Ir al contenido

Reino de Navarra

De Wikipedia, la enciclopedia libre
Esta es una versión antigua de esta página, editada a las 09:47 12 dic 2005 por 83.138.224.35 (discusión). La dirección URL es un enlace permanente a esta versión, que puede ser diferente de la versión actual.

El reino de Navarra es uno de los reinos medievales que con el paso del tiempo dieron lugar al actual reino de España.

Al principio fue también conocido como Reino de los Pamploneses y Reino de Pamplona.

Navarra fue uno de los núcleos pirenaicos de resistencia cristiana frente a la dominación islámica de la península Ibérica, que se formaron en el norte, al igual que reino de Aragón y los Condados Catalanes, o el reino Astur en la cordillera Cantábrica.

El título del príncipe heredero era Príncipe de Viana.

Evolución histórica

El espacio navarro se estructuró de manera dual tras la invasión musulmana. El norte permaneció poco tiempo bajo dominio musulmán y pronto se organizó en un nucleo cristiano de fugaz sometimiento al Imperio Carolingio y con centro en la ciudad de Pamplona (población fundada en época romana como Pompaelo por Pompeyo sobre un asentamiento vascón preexistente denominado Iruña) Siendo su primer monarca conocido Íñigo Arista (Enneco Cognomento Aresta) cabeza conocida de la primera dinastía navarra. Parece ser que en el sur un conde hispanogodo oriundo de la zona (Casius) se puso a disposición del emir y se convirtió al islam consiguiendo así continuar señoreando esa zona del valle del Ebro y prolongando este poder entre los de su estirpe (los Banu Qasi) que durante generaciones afirmarán su poder en el sur del territorio navarro aliándose con los Arista en diversas ocasiones en contra del poder central del emirato cordobés, o del del Imperio Carolingio.

La primera dinastía Navarra (los Arista) será reemplazada tras tres reinados y en un episodio todavía misterioso por la dinastía Jimena (que desarrolla su politica sobre todo en la Ribera) bajo la cual Navarra alcanzará la mayor extensión territorial a costa del Islam y de los señoríos cristianos vecinos. Justamente el apogeo se producirá con Sancho III el Mayor, incorporando extensos territorios a sus dominios entre los que se encontraba el condado de Aragón, el de Castilla además del solar tradicional del reino (Pamplona y Nájera). A su muerte se divide el reino entre sus hijos, naciendo así los reinos de Castilla y Aragón (hasta entonces meros condados).

Tras el asesinato de Sancho IV el de Peñalén (arrojado a un precipicio en Funes) Navarra se incorpora al Reino de Aragón siendo en este perído cuando se consuma la reconquista de Tudela y su distrito. Tras la muerte sin descendencia del Alfonso I el Batallador ni aragoneses, ni navarros respetan su testamento (que dejaba los reinos a la orden del Temple)y cada reino escoge un rey diferente. A pesar de separarse de Aragón, Navarra es ya para entonces un reino sin posibilidad de expansión al no tener frontera con los estados musulmanes y encontrarse encajonado entre los ahora mucho más poderosos Castilla y Aragón. El trabajo de los monarcas del siglo XII se basará en la reconstrucción y reorganización interior del reino y en hacer frente a las apetencias de reparto entre sus vecinos. Pese a todo participará en empresas como la Batalla de las Navas de Tolosa (1212) donde se destacará en monarca navarro Sancho VII el Fuerte.

El expansionismo castellano y aragonés hará menguar el territorio navarro. Así hacia 1200 y a pesar de un labor repobladora de la zona ("fundación" de Vitoria y San Sebastián con los fueros de ciudades de Aragón), Castilla apoyada en la baja nobleza arrebata Guipúzcoa, Álava y el Duranguesado a Navarra. La muerte sin descendencia de Sancho VII el Fuerte (y a pesar de haber dejado un pacto de prohijamiento con Jaime de Aragón) supone la entronización en Navarra durante casi dos siglos de dinastías francesas (Champaña, Capeta, Evreux) que también dispondrán de territorios en Francia y descuidarán en diverso grado el gobierno del pequeño reino.

Tras la instauración de la Casa de Trastámara a mediados del siglo XV la crisis sociopolítica del reino irá paulatinamente polarizando a las fuerzas vivas de Navarra en torno a dos bandos los beaumonteses y los agramonteses. Es este un conflicto complejo con posiciones y actitudes cambiantes que parece evidenciar algún tipo de enfrentamiento socioeconómico montaña-ribera, cuya eclosión definitiva en forma de guerra civil tiene lugar en 1451 cuando Juan II (Aragón y rey consorte de Navarra) encarcela a su hijo el Príncipe de Viana que a la sazón había sido designado heredero del reino por el testamento de su madre la reina Blanca. La guerra civil alimentará la inestabilidad del reino y la corona Navarra hasta convertirla en un virtual protectorado del maquiavélico Fernando el Católico que decidirá dar el golpe de mano definitivo en 1512 cuando, reinando en Navarra Catalina de Foix que había casado con Juan III de Albret, Luis XII de Francia y Fernando el Católico se disputan la supremacía sobre Navarra y también el dominio de Italia. El papa Julio II, deseando ver expulsados de la península italiana a los franceses se sirvió de los ejércitos del monarca aragonés para lograr su propósito. El Papa otorgó una bula de excomunión contra los reyes de Navarra (que intentaban mantener una alianza con Francia) argumentando que fomentaban la doctrina albigense recientemente se ha encontrado documentacion en tudela que corrobaria la bula, al tiempo que liberaba a sus súbditos del juramento de fidelidad hacia ellos y desposeía a la casa de Albret de sus dominios navarros. Por ese mismo edicto papal quedaba el reino a merced de quien lo tomara. Fernando se apresuró a organizar a sus seguidores en navarra y manda un ejército que entra en Navarra al mando de Fadrique Álvarez de Toledo, II duque de Alba, sin intención inicial de hacerse con el reino entero. Sin embargo, el hecho de que Pamplona (dominada por el bando beaumontés, más proclive a Castilla que el agramontés) se rendiera en tres días indicaba una sintonía de la población con Fernando, y determinó una operación total de conquista finalizada en tres meses escasos con la toma del Castillo de Maya (Amayur) y Tudela en septiembre de ese año y la huida de los reyes Navarros Juan y Catalina a Ultrapuertos. Después de esto las cortes de Navarra (con participación de agromonteses y beamonteses) coronan a Fernando el Católico como rey de Navarra, que jura sus leyes tradicionales y sus fueros.Despues acuerda con navarra que navarra sea unida a castilla pero conservadondo su idisoncracia La dinastía Albret hizo varios intentos de recuperar el reino desde sus posesiones en Gascuña y Bearn en 1516 y en 1521 pero sin éxito, debido a estrategias erróneas, a la falta de fuerzas de envergadura propias (dependían de las del rey francés) y a que la población apoyo al ejercito de castilla.

Tras una breve ocupación de las inmediaciones de San Juan de Pie de Puerto, en 1530 las tropas españolas de Carlos I abandonaron el castillo de San Juan y con ello toda pretensión sobre Baja Navarra, debido fundamentalmente a su difícil defensa desde la Península. Es por ello que el hijo de los últimos reyes navarros (Enrique de Albret) así como sus descendientes siguieron titulándose reyes de Navarra, rigiendo efectivamente sobre la Baja Navarra.


Hasta 1840 Navarra fue considerada como reino y los navarros disfrutaron de un amplísimo autogobierno con exención de impuestos al rey de España, exención del servicio militar, acuñación de moneda propia, leyes propias, aduanas en el Ebro, etc. hasta la ley paccionada de 1840 -llamada paccionada por consensuado pacto-. Esta ley fue posible ya que en Navarra la elite desarolló una doctrina llamada fuerismo liberal basada en la adaptación de los fueros al regimen liberal.

Véase también