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Aphididae

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Aphididae

Un pulgón sobre un tallo
Taxonomía
Reino: Animalia
Filo: Arthropoda
Clase: Insecta
Orden: Hemiptera
Suborden: Sternorrhyncha
Superfamilia: Aphidoidea
Familia: Aphididae
Subfamilias [1]
Hembras ápteras de Aphis nerii sobre capullos de su especie huésped, la adelfa (Nerium oleander). Destacan los sifones negros contra su cuerpo amarillo.
Hormigas cuidando pulgones.
Larvas de crisopa, un neuróptero, especializadas en predar pulgones.
Pulgones alados y ápteros.
Grupo de áfidos sobre una hoja de Hibiscus rosasinensis. Nótese los restos de las mudas de los áfidos que tiene color blanco.
Áfido alado
Macrosiphum depositando huevos en un rosal

Aphididae (castellanizado como afídidos o áfidos) es una familia de insectos hemipteros encuadrada en el suborden Sternorrhyncha. Pequeños y de morfología poco variada, son conocidos como pulgones, pero no están relacionados taxonómicamente con las pulgas que pertenecen a otro orden. Se alimentan de plantas y no son parásitos como las pulgas.[1]​ Algunos son vectores de virus.

Se originaron en el Cretácico, hace 100 millones de años. La subfamilia más numerosa es Aphidinae, con aproximadamente la mitad de las 4.700 especies descritas.

Algunas especies producen agallas en las plantas (ejemplos: Hormaphis hamamelidisde la subfamilia Hormaphidinae y Pemphigus spp., de la subfamilia Eriosomatinae).

Características

Son pequeños (no más de pocos milímetros), de colores variados, sobre todo verdes, amarillos o negros, a veces con manchas o motas, más a menudo lisos. El cuerpo es ovoidal, sin distinción patente de sus tres regiones (cabeza, tórax y abdomen). Pueden ser, dentro de una misma especie, ápteros (sin alas) o alados. En este caso tienen dos pares de alas membranosas, relativamente pequeñas, siempre mucho más grandes las anteriores, transparentes, dotadas de un borde de ataque engrosado y generalmente marcado por un estigma o mancha, que colocan en posturas diversas, a menudo erectas, durante el reposo.

Cuerpo blando de forma piriforme. Antenas 4 a 6 segmentadas, segmento terminal delgado. Tres ocelos. Tarsómero basal pequeño. Alas anteriores, si presentes, con una vena compuesta paralela al margen costal terminado en un terostigma; alas posteriores usualmente con una vena longitudinal y dos venas oblicuas; en reposo mantienen en techo de dos aguas.

Al final del abdomen los áfidos presentan dos sifones o cornículos, pequeños apéndices erectos de posición dorsal que apuntan hacia atrás o hacia arriba, por los que vierten sustancias que repelen a sus depredadores naturales.[2]​ También producen una secreción azucarada por el ano producto la digestión que poseen. Algunos áfidos han desarrollado en la evolución una relación simbiótica con hormigas, que no solo los toleran sobre las plantas, sino que los protegen de sus depredadores especializados, como las mariquitas, a cambio de la secreción de mielecilla de forma natural, que les sirven de alimento. También las abejas pueden recoger esa melaza e incorporarla a la composición de la miel.

Ciclo biológico

Las dos características biológicas más importantes de los pulgones son la viviparidad y la heterogonia —distintas formas de reproducción— en la que se alternan varias generaciones de hembras partenogenéticas con una generación anfigónica, ligada a un notable polimorfismo y que aparece cuando las condiciones medioambientales dejan de ser adecuadas. Esta última característica, unida a la exclusividad de numerosas especies respecto a la planta hospedadora, hacen que existan, al menos, hasta doce tipos distintos de ciclos biológicos entre los pulgones.

Así, si solo necesitan una especie de planta para completar el ciclo son denominadas de ciclo monoicoeumonoico— y si necesitan de dos, dioico, aunque a veces puede ocurrir que por reducción lo hagan en una sola, paramonoico.

Según el tipo de generaciones que aparecen pueden ser holocíclicos, cuando existe una generación anfigónica, y anholocíclicos, cuando no existe esa generación, como en el caso del gran pulgón pardo de los sauces. Si se producen variaciones en estos tipos en poblaciones determinadas por condiciones medioambientales favorables, entonces se habla de paraciclos.

Tres son los ciclos troncales de los que han evolucionado los demás por paraciclia, uno monoico y dos dioicos.

Ciclo monoico y holocíclico del pulgón de robles y encinas (Lachnus roboris)

De un huevo puesto al final del otoño nace, ya en primavera, una hembra, la denominada fundadora, partenogenética y vivípara. A ella le siguen varias generaciones de hembras también partenogénicas y vivíparas, ápteras —en el caso de L. roboris lo son— o aladas, son las fundatrígenas. La última generación de fundatrígenas dan lugar a sexúparas, que por partenogénesis dan lugar a los machos y hembras de la generación anfigónica. Estas hembras pondrán los huevos fecundados antes del invierno.

Ciclo dioico holocíclico del género Pemphigus

Del huevo que ha pasado el invierno nace una gran hembra fundadora, áptera, muy prolífica y gallígena —forma agallas muy específicas en la planta huésped—. Tras una o varias generaciones de fundatrígenas gallícolas —habitan dentro de las agallas formadas por la fundadora— se llega a la última generación que es alada, son las fundatrígenas migrantes, o simplemente emigrantes. Estas vuelan a las raíces del hospedador secundario donde producen varias generaciones de virginógenas, exiliadas o alienícolas. De la última generación de exiliadas nacen las sexúparas, que son aladas y migran de vuelta al hospedador primario. Allí nacerán machos y hembras ápteras sin rostro, y que, por tanto, no se alimentan. No pondrán un único huevo fecundado, sino que este quedará protegido dentro del cuerpo de la hembra muerta y apergaminada.

Ciclo dioico holocíclico del pulgón del rosal (Macrosiphum rosae)

Este ciclo es muy similar al anterior hasta que nacen las sexúparas, las andróparas —paren solo machos— son ápteras y las ginóparas —paren hembras— son aladas y migran. Los machos de esta nueva generación también son alados y también migran, en cambio las hembras ovíparas son ápteras.[3]

Además de los movimientos a plantas cercanas ya descritos, algunas especies realizan migraciones de larga distancia ayudados por los vientos estacionales, por ejemplo especies de pulgones de los cereales (Schizaphis graminum). Estos son movimientos anuales. El insecto se eleva a una altura considerable donde los vientos pueden transportarlo gran distancias. Tales vuelos tienen lugar en otoño en una dirección y en primavera en la dirección opuesta.[4]

Áfido en ámbar báltico

Evolución

Los áfidos se originaron en el Cretácico tardío, alrededor de 100 millones de años. La subfamilia Aphidinae, con aproximadamente la mitad de las 4700 especies descritas, viene de una radiación más reciente que ocurrió en el Terciario, menos de 10 millones de años atrás.[5][6]

Entomología aplicada

Los áfidos tienen solo unaimportancia ecológica y agronómica. Muchos constituyen plagas que comprometen el valor de los cultivos, y de estos, algunos son también vectores de virus que atacan a sus plantas hospedadoras.

Referencias

  1. Aphids on the World's Plants. Host Lists and Keys
  2. Richards, O. W.; Davies, R.G. (1977). Imms' General Textbook of Entomology: Volume 1: Structure, Physiology and Development Volume 2: Classification and Biology. Berlin: Springer. ISBN 0-412-61390-5. 
  3. Nieto Nafría, J. M. y Mier Durante, M. P. (1985). Tratado de Entomología. Barcelona: Omega, S.A. p. 599. ISBN 84-282-0748-8. 
  4. Parry, H. Movement Ecology. 2013. Cereal aphid movement: general principles and simulation modelling
  5. Von Dohlen CD, Moran NA (2000) Molecular data support a rapid radiation of aphids in the Cretaceous and multiple origins of host alternation. Biol J Linnean Soc 71: 689–717
  6. Von Dohlen CD, Rowe CA, Heie OE (2006) A test of morphological hypotheses for tribal and subtribal relationships of Aphidinae (Insecta: Hemiptera: Aphididae) using DNA sequences. Mol Phylo Evol 38: 316–329

Enlaces externos