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Poema

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Poema Noch, ulica, fonar, apteka, de Aleksandr Blok, en un muro de Leiden (Países Bajos).

Un poema (del latín poema, y este del griego ποίημα, «creación»)[1]​ es una obra de poesía normalmente en verso,[2]​ esté o no sujeto a los recursos poéticos clásicos de la métrica, el ritmo y la rima.

También hay poemas en prosa (prosa poética, poema en prosa). Un poema largo puede dividirse en «cantos», y uno breve en estrofas. Un conjunto de poemas es un poemario (libro de poemas o recopilación de poemas). Es muy habitual hacer antologías de poemas[3]​ y competencias de poemas (juegos florales).

Joachim du Bellay, en La defence et illustration de la Langue Francoyse (Defensa e ilustración de la lengua francesa, 1549), define el poema como una «ouvrage en vers d'une assez grande étendue» (‘’obra en verso de una extensión bastante grande’’).

El poema sinfónico es una composición musical para orquesta, de forma libre y desarrollo sugerido por una idea poética u obra literaria.[4]

Géneros y subgéneros

Sinónimo de «canto» (Canto general de Pablo Neruda), «cántico» (Cántico de las criaturas de San Francisco de Asís, Cántico espiritual de San Juan de la Cruz, Cántico de Jorge Guillén), «canción» (Canción sobre el asfalto de Rafael Morales),[5]​ «cantar» (el Cantar de los Cantares bíblico, los cantares de gesta medievales, los de ciegos, los de trabajo -de siega, de trilla, de siembra, de vendimia-)[6]​ o del carmen latino (Carmen Campidoctoris, Carmina Burana), se ha venido identificando al poema con la poesía lírica (teóricamente la más musical, que se cantaba acompañada de los sones de una lira, y en la que el poeta expresa sentimientos),[7]​ aunque obviamente hay poemas de poesía épica (narrativa, como el Génesis, la Ilíada, el Ramayana, la Eneida, el Cantar de Mio Cid, Os Lusiadas o El paraíso perdido) y teatral o escénica (la destinada al teatro -tragedia, comedia o drama-, tanto si es la totalidad de una obra en verso -la mayor parte del teatro clásico[8]​ antiguo[9]​ y moderno-[10]​ como si es solo alguna parte de la obra que se populariza por sí sola -el shakesperiano monólogo de Hamlet, [11]​ el Soneto de repente de Lope de Vega,[12]​ la seducción de doña Inés en el Don Juan Tenorio de Zorrilla-).[13]​ En realidad, podría identificarse el poema, en cuanto obra de poesía, y esta en cuanto poiesis («creación»), con cualquier composición literaria concebida como expresión artística de la belleza por medio de la palabra.

Los subgéneros principales del poema lírico son el himno u oda, la elegía y la sátira. El himno y la oda expresan sentimientos positivos, de alegría y celebración; por eso solían celebrar victorias. La elegía, por el contrario, expresa sentimientos negativos, de tristeza o lamento; por eso se empleaba como molde para expresar pérdidas de cualquier tipo que afectaban al equilibrio psíquico del poeta (muertes, desengaños amorosos, etc.) La sátira, por su parte, formula también sentimientos básicos, como la indignación, la burla o el desprecio ante algo que va contra la virtud o la moral social.

Otros subgéneros líricos, considerados en la preceptiva poética clásica como menores por ser de naturaleza mixta (menos pura), son el epitalamio (canto que celebra las bodas), el epigrama (sátira que se expresa concisamente por medio de la agudeza o el ingenio), el peán (canto de guerra) o la égloga (donde unos pastores dialogan sobre sus amores).

Convenciones literarias del poema lírico

  • Trata casi siempre de sentimientos o vivencias del autor.
  • Los tiempos en los que se sitúa el poeta son presente, pasado y, pocas veces, futuro (que no es el tiempo de la emoción más directa). Incluso cuando se siente añoranza o melancolía por el pasado, esa emoción se siente desde el presente, y lo mismo puede decirse del temor al futuro.
  • Su modo de expresión más frecuente es el verso corto, en el que abundan ritmos o recurrencias fónicas, semánticas o de estructura sintáctica. Así, por ejemplo, el ritmo se conseguía en la poesía hebrea repitiendo el mismo significado de un verso en el siguiente, pero de forma distinta. En la poesía germánica antigua, el ritmo se conseguía en cada verso repitiendo el mismo sonido al principio de tres palabras y en la poesía occidental, se consideraba que había verso si existía una repetición (rima) al final de cada verso y cierto ritmo fijo en la acentuación de determinadas sílabas.
  • Tiende a tener una duración reducida a fin de concentrar su significado ya sea en verso o en prosa.
  • El que hace el poema tiene que dar a entender lo que siente.

Obras tituladas «Poema» o «Poemas»

Véase también

me encantan las flores

soy magali el martes tengo acto de mi escuela ep11 me en canta, la escuela




Enlaces externos

  1. «ποίημα». Diccionario Manual Griego: griego clásico - español. Vox: Spes. 1996. p. 487. 
    ποίημα ατος τό obra, manufactura [...]; creación de espíritu, poesía, poema; acción.
  2. Real Academia Española. «poema». Diccionario de la lengua española (23.ª edición). 
  3. Por ejemplo, Las mil mejores poesías de la lengua castellana
  4. DRAE, op. cit.
  5. Uno de sus poemas es Cancioncilla de amor a mis zapatos:
    Los zapatos en que espero
    el tiempo de mi partida
    tienden dos alas de cuero
    para sostener mi vida.
    Bajo la suela delgada
    siento la tierra que espera....
    Entre la vida y la nada
    ¡qué delgada es la frontera!

    Recogido en José Antonio Benito Lobo, Literatura para la vida: grandes temas del hombre en la literatura española, pg. 22.

  6. La poesía popular y el folclore son origen de multitud de temas y formas poéticas.
    Vengo de moler, morena, de los molinos de arriba,
    cortexé a la molinera, no me cobró la maquila.
    Vengo de moler, morena, de los molinos de abajo,
    cortexé a la molinera, no me cobró su trabajo.
  7. Por ejemplo, la Égloga I de Garcilaso de la Vega:
    [...]
    Con mi llorar las piedras enternecen
    su natural dureza y la quebrantan;
    los árboles parece que s’inclinan;
    las aves que m’escuchan, cuando cantan,
    con diferente voz se condolecen
    y mi morir cantando m’adevinan;
    las fieras que reclinan
    su cuerpo fatigado
    dejan el sosegado
    sueño por escuchar mi llanto triste.
    Tú sola contra mí t’endureciste,
    los ojos aun siquiera no volviendo
    a los que tú hiciste
    salir, sin duelo, lágrimas corriendo.

    El Amor constante más allá de la muerte de Quevedo:

    ...
    Alma a quien todo un dios prisión ha sido,
    venas que humor a tanto fuego han dado,
    médulas que han gloriosamente ardido,
    su cuerpo dejará, no su cuidado;
    serán ceniza, mas tendrá sentido;
    polvo serán, mas polvo enamorado.

    O la Rima XXI de Bécquer:

    ¿Qué es poesía? dices mientras clavas
    En mi pupila tu pupila azul;
    ¿Qué es poesía? ¿Y tú me lo preguntas?
    Poesía... eres tú.
  8. Clásico#Clasicismo y artes clásicas
  9. Teatro de la Grecia Antigua, teatro latino (véase, por ejemplo, la Medea de Séneca, en su original latino y en una traducción a verso castellano Archivado el 30 de abril de 2019 en Wayback Machine.).
  10. Literatura española del Barroco#El teatro (Jonathan Thacker, A Companion to Golden Age Theatre), Teatro isabelino, Literatura francesa#El clasicismo francés (Florence Epars Heussi, L'Exposition Dans La Tragédie Classique En France, Peter Lang SA – Éditions scientifiques internationales, Berne 2008
  11. To be, or not to be: that is the question:
    Whether 'tis nobler in the mind to suffer
    The slings and arrows of outrageous fortune,
    Or to take arms against a sea of troubles,
    And by opposing end them. To die: to sleep;
    No more; and by a sleep to say we end
    The heart-ache, and the thousand natural shocks
    That flesh is heir to, 'tis a consummation
    Devoutly to be wish'd. To die, to sleep;
    To sleep: perchance to dream: aye, there's the rub;
  12. Texto en Parnaso español, pg. 23:
    Un soneto me manda hacer Violante,
    que en mi vida me he visto en tanto aprieto:
    catorce versos dicen que es soneto:
    burla burlando van los tres delante.
    Yo pensé que no hallara consonante
    y estoy a la mitad de otro cuarteto;
    mas si me veo en el primer terceto,
    no hay cosa en los cuartetos que me espante.

    Por el primer terceto voy entrando,
    y aún parece que entré con pie derecho,
    pues fin con este verso le voy dando.

    Ya estoy en el segundo, y aún sospecho
    que estoy los trece versos acabando:
    contad si son catorce, y está hecho.

    Contexto en La niña de Plata (edición digital en Cervantes Virtual).

  13. ¡Ah! ¿No es cierto, ángel de amor,
    que en esta apartada orilla
    más pura la luna brilla
    y se respira mejor?
    Esta aura que vaga llena
    de los sencillos olores
    de las campesinas flores
    que brota esa orilla amena;
    esa agua limpia y serena
    que atraviesa sin temor
    la barca del pescador
    que espera cantando al día,
    ¿no es cierto, paloma mía,
    que están respirando amor?
    […]
    ¡Oh! Sí, bellísima Inés
    espejo y luz de mis ojos;
    escucharme sin enojos,
    como lo haces, amor es:
    mira aquí a tus plantas, pues,
    todo el altivo rigor
    de este corazón traidor
    que rendirse no creía,
    adorando, vida mía,
    la esclavitud de tu amor.
    - Callad, por Dios, ¡oh, don Juan!,
    que no podré resistir
    mucho tiempo sin morir
    tan nunca sentido afán.
    ¡Ah! Callad por compasión,
    que oyéndoos me parece
    que mi cerebro enloquece
    y se arde mi corazón.
    ¡Ah! Me habéis dado a beber
    un filtro infernal, sin duda,
    que a rendiros os ayuda
    la virtud de la mujer.
    […]
    No, don Juan, en poder mío
    resistirte no está ya:
    yo voy a ti como va
    sorbido al mar ese río.
    Tu presencia me enajena,
    tus palabras me alucinan,
    y tus ojos me fascinan,
    y tu aliento me envenena.
    ¡Don Juan! ¡Don Juan!, yo lo imploro
    de tu hidalga compasión:
    o arráncame el corazón,
    o ámame, porque te adoro.