Ir al contenido

Eulalia Lucio

De Wikipedia, la enciclopedia libre
Esta es una versión antigua de esta página, editada a las 22:59 18 nov 2021 por Luisa24Fernanda (discusión · contribs.). La dirección URL es un enlace permanente a esta versión, que puede ser diferente de la versión actual.

Eulalia Lucio

Eulalia Lucio (1853-1900) fue una artista decimonónica mexicana quien, tras el interés y exposición de su padre en las obras de Arrieta y otros costumbristas, se vio expuesta y motivada a participar en el mundo del arte ofreciendo una mirada femenina al interiorismo y la banalidad de los objetos destacando en el género de naturaleza muerta. [1]

Biografía

Hija del médico y coleccionista Rafael Lucio, prestador de su colección a la Academia y escritor centrado en torno al arte mexicana en los siglos XVII y XVIII. El gustó de su padre por las obras de Arrieta y otros costumbristas generaron en ella el interés y la curiosidad por desarrollarse en el campo artístico. Inició realizando copias de diversas piezas, perfeccionando su técnica hasta aplicarse en su estilo y temáticas propias.[1]

Su talento se distingue ante el detalle de sus dibujos y sus participaciones dentro de la Academia de San Carlos, con obras como como Bodegón con frutas, sandía y huevos, expuesta en 1886. Destaca en el género de naturaleza muerta, capturando piezas de la cotidianidad como en sus piezas presentadas en La Exposición Universal de París en 1989, Naturaleza muerta con objetos de cocina y Objetos de caza.[2]

Sus pinturas retrataban imágenes de interiores, objetos del día a día como alimentos, herramientas de bordado, vestimentas, trastes y animales, trabajando su técnica en el realismo del ambiente. A pesar de su llamativa habilidad para el desarrollo de distintos géneros, perduraba en el costumbrismo y las escenas de hogar.

Mujeres en La Academia de San Carlos

Fachada de la Academia de San Carlos.

Desde 1781 la Academia de San Carlos se concibe como gran fuente en la institucionalización de las artes en México. Ejerciendo la enseñanza y los ideales de las academias europeas a través de un modelo liberal y antimonárquico, destacando los valores nacionales que surgieron de la guerra de independencia.[3]

A pesar de que uno de los objetivos de la Academia era fomentar la diversidad y la participación como derecho de todos los ciudadanos de la Nueva España, estas condiciones no se llevaban así en la práctica.[4]​ Dado que no se estipulaba de manera expresa el derecho de entrada para las mujeres sencillamente se omitía. No fue hasta 1886 que existió la instrucción para el goce e ingreso de las mujeres.

Previo a su ingreso en la Academia las mujeres podían aprender prácticas técnicas en clases particulares, de manera autodidacta o en instituciones centradas en la educación y cultura. El valor femenino tanto en exposiciones como en la realización de obras implicaba no solo un desarrollo individual sino colectivo, entendiéndose como la contribución femenina al arte en México, así como una apertura a un nuevo panorama de competencias y aspiraciones. Implicó la apropiación de un nuevo espacio de la vida pública.

La mayoría de las mujeres trabajaban a partir de la realización de copias, sin embargo, había fuertes impulsos para inclinarse hacía la obra propia. Los géneros de elección eran el religioso, paisajes y animales, retratos, naturaleza muerta y costumbrismo.[4]

Obras

Eulalia se volvió gran muestra del realismo, desarrollándose ampliamente en el género de naturaleza muerta. Sus obras concentraban imágenes de interiores, objetos del día a día como alimentos, herramientas de bordado, vestimentas, trastes y animales, trabajando su técnica en el realismo del ambiente. A pesar de su llamativa habilidad para el desarrollo de distintos géneros, perduraba en el costumbrismo y las escenas de hogar.

Exploró en sus piezas la cotidianidad del mexicano, explotando un género menor a partir de cualidades simbólicas para describir críticamente sobre el constreñimiento físico y moral, las tensiones sexuales entre hombres y mujeres, así como los roles femeninos experimentados al interior de las clases porfirianas acomodadas.[5]

Exposición Universal de París, 1989

  • Naturaleza muerta con objetos de cocina.
  • Objetos de caza.

Referencias

  1. a b Barquín, H.S. (2005). Imágen y representación de las mujeres en la plástica mexicana: una aproximación a su presencia en las artes visuales y populares de 1880 a 1980 (Vol. 35). Uaemex. 
  2. Díaz y De Ovando, C. (1990). «Vol. 16, No. 61.». México en la Exposición Universal de 1889. In Anales del Instituto de Investigaciones Estéticas. 
  3. Rojas, E. F. «Mujeres artistas en la Academia de San Carlos.». Poseidon, posgrado UNAM. 
  4. a b García Lescaille, T. (2010). «La entidad femenina en los salones de remitidos de San Carlos: dinámica entre discursos y normas (1850-1898)». Dimensión Antropológica, vol. 50, pp. 73-105. 
  5. Velázquez Guadarrama, Angélica (2018). Representaciones femeninas en la pintura del siglo XIX. Ángeles del hogar y musas callejeras. Instituto de Investigaciones Estéticas, UNAM.