seres traviesos hasta malévolos. Las leyendas cuentan que los kitsune traviesos atacaban a los samurai demasiado orgullosos, comerciantes codiciosos y plebeyos pretenciosos, mientras que los más malvados abusaban de los comerciantes pobres y granjeros o sobre los monjes budistas devotos. Sus víctimas eran usualmente varones; ya que a las mujeres eran poseídas.[18]​ Por ejemplo, los kitsune idean usar los kitsune-bi para llevar a los viajeros por un camino errado como una forma de fuego fatuo.[47][48]​ Otra táctica del kitsune es confundir a su objetivo con ilusiones o visiones.[18]​ Otro truco usado por los kitsune embaucadores incluyen la seducción, robo de comida, humillación del arrogante o venganza con insultos.

Existe un juego tradicional llamado kitsune-ken (puño del zorro) que da testimonio del poder del kitsune sobre los seres humanos. El juego es similar al piedra, papel o tijeras, pero las tres posiciones de la mano significan un zorro, un cazador y un jefe de la villa. El jefe de la villa gana al cazador, quien lo supera en rango; el cazador gana al zorro, quien lo dispara; el zorro gana al jefe de la villa, quien lo hechiza.[49][50]

Estas descripciones ambiguas, junto con su reputación para los vengativos, motivaron a las personas a descubrir los motivos de la problemática de los zorros. En un caso, Toyotomi Hideyoshi, quien fue el daimyo que unificó Japón a finales del siglo XVI, escribió una carta al dios Inari:

A Inari Daimyojin,

Mi señor, tengo el honor de informarle que uno de los zorros que está bajo su jurisdicción ha hechizado a uno de mis sirvientas, causándola a ella y a otros una serie de problemas. Hago el favor para que tome unos minutos en consultar el tema, y procure encontrar la razón de por qué su súbdito se comporta mal y me haga conocerla.

Si el zorro no tiene un motivo adecuado para su conducta, estará bajo arresto y se le castigará inmediatamente. Si usted vacila en tomar una acción con este tema, ordenaré la destrucción de cada zorro en el país. Cualquier otro asunto que se le desee informar o en referencia a lo que haya ocurrido, puede preguntar al sumo sacerdote de Yoshida.[51]

Tamamo-no-Mae, un legendario kitsune que ha aparecido en obras de y kyogen. Pintado por Yoshitoshi.

Los kitsune mantienen sus promesas y se esfuerzan por pagar cualquier favor. Ocasionalmente un kitsune se enfoca especialmente a una persona o familia, donde ellos pueden causar toda clase de travesuras. En una historia del siglo XII, sólo el dueño de la casa amenaza con exterminar los zorros persuadiéndolos a comportarse bien. El patriarca de los kitsune apareció en los sueños del hombre:

"Mi padre vivió aquí antes que yo, señor, y ahora yo tengo muchos hijos y nietos. Ellos hacen muchas travesuras, estoy asustado, y yo siempre les pido detenerse, pero ellos no prestan atención. Y ahora, señor, usted razonablemente nos ha alimentado. Yo consigo que usted nos mate a todos. Pero solo quiero que sepa, señor, cuanto lo lamento que este sea nuestra última noche con vida. ¿No podría perdonarnos, una vez más? Si nosotros creamos problemas otra vez, entonces usted podrá hacer lo que mejor convenga. Por los jóvenes, señor — estoy seguro que ellos entenderán cuando yo les explique por qué usted está tan alterado. Haremos cualquiera cosa, nosotros podemos protegerlo de ahora en adelante, si sólo nos perdona, ¡y estaremos seguros que usted sabe que cualquiera cosa buena puede ocurrir!"[52]

Otros kitsune usan sus poderes mágicos para el beneficio de su compañero o huéspedes mientras el ser humano lo trate con respeto. Como yōkai, sin embargo, los kitsune no comparten la moralidad humana, y un kitsune está establecido en una casa a su estilo, por ejemplo, se lleva el dinero del huésped o artículos que han sido robados de las casas vecinas. Como consecuencia, las familias comunes pensaban que los kitsune protegidos son tratados con sospecha.[53]​ Extrañamente, las familias de samurai tenían privilegios de compartir la misma disposición que los kitsune, pero estos

Se han escrito muchas ficciones sobre los Kitsune. una de ellas se encuentra en el anime de Sonic The Hedgehog, donde uno de los personajes es un inteligente zorrito de dos colas personificado como un niño pequeño y conocido como Miles "Tails" Prower.

Al parecer, en el videojuego de Nintendo 64 The Legend of Zelda: Majora's Mask, aparecen unos personajes, los keaton, basados en los kitsune.

El Kyubi mencionado antes aparece en la serie de anime y manga de Naruto.

También en la serie de Pokemon, hay dos pokemon's, llamados Vulpix (zorrito de 5 colas) y ninetails (evolución de Vulpix, y zorro de 9 colas con longevidad de más de 1000 años), basados de los kitsune.

En el manga Inuyasha uno de los protagonistas, Shipo, es un Kitsune.

Notas

  1. Goff, Janet. "Foxes in Japanese culture: beautiful or beastly?" Japan Quarterly 44:2 (Abril-Junio 1997).
  2. Johnson, T.W. "Far Eastern Fox Lore". Asian Folklore Studies 33:1 (1974) 35-68
  3. a b Nozaki, Kiyoshi. Kitsune — Japan's Fox of Mystery, Romance, and Humor. Tokyo: The Hokuseidô Press, 1961. 5
  4. a b Nozaki. Kitsune. 3
  5. a b c Smyers, Karen Ann. The Fox and the Jewel: Shared and Private Meanings in Contemporary Japanese Inari Worship. Honolulu: University of Hawaii Press, 1999. 127-128
  6. a b Hamel, Frank. Human Animals: Werewolves & Other Transformations. New Hyde Park, N.Y.: University Books, 1969. 89
  7. Goff. "Foxes". Japan Quarterly 44:2
  8. a b Smyers. The Fox and the Jewel. 72
  9. a b c d Hearn, Lafcadio. Glimpses of Unfamiliar Japan. Project Gutenberg e-text edition, 2005. 154
  10. Hall, Jamie. Half Human, Half Animal: Tales of Werewolves and Related Creatures. Bloomington, Indiana: Authorhouse, 2003. 139
  11. Nozaki. Kitsune. 211-212
  12. a b Smyers. The Fox and the Jewel. 129
  13. a b c Hamel. Human Animals. 91
  14. «Kitsune, Kumiho, Huli Jing, Fox» (html). 28 de abril de 2003. Consultado el 14 de diciembre de 2006. 
  15. Hearn. Glimpses. 159
  16. a b Nozaki. Kitsune. 25-26
  17. Hall. Half Human. 145
  18. a b c Tyler xlix.
  19. a b Ashkenazy, Michael. Handbook of Japanese Mythology. Santa Barbara, California: ABC-Clio, 2003. 148
  20. a b Hearn. Glimpses. 155
  21. Nozaki. Kitsune. 95, 206
  22. Heine, Steven. Shifting Shape, Shaping Text: Philosophy and Folklore in the Fox Koan. Honolulu: University of Hawai'i Press, 1999. 153
  23. Hall. Half Human. 144
  24. Hearn. Glimpses. 156-157
  25. Nozaki. Kitsune. 36-37
  26. Nozaki. Kitsune. 26, 221
  27. Nozaki. Kitsune. 59
  28. Nozaki. Kitsune. 216
  29. a b Hearn. Glimpses. 158
  30. Smyers. The Fox and the Jewel. 90
  31. Nozaki. Kitsune. 211
  32. Hearn. Glimpses. 165
  33. Nozaki. Kitsune. 214-215
  34. Downey, Jean Miyake. "Ten Thousand Things." Kyoto Journal 63. Retrieved on December 13 2006.
  35. Haviland, William A. Cultural Anthropology, 10th ed. New York: Wadsworth Publishing Co., 2002. 144-145
  36. Yonebayashi, T. "Kitsunetsuki (Possession by Foxes)". Transcultural Psychiatry 1:2 (1964). 95-97
  37. Nozaki. Kitsune. 183
  38. Nozaki. Kitsune. 169-170
  39. Smyers. The Fox and the Jewel. 112-114
  40. Hall. Half Human. 149
  41. Tyler 299–300.
  42. Smyers. The Fox and the Jewel. 76
  43. Hearn. Glimpses. 153
  44. Smyers. The Fox and the Jewel. 96
  45. Smyers. The Fox and the Jewel. 77, 81
  46. Smyers. The Fox and the Jewel. 82-85
  47. Addiss, Stephen. Japanese Ghosts & Demons: Art of the Supernatural. New York: G. Braziller, 1985. 137
  48. Hall. Half Human. 142
  49. Nozaki. Kitsune. 230
  50. Smyers. The Fox and the Jewel. 98
  51. Hall. Half Human. 137
  52. Tyler 114–5.
  53. Hearn. Glimpses. 159-161