Bautismo en el Espíritu Santo
El bautismo en el Espíritu Santo es una doctrina cristiana basada en el libro Hechos de los Apóstoles del Nuevo Testamento,[1] donde se narra cómo una multitud de creyentes recibieron al Espíritu Santo tal como Jesús les había prometido.[2]
Perspectiva carismática
Los cristianos pentecostales y carismáticos entienden al bautismo con el Espíritu Santo como una experiencia definida que ocurre después de la salvación. Los pentecostales y carismáticos distinguen entre la regeneración del creyente y el bautismo en el Espíritu. En el momento cuando una persona es regenerada, aquella tiene la presencia del Espíritu Santo; sin embargo, los pentecostales y los carismáticos esperan una experiencia segunda y distinta de llenura del Espíritu.[3] Esta "llenura interior" con el Espíritu provee a aquellos quienes han sido llenados de poder para servir, testificar y les permite experimentar los dones espirituales que son descritos en la Biblia.[4][5]
Por otra parte, iglesias pentecostales en Chile, Haití,[6] Alemania,[7] Suiza,[8] y algunas denominaciones en los países escandinavos[9] y en Gran Bretaña como la Iglesia Pentecostal Elim[10] y la Iglesia Apostólica en Gales,[11] no enseñan que el hablar en lenguas es señal necesario del bautismo del Espíritu Santo. Los carismáticos tienden a creer que cualquiera de los dones del Espíritu puede ser una evidencia del bautismo del Espíritu.
Para las Asambleas de Dios, implica la evidencia del hablar en nuevas lenguas según el Espíritu Santo permita a los creyentes que hablen.[12] Los pioneros y teólogos pentecosteses como William Seymour[13] George Jeffreys, William Hammer Piper, Minnie F. Abrams de Pandita Ramabai Mukti Misión,[14] Willis Collins Hoover han declarado que cualquiera de los carismas es suficiente evidencia del bautismo del Espíritu Santo. FF Bosworth,[15] llegó a la conclusión de que la tesis de Charles Parham que el bautismo en el Espíritu Santo debe ser acompañada de lenguas era una falacia.
Textos bíblicos que lo mencionan
La promesa del Espíritu Santo es realizada por en el libro de Joel. La promesa es dada por Dios y dice de la siguiente manera:
28 Y después de esto derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros jóvenes verán visiones. 29 Y también sobre los siervos y sobre las siervas derramaré mi Espíritu en aquellos días. 30 Y daré prodigios en el cielo y en la tierra, sangre, y fuego, y columnas de humo. 31 El sol se convertirá en tinieblas, y la luna en sangre, antes que venga el día grande y espantoso de Jehová. 32 Y todo aquel que invocare el nombre de Jehová será salvo; porque en el monte de Sion y en Jerusalén habrá salvación, como ha dicho Jehová, y entre el remanente al cual él habrá llamado.[16]
De igual forma en el Nuevo Testamento, Juan el Bautista, le dice a sus seguidores que él bautizaba en agua, pero que detrás de él venía uno de quién su calzado era indigno de desatar, y que este bautizaría con el Espíritu Santo y en fuego.[17] Esta promesa del derramiento es retomada por Jesucristo en el Nuevo Testamento. Jesús les dijo a sus apóstoles que esperaran la venida del Espíritu Santo para recibir poder, en el aposento alto.
Día de Pentecostés
Cuando llegó una fiesta judía llamada Pentecostés, los discípulos que obedecieron al mandato de Jesús, recibieron esta promesa. La Biblia dice que estaban unánimes y de repente vino como un viento recio (no un viento recio) y se les aparecieron como lenguas de fuego en la cabeza de todos los creyentes y empezaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu Santo les daba a que hablasen. Esto ocurrió aproximadamente a las nueve de la mañana y hubo testigos de diversas nacionalidades tales como medos, partos, africanos, egipcios, judíos, árabes que oían a los galileos hablar las maravillas de Dios. Sin embargo había muchos otros que pensaban que estaban embriagados. De pronto el apóstol Pedro se levantó y comenzó a predicar a los presentes, diciéndoles que lo que veían, era el cumplimiento de la promesa realizada años atrás, aproximadamente en el 850 a. C. En ese momento casi tres mil personas se convirtieron en la doctrina del cristianismo.
La casa de Cornelio
La venida del Espíritu Santo fue realizada también sobre los gentiles. En una visión que tuvo el apóstol Pedro en la azotea de una casa de Jope (actual Jaffa, Dios le reveló al apóstol que debía amar a sus semejantes a pesar de que no sean judíos, pues ante Dios no hay acepción de personas. Cornelio, un centurión de la cohorte Itálica, envió por él para que fuera a Cesarea donde había una iglesia en su casa. Pedro aceptó ir a Cesarea por mandato de Dios, y llegó a casa de Cornelio. Cuando Pedro comenzó su discurso, el Espíritu Santo cayó sobre los presentes y empezaron a hablar en lenguas, magnificando a Dios.[18]
La Iglesia en Éfeso
Cuando el apóstol Pablo llegó a Éfeso, se encontró con una situación muy comprometedora. Los cristianos de esa iglesia habían sido bautizados por el bautismo de Juan y ni siquiera sabían que existía el Espíritu Santo, entonces Pablo los bautizó en el nombre de Jesús y habiéndoles impuesto las manos, vino sobre ellos el Espíritu Santo, y hablaban en lenguas y profetizaban.[19]
La Iglesia en Samaria
Pedro y Juan habían llegado hasta Samaria, donde había un grupo de cristianos bautizados en agua en el nombre de Jesús, pero que no habían sido bautizados con el Espíritu Santo. Por este motivo Pedro y Juan impusieron sus manos sobre ellos y dice que recibieron el Espíritu Santo.[20] Este es el único pasaje en Hechos donde no se menciona que los creyentes hayan hablado en nuevas lenguas y es de mucha discusión. Sin embargo muchos grupos pentecostales modernos, creen que si lo hicieron, pues Simón el mago, había querido comprar el don del Espíritu Santo por haber visto un gran prodigio, que muchos teólogos suponen, fue el don de lenguas manifestado en los samaritanos.
Es de esta manera que muchos de los grupos pentecostales clásicos actuales afirman que la evidencia inicial para recibir el Bautismo en el Espíritu Santo, es el hablar en nuevas lenguas.
Aun así, hay muchos otros pasajes en en el libro de Hechos donde no se menciona que los que se convirtieron hablaron en lenguas. Por ejemplo: Hechos 4:1-4, Hechos 4:29-31, Hechos 8:14-17, Hechos 8:34-38, Hechos 9:1-8, Hechos 9:17-19, Hechos 11:15-18, Hechos 16:29-34.
Véase también
Referencias
- ↑ Hechos 2
- ↑ Lucas 24:29; Hechos 1:5; Hechos 1:8
- ↑ Arrington, French L. (Fall). «The Indwelling, Baptism, and Infilling with the Holy Spirit: A Differentiation of Terms». Pneuma: the Journal of the Society for Pentecostal Studies 3 (1): 1-2.
- ↑ Horton, Stanley M. (2005). What the Bible Says about the Holy Spirit, Revised Edition. Springfield, Missouri: Gospel Publishing House. pp. 139-140. ISBN 0-88243-359-8.
- ↑ Amos Yong (7 de marzo de 2006). «Discerning the Spirit». Consultado el 16 de mayo de 2009.
- ↑ Bloesch, Donald. "The Holy Spirit: works & gifts". pp. 185-186
- ↑ "The German Pentecostal movement has from the first resisted the theory that only one who speaks in tongues has received the baptism of the Spirit" citado en Hollenweger, Walter J.The Pentecostals.London: SCM Press, 1972. p. 335
- ↑ Hollenweger, Walter J.The Pentecostals.London: SCM Press, 1972. p. 335
- ↑ como la Misión Pentecostes Örebro, ahora InterAct en Suecia, y los Smiths Venner de Noruega
- ↑ What we believe
- ↑ Apostolic Church in the UK: Tenets
- ↑ Por la Defensa del Evangelio (Editorial Cristiana de las Asambleas de Dios) (2002)
- ↑ Seymour, William. "The Baptism of the Holy Ghost" in Doctrines and Disciplines of the Apostolic Faith Mission at Azusa Street. Los Angeles: AFM, 1915.
- ↑ Abrams, Minie F. The Baptism in the Holy Ghost and Fire, 1906. 2nd ed.
- ↑ Bosworth, F.F. Do we all speak with tongues? n.d. circa 1918.
- ↑ Joel 2:28
- ↑ Mateo 3:11
- ↑ Hechos 10:46
- ↑ Hechos 19:5
- ↑ Hechos 8:17