Idioma judeoespañol
Judeoespañol
(Djudeo-Espanyol/גודיאו-איספאנייול) | |
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Hablado en: | Israel, Turquía, Bosnia y Herzegovina, Grecia, Macedonia y Bulgaria |
Región: | Europa meridional. Península de los Balcanes. |
Total de hablantes: | 150.000 |
Hablantes bilingües en: | hebreo, turco, serbo-croata, griego, macedonio, búlgaro |
Clasificación genética: | indoeuropeo itálico |
Estatus oficial | |
Lengua Oficial de: | N/A. Reconocida por Israel. |
Regulado por: | Autoridad Nasionala del Ladino |
Código | |
ISO 639-1 | lad |
ISO 639-2(B) | lad |
ISO 639-2(T) | abc |
ISO 639-3 | lad |
SIL | LAD |
El ladino o judeoespañol (Djudeo-Espanyol גודיאו-איספאנייול) es la lengua que fue y es hablada por los sefardíes (judíos expulsados de España a raíz del Edicto de la Alhambra decretado en 1492 por los Reyes Católicos). Esta lengua, aunque es eminentemente derivada del castellano, es también una mezcla en diferentes proporciones de muchas de las lenguas habladas en la Península Ibérica (y las posesiones aragonesas del Mediterráneo) a la salida de los judíos a finales del siglo XV: catalán, gallego, aragonés, portugués, italiano e incluso provenzal. Como es propiamente una lengua judía, contiene una aportación de hebreo y, dependiendo de la zona donde se hable, se nota una fuerte influencia del turco y del griego, principalmente. Por último, el judeoespañol hablado por los sefardíes del siglo XX muestra también una rica importación de vocablos del francés, dada la fuerte influencia que tuvo la Alianza Israelita Universal en ciudades como Salónica y Estambul.
Al nunca haber sido regulada esta lengua, es actualmente sujeto de muchas controversias, siendo el nombre quizás la más común. El nombre de ladino surge de la costumbre rabínica de traducir las escrituras del hebreo original, al castellano, hablado por el común de los sefardíes. A esta acción se le llamaba fazer en latino, y con el paso del tiempo, las escrituras leídas o traducidas al castellano se decía que estaban en ladino. Sin embargo, los sefardíes, la mayoría de las veces se referían a su lengua como espanyol, o más comúnmente judezmo. El término de judeoespañol surge de la necesidad de diferenciarlo del español moderno, al ser una lengua que, aunque inteligible, es evidentemente distinta. Para el caso del Haquetía, se observa una muy fuerte influencia del árabe.
Historia
Los judíos fueron expulsados de España el 2 de agosto de 1492, que establecía la obligación de abandonar el territorio español para todos los judíos, salvo aquellos que se convirtiesen al cristianismo. La mayoría de los sefardíes optaron por el exilio, y casi todos ellos fueron recibidos por el sultán Bayaceto II en el Imperio Otomano. Otra parte se estableció en Marruecos, Holanda y algunos países de Europa Central.
Los sefardíes establecidos en el Imperio Otomano pertenecían a un nivel social y económico, en cierta medida superior al de las poblaciones autóctonas, lo cual permitió que éstos conservaran la lengua y la mayoría de sus tradiciones hispánicas por casi 400 años. Algo similar ocurrió en Marruecos, sin embargo, el tiempo favoreció que se originaran dos versiones del español sefardí, el ladino (hablado en los Balcanes) y el haquetía de Marruecos. Por la influencia cultural que tuvo el ladino y desde luego, por el número de hablantes que tuvo, mucho mayor que el haquetía, es considerado un especimen lingüístico muy interesante para filólogos e hispanistas.
Orígenes
La lengua hablada por los judíos españoles antes de la expulsión no difería sustancialmente del idioma español hablado por la mayoría de la población, aunque tuviera en ocasiones rasgos específicos, particularmente el empleo ocasional de léxico hebreo. En las primeras décadas del establecimiento de los sefardíes en la ciudad de Salónica, coexistían varias de las lenguas habladas en la Península Ibérica. Era posible, en los diferentes barrios o Calls identificar lenguas como el gallego, catalán o portugués. Sin embargo, la sustancial predominancia de los sefardíes de origen castellano o andaluz propició que las lenguas anteriores cayeran en desuso, no sin haber ejercido cierta influencia.[1]
El judeoespañol posee una gran cantidad de vocablos de corte "arcaico", en relación con el castellano actual. Mucho de esto se debe a la falta de dinamismo que tuvo el idioma en los Balcanes, lejos de la "Madre Patria", cuya lengua se enriqueció y sufrió reformas con el paso de los años. El judeoespañol por su parte, adquirió vitalidad de la lengua turca y griega principalmente, las cuales lo enriquecieron y en cierta medida, modernizaron.
En sus lugares de exilio, los judíos mantuvieron la lengua española porque ésta era un signo de pertenencia a la comunidad judía, y en los lugares donde los sefardíes compartían espacio con los ashkenazíes, como manera de diferenciarse. Incluso en la Turquía otomana, el español hablado por los sefardíes era conocido como yahudice (literalmente, judío). Un enviado diplomático otomano que visitó España en el siglo XVII, se sorprendía de la lengua hablada en el país, como lo manifestó en una carta escrita a la Puerta Sublime: Curiosamente, en España han adoptado la lengua de los judíos de nuestro Imperio. [1]
Durante siglos, se produjo una abundante tradición oral en judeoespañol, así como una importante cantidad de literatura. En la ciudad de Salónica, primero otomana y más tarde griega, donde la comunidad sefardí integraba el 65% de la población, el judeoespañol era usado como lingua franca en el comercio y en las relaciones sociales entre cristianos, judíos y musulmanes.
Siglo XIX
El siglo XIX marca un punto de inflexión en el desarrollo del judeoespañol, con un proceso simultáneo de auge y declive. El universo sefardí se secularizó, aumentaron las migraciones y la formación académica en otras lenguas, principalmente el francés, con lo que muchos relegaron el idioma original al ámbito familiar o lo abandonaron definitivamente. Incluso, los sefardíes cultos mostraron su grado de occidentalización integrando palabras francesas o italianas al judeoespañol para darle un carácter más "romance" a la lengua, sustituyendo palabras de origen netamente turco.
El auge del nacionalismo y la consiguiente formación de nuevos estados nacionales presionó a los sefardíes para que abandonasen su lengua en favor de la lengua oficial del Estado. Paradójicamente, los años que van desde 1880 hasta los años 30 del siglo XX son los de mayor uso del Ladino, pues es el momento histórico en que los sefardíes alcanzan su plenitud demográfica. Este mayor uso se refleja también en la producción escrita: se desarrolla la prensa judeoespañola al tiempo que se traducen multitud de obras literarias europeas o se crean otras a su semejanza.
A finales del siglo XIX, se producen también los primeros reencuentros con el Castellano peninsular, sobre todo en Marruecos, donde la lengua de los sefardíes adquiere muchos rasgos del castellano moderno. Algunas comunidades sefardíes intentaron que el Estado español asumiera una tarea de reespañolización de los antiguos exiliados, abriendo escuelas y centros de enseñanza superior que contrarrestaran la influencia del francés.
También se intentó que los sefardíes pudieran recuperar la ciudadanía española, sobre todo para ampararlos del desorden y las luchas que se estaban dando en los Balcanes, dada la progresiva desintegración territorial del Imperio Otomano. Como resultado, el 20 de noviembre de 1924 se aprobó un Decreto de Ley elaborado por Miguel Primo de Rivera según el cual los sefardíes tenían derecho a obtener la nacionalidad española. Gracias a esta ley cerca de 40.000 judíos salvaron la vida durante la persecución sufrida en la Segunda Guerra Mundial.
Siglo XX
En el siglo XX el judeoespañol experimenta un rápido declive. Por un lado, el Holocausto nazi que aniquiló comunidades enteras, como la numerosa comunidad de Salónica. La exterminación sistemática de la población judía en los campos de concentración es el acontecimiento histórico más duro que sufren las comunidades sefardíes desde la expulsión de 1492.
Por otro lado, las migraciones causadas por la propia guerra y posteriormente por la creación del Estado de Israel propiciaron el desmembramiento y aculturación de las comunidades. En apenas cinco años la lengua Sefardíes perdió al 90% de sus hablantes. Esto significó para el judeo-español dejar de tener un punto de localización reconocible y perder a quienes mejor hubieran podido abrir nuevos caminos hacia la normalización de una lengua: los escritores y creadores literarios.
El mantenimiento del judeoespañol como signo de identidad judía tenía poco sentido en Israel, donde una lengua considerada más propia de los judíos, el hebreo, había sido resucitada como lengua viva. A Israel se trasladaron la mayor parte de los sefardíes de Marruecos, emigrados masivamente en los años 50. Los sefardíes emigrados a países de habla hispana abandonaron rápidamente su lengua en favor del español, y las comunidades de Francia o Estados Unidos lo mantuvieron durante un tiempo, aunque relegándolo cada vez más al ámbito doméstico o de las relaciones sociales.
En la actualidad
El número de hablantes de judeoespañol ronda hoy los 150.000. En Iberoamérica hay comunidades donde el ladino y las tradiciones sefardíes han sido parte integral de su historia y cultura, por ejemplo en países como Puerto Rico, Cuba, Bolivia, Brasil, entre otros. En Israel se mantiene una revista en judeoespañol, Aki Yerushalayim ("Aquí Jerusalén"), editada por la Autoridad Nasionala del Ladino y una emisión semanal de radio en la emisora Kol Israel. Igualmente Radio Exterior de España emite el programa Bozes de Sefarad que recientemente cumplió 20 años al aire. Otros medios de comunicación en ladino han ido desapareciendo a medida que menguaba el número de hablantes.
Las comunidades sefardíes más numerosas fuera de Israel están en Turquía, donde hay unos 15.000 hablantes. Ahí mismo, el número de periódicos y boletines emitidos en judeoespañol sigue siendo significativo.
Desde finales del siglo XX ha habido tímidos intentos de recuperación del judeoespañol, sobre todo en Israel. Este judeoespañol académico es un estándar creado a partir de las hablas de los sefardíes. Está, incluso, muy influido por el castellano estándar, del que se ha tomado numeroso vocabulario para sustituir los préstamos turcos, franceses y eslavos.
Actualmente varias casas editoriales, sobre todo españolas, editan libros escritos en lengua judeoespañola. Gad Nasí publicó recientemente su obra editorial En tierras ajenas yo me vo murir: una excelente recopilación de cuentos y testimonios en lengua judeospañola. Igualmente, han vuelto a ser colocadas en el mercado publicaciones como Los Dos Mellizos, novela sefardí publicada por primera vez a finales del siglo XIX y Crónicas de los Reyes Otomanos de Moshé Almosnino, primera publicación formal en lengua judeoespañola.
Libros tanto judíos como de la fe cristiana han sido escritos o traducidos en ladino por eruditos como Frantz S. Peretz. También escritores como Moshe Shaul y Avner Peretz (Perez) han publicado una gran colección de artículos en judezmo.
Como el yidish, el judeoespañol tradicionalmente se ha escrito con caracteres aljamiados.
Ortografía
En la actualidad el judeoespañol se escribe comúnmente con el alfabeto latino, especialmente en Turquía donde sigue las reglas fonéticas del alfabeto estandarizado para el turco moderno, impuesto desde la década de los 20 del S. XX por Mustafa Kemal Atatürk. El uso de los caracteres turcos resulta en la mayoría de los casos, muy útil y práctico ya que se obtienen escritos precisos que se leen tal y como se escriben, sin tener que recurrir a excepciones lingüísticas. Sin embargo, algunas comunidades todavía lo escriben usando caracteres aljamiados (alfabeto hebreo del tipo Rashi), práctica que era muy común y posiblemente universal, hasta el siglo XIX. Aunque los alfabetos griego y cirílico se han empleado en el pasado, hoy día están en desuso.
Tras la dramática pérdida que para las comunidades sefardíes europeas (particularmente en los Balcanes) significó la Segunda Guerra Mundial, la mayor parte de los hablantes de judeoespañol eran judíos turcos. De ahí la importancia que tiene el uso de su alfabeto, que por la coincidencia en la existencia de sonidos estandarizados, subsana de manera muy eficiente la fonética del Judeoespañol. Los siguientes caracteres es común encontrarlos en las publicaciones turcas en judezmo:
- Ç - [CH] española - Munço - Mucho
- Ş - [SH] española - Buşkar - Buscar
- C - [Y] consonante española - Cidyo - Judío
- J - [ZH] J francesa - Fijo - Hijo
- NY - [Ñ] española - Kunyada - Cuñada
- H - [J] española - Haber - Socio
La Autoridad Nasionala del Ladino promueve la utilización de otro alfabeto. Hay también los que, con Jacob M. Hassán, alegan que el Judeoespañol debe adoptar la ortografía de la Lengua Española estándar. Otros, como es el caso de Pablo Carvajal Valdés, sugieren que el Judeoespañol adopte la ortografía usada durante la época de la Expulsión de 1492. La ortografía de ese tiempo se ha estandardizado y ha cambiado eventualmente por una serie de reformas. Finalmente, fue cambiada por una reforma ortográfica en el siglo XVIII. El Judeoespañol ha conservado algo de la pronunciación que a la hora de las reformas había llegado a ser arcaica en el castellano estándar.
Adoptar la ortografía del siglo XV para el Judeoespañol traería nuevamente dentro de existencia la /s/ (originalmente /ts/) - c (antes de e y de i) y ç/z ((cedilla): tales como en caça; la /s/ - ss: por ejemplo en passo y la [ʃ] - x: como en dixo. La pronunciación original de la [ʒ] - g (antes de e o de i) y de la j: como en mujer o gente, sería restablecido y la /z/ (originalmente /dz/) - z: permanecería en las palabras, como en fazer y dezir. El /z/ - s: como en casa, recuperaría su pronunciación bajo esta ortografía también. Se diferenciarían la b y la v, como en el caso del reflejo intervocálico - B -: eg el debe español, del latin debet, volverá a su viejo deletreo castellano deve. El uso de los bigramas ch, ph y th (hoy /k /, /f/ y /t/ en español estándar respectivamente), reformado formalmente en 1803, sería utilizado en palabras como en orthographía o theología. La Q latina ante palabras como en quando, quanto y qual también sería utilizado. El autor Enrique Saporta y Beja aplica intensivamente este tipo de ortografía en sus publicaciones, alegando su alta similaridad con el español.
Sin embargo, el filólogo andaluz Pascual Pascual Recuero hace uso de una ortografía que reproduce con gran exactitud los sonidos del Judeoespañol. Algunos de los caracteres que propone para que sean usados:
- Ž - [J] francesa
- Đ - "D" palatizada
- Ĉ - [CH] española
- X - [SH] española
Algunos entienden que al usar la vieja ortografía castellana solamente se distanciarán características no-hispánicas del Judeoespañol y crearán problemas que los sistemas fonéticos actualmente solucionan. Sin embargo, la literatura española de la edad clásica y de oro ganaría un renovado interés, un mejor aprecio y entendimiento si su ortografía se utilizara nuevamente.
Origen de las palabras en judeoespañol
El judeoespañol es un idioma que recibió una importante aportación de muchas de las lenguas habladas en la Península Ibérica, ya que muchos de los judíos expulsados procedían de zonas como Galicia o Cataluña. Igualmente, recibió una rica influencia del turco, del griego y del italiano.
Ejemplos de literatura en judeoespañol
Cuento: El Hazino Desovedyente (I. Pontremoli)
Un adam kayo hazino de munço tiempo i vino un mediko savido a verlo i le dyo promeza ke asta tantos dias lo melezina: Basta ke se kudye a bever las melezinas i espesias ke le dara, i ke no koma demazyado, ni kozas ke aze danyo al estomka. İ el hazino no eskuço al mediko, i iba komiendo todo lo ke le dezeava su alma, i no kudyava por azer la melezina del mediko. İ viniendo el tiempo, en lugar de melezinarse, se izo hazino mas munço. İ kuando vino el mediko a ver al hazino, le demando el hazino al mediko:
- "¿Onde esta tu sensya, ke tienes tu fama grande ke sos dotor valido, ke de sierto me dates palavra ke oy me tenía que melezinar i adrava me ize mas hazino?"
Le respondyo el dotor:
- Ya es maraviya komo bives ainda, ke para lo ke kargates la estomka, i no kijites bever las melezinas que te dişe, ya kalia ke murieras; i sierto ke, si me eskuçavas a mi de no komer todo lo ke te dişe, ya estavas agora rezyo. Esto no es otro ke tu kijites matar de ti para ti; por eso, si keres eskuçarme de oy endelantre, es ke te akavides en todo lo ke te ordenare i, en akavidandote bien, por sierto ke asta pokos dias te melezinas; ma, si no te guadras en estos dias, no tengas keşa kon mi.
- Adam - Hombre
- Hazino - Enfermo.
- Estomka - Estómago.
- Adrava - En vez.
Refranes sefardíes
- El amigo ke no ayuda y el kuçiyo que no korta, ke se piedran poco emporta.
- Kien kome i suda, no tiene kalyentura.
- El peşe esta en la mar i eyos ya fizieron bazar.
- Pujados ke no amenguados. (Muchos y no tristes).
- Munços me dieron i munços me daran, ¡guay! kuando de mi no ay. - (Muchos me dieron, muchos me daran "Ay de mi" cuando no de).
- Kien munço se lo pyensa non se va en Yeruşalayim.
- El meoyo del adam es una tela de sevoya. - (El cerebro del hombre es una tela de cebolla). Hace alusión a la debilidad humana.
- Kada uno konose las koles de su guerta.
- Fyero ke da al vidro, ¡guay del vidro! Vidro ke da al fyero, ¡guay del vidro!
- Pan ke ayga en el sesto, ke sea blanko, ke sea preto.
- Şabat lo aharvaron, Alhad yoro - (El sábado lo golpearon, el domingo lloró). - Hace alusión al respeto, irónicamente, que los judiós tienen por el sábado.
- Kaveza abokada no le akoza filo de espada.
- El ke munço se aboka, el kulo amostra.
- El ke se eça kon kriyaturas se alevanta pişado. - Hace alusión a evitar involucrarse en negocios o planes con jóvenes.
- El ke se eça kon gatos se alevanta areskunyado.(Quien se acuesta con gatos, arañado se levanta)
- La ida esta en mi mano, la vinida no se kuando.
- No digas mal del dia fista ke escurese.
- Kien del rey se kome la gayina flaka, godra la paga.
- Kien de ajenos vestira, en medyo de la kaye le kitaran.
- El mosafir no kome, ma la mesa se kompone. Mosafir (del turco misafir): viajero
- La tizna dize a la kaldera, ¡vate! ¡vate!, ke sos preta.
- El dia ke no barri, vino kien no asperi.
- Amigos i hermanos semos, a la bolsa no tokemos.
- Lo ke fazes kon tu mano, no lo faze ni tu ermano.
- Kada kualo kere yevar el agua a su muelino, i deşar en seko el del vizino.
- El ke se kema kon la çorba, asopla en el yoğurt. (Quien se quema con la sopa, sopla en el yogurt).
- Gayegos semos i no mos entendemos. (Gallegos somos y no nos entendemos).
- Nadie save del mal de la oya, mas ke la kuçara ke la menea.
- Aremyenda tus panyos, los yevaras sien anyos.
- Lo ke tienes de fazer el Martes, fazelo el dia de antes.
- No digas ¡höşt! al perro, ke te modre.
- Kada gargajo a su paladar es savrozo.
- Lo ke no pari, ke no kreşka.
- De boka en boka la pulga se fizo gamelyo.
- Bueno, barato i kon las paras en la mano. - Paras - dinero.
- Kulevra ke no modre, ke biva mil anyos.
- Biva el devdor ke la devda esta en pyes.
- Komo turko ke se eço a bever.
- Al sultan, un yeşil yaprak. Yeşil - verde, Yaprak - hoja. Hace alusión a la insignificancia de ciertos regalos.
- Por la kaveza fyede el peşe.
- Basta ke es mi nombre Abravanel, alevanto la colça y me eço sin komer.
- Kien no tenga meoyo, kale ke tenga paças. Paças - Patas.
- El rey se eço kon mi madre, ¿a kien reklamo?.
- Abolta, abolta, komo rueda de muelino.
- Mar i guerta, ke no ay buelta.
- Toma haber, sube un eskalon, toma mujer abaşa un eskalon. Hace alusión a que se busque un socio de mejor nivel social y una mujer de clase inferior.
- ¿Para ken es esta paparrona? Para mi senyora suegra. ¿Para ken es esta paparrica? Para mi nuera. - Paparrona - aumentativo de patata. Paparrica - diminutivo de patata. Hace alusión al trato inequitativo entre suegras y nueras.
- Ken no esta ambezado a yevar bragas, la kostura le faze yaras. - Bragas - Pantalón, Yaras - llagas.
- Kien ve al guerko, le keda el cesto. - Guerko - Diablo, Cesto - gesto.
- ¿Para ke keres las paras? ¿Para la vejez o la mensevez? - Paras - dinero, Mensevez - mancebez, juventud.
- Lo ke no se faze el dia de la boda, no se faze a ninguna ora.
- Kon kaza yena, presto se giza la sena.
- Vos te fraguas kastiyos en Sefarad (España) - Hace referencia a hacerse de falsas ilusiones.
- ¡Guay! de la barka ke tiene munços kapitanes.
- Asegun la barka, biene la fortuna. - Fortuna (del turco fırtın - tormenta).
- Munços i buenos anyos i de novia ke te veyamos. - Fórmula de agradecimiento que se da a las jóvenes casamenteras.
- Yo se un salmo, el hazán save dos. - Hazán - Cantor de la sinagoga.
- Entre toma el gayo y daka el gayo kedan plumas en la mano.
- En lo escuro todo es uno.
- Saporta al ke nada le emporta.
- Besa la mano ke keres ver kortada.
- El Dio da barva onde no ay keşada.
El Grupo de Cohá
Dentro de los refranes sefardíes, es interesante destacar el Grupo de Cohá (recordar que en turco, la C tiene el sonido [LL] español). Cohá es un nombre deformado por la pronunciación sefardí, del célebre personaje ficticio turco, Nasrettin Hoca (El Maestro Nasrettin). Es considerado el prototipo de tonto, ingenuo, y hazmerreír del pueblo. Generalmente se le ilustra como un anciano con un turbante enorme, montado sobre un asno pequeño, que nunca le obedece.
- Cohá, Cohá, ¡vate! ¡vate! que sos feo.
- De haçikos i pedikos un fijo encenio Cohá.
- Pasiensia Cohá, que la noçada es larga.
- Cohá, enriva del asno, el asno esta buşkando.
- Vos sos komo la mula del Cohá.
- Cohá despartio para si lo mas. (Cohá repartió casi todo para el).
- Ansi komo el rey es fermozo para la reyna, ansi lo es Cohá para su mujer.
- Cohá antes de kazar, merko la kuna.
- Cohá kazo a la tuerta, metió el mundo en revuelta.
- Cohá dize lo ke se le apega.
- Cohá estuvo al banyo, tuvo de kontar sien i un anyos.
- Cohá fue a la plaza. En vez de ganar, piedrio.
- El pedo de Cohá a su mujer le gole a menekşe. (El pedo de Cohá a su mujer le huele a violeta).
- Cohá, Cohá, alenvantate, pişaras.
Véase también
Bibliografía
- Plantilla:Ref-artículo
- Socolovsky, Jerome. "Lost Language of Ladino Revived in Spain", Morning Edition, National Public Radio, March 19, 2007. [1]
Referencias
Enlaces externos
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