Novum organum
La expresión latina idola fori (en singular idolum fori), a veces traducido como "ídolos del mercado" o "del foro", designa una clase de falacia lógica que resulta de correspondencias imperfectas entre las definiciones de las palabras en los idiomas humanos y las cosas reales en la naturaleza que estas palabras representan.
El término fue acuñado en latín por Sir Francis Bacon y utilizado en su Novum Organum, uno de los primeros tratados que procuraban establecer sobre sólidos fundamentos la lógica y el método científico. El término es uno de los cuatro ídola que representan "nociones falsas que ahora están en posesión del entendimiento humano y que han arraigado profundamente en él". Bacos estableció que había dos tipos de idola fori:[1]
- Los primeros son "nombres de cosas que no existen (porque hay cosas que no se nombran por falta de observación, así también sus nombres resultan suposiciones fantásticas y a las que nada en realidad corresponde)". Este primer tipo "es más fácilmente expulsado, porque para deshacerse de él solo es necesario que todas las teorías se rechacen constantemente y se descarten como obsoletas".
- Los segundos son "nombres de cosas que existen, pero confusas aún y mal definidas, y derivadas apresurada e irregularmente de las realidades". Según Bacon, es esta segunda clase, "que surge de una abstracción defectuosa e inadecuada", la "intrincada y profundamente enraizada" porque tiene que ver con la forma en que las palabras mismas pueden guiar el pensamiento.
Los "hombres cultos", pues, debían tener cuidado con las definiciones y explicaciones, estableciendo el asunto correcto "en algunas cosas". Sin embargo, "las palabras claramente fuerzan y anulan el entendimiento y arrojan a todos a la confusión y llevan a los hombres a innumerables controversias vacías y fantasías ociosas".[2]
Que los errores provienen inevitablemente de las generalizaciones imperfectas en los lenguajes naturales, y que los filósofos o científicos deben tener cuidado con este peligro son temas antiguos en la filosofía. Eran, por ejemplo, problemas que ya apreciaron Aristóteles en el mundo clásico grecolatino y Guillermo de Occam en la Edad Media. Pero los idola fori de Bacon constituyen el ejemplo más conocido y serio entre los primeros humanistas modernos sobre los usos problemáticos del lenguaje. Después de Bacon siguieron enfatizando esta preocupación autores como Thomas Hobbes y John Locke.