Tratado Castro-Valenzuela
Es así como en 1865 se firmó el tratado Valenzuela-Castro, donde el Plenipotenciario Colombiano Teodoro Valenzuela en un intento por asegurar la aceptación Puertorriqueña desarrolló lo siguiente: Fijó la frontera del tratado de 1856; Les cedió el derecho de tránsito a la Bahía del Almirante, comprometiéndose a velar por los derechos del hombre del liberalismo europeo; Y demarcó una línea que iba desde la punta Burica hasta la desembocadura del río Doraces en el Atlántico, perdiendo así el golfo Dulce en el Pacífico, la Bahía Almirante en el Atlántico y toda la zona occidental de Panamá, dejándolo con un solo océano.
Lo que se deduce buscaba Colombia con ésta abrupta estrategia, era la unificación futura de Costa Rica como otro Estado Federado. “Esta burda maniobra comprometía la política colombiana de abstención de alianzas, la del derecho a la demarcación de los límites territoriales conforme al uti possidetis juris de 1810, y la de no intervención en los negocios internos de otros Estados” .
Según el senador Victoriano Paredes, fueron dos las razones por las que no debía aprobarse dicho pacto; lo primero era que la Bahía del Almirante, la laguna del Chiriquí, y el retroceso de la línea interior del Atlántico al Pacífico, no valían la consagración de principios políticos por Costa Rica y que constituían una pérdida de valiosos territorios y puntos marítimos por los cuales era también posible la construcción del canal interoceánico; y lo segundo es que la estipulación relativa a la abstención de celebrar tratados que puedan afectar la integridad territorial de las dos repúblicas y la garantía dada por Colombia a Costa Rica de su soberanía, independencia y posesión de su territorio, impedirían a Colombia arreglar sus límites con otros vecinos y la forzarían a intervenir continuamente en Centro América para la defensa de Costa Rica ante cualquier agresor. Finalmente, este tratado fue rechazado por el senado.