José Rivera Ramírez
José Rivera Ramírez (Toledo, España, 17 de diciembre de 1925 - † 1991). Sacerdote secular incardinado a la diócesis de Toledo en España, conocido por su actividad en favor de los necesitados, la participación en la formación sacerdotal de su época y como maestro espritual.
Biografía
Nació en Toledo el 17 de diciembre de 1925. Es el último de cuatro hermanos: Carmen (4 de enero de 1915), Antonio (27 de febrero de 1916) y Ana María (3 de mayo de 1923). Creció en una familia católica, conocida por el testimonio del hijo mayor Antonio, "el Ángel del Alcázar" el 20 de noviembre de 1936.
En la casa paterna
Carmelina su hermana lo pone en contacto con los mejores sacerdotes de su entorno y en el ambiente de la Acción Católica con Manuel Aparici de quien Don José afirma en su diario: "...ese indefinible deslumbramiento que yo sentía a mis 14 años escuchando Aparici hablar de Cristo... ese como presentimiento y pregusto de una amistad en plenitud saciativa... o el mismo sentimiento de algo diverso... esa como oscura adivinación de la existencia hasta ahora no conocida de otra vida de otro amor que veo se produce muchas veces en las gentes que hablan por primera vez conmigo es a mi juico el flechazo de Cristo que enamora el alma" (Estudios 13-V-1967)[1]
De la universidad al Seminario
Estudiante de literatura en la Universidad Complutense de Madrid decide entrar en el seminario, un fragmento de su diario revela aquella decisión madurada: "Me recuerdo -yo, tan casi nada dado a los recuerdos- paseando por la sala que era comedor, y meditando, a mis 17 años, acerca de lo porvenir. ¿Qué deseo? me interrogaba; ¿qué me hace feliz? Y la respuesta que me venía, con toda certeza, sin mezcla de inseguridad, de duda alguna, ni vacilaciones de la voluntad, aunque con previsión de futuros malos ratos, era obvia: Cristo. Yo, me decía, necesito conocer amorosamente la realidad; amar con certeza la realidad personal. Y tal realidad no podía ser otra que Cristo: la Sabiduría y el Amor encarnado. A a la verdad me ha salido redondo..." (Diario 14-VI-1988, CP f 3954)[2]
La razón determinada de aquella decisión la comenta así: "Tratas con los chicos y al final tienes que buscar un sacerdote para confesarlos. ¿Porqué no ser sacerdote y de esta manera remata uno la tarea completa?".
En el seminario
Estudia Humanidades y Filosofía (1943-48), teología en Salamanca (1948-53). Indicando así en una carta: "De mí no hay mucho que hablar; en conjunto con el estudio del 1er curso de Teología se me han ensachado los horizontes y comienzo a vislumbrar cuáles pueden ser los fundamentos de muchas ideas que hasta ahora fueron solo sentido, nacido de la oración"
Y comenta su experiencia académica así: "Yo no podía estudiar teología sin experimentar cambios en mi vida personal"... "no podía estudiar Trinidad sin crecer en la conciencia de la presencia de las personas divinas, no podía estudiar Cristología sin un entusiasmo creciente por Jesucristo, no podía estudiar Eucaristía sin crecer en actitud adorante del misterio para convertirse en ofrenda permanente".[3]
Fue ordenado sacerdote en Toledo el 4-IV-1953. Nombrado coadjutor en la parroquia de Santo Tomé(1953-1955) y ecónomo de Totanés -Toledo- (1955-1956).
Vida parroquial
Se cuenta de cómo llamó a un hombre muy enemigo de la fe y que había perseguido a la Iglesia: "Nosotros le dijimos que tuviese cuidado, que era mejor dejarlo, que era un hombre que había hecho mucho mal y que se iba a buscar un disgusto. D. José insistió en que avisásemos a aquel hombre. Nada más hablar con él, quedó apuntado para el siguiente Cursillo de Cristiandad. Después fue D. José con Ernesto a la clausura del Cursillo para recogerlo. Volvió cambiado por completo. Se nos hacía un nudo en la garganta al verlo en la iglesia, confesando y comulgando. En una ocasión se lo comentamos a D. José y él nos dijo simplemente que llevaba bastante tiempo rezando y haciendo sacrificios por la conversión del este hombre. Comprendimos porqué D. José estaba tan seguro cuando nos encargó que le avisásemos para hablar con él. Después, cada vez que nos decía que le avisásemos a alguien para hablar con él, decíamos entre nosotros: ´a otro que se carga´[4]
Formador en el seminario Hispano
Un testigo de esta época indica de Rivera: "Tenía una personalidad humana impresionante, riquísima, densa, madura, muy equilibrada, firme, apasionada, afectiva, armónica e integrada al summum en su aspecto humano y espiritual. Con gran coherencia entre lo que pensaba, decía y hacía. Con gran vitalidad, no perdía un minuto, aunque parecía que tenía tiempo para todo. Muy inteligente, dotado de una gran memoria y con un alto sentido del humor, sobre sí mismo, lo que se le decía y sobre los acontecimientos y situaciones que vivía. Con un respeto único frente a los que acudíamos a él, escuchaba con paciencia y sin prisa, inspiraba una gran confianza, cosa que facilitaba el diálogo y la confidencia. Era tranquilo, sosegado, benévolo, indulgente y flexible. Nunca fue directivo, controlador, ni imponía nada, sí animaba mucho."[5]
Dos años pasó Don José en retiro espiritual acogido por los Hermanos de San Juan de Dios, luego de lo cual volverá a Toledo.
Obras
Publicó en vida la "Síntesis de Espiritualidad Católica" en editorial Gratis Date pero escribió mas de 7 mil folios que se han ido publicando de manera póstuma[6] y algunos de ellos son accesibles en la página de la fundación que lleva su nombre[7]
Bibliografía
- AA.VV.: "José Rivera. Sacerdote, testigo y profeta". Ed. BAC. ISBN 978-84-7914-536-1
- Fernández, Demetrio: "José Rivera Ramírez, un sacerdote diocesano". IT San Ildefonso. ISBN 84-933362-9-7, ISBN 978-84-933362-9-5