Ir al contenido

Países Catalanes

Esta es una versión antigua de esta página, editada a las 23:56 11 mar 2020 por 89.141.91.199 (discusión). La dirección URL es un enlace permanente a esta versión, que puede ser diferente de la versión actual.
Localización de los Países Catalanes sobre las entidades políticas actuales, con los territorios catalanohablantes resaltados.

Países Catalanes (en catalán Països Catalans) es un término ambiguo,[1]​ que bien puede hacer referencia, en el ámbito lingüístico y cultural, a los territorios donde se habla el idioma catalán, o bien, en referencia a la política y la sociología, a un proyecto de nación que aglutinase tanto los territorios del dominio lingüístico catalán como, con frecuencia, otra serie de territorios donde el catalán no es una lengua de uso tradicional. Los Países Catalanes –una delimitación solo basada en la similitud lingüística– nunca existió como sujeto político, aunque la comunidad de territorios catalanohablantes tiene su origen histórico en la expansión de la Corona de Aragón.[2]

Aunque el término aparece documentado en la segunda mitad del siglo xix, fue popularizado por el escritor valenciano Joan Fuster, que lo empleó en sus ensayos políticos en la década de 1960, publicados en su libro Nosaltres, els valencians.

Se trata de un término controvertido, en cuanto, identificado con el pancatalanismo, alude a la reclamación de un proyecto nacional y geopolítico con una fundamentación discutida que no cuenta con gran apoyo popular, especialmente fuera de la comunidad autónoma de Cataluña, donde puede ser percibido como una idea con connotaciones de primacía de Cataluña sobre otros territorios, como la Comunidad Valenciana o las islas Baleares.[3]

El dominio lingüístico del idioma catalán comprende a Andorra, la mayor parte de Cataluña, una parte del este de la comunidad autónoma de Aragón —la llamada Franja de Aragón—,la mayor parte del departamento de Pirineos Orientales, la ciudad sarda de Alguer y también un pequeño territorio en la Región de Murcia, llamado El Carche.[4]​ Los territorios donde el catalán no es una lengua autóctona que con frecuencia son adscritos al concepto de Países Catalanes son la zona interior de la Comunidad Valenciana (incluyendo territorios históricamente monolingües en castellano)[5]​ y las comarcas del Valle de Arán y la Fenolleda, donde la lengua autóctona es el occitano, en la primera comarca en su variedad aranesa.[6]

Historia del término

El término «Países Catalanes» se encuentra documentado por primera vez en la monumental obra del valenciano Bienvenido Oliver, Historia del Derecho en Cataluña, Mallorca y Valencia. Código de las Costumbres de Tortosa, I (Madrid, 1876); de manera apolítica y cultural.[7]​ Este autor valenciano, natural de Catarroja (provincia de Valencia) e historiador del Derecho, consigue, durante la Renaixença catalana de finales del siglo XIX, hacer fortuna en la acuñación del término como sinónimo de "territorios de habla catalana». En este sentido, el término apareció también en el año 1886 en un artículo de José Narciso Roca Farreras en la revista "L'Arc de Sant Martí".[nota 1]

Joan Fuster, popularizador del término en la segunda mitad del siglo XX.

El término «Países Catalanes» fue popularizado principalmente por el ensayo Nosotros, los valencianos publicado en 1962.[8]​ Fuster, por otra parte, definía un concepto territorial de los Países Catalanes estrictamente lingüístico y pancatalanista: la lengua del cual sería la base para proponer su proyecto nacional, siendo el nombre Países Catalanes provisional hasta que se produjera la unificación nacional de los territorios de habla catalana, que deberían llamarse Cataluña (supuso que la pluralidad del término podría refrenar los impulsos particularistas de algunas regiones). Por tanto, como consecuencia de esta premisa, el ensayista consideraba que las comarcas castellanoparlantes eran no solo prescindibles, sino también un obstáculo para el éxito de este proyecto nacional.[9]

Históricamente, se han utilizado otros términos similares, con implantación menor, reducida o nula.[nota 2]​ A finales del siglo XX, Josep Guia propuso utilizar Cataluña para denominar todo el territorio de los 'Países Catalanes', y no solo el territorio del 'Principado de Cataluña' ('Es muy sencillo: decidle Cataluña, 1985); aducía voluntad política, sobre todo, pero también se documentaba el uso medieval, moderno y contemporáneo ("Valencia: 750 años de nación catalana", 1988), mientras que Francesc de Paula Burguera reivindicó en 2005 la existencia del término alternativo de «Comunidad Catalánica», usado en 1961 por Xavier Casp y Miquel Adlert en oposición al de «Países Catalanes».[12][nota 3]

A menudo se representan territorialmente los Países Catalanes con una convergencia de motivaciones históricas y lingüísticas cuando se pretende darle un cuerpo político. Es decir, para algunos el territorio de unos Países Catalanes políticos representaría el conjunto de entidades políticas históricas de la antigua Corona de Aragón que tienen o tenían el catalán como lengua principal en sus instituciones. Bajo esta premisa, el territorio comprendería los históricos Principado de Cataluña, Reino de Mallorca (Islas Baleares y Rosellón), y Reino de Valencia (con los añadidos posteriores de Villena y la comarca de Requena).

A partir de la escisión en 1968 del sector universitario y de jóvenes del FNC, que estaban muy influenciados por la recuperación de la conciencia nacional desde el ámbito cultural, emergieron las primeras propuestas políticas, bajo las siglas del recién creado PSAN, que reclamaban el marco de los Países Catalanes.[14]​ Posteriormente surgieron diferentes organizaciones que heredaron el bagaje político surgido en aquel momento y siguieron reclamando ese marco, caso del Moviment de Defensa de la Terra (MDT), surgido como organización en 1984, que defendió «liberar de España y Francia» y de la «opresión capitalista» a los «Países Catalanes»[15]​ o varias organizaciones terroristas catalanas, hoy extintas, que reivindicaron a lo largo del tiempo la creación de los Países Catalanes, entre ellas el Exèrcit Popular Català y Terra Lliure. Esta última se definía a sí misma en su documento de constitución como organización revolucionaria que lucha por la independencia total de los Países Catalanes y empleaba llamamientos como ¡Independencia o muerte! ¡Viva la lucha armada! Una sola nación, ¡Países Catalanes![16]

Mural en Argentona (Cataluña), firmado por la extinta organización juvenil Maulets (ahora integrada en Arran), en la que se muestra a favor de la constitución de los Países Catalanes.
En catalán: Por la unidad de la lengua y de los Países Catalanes.

En la Comunidad Valenciana organizaciones como Esquerra Republicana del País Valencià, el Partit Socialista d'Alliberament Nacional y Acció Cultural del País Valencià defienden una dimensión nacional de los «Países Catalanes».[17]

La extensión de la independencia de Cataluña al resto de territorios encuadrados por la CUP como «Países Catalanes» (la Comunidad Valenciana, las islas Baleares, el Rosellón y la Franja de Aragón) forma parte de uno de sus ejes ideológicos.[18]

Ámbito extensivo de la definición de «Países Catalanes»

Los territorios a los que hace referencia el término en su definición extensiva son: las comunidades autónomas españolas de Cataluña, las islas Baleares y la Comunidad Valenciana; el microestado pirenaico de Andorra, la Franja de Aragón (un territorio perteneciente a la homónima comunidad autónoma española contiguo a la comunidad autónoma de Cataluña), la ciudad italiana de Alguer (en la isla de Cerdeña), el territorio histórico del Rosellón (perteneciente al departamento francés de Pirineos Orientales), y el pequeño territorio de El Carche (perteneciente a la Región de Murcia).

Cuestionamiento del término

El concepto Països Catalans —con connotaciones que han sido percibidas como problemáticas y controvertidas a la hora del establecimiento de relaciones entre Cataluña y otras zonas del dominio lingüístico catalán—[19][20][21][nota 4]​ fue tachado por el autor independentista Germà Bel como una «inapropiada y desafortunada expresión que carece de cualquier base histórica, política o social».[25]Núñez Seixas señala las dificultades a la hora de unir una concepción historicista vinculada a la pertenencia a la Corona de Aragón de estos territorios con un constructo principalmente lingüístico.[5]​ El historiador José Vicente Gómez Bayarri, académico de la RACV, afirma que «la entelequia de los países catalanes es una megalomanía, una ambición que está en plena virulencia, una ficción antihistórica manipuladora y tergiversadora de lo que muestra la documentación archivística».[26]

Véase también

Notas

  1. Más adelante, Josep Pijoan acuñaba el término pancatalanismo (1899), que tendría en Alfonso Maseras Galtés un primer teorizador (1915).
  2. Por ejemplo, en 1859 Víctor Balaguer proponía la Patria limosina como una federación de provincias que hablaban catalán. En la primera mitad del siglo XX se abandonaron todas las referencias a la lengua lemosina por su inexactitud histórica y lingüística. En el cambio de siglo el grupo de L'Avenç empleaba Catalònia. En entreguerras las formas más habituales eran Cataluña Grande y países de lengua catalana o, a veces, tierras de lengua catalana. Otras formas de designar este concepto, más esporádicas, han sido: Cataluña (con uso minoritario, pero continuo); Levante (Eduard Martínez Ferrando); Patria lemosina o Nación lemosina (Vicente Tomás y Martí); Cataluña Integral (Rovira i Virgili, por ejemplo); Iberia (esporádicamente en el grupo de Los Cuadernos del Exilio); bacavés o bacavés (Nicolau Primitiu Gómez Serrano);[10]Mediterránea Catalana (Pierre Deffontaines); espacio catalán (Pierre Vilar); Comunidad Catalánica (Miquel Adlert y Xavier Casp, 1961);[11]Hispania Catalana (Juan Rebagliato), etc.
  3. El término «Comunidad Catalánica» (Comunitat Catalànica, en catalán), y su gentilicio catalánico (catalànic), fue propuesto por Miquel Adlert como nombre para el mismo concepto lingüístico que actualmente se denomina como Países Catalanes, con la intención de determinar un nombre consensuado que fuese aceptado por todos los territorios en los que se habla catalán.[12]​ Así se expresaba su necesidad en una carta-manifiesto,[13]​ firmado, entre otros, por Alfons Verdeguer, Xavier Casp, Miquel Adlert, Jaume Bru i Vidal, Alfons Cucó, Rafael Villar, y Beatriu Civera: : "[...] per al dit conjunt de València, Mallorca i Catalunya acceptem la denominació suggerida fa poc per Miquel Adlert Noguerol de “Comunitat Catalànica”, on la primera paraula indica el tipus d'unió que existia i és el que acceptem, i la segona afirma la unitat de llengua i cultura, alhora que ens dóna un gentilici comú i nou per a tots, que conservem així els antics, junt amb les denominacions de sempre per a les nostres terres".
    Traducción: "[...] para el mencionado conjunto de Valencia, Mallorca y Cataluña aceptamos la denominación sugerida hace poco por Miquel Adlert Noguerol de "Comunidad Catalánica", en el que la primera palabra indica el tipo de unión que existía y es el que aceptamos, y la segunda afirma la unidad de lengua y cultura, al mismo tiempo que nos da un gentilicio común y nuevo para todos, que conservamos así los antiguos, junto con las denominaciones de siempre para nuestras tierras".
  4. Ha llegado a ser calificado como «realidad fantasma»,[22]​ y se ha llegado a afirmar también de manera crítica que «todo cuestionamiento de la idea de Països Catalans», situaría «automáticamente al que duda del lado de los "opresores"».[23]José Luis Corral tacha al concepto de espacio «irreal y fantasioso».[24]

Referencias

  1. Membrado Tena, 2012-2013, pp. 203.
  2. Pecourt, Juan (2008). Los intelectuales y la Transición política. Centro de Investigaciones Sociológicas. p. 191. ISBN 978-84-7476-453-6. 
  3. Melchor y Branchadell, 2002, p. 37.
  4. ABC. «Una isla valenciana en Murcia». ABC.es. Consultado el 15 de enero de 2018. 
  5. a b Núñez Seixas, 2010, p. 346.
  6. «Les fronteres dels Països Catalans». VilaWeb.cat (en catalán). Consultado el 16 de enero de 2018. 
  7. Destinado (sobre todo) valencianos, de Joan Fuster
  8. Sanchis i Llàcer, 2012, p. 238.
  9. Las zonas "aragonesas", "castellanas" y "murcianas", inscritas en su órbita por el apeo medieval, son como un anexo de escasa importancia [...] La "unidad" tiene exigencias insoslayables: pide excluir o asimilar los elementos radicalmente heterogéneos que subsisten en su área [...] esto entorpece los valencianos de la zona catalana en la dirección que debería ser y es su único futuro normal: los Países Catalanes, en tanto que comunidad suprarregional donde debe realizarse su plenitud como pueblo.
    Fuster, Joan (Valencia, 1962), Nosotros, los valencianos, págs. 105-109.
  10. Sanchis i Llàcer, 2012, p. 248-249.
  11. Sanchis i Llàcer, 2012, p. 248.
  12. a b Burguera, Francesc de Paula (11 de marzo de 2005). «'Comunitat Catalànica'». El País. 
  13. Revista Serra d'Or, número 6 del mes de junio de 1961
  14. Sastre, Carles (2013). Terra Lliure. Punto de Partida (1979-1995). Una biografía autorizada. Txalaparta. p. 30. ISBN 978-84-15313-45-8. 
  15. Lluch, 2014, p. 56.
  16. Vilaregut, Ricard (2004). Terra Lliure: La temptacio armada a Cataluya. Columna Edicions. ISBN 9788466404204. 
  17. Català Oltra, 2014, pp. 192-193.
  18. Subirats i Humet y Vilaregut Sáez, 2012, p. 524.
  19. Crameri, 2008, p. 1546.
  20. Assier-Andrieu, 1997, p. 33.
  21. «Duran ve un error hablar de 'Països Catalans' porque solivianta a muchos valencianos». La Vanguardia. 15 de junio de 2012. 
  22. Gómez López-Egea, 2007, p. 81.
  23. Mercadé, Hernández y Oltra, 1983, p. 126.
  24. Corral, José Luis (30 de agosto de 2015). «Cataluña, Aragón y los países catalanes». El Periódico de Aragón. 
  25. Bel, 2015, p. 81.
  26. Gómez Bayarri, José Vicente (19 de septiembre de 2017). «Los países catalanes, ¿realidad o ficción?». Las Provincias. 

Bibliografía

Enlaces externos