Enrique Doyle
Henry, hispanizado como Henrique o Enrique Doyle (Dublín, ? - d. de 1799) fue un industrial y agrónomo irlandés afincado en España.
Biografía
Poco se sabe sobre él. El ilustrado Eugenio Larruga[1] cuenta que Fernando IV, encomendó a "Andrés Berri" (el mercader irlandés Ambrose Berry, en realidad) que viajase a Irlanda para traer a algunos industriales que modernizaran la tunda, percha, prensa y elaboración de paños y enseñasen sus técnicas a operarios españoles; en 1750 volvió con Doyle, entre otros (Cristóbal MacKenna, Gerardo Floyster, Guillermo Sheercraft, Andrés Creswell...) y al año siguiente lo puso a trabajar en las reales fábricas de Brihuega y San Fernando. En 1754 le encargaron además actuar como espía industrial buscando en las Islas Británicas nuevas y mejores máquinas para manufacturar la lana y los tejidos, y eso hizo, instalando una de ellas en la Real Fábrica de Brihuega, con la ayuda de Juan Dowling, para perchar o polisar los paños. Su trabajo como espía le valió incluso alguna detención en Inglaterra.[2]
Pero Doyle convenció al Conde de Valdeparaíso para crear en Almagro, de donde era natural, una nueva fábrica de sargas, paños de lana y otras telas con desembolso de Doyle, de un socio que luego se retiró, del propio Conde y del Rey; se concedió Real Orden en 1757, pero, según Larruga, Doyle gastaba mucho más de lo que era preciso sin mejorar la calidad del producto, por lo cual rindió cuentas en 1759; además, según Larruga, el Conde murió en 1760 y el ministro Esquilache y la Junta de Comercio le ordenaron liquidar la fábrica, pese a las protestas de Doyle y un pleito que puso al heredero del Conde; la fábrica quedó abandonada y en la ruina, según Larruga, quien comentó que Doyle había sido demasiado ambicioso en sus gastos con el proyecto, al que proveyó desde el principio con veinte telares. Para otros contemporáneos era un técnico competente, pero inexperto administrador. Sin embargo, el rey Carlos III resolvió otorgarle una ayuda de costa de 200 ducados de vellón anuales a cambio de que asesorase a la Junta de Comercio en cuestiones agropecuarias. En efecto publicó útiles manuales sobre ganadería, y una monografía que ayudó a introducir el cultivo de la patata para alimento humano, no solo como hasta entonces para forraje o jardinería, citando autoridades como Antoine Parmentier, Adam Smith y los doctores Timoteo O'Scanlan y José Vallejo, entre otros. Esta última obra tuvo cierto éxito y en 1799 ya iba por su tercera edición. Una Real Cédula de 31 de agosto de 1774 le concedió además facultad para beneficiarse de una mina de carbón de piedra que había descubierto en las cercanías de Beteta (Cuenca), en la aldea de Nuestra Señora del Val.[3]
Obras
- Tratado sobre la cría y propagación de pastos y ganados. Madrid, Imprenta Real, 1799, 2 vols.
- Tratado sobre el cultivo, uso y utilidades de las patatas o papas, e instrucción para su mejor propagación, etc., Madrid, Imprenta Real, 1799 (3.ª ed.).
Referencias
- ↑ Eugenio Larruga, Memorias políticas y económicas... (1792), XVII, pp. 286 y ss.
- ↑ Petición de Enrique Doyle, 3 de abril de 1756, AGS SSH, leg. 768, citado por Thomas M. Truxes, Ireland, France, and the Atlantic in a Time of War: Reflections... Taylor & Francis, 2017, pp. 200 y ss.
- ↑ Francisco Gallardo Fernández, Origen, progresos y estado de las rentas de la corona de España..., Madrid: Imprenta Real, 1808, p. 85