Antropología forense
La antropología forense es la aplicación de la ciencia anatómica de la antropología y sus diversos subcampos, incluyendo la arqueología forense y la tafonomía forense,[1] en un entorno legal. Un antropólogo forense puede ayudar a identificar a los individuos fallecidos cuyos restos están descompuestos, quemados, mutilados o irreconocibles por cualquier otro motivo, como podría ocurrir en un accidente aéreo. Los antropólogos forenses también son fundamentales en la investigación y documentación de genocidios y fosas comunes. Junto con los patólogos forenses, los dentistas forenses y los investigadores de homicidios, los antropólogos forenses suelen declarar en los tribunales como testigos expertos. Utilizando los marcadores físicos presentes en un esqueleto, un antropólogo forense puede determinar la edad, el sexo, la estatura y la raza de una persona. Esto es útil para identificar a personas vivas con fines legales, como los inmigrantes ilegales. Esto es extremadamente importante en casos legales en los que el tribunal necesita decidir si juzgará a un individuo como adulto o como menor. Además de identificar las características físicas del individuo, los antropólogos forenses pueden utilizar las anomalías del esqueleto para determinar potencialmente la causa de la muerte, traumas pasados como huesos rotos o procedimientos médicos, así como enfermedades como el cáncer de huesos.
Los métodos utilizados para identificar a una persona a partir de un esqueleto se basan en las aportaciones pasadas de varios antropólogos y en el estudio de las diferencias del esqueleto humano. Mediante la recogida de miles de especímenes y el análisis de las diferencias dentro de una población, se pueden hacer estimaciones basadas en las características físicas. A través de ellas, se puede identificar potencialmente un conjunto de restos. El campo de la antropología forense creció durante el siglo XX hasta convertirse en una especialidad forense plenamente reconocida en la que participan antropólogos formados, así como numerosas instituciones de investigación que recopilan datos sobre la descomposición y los efectos que puede tener en el esqueleto.
Arqueología forense
La arqueología forense aplica técnicas arqueológicas establecidas, ligeramente modificadas por los requerimientos del registro del lugar de hechos o lugar del hallazgo, en donde un esqueleto o esqueletos o un cuerpo o cuerpos están presentes. No sólo se han utilizado estas técnicas de la arqueología tradicional al estudio de presuntos hechos delictivos, sino también en la investigación de batallas del pasado y exhumación de figuras históricas.
Cuando se encuentra un cadáver esqueletizado o en avanzado estado de putrefacción, el arqueólogo forense puede auxiliar al perito criminalístico de campo. Se robustece así una estrategia de investigación intradisciplinaria en donde trabajan conjuntamente el perito criminalista de campo, fotógrafo forense, arqueólogo forense, antropólogo físico forense, los distintos científicos forenses del laboratorio de criminología que procesan los indicios recuperados que se objetivan en dictámenes los cuales constituyen un medio de prueba.
La arqueología trata de recuperar la conducta cultural del pasado. El enfoque de la arqueología forense es reconstruir la conducta criminal y recuperar evidencia asociada en su contexto, que permita reconstruir los eventos finales de los hechos presuntamente delictivos.
Antropología cultural forense
Se encarga de auxiliar al psicólogo forense en la interpretación de la conducta del victimario tal y como se evidencia en el lugar de los hechos o hallazgo. El objetivo es establecer las características de la personalidad del criminal que servirá para una detención rápida. Con los conocimientos sobre concepciones culturales sobre la muerte, los rituales funerarios y la muerte en contextos rituales, el especialista puede saber cuando un criminal es organizado o desorganizado y por qué, tratando de distinguir las prácticas culturales de los desórdenes patológicos.
Asimismo, puede ayudar a la criminología o a la criminalística a establecer las causas del delito, su prevención y la clasificación de reos dentro de los centros de readaptación y la supervisión junto con psicólogos y pedagogos de los programas de readaptación social de los reclusos.
Por último, puede asistir a los psicólogos en las terapias de atención a las víctimas mediante la reordenación del universo simbólico del sujeto.
Véase también
Referencias
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