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Diferencia entre revisiones de «Medina de Rioseco»

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'''Medina del Rioseco''' es un municipio de la provincia de Valladolid, en la Comunidad Autónoma de [[Castilla y León]], España.


'''Medina del Rioseco'''. En plena comarca de [[Tierra de Campos]], [[provincia de Valladolid]], se encuentra esta bella población llena de historia y tradición. El que fue en tiempos uno de los centros comerciales más importantes del reino y sede de los Almirantes de Castilla, que por su belleza arquitectónica y la riqueza de su patrimonio fue declarada "Monumento Histórico Artístico", es hoy un apacible pueblo donde el viajero puede disfrutar de un agradable e interesante paseo por el arte, la arquitectura, la cultura y la gastronomía de un lugar sin duda sorprendente. En el siglo XVI mereció el apelativo de "India chica" por el esplendor económico de sus ferias y mercados, en parangón con las riquezas que provenían de América.


==Contexto==

En plena comarca de [[Tierra de Campos]], [[provincia de Valladolid]], se encuentra esta bella población llena de historia y tradición. El que fue en tiempos uno de los centros comerciales más importantes del reino y sede de los Almirantes de Castilla, que por su belleza arquitectónica y la riqueza de su patrimonio fue declarada "Monumento Histórico Artístico", es hoy un apacible pueblo donde el viajero puede disfrutar de un agradable e interesante paseo por el arte, la arquitectura, la cultura y la gastronomía de un lugar sin duda sorprendente. En el siglo XVI mereció el apelativo de "India chica" por el esplendor económico de sus ferias y mercados, en parangón con las riquezas que provenían de América.


== Arquitectura civil ==
== Arquitectura civil ==
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Su arquitectura civil está compuesta por numerosos ejemplos de edificaciones. Destaca su singular arquitectura urbana cuyo ejemplo más representativo es la '''Calle Mayor''', máximo exponente de la arquitectura rural de Tierra de Campos y uno de los conjuntos mejor conservados. Otros elemento de gran importancia son las puertas de la que fue ciudad amurallada, fuentes, alhóndigas y otros.
Su arquitectura civil está compuesta por numerosos ejemplos de edificaciones. Destaca su singular arquitectura urbana cuyo ejemplo más representativo es la '''Calle Mayor''', máximo exponente de la arquitectura rural de Tierra de Campos y uno de los conjuntos mejor conservados. Otros elemento de gran importancia son las puertas de la que fue ciudad amurallada, fuentes, alhóndigas y otros.



== Arquitectura religiosa ==
== Arquitectura religiosa ==
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Las impresionantes procesiones de Semana Santa son sin duda el más importante acontecimiento cultural del año. Declarada de "Interés Turístico Nacional", sus actos y procesiones revisten una gran solemnidad siguiendo una tradición ininterrumpida desde el siglo XVI. Su tradición como ciudad mercantil y el asentamiento de los almirantes de Castilla en la ciudad, junto con sucesos de gran relevancia de su historia forjaron la personalidad de lo que hoy es Medina de Rioseco.
Las impresionantes procesiones de Semana Santa son sin duda el más importante acontecimiento cultural del año. Declarada de "Interés Turístico Nacional", sus actos y procesiones revisten una gran solemnidad siguiendo una tradición ininterrumpida desde el siglo XVI. Su tradición como ciudad mercantil y el asentamiento de los almirantes de Castilla en la ciudad, junto con sucesos de gran relevancia de su historia forjaron la personalidad de lo que hoy es Medina de Rioseco.



== Sus calles ==
== Sus calles ==
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'''Fábrica de harinas San António'''. Se trata de una fábrica de harinas de las que nacieron con el Canal de Castilla. En la actualidad se encuentra convertida en museo de gran interés que conserva la maquinaría con la que durante años se elaboró la harina fruto del cereal de esta s tierras.
'''Fábrica de harinas San António'''. Se trata de una fábrica de harinas de las que nacieron con el Canal de Castilla. En la actualidad se encuentra convertida en museo de gran interés que conserva la maquinaría con la que durante años se elaboró la harina fruto del cereal de esta s tierras.



== Iglesias ==
== Iglesias ==
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Sus actos y procesiones revisten una gran solemnidad, siguiendo una tradición ininterrumpida desde el siglo XVI. Las primeras cofradías fueron fundadas por los gremios de artesanos en el siglo XVI, momento de mayor esplendor de la ciudad. Tres eran entonces estas cofradías: La Soledad, la Vera Cruz y La Pasión. Sus ordenanzas obligaban a los cofrades a hacer una procesión solemne y a llevar en ella túnica e insignias de la cofradía, a portar los pasos y a los cofrades de luz a ir con hachas alumbrando.
Sus actos y procesiones revisten una gran solemnidad, siguiendo una tradición ininterrumpida desde el siglo XVI. Las primeras cofradías fueron fundadas por los gremios de artesanos en el siglo XVI, momento de mayor esplendor de la ciudad. Tres eran entonces estas cofradías: La Soledad, la Vera Cruz y La Pasión. Sus ordenanzas obligaban a los cofrades a hacer una procesión solemne y a llevar en ella túnica e insignias de la cofradía, a portar los pasos y a los cofrades de luz a ir con hachas alumbrando.


Los actos previos a las procesiones dan comienzo el sábado anterior al Domingo de Ramos. A primeras horas de la tarde al toque del Pardal y redoble de tapetanes se llama a la población a que acuda al pregón de la Semana Santa. Los tapetanes y el Pardal son elementos singulares, que posee un lenguaje propio, evocador de las tradiciones. Mientras que los '''tapetanes''' ponen la nota grave a las procesiones con el monótono golpear de los palillos sobre los tambores, el Pardal hace sonar la trompeta con toques sueltos y agudos. Hoy sus 2.000 hermanos o cofrades se reparten en dieciséis cofradías o gremios, que reciben el nombre del paso que portan. Sus procesiones principales se celebran el Jueves y el Viernes Santo. Son La Procesión del Mandato y la Procesión de la Sagrada Pasión.

Los actos previos a las procesiones dan comienzo el sábado anterior al Domingo de Ramos. A primeras horas de la tarde al toque del Pardal y redoble de tapetanes se llama a la población a que acuda al pregón de la Semana Santa. Los tapetanes y el Pardal son elementos singulares, que posee un lenguaje propio, evocador de las tradiciones. Mientras que los tapetanes ponen la nota grave a las procesiones con el monótono golpear de los palillos sobre los tambores, el Pardal hace sonar la trompeta con toques sueltos y agudos. Hoy sus 2.000 hermanos o cofrades se reparten en dieciséis cofradías o gremios, que reciben el nombre del paso que portan. Sus procesiones principales se celebran el Jueves y el Viernes Santo. Son La Procesión del Mandato y la Procesión de la Sagrada Pasión.


El Jueves Santo comienza el desfile de los gremios, encaminándose todos a la iglesia de Santiago, donde a media tarde se celebra La Cena del Señor. Acto seguido, sale de la misma iglesia la impresionante procesión del Mandato, con los pasos de La Oración del Huerto, La Flagelación, Jesús atado a la columna, Ecce Homo, Jesús Nazareno de Santiago, La Santa Verónica, Jesús Nazareno de Santa Cruz, La Desnudez, Santo Cristo de la Pasión y La Dolorosa. Todos ellos con sus correspondientes cofradías vistiendo túnica de terciopelo morado o negro.
El Jueves Santo comienza el desfile de los gremios, encaminándose todos a la iglesia de Santiago, donde a media tarde se celebra La Cena del Señor. Acto seguido, sale de la misma iglesia la impresionante procesión del Mandato, con los pasos de La Oración del Huerto, La Flagelación, Jesús atado a la columna, Ecce Homo, Jesús Nazareno de Santiago, La Santa Verónica, Jesús Nazareno de Santa Cruz, La Desnudez, Santo Cristo de la Pasión y La Dolorosa. Todos ellos con sus correspondientes cofradías vistiendo túnica de terciopelo morado o negro.
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Los vestigios más antiguos de Rioseco corresponden a la Edad del Hierro y la época celtibérica. Algunos autores antiguos identificaban esta zona como Forum Egurrorum o plaza de los mercados, de época visigótica. De esta época son los documentos que se refieren a la Tierra de Campos como Campos Góticos. A de mediados del siglo IX y durante todo el siglo X es zona es un territorio de colonización del reino astur - leonés, al que también acuden mozárabes andaluces. Es quizás de este momento el topónimo de la población: Medina (del árabe = la ciudad).
Los '''vestigios''' más antiguos de Rioseco corresponden a la Edad del Hierro y la época celtibérica. Algunos autores antiguos identificaban esta zona como Forum Egurrorum o plaza de los mercados, de época visigótica. De esta época son los documentos que se refieren a la Tierra de Campos como Campos Góticos. A de mediados del siglo IX y durante todo el siglo X es zona es un territorio de colonización del reino astur - leonés, al que también acuden mozárabes andaluces. Es quizás de este momento el topónimo de la población: Medina (del árabe = la ciudad).


La confluencia de los límites fronterizos entre el Reino de León y el Condado de Castilla sitúa en este espacio los conflictos bélicos entre los dos reinos. En 1157 Alfonso VII establece una línea divisoria entre León y Castilla que será punto de referencia en disputas sucesivas, como la que concluyó en marzo de 1181 con el tratado de Medina de Rioseco. Alfonso X el Sabio, en 1258, fijó los límites definitivos con Valladolid quedando para Medina los Montes de Torozos. Bajo el reinado de Juan I, Medina de Rioseco obtiene su escudo de armas en recompensa por los servicios prestados.
La confluencia de los límites fronterizos entre el Reino de León y el Condado de Castilla sitúa en este espacio los conflictos bélicos entre los dos reinos. En 1157 Alfonso VII establece una línea divisoria entre León y Castilla que será punto de referencia en disputas sucesivas, como la que concluyó en marzo de 1181 con el tratado de Medina de Rioseco. Alfonso X el Sabio, en 1258, fijó los límites definitivos con Valladolid quedando para Medina los Montes de Torozos. Bajo el reinado de Juan I, Medina de Rioseco obtiene su escudo de armas en recompensa por los servicios prestados.


El origen de la fortuna de Medina de Rioseco hay que buscarlo en el hecho de haberse asentado en la villa los '''Almirantes de Castilla.''' Los once miembros de la dinastía que ejercieron el señorío marcaron la ascensión, el auge y la decadencia de la ciudad. Don Alfonso Enríquez (1354-1429), primer almirante de Castilla, recibe en abril de 1405 de Enrique III el título de almirante mayor de Castilla. En 1423 Juan II le otorga el señorío de Medina de Rioseco, lugar que él elige para establecerse y fundar mayorazgo.
El '''origen de la fortuna de Medina de Rioseco''' hay que buscarlo en el hecho de haberse asentado en la villa los '''Almirantes de Castilla.''' Los once miembros de la dinastía que ejercieron el señorío marcaron la ascensión, el auge y la decadencia de la ciudad. Don Alfonso Enríquez (1354-1429), primer almirante de Castilla, recibe en abril de 1405 de Enrique III el título de almirante mayor de Castilla. En 1423 Juan II le otorga el señorío de Medina de Rioseco, lugar que él elige para establecerse y fundar mayorazgo.


Su tradicional vocación comercial desde los tiempos medievales va adquiriendo carácter oficial con el paso del tiempo. Ejerciendo el señorío D. Fadrique Enríquez segundo almirante, Juan II le concede el privilegio de realizar una feria anual. Bajo el señorío de Alfonso II Enríquez, tercer almirante de Castilla, Enrique IV concedió a la villa una segunda feria anual y en 1465 Enrique IV le otorgaba un jueves semanal franco de impuestos. Don Fadrique II Enríquez de Cabrera, cuarto almirante inició la construcción del palacio de los almirantes y de la iglesia de San Francisco, fundó el convento de Santa Clara y durante su señorío se construyó la iglesia de Santa María de Mediavilla.
Su tradicional '''vocación comercial''' desde los tiempos medievales va adquiriendo carácter oficial con el paso del tiempo. Ejerciendo el señorío D. Fadrique Enríquez segundo almirante, Juan II le concede el privilegio de realizar una feria anual. Bajo el señorío de Alfonso II Enríquez, tercer almirante de Castilla, Enrique IV concedió a la villa una segunda feria anual y en 1465 Enrique IV le otorgaba un jueves semanal franco de impuestos. Don Fadrique II Enríquez de Cabrera, cuarto almirante inició la construcción del palacio de los almirantes y de la iglesia de San Francisco, fundó el convento de Santa Clara y durante su señorío se construyó la iglesia de Santa María de Mediavilla.


El auge que la economía de Medina de Rioseco iba alcanzando llegó a su máximo apogeo durante el siglo XVI. Era tal el esplendor económico, el dinero y las mercancías que circulaban en sus ferias y mercados, que la villa mereció el apelativo de "India chica", en parangón con las riquezas que provenían de América. Tenía entonces la villa unos doce mil habitantes, y se cuenta que mil de sus vecinos eran millonarios.
El auge que la economía de Medina de Rioseco iba alcanzando llegó a su máximo apogeo durante el '''siglo XVI'''. Era tal el esplendor económico, el dinero y las mercancías que circulaban en sus ferias y mercados, que la villa mereció el apelativo de "India chica", en parangón con las riquezas que provenían de América. Tenía entonces la villa unos doce mil habitantes, y se cuenta que mil de sus vecinos eran millonarios.


Su mercado, punto de reunión de arrieros y traficantes gallegos, asturianos y maragatos, se celebraba los jueves en la plaza de Santa Ana y tenía tal actividad que ocupaba casi todas las calles del centro de la villa. La actividad mercantil e industrial favoreció la formación de gremios, agrupados en barrios, de los que todavía permanecen testimonios en la toponimia de sus calles como Cerrajerías, Carnicerías, Armas, Cueros, Lienzos, Carboneras, Pescado, Cantareros o Pañeros. Este sentimiento de hermandad de los gremios ha vertebrado la sociedad riosecana hasta nuestros días, como lo demuestra los gremios que desfilan en sus procesiones de Semana Santa, genuina expresión de identidad de la ciudad.
Su '''mercado''', punto de reunión de arrieros y traficantes gallegos, asturianos y maragatos, se celebraba los jueves en la plaza de Santa Ana y tenía tal actividad que ocupaba casi todas las calles del centro de la villa. La actividad mercantil e industrial favoreció la formación de gremios, agrupados en barrios, de los que todavía permanecen testimonios en la toponimia de sus calles como Cerrajerías, Carnicerías, Armas, Cueros, Lienzos, Carboneras, Pescado, Cantareros o Pañeros. Este sentimiento de hermandad de los gremios ha vertebrado la sociedad riosecana hasta nuestros días, como lo demuestra los gremios que desfilan en sus procesiones de Semana Santa, genuina expresión de identidad de la ciudad.


A toda esta actividad se sumaba el furor constructivo al que estuvo entregada la ciudad. Si las casas y las lonjas del mercado se construían en materiales pobres, los grandes templos consumían grandes cantidad de dinero. En el siglo XVI se estaban terminando el convento de San Francisco y la iglesia de Santa María, y empezaban a construirse las de Santiago y Santa Cruz, al tiempo que los más reputados artistas de Castilla trabajaban en su ornamentación interior.
A toda esta actividad se sumaba el furor constructivo al que estuvo entregada la ciudad. Si las casas y las lonjas del mercado se construían en materiales pobres, los grandes templos consumían grandes cantidad de dinero. En el siglo XVI se estaban terminando el convento de San Francisco y la iglesia de Santa María, y empezaban a construirse las de Santiago y Santa Cruz, al tiempo que los más reputados artistas de Castilla trabajaban en su ornamentación interior.


Durante la Guerra de las Comunidades Medina de Rioseco jugó un papel fundamental. La seguridad de sus muros y el poderío del almirante hicieron que la villa fuera el lugar elegido por el cardenal Adriano para refugiarse el 15 de octubre de 1520, huyendo de los Comuneros. La situación se resolvió por la vía del entendimiento gracias a la mediación de la condesa de Módica, esposa del almirante don Fadrique II.
Durante la '''Guerra de las Comunidades''' Medina de Rioseco jugó un papel fundamental. La seguridad de sus muros y el poderío del almirante hicieron que la villa fuera el lugar elegido por el cardenal Adriano para refugiarse el 15 de octubre de 1520, huyendo de los Comuneros. La situación se resolvió por la vía del entendimiento gracias a la mediación de la condesa de Módica, esposa del almirante don Fadrique II.


El quinto almirante, don Fernando Enríquez añadió a la dinastía el título de duque de Medina de Rioseco, otorgado por Carlos I. Le sucedió don Luis Enríquez sexto almirante y a este don Luis II Enríquez. Luis III Enríquez de Cabrera, octavo almirante, contrajo matrimonio con Vittoria Colonna en 1587 y fue muy estimado por los riosecanos. Murió prematuramente en Valladolid a los 37 años. Su viuda a fin de enderezar la precaria hacienda del almirante, fundó en unos terrenos fértiles de su condado de Módica (Sicilia) la citta di Vittoria, concebida a imagen y semejanza de Medina de Rioseco, con la que coincide en fiestas, costumbres y toponimia.
El quinto almirante, don Fernando Enríquez añadió a la dinastía el título de duque de Medina de Rioseco, otorgado por Carlos I. Le sucedió don Luis Enríquez sexto almirante y a este don Luis II Enríquez. Luis III Enríquez de Cabrera, octavo almirante, contrajo matrimonio con Vittoria Colonna en 1587 y fue muy estimado por los riosecanos. Murió prematuramente en Valladolid a los 37 años. Su viuda a fin de enderezar la precaria hacienda del almirante, fundó en unos terrenos fértiles de su condado de Módica (Sicilia) la citta di Vittoria, concebida a imagen y semejanza de Medina de Rioseco, con la que coincide en fiestas, costumbres y toponimia.
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En el '''siglo XVIII''' Medina de Rioseco participaría en una de las realizaciones más emblemáticas de la España ilustrada, precursora de la revolución industrial: la construcción del canal de Castilla. Fue un ambicioso proyecto que pretendía potenciar la economía de la Meseta con un sistema de comunicaciones que favoreciera el transporte de mercancías. La obra se articulaba en varios ramales. El que llegaría a Medina de Rioseco era el llamado canal de Campos, que tomaba sus aguas del río Carrión. Este comenzaría a ser construido el 16 de julio de 1757.

En el siglo XVIII Medina de Rioseco participaría en una de las realizaciones más emblemáticas de la España ilustrada, precursora de la revolución industrial: la construcción del canal de Castilla. Fue un ambicioso proyecto que pretendía potenciar la economía de la Meseta con un sistema de comunicaciones que favoreciera el transporte de mercancías. La obra se articulaba en varios ramales. El que llegaría a Medina de Rioseco era el llamado canal de Campos, que tomaba sus aguas del río Carrión. Este comenzaría a ser construido el 16 de julio de 1757.




A comienzos del siglo XIX se escribieron en Medina de Rioseco las páginas de unos hechos que habían de tener gran repercusión sobre la suerte que correría el resto de España durante la guerra de la Independencia, la Batalla del Moclín. Un poderoso ejército francés dirigido por el Mariscal [[Jean-Baptiste Bessières]] se enfrentó en las inmediaciones de Medina de Rioseco, el 14 de julio de 1808, a los ejércitos españoles de Castilla y de Galicia dirigidos por los Generals Cuesta y Blake.
A comienzos del '''siglo XIX''' se escribieron en Medina de Rioseco las páginas de unos hechos que habían de tener gran repercusión sobre la suerte que correría el resto de España durante la guerra de la Independencia, la Batalla del Moclín. Un poderoso ejército francés dirigido por el Mariscal [[Jean-Baptiste Bessières]] se enfrentó en las inmediaciones de Medina de Rioseco, el 14 de julio de 1808, a los ejércitos españoles de Castilla y de Galicia dirigidos por los Generals Cuesta y Blake.


Las fuerzas de ambos ejércitos se desplegaron junto al alto de Moclín. El empuje francés acusó al principio la desventaja de recibir el fuego desde lo alto, pero ya mediada la mañana la superioridad de su caballería francesa logró remontar las cuestas del páramo y apoderarse de la altura. Desde allí su avance fue ya irresistible. Hacia las dos de la tarde los franceses llegaban a la puerta de Ajújar y la batalla podía darse por concluida. La ciudad fue sometida a una feroz represión incendiando muchas casas, se saquearon las iglesias, la capilla de los Benavente fue convertida en cocina de campaña, y se cometieron toda clase de ultrajes.
Las fuerzas de ambos ejércitos se desplegaron junto al alto de Moclín. El empuje francés acusó al principio la desventaja de recibir el fuego desde lo alto, pero ya mediada la mañana la superioridad de su caballería francesa logró remontar las cuestas del páramo y apoderarse de la altura. Desde allí su avance fue ya irresistible. Hacia las dos de la tarde los franceses llegaban a la puerta de Ajújar y la batalla podía darse por concluida. La ciudad fue sometida a una feroz represión incendiando muchas casas, se saquearon las iglesias, la capilla de los Benavente fue convertida en cocina de campaña, y se cometieron toda clase de ultrajes.
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Se instalaron gran cantidad fábricas de harina, molinos de papel, y fundiciones siderúrgicas. A la actividad generada por su construcción hay que añadir los beneficios que reportó como sistema de transporte y regadío y que se convertían en la principal fuente de ingresos, desplazando a la tradicional actividad comercial.
Se instalaron gran cantidad fábricas de harina, molinos de papel, y fundiciones siderúrgicas. A la actividad generada por su construcción hay que añadir los beneficios que reportó como sistema de transporte y regadío y que se convertían en la principal fuente de ingresos, desplazando a la tradicional actividad comercial.


El desarrollo del ferrocarril iría posteriormente arrinconando el uso del canal. El transporte de mercancías resultaba más barato y rápido por el tren, que también se generalizó como transporte de viajeros. A finales del siglo XIX la Tierra de Campos ya se hallaba atravesada por una tupida red de vías que enlazaban las principales poblaciones de la región con otras del exterior.
El desarrollo del '''ferrocarril''' iría posteriormente arrinconando el uso del canal. El transporte de mercancías resultaba más barato y rápido por el tren, que también se generalizó como transporte de viajeros. A finales del siglo XIX la Tierra de Campos ya se hallaba atravesada por una tupida red de vías que enlazaban las principales poblaciones de la región con otras del exterior.


El siglo XX supone para Rioseco el fin de un largo proceso de decadencia y el punto de partida de una recuperación. Durante este tiempo se despierta un gran interés por su pasado histórico, como forma de encontrar de nuevo su identidad. En la segunda mitad de siglo XX se acomete la recuperación de los monumentos. Se restaura la iglesia de Santa Cruz, la capilla de los Benavente y muchas piezas del arte religioso que comienza a valorarse adecuadamente al formar parte de grandes exposiciones de arte castellano y leonés, como Las Edades del Hombre. En los años setenta se edifica el nuevo ayuntamiento y se abre el Museo de Santa María de Mediavilla.
El '''siglo XX''' supone para Rioseco el fin de un largo proceso de decadencia y el punto de partida de una recuperación. Durante este tiempo se despierta un gran interés por su pasado histórico, como forma de encontrar de nuevo su identidad. En la segunda mitad de siglo XX se acomete la recuperación de los monumentos. Se restaura la iglesia de Santa Cruz, la capilla de los Benavente y muchas piezas del arte religioso que comienza a valorarse adecuadamente al formar parte de grandes exposiciones de arte castellano y leonés, como Las Edades del Hombre. En los años setenta se edifica el nuevo ayuntamiento y se abre el Museo de Santa María de Mediavilla.


En los años noventa se pone en marcha un ambicioso proyecto destinado a hacer de Medina de Rioseco un importante centro de desarrollo económico y turístico: el Proyecto Almirante, que pretende la recuperación de su inmenso patrimonio cultural y natural. Entre las actuaciones previstas en el proyecto se cuentan la rehabilitación del convento de San Francisco como museo de arte religioso, la restauración de los conventos de Santa Clara y San José, la iglesia de Santa María, la capilla de los Benavente, El Torno, y el archivo Municipal. También prevé una intervención integral en las instalaciones del canal de Campos, con el objeto de hacerlo navegable durante todo el año. Sin duda un proyecto ambicioso y que busca devolverle a Medina de Rioseco una gran parte de su esplendor de antaño.
En los años noventa se pone en marcha un ambicioso proyecto destinado a hacer de Medina de Rioseco un importante centro de desarrollo económico y turístico: el Proyecto Almirante, que pretende la recuperación de su inmenso patrimonio cultural y natural. Entre las actuaciones previstas en el proyecto se cuentan la rehabilitación del convento de San Francisco como museo de arte religioso, la restauración de los conventos de Santa Clara y San José, la iglesia de Santa María, la capilla de los Benavente, El Torno, y el archivo Municipal. También prevé una intervención integral en las instalaciones del canal de Campos, con el objeto de hacerlo navegable durante todo el año. Sin duda un proyecto ambicioso y que busca devolverle a Medina de Rioseco una gran parte de su esplendor de antaño.

Revisión del 18:33 1 abr 2007

Medina del Rioseco es un municipio de la provincia de Valladolid, en la Comunidad Autónoma de Castilla y León, España.


Contexto

En plena comarca de Tierra de Campos, provincia de Valladolid, se encuentra esta bella población llena de historia y tradición. El que fue en tiempos uno de los centros comerciales más importantes del reino y sede de los Almirantes de Castilla, que por su belleza arquitectónica y la riqueza de su patrimonio fue declarada "Monumento Histórico Artístico", es hoy un apacible pueblo donde el viajero puede disfrutar de un agradable e interesante paseo por el arte, la arquitectura, la cultura y la gastronomía de un lugar sin duda sorprendente. En el siglo XVI mereció el apelativo de "India chica" por el esplendor económico de sus ferias y mercados, en parangón con las riquezas que provenían de América.

Arquitectura civil

Pasear por sus calles, descubrir sus rincones, sus plazas le adentrará en el mundo de arquitectura rural típica de Tierra de Campos de la que Medina de Rioseco es el máximo exponente. Piedra, madera y barro son los elementos característicos de sus casas, puertas de la que fue ciudad amurallada, fuentes, alhóndigas y otros pequeños elementos de la arquitectura popular. Los soportales de su Calle Mayor y sus aledañas eran el punto de reunión de arrieros y traficantes gallegos, asturianos y maragatos que celebraba los jueves el mercado semanal que tanta fama y riqueza le dio a la villa.

Su arquitectura civil está compuesta por numerosos ejemplos de edificaciones. Destaca su singular arquitectura urbana cuyo ejemplo más representativo es la Calle Mayor, máximo exponente de la arquitectura rural de Tierra de Campos y uno de los conjuntos mejor conservados. Otros elemento de gran importancia son las puertas de la que fue ciudad amurallada, fuentes, alhóndigas y otros.

Arquitectura religiosa

Sus importantes monumentos y colecciones de arte sorprenden al viajero que llega a esta ciudad de Tierra de Campos. Famosas son sus iglesias de porte catedralicio como Stª María de Mediavilla, que alberga su propio museo y la famosa capilla de los Benavente, la Iglesia de Santiago, San Francisco o Stª Cruz, hoy Museo de Imaginería Riosecana. Además de otros muchos monumentos como las puertas de San Sebastián, Ajújar o Zamora los conventos de San José y Santa Clara o la ermita de Castilviejo, claros exponentes de otros tiempos de mayor grandeza.

Las impresionantes procesiones de Semana Santa son sin duda el más importante acontecimiento cultural del año. Declarada de "Interés Turístico Nacional", sus actos y procesiones revisten una gran solemnidad siguiendo una tradición ininterrumpida desde el siglo XVI. Su tradición como ciudad mercantil y el asentamiento de los almirantes de Castilla en la ciudad, junto con sucesos de gran relevancia de su historia forjaron la personalidad de lo que hoy es Medina de Rioseco.

Sus calles

La Calle Mayor o Calle de la Rua es el eje principal del su trazado urbano. Representa uno de los conjuntos más completos y mejor conservados de la arquitectura popular de Tierra de Campos. Unía las puertas de Posada y de Castro a ambos extremos de la muralla, y vertebraba la vida comercial y artesanal de la ciudad. A ella se abrían las calles donde trabajaban los gremios principales, como todavía lo indican los nombres de algunas (Armas, Carnicerías, Cerrajerías), y bajo sus soportales, se comerciaba con toda clase de mercancías, vocación que todavía conserva.

Soportales típicos castellanos en Medina de Rioseco


Las puertas de la ciudad

La ciudad contaba con un total de ocho puertas de las que hoy se conservan tres. La Puerta de Zamora se encuentra en el camino que conduce a Toro. Es una construcción del siglo XVI de planta cuadrada. Sobre cuatro arcos de medio punto se levanta un pequeño cuerpo en forma de torre. Puerta de San Sebastián. Ante los problemas que generaba la Puerta de San Miguel, que impedía el creciente tráfico de mercancías, se mandó derribar y construir la nueva puerta en un lugar más alejado y con un papel de control de entrada y salida de mercancías. Puerta de Ajújar. Es la más antigua que se conserva de la muralla original. Si bien fue construida en el siglo XIII, por sus características responde a una tipología de arquitectura militar más propia del siglo XIV.

Otros edificios de interés. El Torno. Era la antigua alhóndiga municipal dedicada a recoger los diezmos del pan y del vino que aseguraban la provisión de la ciudad. El almirante Luis Enríquez concedió licencia para su construcción en 1547. El edificio, de una perfecta simetría, está interiormente configurado por dos grandes espacios revestidos de piedra que a modo de lagares servían para el almacenamiento del grano.

Fábrica de harinas San António. Se trata de una fábrica de harinas de las que nacieron con el Canal de Castilla. En la actualidad se encuentra convertida en museo de gran interés que conserva la maquinaría con la que durante años se elaboró la harina fruto del cereal de esta s tierras.

Iglesias

Iglesia de Sta. María de Mediavilla. Situada en el centro de la ciudad es la principal de las iglesias. Su construcción da comienzo a finales del siglo XV combinando el gótico final, el renacimiento italiano y el barroco de su torre, que es lo primero que el viajero divisa desde la lejanía al acercarse a la ciudad. En el interior del templo, destaca la Capilla de los Benavente, derroche de exuberancia escultórica. El retablo de la capilla es obra de Juan de Juni. El Museo de Santa María recoge una buena parte del patrimonio artístico de la ciudad que se encontraba disperso por diferentes iglesias.


Iglesia de Santiago. Fue la última en empezar a construirse y la que más tiempo requirió. Comenzó a alzarse en 1533 bajo la dirección de Rodrigo Gil de Hontañón pero interviniendo posteriormente diversos arquitectos de distintas épocas. Semejantes cambios en la dirección explica la diversidad de estilos de la iglesia. Como muestra están las fachadas. La portada sur es plateresca, la norte del gótico final y la principal clasicista. El estilo general del edificio es gótico. En su interior lo más sorprendente es su luminosidad y su grandiosidad, resaltada por la altura de la bóveda y el retablo mayor de estilo barroco.


Iglesia de Sta. Cruz. Su restauración le ha devuelto la grandiosidad que los gremios y los artesanos del siglo XVI buscaban al costear su construcción. Sus obras comienzan a finales del siglo XVI y se suceden a lo largo del XVII. Las fachadas es su elemento más singular resultado del cruce de dos tradiciones arquitectónicas: el clasicismo italiano y la escuela creada por Juan de Herrera en España. El interior, que consta de una sola nave rectangular, conserva su espectacular retablo barroco del siglo XVI Hoy la iglesia alberga Museo de Imaginería integrado por los pasos que desfilan en Semana Santa.


Iglesia de San Francisco. Aunque los cuatro templos mayores de Rioseco comenzaron a edificarse en intervalos de sólo cincuenta años, la iglesia de San Francisco fue la primera en construirse y puede considerarse como la más antigua. La iglesia ofrece al exterior un aspecto sobrio y sencillo, que contrasta con la magnificencia y ostentación del interior. De estilo gótico, el templo es de una sola nave con ocho capillas laterales cubiertas con crucería. De su decoración interior destacan dos retablos platerescos de piedra, las esculturas de los ángeles, las pinturas de la cúpula y dos tribunas de yeso.


Convento de Santa Clara. Se funda en 1491 bajo la protección del almirante Fadrique II. Convento de San José. El convento de las Carmelitas es de estilo clasicista y debe su fundación a una provisión real del 2 de marzo de 1603. Ermita de Castilviejo. Siguiendo por el camino de Castilviejo se encuentra esta ermita construida en el siglo XVI, remanso de paz y frescor. San Pedro Mártir. Iglesia convento de la Orden de los Predicadores es de estilo clasicista construida entre los siglos XVI y XVII.

Semana Santa

Sus actos y procesiones revisten una gran solemnidad, siguiendo una tradición ininterrumpida desde el siglo XVI. Las primeras cofradías fueron fundadas por los gremios de artesanos en el siglo XVI, momento de mayor esplendor de la ciudad. Tres eran entonces estas cofradías: La Soledad, la Vera Cruz y La Pasión. Sus ordenanzas obligaban a los cofrades a hacer una procesión solemne y a llevar en ella túnica e insignias de la cofradía, a portar los pasos y a los cofrades de luz a ir con hachas alumbrando.

Los actos previos a las procesiones dan comienzo el sábado anterior al Domingo de Ramos. A primeras horas de la tarde al toque del Pardal y redoble de tapetanes se llama a la población a que acuda al pregón de la Semana Santa. Los tapetanes y el Pardal son elementos singulares, que posee un lenguaje propio, evocador de las tradiciones. Mientras que los tapetanes ponen la nota grave a las procesiones con el monótono golpear de los palillos sobre los tambores, el Pardal hace sonar la trompeta con toques sueltos y agudos. Hoy sus 2.000 hermanos o cofrades se reparten en dieciséis cofradías o gremios, que reciben el nombre del paso que portan. Sus procesiones principales se celebran el Jueves y el Viernes Santo. Son La Procesión del Mandato y la Procesión de la Sagrada Pasión.

El Jueves Santo comienza el desfile de los gremios, encaminándose todos a la iglesia de Santiago, donde a media tarde se celebra La Cena del Señor. Acto seguido, sale de la misma iglesia la impresionante procesión del Mandato, con los pasos de La Oración del Huerto, La Flagelación, Jesús atado a la columna, Ecce Homo, Jesús Nazareno de Santiago, La Santa Verónica, Jesús Nazareno de Santa Cruz, La Desnudez, Santo Cristo de la Pasión y La Dolorosa. Todos ellos con sus correspondientes cofradías vistiendo túnica de terciopelo morado o negro.

A última hora de la tarde del viernes la gente se agolpa en la plaza de Sta. María para ver sacar los pasos grandes. Con la sola ayuda de sus brazos, los cofrades sacan La Crucifixión y El Descendimiento, popularmente conocidos como El Longinos y La Escalera, sujetándolos a pulso, a poca distancia del suelo, a fin de que la parte superior de las figuras no toque la parte superior de la puerta y una vez fuera de un golpe espectacular, subirlos a hombros. La procesión esta formada por los pasos de La Crucifixión, Cristo de los Afligidos, Cristo de la Paz, El Descendimiento, La Piedad, El Santo Sepulcro y La Soledad.

Es sobrecogedor asistir a estas procesiones bajo los soportales de la Rúa Mayor. Los cofrades bailan los pasos con un suave balanceo, y las gentes, asomadas a los balcones, extienden sus manos para tocar los maderos de las cruces. Finaliza la procesión de viernes santo en la plaza de Sta. María donde, una vez reunidos los pasos, hace entrada en la plaza el paso de La Soledad, bailado por los hermanos cofrades, hasta situarse en la puerta de Sta. María presidiendo el rezo de La Salve. Éste es uno de los momentos más emocionantes y bellos de la procesión. Posteriormente el resto de pasos saludarán a La Soledad dando lugar a la entrada de los mismos en la iglesia finalizando así la procesión.

Gastronomía

El lechazo de raza churra, la más apreciada del mundo, criado y consumido casi en exclusiva en la Tierra de Campos, junto con otros platos de la zona como la perdiz roja, la liebre, los pichones o el queso elaborado con leche de la misma raza, harán que el amante de la buena gastronomía no olvide el paso por esta tierra.

La afamada repostería y panadería es producto del saber hacer de muchos años labor y del trigo candeal que produce Tierra de Campos. Aquí se transforma en productos como el pan candeal, los pasteles de Marina o la tradicional repostería de las panaderías riosecanas como la de Elías Marcos situada en la Plaza Mayor.

Historia

Los vestigios más antiguos de Rioseco corresponden a la Edad del Hierro y la época celtibérica. Algunos autores antiguos identificaban esta zona como Forum Egurrorum o plaza de los mercados, de época visigótica. De esta época son los documentos que se refieren a la Tierra de Campos como Campos Góticos. A de mediados del siglo IX y durante todo el siglo X es zona es un territorio de colonización del reino astur - leonés, al que también acuden mozárabes andaluces. Es quizás de este momento el topónimo de la población: Medina (del árabe = la ciudad).

La confluencia de los límites fronterizos entre el Reino de León y el Condado de Castilla sitúa en este espacio los conflictos bélicos entre los dos reinos. En 1157 Alfonso VII establece una línea divisoria entre León y Castilla que será punto de referencia en disputas sucesivas, como la que concluyó en marzo de 1181 con el tratado de Medina de Rioseco. Alfonso X el Sabio, en 1258, fijó los límites definitivos con Valladolid quedando para Medina los Montes de Torozos. Bajo el reinado de Juan I, Medina de Rioseco obtiene su escudo de armas en recompensa por los servicios prestados.

El origen de la fortuna de Medina de Rioseco hay que buscarlo en el hecho de haberse asentado en la villa los Almirantes de Castilla. Los once miembros de la dinastía que ejercieron el señorío marcaron la ascensión, el auge y la decadencia de la ciudad. Don Alfonso Enríquez (1354-1429), primer almirante de Castilla, recibe en abril de 1405 de Enrique III el título de almirante mayor de Castilla. En 1423 Juan II le otorga el señorío de Medina de Rioseco, lugar que él elige para establecerse y fundar mayorazgo.

Su tradicional vocación comercial desde los tiempos medievales va adquiriendo carácter oficial con el paso del tiempo. Ejerciendo el señorío D. Fadrique Enríquez segundo almirante, Juan II le concede el privilegio de realizar una feria anual. Bajo el señorío de Alfonso II Enríquez, tercer almirante de Castilla, Enrique IV concedió a la villa una segunda feria anual y en 1465 Enrique IV le otorgaba un jueves semanal franco de impuestos. Don Fadrique II Enríquez de Cabrera, cuarto almirante inició la construcción del palacio de los almirantes y de la iglesia de San Francisco, fundó el convento de Santa Clara y durante su señorío se construyó la iglesia de Santa María de Mediavilla.

El auge que la economía de Medina de Rioseco iba alcanzando llegó a su máximo apogeo durante el siglo XVI. Era tal el esplendor económico, el dinero y las mercancías que circulaban en sus ferias y mercados, que la villa mereció el apelativo de "India chica", en parangón con las riquezas que provenían de América. Tenía entonces la villa unos doce mil habitantes, y se cuenta que mil de sus vecinos eran millonarios.

Su mercado, punto de reunión de arrieros y traficantes gallegos, asturianos y maragatos, se celebraba los jueves en la plaza de Santa Ana y tenía tal actividad que ocupaba casi todas las calles del centro de la villa. La actividad mercantil e industrial favoreció la formación de gremios, agrupados en barrios, de los que todavía permanecen testimonios en la toponimia de sus calles como Cerrajerías, Carnicerías, Armas, Cueros, Lienzos, Carboneras, Pescado, Cantareros o Pañeros. Este sentimiento de hermandad de los gremios ha vertebrado la sociedad riosecana hasta nuestros días, como lo demuestra los gremios que desfilan en sus procesiones de Semana Santa, genuina expresión de identidad de la ciudad.

A toda esta actividad se sumaba el furor constructivo al que estuvo entregada la ciudad. Si las casas y las lonjas del mercado se construían en materiales pobres, los grandes templos consumían grandes cantidad de dinero. En el siglo XVI se estaban terminando el convento de San Francisco y la iglesia de Santa María, y empezaban a construirse las de Santiago y Santa Cruz, al tiempo que los más reputados artistas de Castilla trabajaban en su ornamentación interior.

Durante la Guerra de las Comunidades Medina de Rioseco jugó un papel fundamental. La seguridad de sus muros y el poderío del almirante hicieron que la villa fuera el lugar elegido por el cardenal Adriano para refugiarse el 15 de octubre de 1520, huyendo de los Comuneros. La situación se resolvió por la vía del entendimiento gracias a la mediación de la condesa de Módica, esposa del almirante don Fadrique II.

El quinto almirante, don Fernando Enríquez añadió a la dinastía el título de duque de Medina de Rioseco, otorgado por Carlos I. Le sucedió don Luis Enríquez sexto almirante y a este don Luis II Enríquez. Luis III Enríquez de Cabrera, octavo almirante, contrajo matrimonio con Vittoria Colonna en 1587 y fue muy estimado por los riosecanos. Murió prematuramente en Valladolid a los 37 años. Su viuda a fin de enderezar la precaria hacienda del almirante, fundó en unos terrenos fértiles de su condado de Módica (Sicilia) la citta di Vittoria, concebida a imagen y semejanza de Medina de Rioseco, con la que coincide en fiestas, costumbres y toponimia.

Durante el señorío de Juan Alfonso Enríquez de Cabrera, noveno almirante, Felipe IV concedió a Rioseco el título de ciudad en 1632. Don Juan Gaspar Enríquez de Cabrera fue el décimo almirante y Juan Tomás Enríquez de Cabrera fue el decimoprimero y último. A la muerte de Carlos II, durante la guerra de Sucesión se declaró en contra de Felipe V el cual suprimió el almirantazgo hasta 1725 en que habiendo muerto este, pasaron a su sobrino Pascual Enríquez de Cabrera los títulos confiscados, excepto el de almirante. Falleció en 1739 y se mantuvo en la familia únicamente la sucesión ducal, hasta el año 1797, en que, muerto el poseedor, revirtió a la Corona. Posteriormente el ducado de pasó a los Osuna.


En el siglo XVIII Medina de Rioseco participaría en una de las realizaciones más emblemáticas de la España ilustrada, precursora de la revolución industrial: la construcción del canal de Castilla. Fue un ambicioso proyecto que pretendía potenciar la economía de la Meseta con un sistema de comunicaciones que favoreciera el transporte de mercancías. La obra se articulaba en varios ramales. El que llegaría a Medina de Rioseco era el llamado canal de Campos, que tomaba sus aguas del río Carrión. Este comenzaría a ser construido el 16 de julio de 1757.


A comienzos del siglo XIX se escribieron en Medina de Rioseco las páginas de unos hechos que habían de tener gran repercusión sobre la suerte que correría el resto de España durante la guerra de la Independencia, la Batalla del Moclín. Un poderoso ejército francés dirigido por el Mariscal Jean-Baptiste Bessières se enfrentó en las inmediaciones de Medina de Rioseco, el 14 de julio de 1808, a los ejércitos españoles de Castilla y de Galicia dirigidos por los Generals Cuesta y Blake.

Las fuerzas de ambos ejércitos se desplegaron junto al alto de Moclín. El empuje francés acusó al principio la desventaja de recibir el fuego desde lo alto, pero ya mediada la mañana la superioridad de su caballería francesa logró remontar las cuestas del páramo y apoderarse de la altura. Desde allí su avance fue ya irresistible. Hacia las dos de la tarde los franceses llegaban a la puerta de Ajújar y la batalla podía darse por concluida. La ciudad fue sometida a una feroz represión incendiando muchas casas, se saquearon las iglesias, la capilla de los Benavente fue convertida en cocina de campaña, y se cometieron toda clase de ultrajes.

El 8 de noviembre de 1849 las aguas del canal llegaban a Medina de Rioseco. El canal dio origen a una transformación económica espectacular. La diversidad de usos y aprovechamientos de sus instalaciones promovió un impulso decisivo a una zona de tradición cerealista y comercial conectando los mercados regionales con el comercio internacional.

Se instalaron gran cantidad fábricas de harina, molinos de papel, y fundiciones siderúrgicas. A la actividad generada por su construcción hay que añadir los beneficios que reportó como sistema de transporte y regadío y que se convertían en la principal fuente de ingresos, desplazando a la tradicional actividad comercial.

El desarrollo del ferrocarril iría posteriormente arrinconando el uso del canal. El transporte de mercancías resultaba más barato y rápido por el tren, que también se generalizó como transporte de viajeros. A finales del siglo XIX la Tierra de Campos ya se hallaba atravesada por una tupida red de vías que enlazaban las principales poblaciones de la región con otras del exterior.

El siglo XX supone para Rioseco el fin de un largo proceso de decadencia y el punto de partida de una recuperación. Durante este tiempo se despierta un gran interés por su pasado histórico, como forma de encontrar de nuevo su identidad. En la segunda mitad de siglo XX se acomete la recuperación de los monumentos. Se restaura la iglesia de Santa Cruz, la capilla de los Benavente y muchas piezas del arte religioso que comienza a valorarse adecuadamente al formar parte de grandes exposiciones de arte castellano y leonés, como Las Edades del Hombre. En los años setenta se edifica el nuevo ayuntamiento y se abre el Museo de Santa María de Mediavilla.

En los años noventa se pone en marcha un ambicioso proyecto destinado a hacer de Medina de Rioseco un importante centro de desarrollo económico y turístico: el Proyecto Almirante, que pretende la recuperación de su inmenso patrimonio cultural y natural. Entre las actuaciones previstas en el proyecto se cuentan la rehabilitación del convento de San Francisco como museo de arte religioso, la restauración de los conventos de Santa Clara y San José, la iglesia de Santa María, la capilla de los Benavente, El Torno, y el archivo Municipal. También prevé una intervención integral en las instalaciones del canal de Campos, con el objeto de hacerlo navegable durante todo el año. Sin duda un proyecto ambicioso y que busca devolverle a Medina de Rioseco una gran parte de su esplendor de antaño.


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