Convivir (cooperativas de vigilancia)
Plantilla:Mejorar proyecto Las Convivir se definieron en Colombia como cooperativas de autodefensa agrarias y fueron una respuesta oficial para dotar de un marco legal a la defensa que los campesinos y hacendados hacían de sus propias tierras ante la amenaza de grupos insurgentes. Según sus críticos, las CONVIVIR habrían sido parte de un intento de legalizar el creciente fenómeno del paramilitarismo a principios de los años 1990.
Perspectiva Histórica
El fenómeno de las autodefensas patrocinadas legalmente por entidades o personalidades estatales ha existido en Colombia en diferentes grados desde el comienzo de la Guerra Fría.
En ese momento, disposiciones provenientes de Estados Unidos sugerían que distintos gobiernos y ejércitos de América Latina armaran a sus ciudadanos para labores anticomunistas y antiguerrilleras. Dichos intentos existieron también en Colombia, a partir de 1962 en particular, pero su naturaleza fue precaria y de carácter intermitente, sin llegar todavía a ser sistemática durante los años 60s y 70s.
El fenómeno sólo se extendió significativa en la década de los 80s bajo el apoyo adicional de grandes narcotraficantes y terratenientes, que aprovecharon las disposiciones legales existentes para organizar una forma de reacción a la presión armada de las guerrillas contra sus negocios, familias y personas. De tal forma, fomentaron grupos armados y sicariales tanto de carácter privado como local o comunitario. Hacia 1989, legalmente quedaron sin efecto las anteriores coberturas legales que permitían la organización de dichos grupos con el apoyo estatal.
Surgen las CONVIVIR
Debido al creciente accionar guerrillero en los años 90s, el fenómeno se prolongó nuevamente de manera limitada con el experimento de las CONVIVIR entre aproximadamente 1994 y 1997 a partir de las dispociones legales del Congreso y del Ministerio de Defensa del momento, experimento que contó con el apoyo del entonces gobernador de Antioquia y luego presidente de Colombia en 2002, Álvaro Uribe Vélez, además de varios funcionarios gubernamentales de ese entonces.
Las CONVIVIR tenían legalmente el derecho a portar armas y equipos de comunicación para proteger sus comunidades y colaborar con la fuerza pública en la lucha contrainsurgente. Varias de las CONVIVIR cometieron graves abusos contra civiles y presuntos colaboradores de la guerrilla, por los cuales fueron criticadas duramente hasta llegarse a dejarlas sin piso legal, después de intentar restringir sus vagas atribuciones originales. Los defensores del programa y (posteriormente) del entonces gobernador argumentan que las CONVIVIR se salieron de sus intenciones originales, ya que no fue posible asumir un control fijo y constante sobre ellas, fuera de otorgarles la licencia de operar como tales, sin que por ello se desvirtuase el modelo teórico.
Una vez declaradas ilegales hacia 1997 desaparecen las CONVIVIR, algunas por medio de un desarme y desmovilización organizado pero otras optaron por operar ahora de manera clandestina, y muchos de sus miembros se volvieron parte activa de los subsiguientes grupos paramilitares. Plantilla:Esbozo proyecto