Cine de autor
El cine de autor (del francés cinéma d'auteur) es una expresión utilizada para describir las películas de una o un director de cine o guionista que reflejan su personalidad artística. Este término pretende ante todo vincular la obra de un cineasta a temas preferidos y a la coherencia de un estilo innovador y singular. Sin embargo, es una noción subjetiva de la que no existe una definición rigurosa. El cine de autor se agrupa a menudo con el «Cinéma d'art et d'essai» o cine de investigación. En el cine de autor, el director tiene un papel preponderante, dando una visión exclusivamente suya a un guion propio o ajeno, realizando su obra al margen de las presiones y limitaciones que implica el cine de los grandes estudios comerciales, lo cual le permite una mayor libertad a la hora de plasmar sus sentimientos e inquietudes en la película. En el cine de autor, el autor es normalmente identificable o reconocible por algunos rasgos típicos en su obra.
El cine de autor es aquel en el que el director plasma su visión particular, no solo del séptimo arte, sino del mundo en el que vive, o del que quiere criticar o ensalzar; o bien, da un tratamiento sui generis a otras obras o temas muy utilizados o de moda en los medios masivos de comunicación (televisión, internet, cine, teatro...). Casi siempre son filmes que únicamente algunos entienden, aceptan y les generan agrado, pero siempre invitan a la reflexión y a la crítica; además, muchos otros autores los utilizan como paradigma y perduran en el tiempo en la conciencia colectiva del espectador.
Definición
El género al que pertenece el cine de autor implica un cierto control del o la cineasta sobre su película desde el punto de vista artístico y dramático, considerando en particular que una película sólo puede ser de autor si el director tiene el control del montaje final (el famoso final cut). Para muchos críticos, una autora o autor se reconoce ante todo en su universo personal. La firma del autor es inmediata y se detecta, por ejemplo, en el tipo de historia o de personajes privilegiados, la elección de actores recurrentes o las opciones estéticas que se repiten de una película a otra (luz, encuadre, diseño sonoro, transiciones, movimientos de cámara, etc.). Una autora o autor se mantiene fiel a sí mismo, pero puede llevar su obra en nuevas direcciones. Una visión simplificada del cine de autor tiende a considerar que el director debe ser también el guionista, sin el cual no podría reivindicar la paternidad completa de su obra.[1] Según otra representación restrictiva, una película de autor debería ser imperativamente una película independiente, experimental o de difícil acceso, y producida al margen del sistema de estudios y obras por encargo.
Tales autores se opondrían al «cine de género», que utiliza una estructura codificada y se ajusta a las normas de la explotación comercial. Con todo, esta concepción del cine de autor puede parecer paradójica, ya que algunos cineastas calificados de autores han rodado algunas películas de género, por ejemplo películas de ciencia ficción (p. ej., Alphaville de Jean-Luc Godard, Fahrenheit 451 de François Truffaut) o policíacas (p. ej., Police de Maurice Pialat). Hay que tener en cuenta que estos autores a menudo han tenido éxito y han sido financiados o distribuidos por grandes productoras como la Gaumont en el caso de Truffaut,[2] Godard,[3] Pialat o André Téchiné.
Orígenes y desarrollo
En la década de 1960, un grupo de críticos de cine franceses, pertenecientes a la revista Cahiers du cinéma e inspirados, entre otras cosas, por el texto de 1948 «La Cámara Pluma» (Cámara Stylo) de Alexandre Astruc, comienzan a plantearse interrogantes acerca del rol del "auteur" ("realizador") dentro de una película. Estos críticos se oponían a las ideas del neorrealismo italiano, el cual proponía que el autor cinematográfico por excelencia era aquel capaz de plasmar la realidad tal cual era, sin manipulaciones de ninguna índole, permitiendo que el espectador interpretase esta "realidad" y que fijase sus propias conclusiones. Sin embargo, para este grupo de críticos, entre los cuales figuraban Jean-Luc Godard, con Al final de la escapada (1960); François Truffaut, con Los 400 golpes (1959);[4] Alain Resnais, con Hiroshima Mon Amour (1959), y Claude Chabrol, entre otros, el cine debía proponer una visión particular de la realidad y revelar la presencia un autor-director responsable por las imágenes proyectadas. En este sentido, los realizadores de la llamada nouvelle vague francesa utilizaban el medio cinematográfico para expresar opiniones e ideas en cada una de sus obras.
Estos autores pasarían luego del texto a la acción filmando cortometrajes y largometrajes, dentro de dicha corriente llamada nouvelle vague. Su interés por las películas de realizadores afincados en Estados Unidos (fuesen o no estadounidenses, pues gran parte eran europeos o de origen europeo), especialmente por Alfred Hitchcock, quien a pesar de ser británico, realizó buena parte de su filmografía en los Estados Unidos; les permiten sustentar sus pensamientos acerca de lo que para ellos era el "cine de autor" reconsiderando su despreciado talento y creatividad cinematográfica.
Sin embargo, la expresión «cine de autor» trae consigo múltiples problemas de interpretación. Por una parte invita al pensamiento historicista de que el autor cinematográfico tiene un desarrollo lineal de su carrera, lo que lo hace predecible en relación con sus trabajos anteriores (esto no es necesariamente cierto) y por otra parte la expresión "cine de autor" agrupa a una serie de realizadores cinematográficos fuera del sistema de las grandes empresas productoras de cine estadounidenses, convirtiendo inmediatamente en «autor» a cualquiera que pertenezca a este grupo «externo».
Tuvo una importante influencia en el cine asiático, consolidando a figuras de la talla de Nagisa Oshima con películas como Violencia al atardecer (1966), Historias crueles de juventud (1960) y El imperio de los sentidos (1976).
Desde la década de 1980
En los EE.UU.
En Hollywood apenas quedan cineastas de autor, a pesar de la enorme densidad de producción, en tanto ésta se enfoca principalmente en los llamados blockbusters (éxitos de taquilla), que se caracterizan por ser obras de encargo de los estudios cinematográficos. Woody Allen, James Cameron, Quentin Tarantino, Michael Mann, Paul Thomas Anderson, Christopher Nolan, Rian Johnson y Jordan Peele entre otros son llamados cineastas de autor activos incluso en el ámbito de los blockbuster.
En Europa
Se puede observar gran actividad de cine de autor en algunos países europeos: en España con sus cineastas Pedro Almodóvar o Alejandro Amenábar, en Bélgica con Benoît Poelvoorde y en Alemania con Tom Tykwer y Oskar Roehler.
El grupo programático Dogma 95, fundado por cineastas daneses, se opone explícitamente al concepto de autor en el cine: «El concepto de auteur fue romanticismo burgués desde el principio y por lo tanto ... erróneo».[5]
Véase también
Referencias
- ↑ No obstante, los defensores de la Nouvelle vague ensalzaban a directores como Alfred Hitchcock o John Ford, que no escribían ellos mismos los guiones de sus películas, como modelos de cinéma d'auteur.
- ↑ The Last Metro|San Francisco Film Festival
- ↑ JEAN-LUC GODARD - French New Wave Director
- ↑ Betancourt, J. (2022). Inmortal Truffaut. Proceso, jul 17, pp. 74-75, sección Cine. (Consultado sábado, 31 de diciembre del 2022.)
- ↑ «DOGMA 95 – The Manifest | Dogme95.dk - A tribute to the official Dogme95» (en inglés estadounidense). Consultado el 9 de octubre de 2023.