Gavilla
Una gavilla es un conjunto agrupado de sarmientos, cañas, mieses, ramas, hierba, etc., mayor que el manojo y menor que el haz.[1] El término se aplica en particular al trigo, cebada y otros cereales que después de segado reunía el conjunto cortado en gavillas. Esta acción se denomina gavillar, engavillar o agavillar y se realizaba a continuación de la siega manual. La finalidad del engavillado era completar la maduración del cereal, acelerar el secado del grano y facilitar su transporte a la era.
Cuando se mecanizó la siega después de mediados del siglo XIX, en las primeras segadoras la mies caía suelta sobre la plataforma de la máquina. Un rastrillador debía rastrillarla y arrojarla al rastrojo donde posteriormente se realizaba el engavillado de modo similar a la siega manual. Poco a poco se fueron mecanizando estas tareas, que culminaron con la atadora, una máquina que ataba automáticamente la mies formando gavillas, fabricada a partir de la década de 1880. Manualmente se seguía juntando las gavillas para apilarlas. Con la difusión de la cosechadora a partir de mediados del siglo XX desapareció la necesidad de engavillar.
Para engavillar manualmente se requerían alrededor de 10 horas-hombre por hectárea.[2] No era una tarea pesada, por lo que a la par de los hombres también trabajaban mujeres.
Referencias
- ↑ Real Academia Española. Diccionario de la Lengua Española. http://dle.rae.es/?id=J18TGY6 (acceso 2/3/2018).
- ↑ Frank, Rodolfo G. Trigo y trabajo; ganar el pan con el sudor de la frente. Buenos Aires, Dunken, 2017. 280 p.