Desayuno
El desayuno es una comida, generalmente liviana, tomada comúnmente en la mañana. El nombre deriva del concepto de que uno no ha comido mientras dormía, por lo que se encuentra en ayuno, por lo tanto se rompe el ayuno con esta comida (en inglés, "break": quebrar o romper y "fast": ayuno). En otros idiomas, como el alemán (frühstück) o el japonés (朝御飯, asa-gohan), su nombre suele significar simplemente "comida de la mañana".
Muchos nutricionistas anglosajones promueven el desayuno como un alimento de suma importancia, el cual provee la nutrición y energía para comenzar el día. Sin embargo, los habitantes de los países mediterráneos, que toman desayunos más frugales, tienen mucha mayor esperanza de vida, lo cual es un argumento contra esos desayunos.
Los alimentos presentados en el desayuno varían en cada cultura. En Occidente son populares los desayunos dulces, con café o cereales (generalmente con leche).
Desayunos del mundo
Los anglófonos suelen tomar desayunos más pesados que los europeos continentales.
Desayunos en España
En España el desayuno tradicional hasta el siglo XIX era chocolate con bollitos o masas fritas (como churros).
Actualmente se suele tomar café con leche, aunque no es raro, especialmente en niños, tomar leche con cacao o sola. También es frecuente beber zumo de naranja natural y recien exprimido, ya que las naranjas son abundantes y relativamente baratas en España. Es raro encontrar un hogar español en el que no haya, al menos, un exprimidor de cítricos.
La parte sólida puede estar formada por galletas, magdalenas, bollería o pan tostado untado con mantequilla o aceite de oliva (en algunas zonas de Andalucía es tambíen típica la manteca colorá) y sobre los cuales se puede añadir, facultativamente, alguna mermelada o miel.
También siguen siendo tradicionales los churros, aunque no se suelen hacer en casa, más bien se compran fuera. En Madrid, es típico desayunar con churros y a tal efecto hay numerosas churrerías por la ciudad. Un desayuno (o merienda) típico madrileño es el chocolate con churros.
No era raro que además se tomase una copita de licor (generalmente, anís) para "matar el gusanillo".
En situaciones especiales se suele hacer un segundo desayuno (relamente ya un almuerzo) más contundente, por ejemplo entre los cazadores y en día de cacería, era típico desayunarse unas migas.
En una ocasión un programa de radio, patrocinado por una empresa de lácteos, recopiló "desayunos tradicionales" que solían pecar de pantagruélicos y poco usuales (sardinas, arenques, morcillas, etc.)
Desayuno alemán
Los alemanes son muy aficionados a los bollitos de pan para el desayuno, suelen comprar un surtido de panes recien hechos de diferentes tipos (blanco, integral, de cebada) y con distintas coberturas de semillas (de girasol, sésamo, amapolas, etc.), y se los toman abiertos por la mitad con mantequilla y, tal vez, mermelada. Aunque no es extraño tomar huevos pasados por agua, queso y embutidos también.
Desayuno francés
En Francia les gusta desayunar croissants, brioches y baguettes recién hechos, si algún miembro de la familia está dispuesto a bajar a la panadería. Y lo acompañan habitualmente con café au lait.
Desayuno inglés
Más bebedores de té que de café, el desayuno clásico inglés incluye unos huevos (fritos o revueltos) sobre un tostada (eggs on toast) y algo de jamón, bacon (tocino) o salchichas asadas al horno para acompañar, sin olvidar sus cereales con leche o el porridge, especie de papilla de avena. No olvidemos tampoco los onion rings (aros de cebolla rebozados) y las backed beans (judías blancas con tomate).
Desayuno mexicano
En México se acostumbra desayunar fuerte, el platillo central suelen ser huevos preparados de distintas formas, acompañados de frijoles y tortillas. El zumo de naranja (o de alguna otra fruta) es también un elemento indispensable.
Desayuno peruano
En el Perú se tiene por costumbre saborear una taza de leche, acompañada con pan y huevos revueltos. En la costa central del Peru también es común comer tamales, envueltos en hojas de platano, y chicharrones de cerdo.