Jaime Ruiz de Castellblanch
Apariencia
Don Jaime Ruiz de Castellblanque o Castellblanch (1595-1672), fue señor del mayorazgo de Torrebaja, señorío ubicado entonces en la jurisdicción de Castielfabib (Valencia), correspondiente al actual municipio de Torrebaja, en el Rincón de Ademuz, Comunidad Valenciana, España.
Cuestiones previas
- A principios del siglo XVII, Torrebaja no era más que una alquería, finca, hacienda o posesión particular sita en la jurisdicción de Castielfabib, sin término ni delimitación específica. Los propios señores de Torrebaja eran vecinos de la Villa, donde concurrían a los cargos públicos. Prueba de ello es que pagaban la peyta (tributo o contribución) por sus tierras y regalías a Castielfabib.
- A comienzos de dicha centuria, los dueños de Torrebaja comenzaron a agregar algunas casas a las existentes en torno a la Casa Grande, con el propósito de alquilarlas a los colonos que trabajaban sus tierras en régimen de aparcería. [1]
- Por este mismo tiempo, primera década del Seiscientos, tuvo lugar una sentencia judicial contra el señor de Torrebaja –don Juan Ruiz de Castellblanch-, que pretendía una jurisdicción sobre su territorio que ciertamente no tenía, pues ésta correspondía a la villa de Castielfabib (1610). [2]
- El siguiente señor de Torrebaja –don Diego Ruiz de Castellblanque-, hermano y sucesor por falta de descendencia del anterior, redactó su testamento en los años treinta del mismo siglo (1638).[3] Por él ha podido compendiarse la genealogía de la estirpe originaria del señorío, incluyendo el nombre de los padres y hermano, esposa, hijos y otros descendientes. Además, el registro contiene la primera delimitación conocida de la propiedad, demarcación que se corresponde con lo que habría de ser el futuro término municipal de Torrebaja, y las distintas disposiciones o mandas testamentarias, que introducen en la forma de vida y preocupaciones de un personaje de la pequeña nobleza valenciana en la primera mitad del siglo XVII.
- Los hijos de don Diego Ruiz de Castellblanque fueron: Jaime, Francisco, Fernando, Cristóbal y Margarita. Cabe destacar al hijo mayor –don Jaime Ruiz de Castellblanque (1596-1672)-, heredero del vínculo mayorazgo, el cual se convirtió en un peligroso delincuente y asesino.
Antecedentes históricos
- A mediados del siglo XVII los bandoleros campaban por el Reino de Valencia, aumentando en número y atrevimiento, hasta el punto que atacaron al propio virrey y arzobispo de Valencia, don Pedro de Urbina y Montoya (1585-1663), sin que le valiera la guardia blau que portaba.[4]
- Los bandoleros valencianos solían ir siempre fuertemente armados, hacían alarde de valor, sin temor a la justicia y a los que se les enfrentaban. Las autoridades no podían con ellos, eran atrevidos y violentos, hasta el punto de ocupar pueblos enteros por algunos días. Los hombres de armas de la ciudad y la guardia azul del virrey eran insuficientes para controlarles y detenerles.[5]
- La causa de la proliferación del bandolerismo se ha visto en la situación de necesidad que venía padeciendo la capital y el Reino, hasta el punto que 1651 fue conocido como <el año del hambre>; incluso se desbordó el rio Turia a su paso por Valencia, inundando calles y plazas. El grano y los alimentos escaseaban, la mendicidad aumentó, incrementándose el número de pordioseros por las calles, a la vez que el número de ladrones y bandoleros, siendo su objetivo conseguir alimentos o dineros para adquirirlos. Muchos vecinos murieron de hambre, pero otros no se resignaron y <armados con su navaja, aprovechando la oscuridad de la noche, asaltaban y desvalijaban a nobles caballeros o paseantes que circulaban por las calles>.[6]
- En este contexto hay que ver el hecho de que muchos campesinos abandonaran sus tierras para sumarse a las bandas de salteadores. Algunos grupos se componían de un centenar de hombres, sin que la justicia osara enfrentárseles. El ambiente de la ciudad de Valencia reflejaba dicha situación de miseria, acrecentando el número de gente que portaba armas; de ahí el aumento en el número de peleas, heridos y muertos. Los bandoleros no respetaban nada, ni lugares sagrados (templos), ni personas (viajeros o lugareños), tampoco a la nobleza. El clima de intimidación, desatado por la situación social y económica, invadía el Reino. De hecho, los vecindarios solicitaban de las autoridades que extendieran la vigilancia y un mayor castigo para los bandoleros y delincuentes, a los que nada parecía detener, pues los asesinos no eran comúnmente perseguidos.[7]
Acerca de don Jaime Ruiz de Castellblanque o Castellblanch (1596-1672)
- El Testamento de Diego Ruiz de Castellblanch fue abierto y leído en su casa habitación de Torrebaja, delante de sus hijos y herederos, el 14 de mayo de 1643; probablemente el mismo día de su fallecimiento. En el sexto ítem, el testador declara que don Jaime Ruiz de Castellblanque, su hijo mayor y de su esposa, doña María Ana de Cabestani y Caballería, debía ser el legítimo sucesor en el vínculo mayorazgo y señorío del lugar de Torrebaja, con todos los bienes anejos. Al fin de sus días deberían sucederle sus hijos y si no les tuviere, sus hermanos: don Francisco, don Fernando y don Cristóbal, por ese orden.[8] Por las fechas expuestas, el nuevo señor de Torrebaja ya era un hombre maduro, pues contaba 47 años…
- Sin embargo, su carácter y aspiraciones debían ser distintos de los de su padre, que vivió apaciblemente en Torrebaja y quiso ser cristianamente enterrado en la iglesia de su lugar, <dentro de la Capilla mayor, frente al Santísimo Sacramento>. Las propiedades heredadas debían ser poco rentables; en todo caso, el nuevo titular del mayorazgo no se interesó por su explotación, ya que se dedicó al bandidaje.
- Desde mediados del siglo XVII, don Jaime Ruiz de Castellblanque, <señor de la Torre Baja> ya figura en una cridá del arzobispo valenciano (1650), como uno de los bandoleros más buscados. De hecho, don Jaime fue de los más temibles salteadores, paradigma del turbulento discurrir del Seiscientos valenciano. Por esa misma época se unió a la partida del célebre bandolero Manuel Alapont, junto con sus hermanos. Posteriormente, don Jaime y sus parientes se independizaron, actuando como bandoleros por su cuenta durante casi dos décadas, <y con más de ciento ochenta muertes a sus espaldas>. Según indicios, don Jaime trató de conseguir su indulto, <poniendo en manos de la justicia a D. Manuel de Córdoba>, presuntamente implicado en un atentado fallido contra don Juan José de Austria (1629-1679), hermano bastardo de Felipe IV (1621-1665).[9]
Don Jaime solicita el perdón para él y sus hermanos
- Existen dos documentos, datados en Madrid el 3 de mayo de 1657, cuyo asunto es una carta del rey Felipe IV al duque de Montalvo, su Lugarteniente y Capitán General de Valencia, <para que no se trate de la remisión de los delitos de don Jaime Ruiz de Castelblanch y su hermano, (sino) que se les prenda y embargue su Lugar (Torrebaja) y hacienda>. Dicho registro dice a la letra: <El Rey/ Ilmo, duque de Montalvo Primo mi Lugarteniente y Capitán General./ Hase visto una carta de 20 del passado en que res-/ pondeis al informe que os mandé pedir sobre la re-/ misión que pretende Don Jayme Ruis de Castellblanc/ (cuio dize ser del Lugar de la Torre baja) para si y un/ hermano suyo, y atendiendo a lo que me representáis/ ha parecido (justo) tratar destas remisiones y/ encargar y mandaros (como lo hago) que procuréis/ se prendan essos delinquentes y se les secuestre su Lu-/ gar y hazienda, haziendo (justicia) en todo lo que/ mira a castigar semejantes delictos como lo espero/ de vuestro zelo y cuidado. Dado en Madrid a 3 de maio/ 1657./ Yo el Rey./ Don Francisco Izquierdo de Berbegal, Secretario/ Al Illmo. Duque de Montalvo Primo mi Lugarteniente y/ Capitán General>. [10]
- Según el registro, el rey se dirige al duque de Montalvo, en relación con una carta suya de 20 de abril de ese mismo año, donde el Delegado real informa al monarca sobre la remisión de sus delitos, según pretende don Jaime Ruiz de Castellblanc, para él mismo y un hermano suyo. Pero el informe del Capitán General no debió ser favorable a la demanda del bandolero, por lo que el monarca le encarga y manda <se prendan essos delincuentes y se les secuestre su Lu-/ gar y hazienda>, con el propósito de hacer justicia, castigando los delitos de bandolerismo y asesinato que pesaban sobre el señor de Torrebaja y su pariente.
Detención y ajusticiamiento de don Jaime Ruiz de Castellblanque
- Al no conseguir la pretendida remisión de sus crímenes, don Jaime continuó su vida de delincuente durante una docena más de años. Confiadamente, sin embargo, acudió a la Corte, pero fue prendido y procesado (1670). Sentenciado de muerte, el dictamen se ejecutó mediante degollamiento en la plaza Mayor de la villa y corte de Madrid, el día 14 de febrero de 1672.[11] De nada le valió su modesto título nobiliario, ni la situación de senectud y acabamiento en que se hallaba, pues contaba 76 años.
- Don Jaime Ruiz de Castellblanque aparece entre los hidalgos y caballeros valencianos ejecutados en el siglo XVII, figurando como <señor de Torre Baixa> y siendo su crimen <bandolerismo>. Su vida traduce la situación de crisis por la que atravesó el siglo, reflejando las dificultades económicas de la explotación agrícola del mayorazgo de Torrebaja, además de la propia condición maleante y depravada de su titular.
- Don Jaime no actuaba solo, iba con sus hermanos menores, don Fernando y don Cristóbal. Los tres figuraban ya como bandoleros en la mencionada <cridá> realizada en tiempos de don Pedro de Urbina (1650). Ello resulta doblemente paradójico, pues en el testamento paterno se hace mención de que don Francisco y don Fernando <han tratado y tratan de entrar en religión y caballería de la orden de San Juan…>, indicando que fueran ayudados por el sucesor en los gastos de información que conllevara su ingreso; y si alguno se decidiera a entrar en religión, monacal o mendicante, hiciera renuncia de su legítima y demás bienes a favor de sus hermanos.[12] Pero ni don Fernando ni don Cristóbal ingresaron en orden de caballería alguna, tampoco se decidieron por ser religiosos. Pues donde entraron fue en una partida de facinerosos, acabando el titular del mayorazgo de Torrebaja ajusticiado.
Epílogo
- Tras el ajusticiamiento de don Jaime Ruiz de Castellblanque, la situación del mayorazgo de Torrebaja debió quedar en entredicho, con el título retenido y la propiedad embargada. Se desconoce la inmediata evolución posterior de la herencia. No obstante, apenas ocho años después, el sabio rector de Chelva (Valencia), don Vicente Mares Martínez (1680), dice: <Torre Baja, tiene 50 casas, a la misma ribera del Turia (…), es de don Juan Castelblanc>. [13] El nuevo señor debía ser pariente próximo del ajusticiado, que rehabilitó el título del vínculo y liberó la hacienda de sus predecesores.
- Ya en la centuria siguiente (siglo XVIII), las propias certificaciones de veracidad del Testamento de Diego Ruiz de Castellblanch, nos muestran a don José Ruiz de Castellblanque como nuevo señor de Torrebaja (1729).[14] Cuarenta años después, cierto documento de la Audiencia Real de Valencia dice de don Juan Ruiz de Castillblanque, caballero del hábito de Nuestra Señora de Montesa, definiéndole como <Dueño del Lugar de Torrebaja inmediato a la Villa de Ademuz y vecino de Valencia…> (1769).[15] El mismo registro documental dice de don Jaime Ruiz de Castellblanque, <inmediato sucesor dueño de esta población (de Torrebaja) y apoderado del actual (señor)>.
- A principios del siglo XIX, el señor de Torrebaja era don Francisco Ruiz de Castilblanque, según noticia de Población del Reino de Valencia (1802). La localidad de Torrebaja, en cuanto primogenitura, permaneció bajo dominio señorial hasta la abolición de los mayorazgos, hecho que se produjo el 27 de septiembre de 1820, durante el Trienio Constitucional (1820-1823).
Notas
- ↑ según recoge Alfredo Sánchez Garzón.
- ↑ El argumento de la sentencia se basaba en la propia y tradicional dependencia del lugar de Torrebaja de Castielfabib, en la ausencia de término propio y en que los moradores de aquellas casas no eran vasallos, sino simples arrendatarios (aparceros, inquilinos…), que habían devenido en dicha situación libremente, mediante contratos de arriendo, no por la vía del poblamiento u otro tipo de acatamiento o subordinación -según recoge Alfredo Sánchez Garzón-.
- ↑ Testamento de Diego Ruiz de Castellblanch, señor de Torrebaja.
- ↑ Fray Pedro de Urbina y Montoya, arzobispo de Valencia, juró su cargo como virrey del Reino de Valencia en el Palacio Real de la ciudad (1650), estando presente su predecesor, don Eduardo-Fernando Álvarez de Toledo, según Historia Viva de Valencia, citado por Alfredo Sánchez Garzón.
- ↑ Según recoge Lluis J. Guía Marín, citado por Alfredo Sánchez Garzón
- ↑ Según recoge Historia Viva de Valencia, citado por Alfredo Sánchez Garzón.
- ↑ Según recoge Historia Viva de Valencia, citado por Alfredo Sánchez Garzón.
- ↑ según recoge Alfredo Sánchez Garzón.
- ↑ Según recoge Espills de Justícia…, citado por Alfredo Sánchez Garzón
- ↑ Archivo del Reino de Valencia, Real Libro 598, fol. 228r y 292v-293r, según recoge Alfredo Sánchez Garzón.
- ↑ Según recoge Espills de Justícia…, citado por Alfredo Sánchez Garzón.
- ↑ Según recoge Alfredo Sánchez Garzón.
- ↑ Según refiere Vicente Mares Martínez, citado por Alfredo Sánchez Garzón.
- ↑ Según recoge Alfredo Sánchez Garzón.
- ↑ Archivo del Reino de Valencia, Real Audiencia, Escribanías de Cámara, Expediente 155, Caso de Corte. Año 1769, según recoge Antonio Romo Andreo, citado por Alfredo Sánchez Garzón.
Bibliografía
- Espills de Justícia, Organiza Thesaurus, Universitat de València, Conservació del Patrimoni Cultural, Del 2 de octubre al15 de noviembre de 1998, Centro Cultural Bancaixa, Sala Damià Forment, Valencia, pp. 185 y 190. ISBN 84-370-3491-4
- GUÍA MARÍN, Lluis J., La represión del bandolerismo durante el virreinato de fray Pedro de Urbina (1650-52), en: Primer congreso de Historia del País Valenciano: celebrado en Valencia del 14 al 18 de abril de 1971, Vol. 3, 1976 (Edad Moderna), pp. 411-420.
- Historia Viva de Valencia [HVV], Las Provincias, Valencia, 1989, tomo II, Año 1650 y 1651. ISBN 84-404-4651-9
- MARES MARTÍNEZ, V., La Fénix Troyana, segunda edición, Imprenta <La Federació>, Teruel, 1931, p. 194. ISBN
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- SÁNCHEZ GARZÓN, A., Diploma de sentencia en el proceso: la villa de Castielfabib contra don Juan Ruiz de Castellblanch, señor de Torrebaja (1610), en: Del paisaje (I),…, Valencia, 2007, pp. 309-312. ISBN 84-931563-4-5
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