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Campaña de los banquetes

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La campaña de los banquetes designa una serie de aproximadamente 70 reuniones organizadas en toda la Francia entre 1847 y 1848 por los reformistas para pedir una ampliación del cuerpo electoral y oponerse a las decisiones tomadas por el ejecutivo conservador de François Guizot. Tomando la forma de banquetes para eludir la prohibición de reuniones políticas, esta campaña se extiende a todo el país y defiende ideas diferentes según los lugares y las fechas según los lugares y las fechas. Así, aunque los banquetes era digidos en un principio por la llevada por representantes de la «oposición dinástica», como Odilon Barrot, que deseaban una evolución de la Monarquía de Julio, pero no su final, poco a poco fueron permitiendo la expresión de las ideas republicanas, que acabaron por ser las más expresadas.

Ante la amplitud que tomó el movimiento, el ejecutivo hace demostraciones de firmeza, negándose a abrir el debate, y hace prohibir una de estas reuniones, que tenía que tener lugar en París el 22 de febrero de 1848. Si bien entonces los más moderados se distancian de estas inicativas, es demasiado tarde para dar marcha atrás, y de las protestas surge el mencionado día en el que se pone en marcha la revolución de febrero de 1848 que trae consigo la caída de la Monarquía de Julio y la partida del rey Louis-Philippe.

Este modelo de campaña, en lo sucesivo, inspiró otros movimientos políticos, siendo el más destacado la campaña de los banquetes rusa de 1904, organizada contra el zar Nicolas II, un anuncio de la revolución del año siguiente.

Historia

De la crisis económica a la oposición política

portrait de François Guizot par Jehan Georges Vibert
François Guizot, en 1848, llevaba más de ocho años al frente del gobierno, un récord bajo la Monarquía de Julio.

Los años mediados de 1840 están marcados en Francia por una fuerte crisis económica. La crisis es, en un principio, alimentaria: las malas cosechas de 1845 y 1846, así como la deficiencia de los medios de transporte para enviar auxilio, dan lugar a una subida de los preciosalimenticios, con las consiguiente miseria y revueltas (como las de Buzançais en 1847, que se saldan con tres condenas a muerte). En 1847, los premios se duplicaron en relación a su nivel de hacía dos años[1]​ La crisis es símbolo de la evolución de Francia, porque se se trata de la última crisis de subsistencias de esta amplitud en Francia, y es también una de las primeras crisis capitalistas de sobreproducción que afectaron al país[1]​. La buena cosecha de 1847 hace, efectivamente, bajar los precios, lo que molesta los productores, a quienes les cuesta vender sus mercancías. Los inicios de las campañas se amplían. Además, el mundo rural (75 % de la población) reduce su consumo de productos artesanales e industriales. Una crisis económica sacude este último sector, que se había desarrollado mucho desde 1840[2]​.

El mundo rural no es el único afectado: la crisis económica acentuada por la competencia y la especulación, pero también la crisis económica, llevan empresas a la quiebra, principalmente en los terrenos de la metalurgia y de la construcción ferroviaria, llevando al paro a casi 700 000 obreros a finales de 1847[3]​. En las ciudades, los panaderos sufren robos, y se producen robos en los alrededores de los mercados. Los notables multiplican las iniciativas caritativas para calmar estas agitaciones[4]​. La natalidad baja, la mortalidad sube, mientras va apareciendo un sentimiento de miedo social que refuerza la desconfianza hacia el régimen[5]​.

El régimen de Luis Felipe es, en efecto, cada vez más controvertido y víctima de escándalos. Varios casos que implicaban a notables locales van perjudicando a la pequeña burguesía, que pierde credibilidad y legitimidad[6]​. Varios pares de Francia y exministros se ven implicados igualmente en casos de corrupción y asesinato, como el caso Teste-Cubières y el suicidio del duque de Choiseul-Praslin tras asesinar a su esposa[7]​.

El debate respecto a la reforma electoral es, por lo tanto, una de las grandes cuestiones que ocupan a las élites del país. Un primer intento había fracasado en 1840, neutralizando por un tiempo el movimiento a favor. La cuestión regresa al primer plano poco a poco[8]​. El sufragio es, efectivamente, censitario, lo que daba un lugar preponderante a la burguesía partidaria del Jefe de Gobierno desde 1840, François Guizot, del partido conservador[9]​. De este modo, las elecciones legislativas de 1846 le dan la mayoría absoluta a Guizot, por medio de un cuerpo de 240 000 votantes[10]​. Los reformistas efectúan dos peticiones: desean, por una parte, un descenso del censo (que entonces se elevaba a 200 francos para ser elector y 500 para ser elegido), así como una ampliación de las capacidades (categroís sociales que poseían automáticamente acceso al sufragio) y, por otra parte, que se prohibiera la acumulación de las funciones de funcionario y de electo. La proposición del descenso del censo a 100 francos, efectuada en 1847 por Prosper Duvergier de Hauranne, es rechazada por los guizotistas[11]​.

De la puesta en marcha de los banquetes a la revolución de 1849

portrait de Barrot
Odilon Barrot, líder de la oposición dinástica, es el uno de los dieron origen a la campaña de los banquetes.

Dos ingleses, Cobden y Bowring, sugieren a los republicanos y a los reformistas que aprovechen la situación de miseria en el reino para tomar el poder. SU idea es organizar grandes banquetes para reunir a la oposición reformista[12]​. Pagnerre se adhiere por completo a esta idea, e intenta incorporar a la oposición dinástica a esta idea. La oposición dinástica, compuesta por los que, aunque se adhieren al principio de la Monarquía de Juilio, al esperar una evolución de sus instituciones, ya no creen en la mayoría de Guizot [13]​. Sus dirigentes, principalmente Odilon Barrot y Porsper Duvergier de Hauranne, se dejan llevar por esta campaña[14]​. Este concepto tiene como objetivo implicar al «país real» en el debate a favor de la reforma[15]​. El concepto tiene la ventaja de eludir la prohibición de las reuniones políticas, mientras sitúa en pie de igualdad a todos los participantes, sean o no electores[16]​.

Pagnerre, entusiasmado, convocó a los directores de los principales periódicos liberales. Todos respondieron con su presencia, excepto el del de La Réforme, y aprobaron la organización de los banquetes por medio del comité central republicano de Pagnerre[17]​. Es, pues, con el apoyo de la prensa y de 22 000 suscriptores que se emprende la campaña[16]​. El primer banquete se organiza el 10 de julio de 1847. Tiene lugar en Château Rouge, en París, y reune a 1 200 comensales[18]​. El modelo funciona, y los siguen otros 70 banquetes, que reúnen a 17 000 comensales[15]​. La particuliridad de estos banquetes es que se extienden hacia las provincias, a ciudades como Arrás, Ruan, Lille o Dijon, pero también a localidades más pequeñas generalmente tranquilas, como Compiègne, Saint-Germain-en-Laye, Châteaudun... Por el contrario, ciudades más importantes, como Marsella, Burdeos o Nantes, no toman parte en ello[19]​. Otra particuladidad de estos banquetes es que, poco a poco, las opiniones expresadas se alejan de las de la oposición dinástica en beneficio de opiniones republicanas, incluso socialistas[13]​. Los republicanos hacen creer que están divididos, jugando con la desinformación y los rumores de contenciosos entre los partidarios del Nacional y los de La Réforme, considerados como las alas derecha e izquierda del republicanismo. En realidad, se ha llegado a un acuerdo secreto entre Marrast, representante del ala izquierda, y Pagnerre, representante del ala derecha. Este acuerdo prevé la integración del ala izquierda en la campaña de los banquetes cuando «haya alcanzado cierto ritmo»[20]​.

La amplitud de estos banquetes no debe, no obstante, sobreestimarse: los testimonios de la época muestran una relativa estabilidad, y Louis-Philippe ve en esta débil repercusión una prueba de seguridad: el 28 de diciembre de 1847, declara que la monarquía constitucional tiene medios para superar estos obstáculos[21]​. Guizot, por otra parte, considerando que no hace falta ceder ante la amenaza, se niega a toda concesión. Una enmienda propuesta por el diputado conservador Charles Sallandrouze de Lamornaix, en la que pedía reformas «sensatas, moderadas, parlamentarias», es rechazada en la Cámara el 17 de febrero de 1848[22]​.

Sin embargo, el papel de la campaña de los banquetes se vuelve fundamental para la caída del régimen cuando Guizot prohibe la adhesión a un banquete parisino antes de clausurar la campaña en el XII Distrito de París[23]​. Este banquete era simbólico para los republicanos, porque estaba previsto para el 22 de febrero, fecha de cumpleaños de George Washington, para ellos, representante de la democracia. La oposición dinástica decide, en un primer momento, desplazar el banquete a los Campos Elíseos, antes de cancelarlo. Esta retractación de los moderados no basta para calmar el empeño republicano e insurreccional ya despierto, y Barrot constata, con despecho, el 21 de febrero, que «el carro está en marcha, y el pueblo estará en la calle mañana sin importar lo que hagamos nosotros»[24]​. Los primeros excesos durante las manifestaciones que empezaron al día siguiente dan a luz a la revolución que hace caer el régimen dos días después[25]​. [[Categoría:Francia en 1847]] [[Categoría:Monarquía de Julio]] [[Categoría:Wikiproyecto:Francia/Artículos]]

  1. a b Francis Démier, 2000, p. 210
  2. André Jardin et André-Jean Tudesq, 1973, p. 237
  3. André Jardin et André-Jean Tudesq, 1973, p. 238
  4. Bertrand Goujon, 2012, p. 283
  5. André Jardin et André-Jean Tudesq, 1973, p. 240 - 241
  6. André Jardin et André-Jean Tudesq, 1973, p. 242 - 243
  7. Bertrand Goujon, 2012, p. 286
  8. Bertrand Goujon, 2012, p. 289
  9. En realidad, entre 1840 y 1847, el gobierno estaba dirigido por el mariscal Soult, pero Guizot fue desde el principio el jefe de hecho.
  10. Bertrand Goujon, 2012, p. 281
  11. Francis Démier, 2000, p. 213
  12. Jeanne Gilmore, 1997, p. 307
  13. a b Hervé Robert, 1994, p. 120
  14. Jeanne Gilmore, 1997, p. 308
  15. a b Francis Démier, 2000, p. 214
  16. a b Bertrand Goujon, 2012, p. 390
  17. Jeanne Gilmore, 1997, p. 310
  18. André Jardin et André-Jean Tudesq, 1973, p. 246
  19. Bertrand Goujon, 2012, p. 390 - 391
  20. Jeanne Gilmore, 1997, p. 312
  21. Hervé Robert, 1994, p. 121
  22. André Jardin et André-Jean Tudesq, 1973, p. 247
  23. Bertrand Goujon, 2012, p. 392
  24. Hervé Robert, 1994, p. 121 - 122
  25. André Jardin et André-Jean Tudesq, 1973, p. 248