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El Cerrato

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El Cerrato es una comarca natural española que comprende espacios de las provincias de Palencia, Burgos y Valladolid, aunque la parte más extensa corresponde a Palencia.

Unas fuentes dicen que el nombre viene del latín cirratus, que dio al romance zerrato, con el significado de "tierras onduladas dominadas por cerros o cerrales". Otras fuentes dicen que viene del latín serrare, en el sentido de zona cerrada, vallada o acordonada.

El Cerrato castellano comprede en su aspecto geopolítico espacios de las provincias de Palencia, Burgos y Valladolid, aunque la parte más extensa corresponde a Palencia.

Esta comarca natural está compuesta por un intrincado laberinto de valles y rincones naturales que aparecen de improviso así como viejas pueblas que a veces conservan algo de su personal arquitectura tradicional y sus formas de vida.

Geografía

El Cerrato se formó durante millones de años por sucesivos episodios de sedimentación de la cuenca del río Duero y por los consecuentes desmantelamientos erosivos. Se formaron páramos calcáreos (que aguantaron bien la erosión) que a veces pueden superar los 900 m de altitud frente a los 720 m en que se hallan los valles. Entre los páramos y los valles de erosión se encuentra la zona media o cuesta que queda bien delimitada de dicho páramo por lo que se llama el cerral. En este nivel se asienta gran parte de las poblaciones.

El Cerrato tiene sus agentes erosivos que son los ríos y los arroyos que van formando las vaguadas o cárcavas cuando el río consigue atravesar una capa de materiales calcáreos y accede después a los niveles menos resistentes que se encuentran debajo, como son las margas, arcillas y yeso. Si estas cárcavas se amplían lateralmente por la acción erosiva, entonces se forman amplios valles excavados en los páramos y que descienden por las cuestas al encuentro de otros valles.

Las laderas orientadas al norte suelen ser de pendientes más suaves y también más frías por estar menos soleadas. Están menos erosionadas y son más productivas para el laboreo.

En cuanto a la vegetación, el bosque autóctono es de tipo mediterráneo, de encina y carrasca, adaptado al clima y al suelo. En medio de la sequedad de la comarca pueden verse bosques a las orillas de los ríos y de los riachuelos. Allí crecen árboles como el chopo, el sauce y el olmo común, aunque este último va desapareciendo poco a poco por la enfermedad de la grafiosis. Los pastos de la cuesta se han aprovechado para el pastoreo desde tiempos remotos, pero últimamente ha sido tan intenso el apacentamiento que ha dejado el suelo desnudo y expuesto a la erosión por lo que los ingenieros de montes vieron la necesidad de recurrir a la plantación de pinares.

El paisaje rural está dominado por la agricultura mecanizada con cultivos de secano y regadíos a orillas de los ríos (Pisuerga y Carrión).

El subsuelo cerrateño presenta unos índices geotérmicos (de temperatura media) que hacen aprovechables sus aguas para la producción de energía geotérmica.

Bibliografía

  • Alcalde Crespo, Gonzalo. El Cerrato palentino. Palencia: Cálamo, 1997

Enlaces externos