Diferencia entre revisiones de «Realismo mágico»
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El término fue inicialmente usado por un crítico de arte, el [[Alemania|alemán]] [[Franz Roh]], para describir una pintura que demostraba una realidad alterada y llegó al idioma español con la traducción en 1925 del libro ''Realismo mágico'' (''Revista de Occidente'', 1925), fue en gran medida influenciado por las obras surrealistas de la escritora chilena [[María Luisa Bombal]]<ref> http://www.britannica.com/EBchecked/topic/72507/Maria-Luisa-Bombal </ref>pero más tarde en 1947, fue introducido a la [[literatura hispanoamericana]] por [[Arturo Úslar Pietri]] en su ensayo ''El cuento venezolano''.<ref>Arturo Úslar Pietri, ''El cuento venezolano'' en 'Letras y hombres de Venezuela', Madrid, Editorial Mediterráneo (3era. edición: 1974)</ref> Señala Úslar: {{cita|Lo que vino a predominar en el cuento y a marcar su huella de una manera perdurable fue la consideración del hombre como misterio en medio de datos realistas. Una adivinación poética o una negación poética de la realidad. Lo que a falta de otra palabra podrá llamarse un realismo mágico''.<ref>Citado por [[Víctor Bravo]] en ''Magias y maravillas en el continente literario'' (Caracas, Ediciones de la Casa de Bello, 1991), pp.14-15</ref>}} |
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El crítico venezolano Víctor Bravo señala que la noción de 'realismo mágico' nació casi de manera simultánea con la de '[[real maravilloso]]': "La formulación inicial de una y otra noción --como referencia a un modo de producción literaria latinoamericana-- se hace casi de manera simultánea. En 1947, Arturo Úslar Pietri introduce el término "realismo mágico" para referirse a la cuentística venezolana; en 1949 [[Alejo Carpentier]] habla de "lo real maravilloso" para introducir la novela [[El reino de este mundo]]".<ref>Víctor Bravo, ''Magias y maravillas en el continente literario'' (Caracas, Ediciones de la Casa de Bello, 1991), p. 13</ref> y algunos la consideran que es la novela iniciadora de esta corriente literaria. |
El crítico venezolano Víctor Bravo señala que la noción de 'realismo mágico' nació casi de manera simultánea con la de '[[real maravilloso]]': "La formulación inicial de una y otra noción --como referencia a un modo de producción literaria latinoamericana-- se hace casi de manera simultánea. En 1947, Arturo Úslar Pietri introduce el término "realismo mágico" para referirse a la cuentística venezolana; en 1949 [[Alejo Carpentier]] habla de "lo real maravilloso" para introducir la novela [[El reino de este mundo]]".<ref>Víctor Bravo, ''Magias y maravillas en el continente literario'' (Caracas, Ediciones de la Casa de Bello, 1991), p. 13</ref> y algunos la consideran que es la novela iniciadora de esta corriente literaria. |
Revisión del 20:55 23 jul 2014
El realismo mágico es un género literario de mediados del siglo XX y se define como una preocupación estilística y el interés de mostrar lo irreal o extraño como algo cotidiano y común. No es una expresión literaria mágica, su finalidad no es suscitar emociones sino, más bien, expresarlas, y es, sobre todas las cosas, una actitud frente a la realidad.
El realismo mágico comparte ciertas características con el realismo épico, como la pretensión de dar verosimilitud interna a lo fantástico e irreal, a diferencia de la actitud nihilista asumida originalmente por las vanguardias como el surrealismo.
Historia
El término fue inicialmente usado por un crítico de arte, el alemán Franz Roh, para describir una pintura que demostraba una realidad alterada y llegó al idioma español con la traducción en 1925 del libro Realismo mágico (Revista de Occidente, 1925), fue en gran medida influenciado por las obras surrealistas de la escritora chilena María Luisa Bombal[1]pero más tarde en 1947, fue introducido a la literatura hispanoamericana por Arturo Úslar Pietri en su ensayo El cuento venezolano.[2] Señala Úslar:
Lo que vino a predominar en el cuento y a marcar su huella de una manera perdurable fue la consideración del hombre como misterio en medio de datos realistas. Una adivinación poética o una negación poética de la realidad. Lo que a falta de otra palabra podrá llamarse un realismo mágico.[3]
El crítico venezolano Víctor Bravo señala que la noción de 'realismo mágico' nació casi de manera simultánea con la de 'real maravilloso': "La formulación inicial de una y otra noción --como referencia a un modo de producción literaria latinoamericana-- se hace casi de manera simultánea. En 1947, Arturo Úslar Pietri introduce el término "realismo mágico" para referirse a la cuentística venezolana; en 1949 Alejo Carpentier habla de "lo real maravilloso" para introducir la novela El reino de este mundo".[4] y algunos la consideran que es la novela iniciadora de esta corriente literaria.
Como referente literario previo al uso del término realismo mágico por parte de Úslar Pietri debe citarse a Massimo Bontempelli quien, en 1919, "conquista gran popularidad al publicar sus novelas del ciclo la 'Vida intensa', iniciándose en una literatura -–según nota de Nino Frank en el 'Dictionnaire des Auteurs', de Laffont-Bompiani-– que sacrifica la corriente convencional de la época, a la manera de Anatole France, convirtiéndose en una especie de apóstol de lo que se conoció como “realismo mágico”".[5]
El realismo mágico se desarrolló muy fuertemente en las décadas del '60 y '70, producto de las discrepancias entre dos visiones que en ese momento convivían en Hispanoamérica: la cultura de la tecnología y la cultura de la superstición. Sin embargo, existen textos de este tipo desde la década de 1930, en las obras de José de la Cuadra, en sus nouvelles --por ejemplo, La tigra--, y también sería desarrollado en profundidad este estilo de escritura por Demetrio Aguilera Malta ("Don Goyo", "La isla virgen")..
Exponentes
Entre sus principales exponentes están el guatemalteco Miguel Ángel Asturias y el colombiano Gabriel García Márquez, ambos galardonados con el Premio Nobel de Literatura. También destacan autores como el gallego Álvaro Cunqueiro, aunque muchos aclaman como padres del realismo mágico a Juan Rulfo con Pedro Páramo, Arturo Uslar Pietri con su cuento La lluvia (1935), Elena Garro con Los recuerdos del porvenir, José de la Cuadra, Pablo Neruda y otros. Jorge Luis Borges también ha sido relacionado al realismo mágico, pero su negación absoluta del realismo como género o como una posibilidad literaria lo pone contra este movimiento. Laura Esquivel de México, con Como agua para chocolate, y Alejo Carpentier, de Cuba, en su prólogo al Reino de este mundo, definen su escritura inventando el concepto de real maravilloso, que, a pesar de sus semejanzas con el realismo mágico, no debería ser asimilado a él.
Características del realismo mágico
Los siguientes elementos están presentes en muchas novelas del realismo mágico, pero no necesariamente todos se presentan en las novelas y también otras obras pertenecientes a otros géneros pueden presentar algunas características similares.
- Contenido de elementos mágicos/fantásticos, percibidos por los personajes como parte de la "tolerancia".
- Elementos mágicos tal vez intuitivos, pero (por lo general) nunca explicados.
- Presencia de lo sensorial como parte de la percepción de la magia de los magos.
- En términos de espacio la mayoría se ubica en los niveles más duros y crudos de la pobreza y marginalidad social, espacios donde la concepción mágica, mítica se hace presente.
- Los hechos son reales pero tienen una connotación fantástica, ya que algunos no tienen explicación, o son muy improbables que ocurran.
- Se refiere a la novedad de los personajes irreales que siempre actúan sin actuar, es decir, que la copiosidad del personaje se ve reflejada en cada letra de la novela.
Personajes
Estos personajes tienen en la conciencia tres esferas activas: el consciente (tiene noción de lo que hace), el inconsciente (no tiene conciencia de sus actos) y el subconsciente (están ahí las cosas pero no llega a ser consciente).
Tiempo
Encontramos cuatro posturas:
- Tiempo cronológico: Las acciones siguen el curso lógico del tiempo.
- Ruptura de planos temporales: mezcla de tiempo presente con tiempo pasado (regresiones) y tiempo futuro (adelantos). (La noche boca arriba de Julio Cortázar y Pedro Páramo de Juan Rulfo)
- Tiempo estático: El tiempo cronológico se detiene, es como si no trascendiera, en cambio, fluyen los pensamientos de los personajes.
- Tiempo invertido: Es el más contradictorio: considerar la noche día cuando leemos: "Era el amanecer. Se hizo la noche", entre otras.
Referencias
- ↑ http://www.britannica.com/EBchecked/topic/72507/Maria-Luisa-Bombal
- ↑ Arturo Úslar Pietri, El cuento venezolano en 'Letras y hombres de Venezuela', Madrid, Editorial Mediterráneo (3era. edición: 1974)
- ↑ Citado por Víctor Bravo en Magias y maravillas en el continente literario (Caracas, Ediciones de la Casa de Bello, 1991), pp.14-15
- ↑ Víctor Bravo, Magias y maravillas en el continente literario (Caracas, Ediciones de la Casa de Bello, 1991), p. 13
- ↑ cfr. option=com_content&task=view&id=66&Itemid=30&limit=1&limitstart=1 Material de lectura, 28: Massimo Bontempelli