Cura (mitología)
Cura es el nombre de la personificación alegórica del cuidado y la dedicación en la mitología romana. Su origen parece estar en la fábula número 220 de Higino, donde se relata el mito.
Mito de Cura
Cura recogió barro al cruzar un río y, absorta en sus pensamientos, empezó a moldearlo. Cuando revisaba su creación, Júpiter se presentó ante ella. Cura le preguntó si le otorgaría spiritus (en latín, aliento o espíritu) y él le concedió la petición sin dudar. No obstante, cuando ella también le pidió que llamara a la creación con su propio nombre, Júpiter lo rechazó insistiendo en que tenía que llevar el suyo. Mientras discutían, Tellus surgió de la tierra y quiso que se le diera su nombre porque ella había hecho posible que tuviera cuerpo.
El juicio final lo dio Saturno. Determinó que, ya que el spiritus fue dado por Júpiter, él lo tendría en la muerte; Tellus recibiría el cuerpo cuando el espíritu lo abandonase; y, debido a que Cura había sido la creadora, ella debería quedarse con su creación durante su existencia. Para resolver el debate, Saturno decidió llamarlo homo, ser humano, porque fue hecho del humus, la tierra.
Interpretación
La historia atrajo la atención del filosofo moderno Heidegger, quien observó, "El doble sentido de Cura se refiere al cuidado pero no como una preocupación ni una aflicción. Sino como una concentración en el mundo, pero también cuidado en el sentido de la devoción.[1]" Heidegger considera la fábula como una "interpretación ingenua" del concepto filosófico que denomina como Dasein, "ser en el mundo" de la sección 42 de Ser y Tiempo.[2]
La interpretación que Heidegger le da a la fábula es el cuidado que Cura le da al hombre como su propia creación, empezando por la concepción preontológica, donde se refiere al punto de constitución y destino. El hombre es una creación compuesta, cómo se puede ver en el mito, Jove le da el espíritu mientras que Tellus, el cuerpo; dejándolo como una síntesis de lo Heterogéneo, un ser "entre" físico y metafísico, siendo Cura la síntesis entre ambos. Sin embargo, el ser que le dio el nombre, o sea la existencia, fue Saturnus: el tiempo, quien dicta la sentencia. Cura es la encargada del cuidado, no solo del hombre, sino también de la separación de las cosas de los mortales con los inmortales, pasando por el río Leteo, del olvido.[3]
Otro aspecto que resalta es la del equivalente al mito cristiano de la creación, en el que la mujer es creada al final, con la intención de mostrar a Cura como un reto al concepto occidental de autoabastecimiento y la "Atomización de lo Individual".[4] Es una figura materna, que cuida de su creación.
Referencias
- ↑ Heidegger, Martin; José Gaos y Jorge Eduardo Rivera Cruchaga (traducción) (1997). Ser y Tiempo. Santiago de Chile: Editorial Universitaria. pp. 235–244. ISBN 965-11-1327
- ↑ Para el Latin y también para la traducción en Español, ver Martin Heidegger, Prolegómenos para una historia del concepto de tiempo, traducido por Jaime Aspiunza Elguezabal (Alianza Editorial, 2006, originalmente publicado en 1979), pp. 302–303 [1]en linea.
- ↑ Jimmy Pinilla (2004). «Muerte y temporalidad (el drama de Drácula)». http://www.javeriana.edu.co/cuadrantephi/sumario/articulos29.htm. CuadrantePhi. Consultado el 20 de mayo de 2017.
- ↑ Katrin Froese, Nietzsche, Heidegger, y Daoist Thought: Crossing Paths In-between (SUNY Press, 2006), p. 188 en linea.