Cristóbal de Albornoz
Cristóbal de Albornoz fue un clérigo y extirpador de idolatrías español, activo en el Perú durante el siglo XVI. Naciod probablemente en Huelva hacia 1530. No se conocen la fecha y las circunstancias de su paso a América. Antes de llegar al Perú, fue cura de la iglesia catedral y visitador eclesiástico de Santo Domingo, y tuvo los mismo cargos en Nueva Granada.
Llegó al Perú hacia 1567. Desembarcó en el puerto de Paita, y de allí pasó a Piura. Desde allí marchó al Cuzco, donde estuvo bajo la protección de sus paisano Hernando Arias, chantre de la catedral. Cura de la doctrina de Lampa (Puno), luego fue nombrado visitador eclesiástico de Arequipa en 1568.
Al año siguiente, el cabildo eclesiástico del Cuzco lo envió a Huamanga para solucionar el pago de los diezmos, además de efectuar también una visita en dicha región. Estuvo allí hasta 1571 y en el curso de su misión toma conocimiento del movimiento conocido como el Taki Onqoy, mientras que de manera paralela elabora sendas informaciones de servicios con el fin de lograr una plaza en el cabildo cusqueño. En la segunda información se atribuye ser el descubridor del mencionado movimiento religioso.
Nombrado canónigo interino, participó en la visita general junto al virrey Toledo, recorriendo las regiones de Parinacochas y Andahuaylas, tomando parte en la fundación de la Villa de Oropesa. Con la llegada de Sebastián de Lartaún, nuevo obispo del Cuzco, Albornoz llega a ser provisor y vicario general del obispado hasta en dos oportunidades. En el cumplimiento de sus funciones, sería encarcelado por el comisario de la Inquisición, Pedro de Quiroga quien tenía un largo enfrentamiento con el obispo (1581).