Cultivo de tejidos vegetales
Este método de multiplicación vegetativa, muy innovador y técnico, es una forma de clonación. Puede cultivarse cualquier tejido vegetal cuyas células sean capaces de dividirse. Aunque se han iniciado cultivos a partir de frutos, endospermo, polen y embriones, los mejores resultados se han conseguido con los procedentes de la zona vascular de tallos y raíces. Se prepara un medio nutritivo con sales y aminoácidos esenciales en una solución de agar que a continuación se envasa en frascos y se esteriliza. Se cortan secciones de tejido en condiciones asépticas (sin contaminación microbiana) y se depositan en la superficie del medio. Se cierran los frascos con algodón (u otro material equivalente) y se colocan en un ambiente controlado. En poco tiempo prolifera un callo que se corta, en condiciones asépticas, en fragmentos pequeños que a su vez se transfieren a un medio rico en auxina —un compuesto vegetal estimulante de la formación de raíces— o en cinetina, que induce el inicio de brotes. Cuando se han desarrollado raíces y partes aéreas, se retira la plántula de las condiciones asépticas y se planta en invernadero en condiciones controladas. El cultivo de tejidos es fácil con especies como la vid, la orquídea, el crisantemo, la esparraguera, el gladiolo, la gloxínea o la zanahoria. En otros casos, en particular con las especies perennes longevas, como el roble o el castaño, resulta muy difícil.