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Zygmunt Bauman

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Zygmunt Bauman

Zygmunt Bauman en 2005
Información personal
Nacimiento 19 de noviembre de 1925 Ver y modificar los datos en Wikidata
Poznań (Polonia) Ver y modificar los datos en Wikidata
Fallecimiento 9 de enero de 2017 Ver y modificar los datos en Wikidata (91 años)
Leeds (Reino Unido) Ver y modificar los datos en Wikidata
Nacionalidad Británica y polaca
Religión Ateísmo Ver y modificar los datos en Wikidata
Lengua materna Polaco Ver y modificar los datos en Wikidata
Familia
Cónyuge Janina Lewinson
Hijos Anna, Lydia, Irena
Educación
Educación scientific professorship degree Ver y modificar los datos en Wikidata
Educado en
Información profesional
Ocupación Filósofo, sociólogo, profesor universitario, escritor y publicista Ver y modificar los datos en Wikidata
Área Sociología Ver y modificar los datos en Wikidata
Empleador
Rama militar Ejército de Polonia Ver y modificar los datos en Wikidata
Rango militar Mayor Ver y modificar los datos en Wikidata
Conflictos Segunda Guerra Mundial Ver y modificar los datos en Wikidata
Partido político Partido Obrero Unificado Polaco (1948-1968) Ver y modificar los datos en Wikidata
Distinciones

Zygmunt Bauman (Poznań, 19 de noviembre de 1925Leeds, 9 de enero de 2017)[1]​ fue un sociólogo, filósofo y ensayista polaco de origen judío. Su obra, que comenzó en la década de 1950, se ocupa, entre otras cosas, de cuestiones como las clases sociales, el socialismo, el holocausto, la hermenéutica, la modernidad y la posmodernidad, el consumismo, la globalización y la nueva pobreza. Desarrolló el concepto de la «modernidad líquida», y acuñó el término correspondiente.[2]​ Junto con el también sociólogo Alain Touraine, Bauman recibió el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades 2010.[3]

Biografía

Nació en el seno de una familia humilde, polacos judíos no practicantes de su religión. Cuando Polonia fue invadida por la Alemania nazi en 1939 su familia escapó hacia el este en su huida del nazismo, se trasladó a la Unión Soviética donde se alistó en el primer ejército polaco controlado por los soviéticos, trabajando como instructor en educación política. Participó en las batalla de Kolberg y Berlín. En mayo de 1945 recibió la Cruz Militar del Valor.

Según el Instituto de la Memoria Nacional polaco, desde 1945 hasta 1953 fue un oficial político del Cuerpo de Seguridad Interna (Korpus Bezpieczeństwa Wewnętrznego, en polaco; KBW), una unidad militar formada para combatir a la insurgencia nacionalista de Ucrania y parte de los restos del Armia Krajowa.[4]​ Más tarde trabajó para la inteligencia militar de 1945 a 1948. Sin embargo, la naturaleza y amplitud de su colaboración permaneció oculta, así como las circunstancias exactas bajo las cuales terminaron.[4]

Regresó posteriormente a Polonia, donde militó en el Partido Comunista[5]​ y fue profesor de filosofía y sociología en la Universidad de Varsovia antes de verse obligado a irse de Polonia en 1968 a causa de la política antisemita desarrollada por el gobierno comunista después de los sucesos de marzo de 1968. Posteriormente a su purga de la Universidad de Varsovia, enseñó sociología en países como Israel, Estados Unidos y Canadá. Desde 1971 residió en Inglaterra, donde fue profesor en la Universidad de Leeds, y, desde 1990, profesor emérito.

En una entrevista con el diario inglés "The Guardian", él confirmó que había sido un comunista comprometido durante y después de la Segunda Guerra Mundial y nunca lo mantuvo en secreto. Admitió que fue un error unirse al servicio de inteligencia militar a los 19 años, donde tuvo un "aburrido" trabajo de oficina, sin recordar haber hecho seguimiento a persona alguna.[6][7]​ Mientras sirvió en el KBW, estudió sociología en la Academia de Ciencias Sociales y Políticas de Varsovia. Dentro del KBW tenia el rango de mayor, pero fue súbitamente dado de baja deshonrosamente en 1953, después de que su padre acudió a la embajada de Israel en Varsovia para ver si podía emigrar a Israel. Como Bauman no compartía las tendencias sionistas de su padre y fue en efecto fuertemente antisionista, su despido causó un severo aunque temporal alejamiento con su padre. Durante el período de desempleado que le siguió, completó su maestría y en 1954 comenzó a dictar clases en la Universidad de Varsovia, donde permaneció hasta 1968.[cita requerida]

Frente al incremento de la presión política conectada con una purga política liderada por Mieczysław Moczar, jefe de la Służba Bezpieczeństwa, renunció a su membresía en el Partido Obrero Unificado Polaco en enero de 1968. En marzo de ese año, empezó la purga que expulsó fuera del país a muchos comunistas polacos de ascendencia judía, incluyendo aquellos intelectuales que habían caído en desgracia ante el gobierno comunista.[cita requerida] Bauman, que había perdido su puesto en la Universidad de Varsovia, fue uno de ellos. Tuvo que renunciar a su ciudadanía polaca para que le permitiesen salir del país. Primeramente se marchó hacia Israel, en donde enseñó en la Universidad de Tel Aviv, aceptando después una cátedra de sociología en la Universidad de Leeds, donde fue jefe de departamento. Desde ese momento, publicó sus obras casi exclusivamente en inglés, su tercera lengua y su reputación creció de forma exponencial. Desde finales de la década de 1990, Bauman ejerció una influencia considerable en el movimiento antiglobalización.[cita requerida]

En el año 2011 en una entrevista con el importante semanario polaco Polityka criticó al sionismo y a Israel, mencionando que no estaba interesado en la paz y esto fue "tomando una ventaja del Holocausto para legitimar actos inconcebibles". Comparó la Barrera israelí de Cisjordania como un muro comparable a las paredes del gueto de Varsovia donde cientos de miles de judíos murieron en el Holocausto. El embajador israelí en Varsovia, Zvi Bar dijo de los comentarios de Bauman que eran "mitad falsos" y "exageraban las generalizaciones".

Vida privada

Bauman estuvo casado con la escritora Janina Bauman, (Lewinson de soltera), (falleció el 29 de diciembre de 2009 en Leeds) tuvieron tres hijas, la pintora Lydia Bauman, la arquitecta Irena Bauman y la educadora Anna Sfard. Bauman murió el 9 de enero de 2017 a los 91 años.

Obra y pensamiento

El interés de la investigación de Zygmunt Bauman se enfocó en la estratificación social y en el movimiento obrero, antes de interesarse en temas más globales tales como la naturaleza de la modernidad. El período más prolífico de su carrera comenzó después de abandonar la enseñanza en Leeds, cuando se acrecentó su importancia más allá de los círculos de sociólogos profesionales con un libro que publicó acerca de la supuesta conexión entre la ideología de la modernidad y el Holocausto.[8]

La obra de Bauman comprende 57 libros y más de 100 ensayos. Muy influido por Gramsci, nunca llegó a renegar de los postulados marxistas. Sus obras de la década de 1980 y principios de los 90 analizan las relaciones entre la modernidad, la burocracia, la racionalidad imperante y la exclusión social. Siguiendo a Sigmund Freud, concibe la modernidad europea como el producto de una transacción entre la cesión de libertades y la comodidad para disfrutar de un nivel de beneficios y de seguridad.[9]

El Holocausto

Su más famoso libro, Modernidad y el Holocausto, es un llamado de atención acerca de los peligros de los tipos de miedos. El dibujo sobre los libros de Hannah Arendt y Theodor Adorno sobre el totalitarismo y la ilustración, donde desarrolló su tesis central en donde el holocausto no debe ser simplemente considerado como un evento accidental en la historia de la raza judía sino una regresión a la barbarie precivilizada. Más aún, el holocausto debía ser visto como una consecuencia lógica (aunque no inevitable) de la civilización moderna y de la creencia de ésta en la ingeniería social a gran escala. Procedimientos racionales, la división del trabajo, la categorización taxonómica de las diferentes especies y la tendencia a ver obediencia y buena moralidad, jugando todas juntas un papel en el Holocausto viniendo del pasado. Argumentó que las sociedades modernas por esta razón no han agarrado estas lecciones del Holocausto. Esto tiende a ser visto como la metáfora de Bauman desde su punto de vista, como una pintura en la pared ofreciendo pocas lecciones.

El análisis de Bauman de los judíos, suena extraño para la excelencia europe. La Solución Final fue pintada por el como un ejemplo extraño acerca de lo que hizo la sociedad. Se parece al filósofo Giorgio Agamben conteniendo el mismo proceso de exclusión en donde el trabajo en el Holocausto podría no ser extendido pero que juega un papel actual.

Modernidad y posmodernidad versus modernidad sólida y líquida

Las primeras obras de Bauman fueron proyectos basados en la modernidad dentro del diseño de una mejor sociedad. Hacia 1970 y comienzos de la década de 1980, su atención cambió a cuestiones más generales y teóricas en relación con el papel de las ciencias sociales y cómo estas podrían ayudar a la sociedad. El mayor cambio en la obra de Bauman se produjo a finales de la década de 1980, con la edición de una trilogía de libros (Legisladores e intérpretes, Modernidad y Holocausto y Modernidad y ambivalencia), en los que criticaba la modernidad y proponía una visión posmoderna distópica de la sociedad. Desde entonces, Bauman editó una línea invariable de libros adicionales, donde había estado explorando su nueva perspectiva.

Aunque a Bauman se le considera un pensador 'posmoderno', no le cabe el término de posmodernista, ya que utiliza los conceptos modernidad sólida y modernidad líquida para caracterizar lo que considera dos caras de la misma moneda.

Bauman causó cierta controversia dentro de la sociología con su aseveración de que el comportamiento humano no puede explicarse primariamente por la determinación social o discusión racional, sino más bien descansa en algún impulso innato, presocial en los individuos.

Desde fines de la década de 1990, Bauman ejerció una considerable influencia sobre el movimiento altermundista.

Vidas desperdiciadas: La modernidad y sus parias

En su libro Vidas desperdiciadas: La modernidad y sus parias, Bauman aborda la consecuencia de la modernidad, la que deja como resultado desechos, pero en este caso son "residuos humanos" producto de las migraciones y la globalización , el flujo de poblaciones no se puede reabsorber y está comenzando a ser un problema serio para diferentes partes del mundo, principalmente en países primer mundistas, como Estados Unidos y la Unión Europea. El problema de la migración se ha ido convirtiendo en uno de los principales temas de la agenda dentro del grupo hegemonía del planeta. Bauman afirma que la producción de "residuos humanos" constituye una consecuencia inevitable de la modernidad.[10]

La convivencia con los otros

Cómo convivir con los otros ha sido un problema omnipresente de la sociedad occidental, y Bauman presenta las principales estrategias utilizadas: la separación del otro excluyéndolo (estrategia émica), la asimilación del otro despojándole de su otredad (estrategia fágica) y la invisibilización del otro para que desaparezca del propio mapa mental.

Sociología del cambio: sociología reflexiva

Bauman es uno de los sociólogos que plantea una nueva forma de entender la sociedad moderna, no basada necesariamente en los conformistas y los anticonformistas, sino una tercera vía, según la lógica de la sociología reflexiva, que elabora y apunta a modificar la sociedad moderna. La hipótesis de Bauman afirma que el cambio social tiene que ser un producto necesario y dinámico. Una vez comprendida la relación entre la sociedad sólida (seguridad, contenidos, valores) y la sociedad líquida (movilidad, incertidumbre, relatividad de valores), el segundo paso necesario es modificar la realidad y comprender que la vía del cambio es la única posible y la única necesaria, además del hecho de que es oportuna, para evitar los conflictos sociales y mejorar las condiciones de vida.[11]

Trabajo, consumismo y nuevos pobres

Para Bauman, “la cruzada por la ética del trabajo era la batalla por imponer el control y la subordinación. Se trataba de una lucha por el poder en todo, salvo en el nombre; una batalla para obligar a los trabajadores a aceptar, en homenaje a la ética y a la nobleza del trabajo, una vida que ni era noble ni se ajustaba a sus propios principios de moral”. La ética del trabajo era una aberrante grosería; responsabilizar a los pobres de su pobreza gracias a su falta de disposición al trabajo y, por lo tanto, su inmoralidad y degradación personal (lo que provoca su castigo ante el pecado) es uno de los últimos servicios de la ética del trabajo a la sociedad de consumidores.[12]

En la nueva estética del consumo, las clases que concentran las riquezas pasan a ser objetos de adoración, y los "nuevos pobres" son aquellos que son incapaces de acceder al consumo y a la novedad del sistema capitalista. Hay que aclarar que esta analogía se hace porque en el libro el autor señala que en el pasado se discriminaba a los incapaces, es decir, a quienes no podían trabajar debido a su avanzada edad o a alguna deficiencia o discapacidad física; estas personas no podían trabajar debido a su condición y por tanto eran considerados "inmorales", ya que se concebía al trabajo como señal de "moralidad", y estos personajes no contaban con ella. Para alcanzar los placeres de una vida "normal", se necesita dinero, y los pobres se encuentran ante un escenario de consumo rapaz y con la incapacidad de solventar los estándares del consumo: «Nada calmará el dolor de la inferioridad evidente».[13]

La identidad en la modernidad líquida

En el planteamiento de Bauman, la búsqueda de la identidad es la tarea y la responsabilidad vital del sujeto, y esta empresa de construirse a sí mismo constituye al mismo tiempo la última fuente de arraigo. Bauman plantea que en la modernidad líquida las identidades son semejantes a una costra volcánica que se endurece, vuelve a fundirse y cambia constantemente de forma. El autor plantea que estas parecen estables desde un punto de vista externo, pero que al ser miradas por el propio sujeto aparece la fragilidad y el desgarro constante.[14]

Según sus planteamientos, en la modernidad líquida el único valor heterorreferenciado es la necesidad de hacerse con una identidad flexible y versátil que haga frente a las distintas mutaciones que el sujeto ha de enfrentar a lo largo de su vida. La identidad se configura como una responsabilidad reflexiva que busca la autonomía del resto y la constante autorrealización y que, además, está abocada a la constante inconclusión debido a la falta de un telos en la modernidad tardía.[14]

Entiende que la felicidad se ha transformado de aspiración ilustrada para el conjunto del género humano en deseo individual. Y en una búsqueda activa más que en una circunstancia estable, porque si la felicidad puede ser un estado, solo puede ser un estado de excitación espoleado por la insatisfacción. El exceso en los bienes de consumo nunca será suficiente.

Bauman, al plantear la modernidad líquida, se refiere al proceso por el cual el individuo tiene que pasar para poder integrarse a una sociedad cada vez más global, pero sin identidad fija, y sí maleable, voluble. La identidad se tiene que inventar, crear, se tiene que moldear máscaras de supervivencia. Llega a esta conclusión a partir del análisis histórico de los grandes cambios que ha experimentado la sociedad, en especial a partir de la lucha de clases, entre el proletariado y los dueños de los procesos de producción, a finales del siglo XIX, el desintegramiento de las sociedades colectivas, para dar paso a la individualidad en términos de ciudadanía, los cambios vertiginosos que ha provocado la globalización y el imperialismo comercial de los monopolios en contubernio con los gobiernos neoliberales, el resurgimiento de la alteridad (movimientos indígenas), el feminismo, la lucha arcaica en medio oriente, el crecimiento exponencial de la población mundial, hasta llegar a la era de las TIC, donde más se observa la problemática de la identidad en la modernidad líquida. Si antes, en el siglo XVIII, la sociedad se caracterizaba por el sentido de pertenencia del individuo muy marcado entre los distintos estratos sociales, ahora, con el auge de las redes sociales y las TIC, las identidades globales, volubles, permeables y propiamente frágiles, oscilan según la tendencia que marca el consumismo. Sin embargo, esta identidad escurridiza nos hace cada vez más dependientes del otro, y es ahí donde se encuentra la esperanza de crear condiciones de crecimiento en términos de humanidad, conciencia colectiva por el bien individual a partir del común, en copla con la naturaleza.[15]

La trampa de las redes sociales

Zygmunt Bauman ha criticado el impacto de la redes sociales sobre el individuo en diferentes artículos de prensa publicados poco antes de su fallecimiento. Según este sociólogo, aparentemente, las redes sociales constituyen una herramienta para crear una comunidad propia,  pero lo que realmente se genera es una comunidad "sustituta" donde no se necesitan habilidades sociales. Son áreas de confort, donde no hay diálogo real ya que la comunidad creada se realiza a medida del individuo, y por tanto no existe la controversia o el conflicto. Así, su colectivo es seleccionado según necesidad, de forma que es fácilmente escogido o eliminado con un simple “click” de ratón y el capital afectivo que se medirá por el "numero de contactos" que se tiene en las distintas cuentas de Facebook, twitter, instagram y otras.[16]

Así, el diálogo en las redes sociales sería un lugar para encerrarse de forma confortable y “escuchar el eco de la propia voz”. En la actualidad, pertenecer  a una red social puede ayudar a mejorar la sensación de soledad que tiene el individuo, debido al escenario de gran individualización en el que se vive, pero constituyen una verdadera trampa, ya que realmente no hay una mayor sociabilización de la persona.[17]

Bauman, dentro de su concepto de modernidad líquida, distinguirá entre el concepto de grupo y enjambre. Los enjambres, se diferencian de los grupos por que no incluyen herramientas de supervivencia. Se asocian y se dispersan en diversas ocasiones por determinados temas relevantes que van cambiando, atraídos por objetos, variables y en movimiento. Este concepto de enjambre ha sido extrapolado por algunos autores, a la audiencia social que forma Twitter. Los distintos usuarios se comportan como un enjambre social y no como la definición de grupo, uniéndose para acontecimientos muy variados, sin una identidad importante y actúan en el escenario de ese concepto “líquido” que difine Bauman.[18]

Por otro lado, a pesar de la utilidad que han tenido algunas redes sociales en distintos movimientos políticos como en la primavera árabe o los indignados, las redes sociales permiten identificar a los disidentes fácilmente por parte del poder. Bauman las califica de “lugares donde la vigilancia es voluntaria y autoinfligida”.[19]

Todas estas críticas, se ajustarían a su concepto de “modernidad líquida” donde la integración de la persona se realiza en una sociedad global pero sin identidad fija, obligando a una adaptación continua, por lo que se depende continuamente de la presencia del otro que ratifica nuestra identidad y nos permite “ser vistos” .[20]

Bibliografía en español

Premios

Bauman ha sido galardonado con los siguientes premios:

Véase también

Referencias

  1. País, Ediciones El (9 de enero de 2017). «Muere el pensador Zygmunt Bauman, ‘padre’ de la “modernidad líquida”». El País. Consultado el 10 de enero de 2017. 
  2. «'Sociedad líquida'.» El Diario Vasco. Consultado el 11 de octubre de 2011.
  3. a b «Los sociólogos Touraine y Bauman ganan el Príncipe de Asturias de Comunicación.» 27 de mayo de 2010. 20 minutos. Consultado el mismo día.
  4. a b Piotr Gontarczyk: Towarzysz "Semjon". Nieznany życiorys Zygmunta Baumana «BIULETYN - INSTYTUTU PAMIĘCI NARODOWEJ». 29 de agosto de 2013.  "Biuletyn IPN", 6/2006. S. 74-83
  5. Clarín.com: «Zygmunt Bauman: "Sí, fui un espía del comunismo".»
  6. Aida Edemariam, "Professor with a past", The Guardian, 28 de abril de 2007.
  7. El artículo de The Guardian erróneamente afirma que el artículo de Brickhouse, al que hace mención, fue escrito por Bogdan Musiał, un historiador polaco conservador que trabajaba en Alemania. De hecho, fue escrito por Piotr Gontarczyk, un empleado del Instituto de la Memoria Nacional; Musiał solamente repitió los hallazgos publicados por Gontarczyk en el Frankfurter Allgemeine Zeitung.
  8. Bauman, Zygmunt (1 de enero de 1998). Modernidad y holocausto. Sequitur. ISBN 9788492311200. Consultado el 11 de julio de 2016. 
  9. «Biografia de Zygmunt Bauman». www.biografiasyvidas.com. Consultado el 11 de julio de 2016. 
  10. Bauman, Zygmunt (1 de enero de 2005). Vidas desperdiciadas: la modernidad y sus parias. Paidós. ISBN 9788449316715. Consultado el 11 de julio de 2016. 
  11. Bauman y la sociedad del cambio Video en Transnational Justice Center
  12. Bauman, Zigmunt (1 de enero de 2000). Trabajo, consumismo y nuevos pobres. Editorial GEDISA. ISBN 9788416572144. Consultado el 11 de julio de 2016. 
  13. Bauman, Zigmunt (1 de enero de 2000). Trabajo, consumismo y nuevos pobres. Editorial GEDISA. p. 67. ISBN 9788416572144. Consultado el 11 de julio de 2016. 
  14. a b Bauman, Zygmunt (1 de enero de 2002). Modernidad líquida. Fondo de Cultura Económica. ISBN 9789505575138. Consultado el 11 de julio de 2016. 
  15. Palomar Verea, Cristina (enero-abril de 2007). «Reseña de "Identidad" de Sygmunt Bauman». Espiral XIII (38): 205-214. 
  16. Arenas, Luis (2011). «Zygmunt Bauman: Paisajes de la modernidad líquida». Daimon Revista Internacional de Filosofía 0 (54): 111-124. ISSN 1989-4651. Consultado el 4 de junio de 2017. 
  17. Querol, Ricardo de (9 de enero de 2016). «Zygmunt Bauman: “Las redes sociales son una trampa”». EL PAÍS. Consultado el 4 de junio de 2017. 
  18. F Claes, Luis Deitell, Cogosto ML. «Audiencia social ¿Comunidad o ejambre? Caso de estudios Goyas 2014». revista. 
  19. Querol, Ricardo de (10 de octubre de 2015). «Epidemia de desafección». EL PAÍS. Consultado el 4 de junio de 2017. 
  20. «Murió Zygmunt Bauman, creador del concepto de la "modernidad líquida"». Consultado el 4 de junio de 2017. 

Enlaces externos