Ducado de Baviera
El Ducado de Baviera ha sido el único de los cuatro antiguos ducados tribales establecidos en la actual Alemania (los otros fueron, de norte a sur, Sajonia, Turingia y Alamania), y relacionados primero con la Francia en época merovingia y más tarde dentro de la Francia Orientalis, que pudo mantener una existencia autónoma dentro de su territorio original desde su establecimiento como territorio tribal de los bávaros en la alta edad media (siglo V-VI, después de la caída del Imperio romano), hasta la edad moderna e incluso la actualidad, significándose en el estado federal (Land) de Baviera.
Formación
La tribu predominantemente germánica de los bávaros puede considerarse como producto de un proceso de etnogénesis forjado desde la retirada del Imperio romano de sus provincias de Recia y Nórico tras el hundimiento del limes por la presión de los bárbaros (burgundios, vándalos, alanos, hérulos, gépidos, suevos y alamanes, pero sobre todo, hunos, visigodos, ostrogodos, ávaros y longobardos). Nórico fue una de las últimas dependencias en manos del Imperio romano de Occidente en el siglo V, todavía controlada desde Roma en el momento de la caída de Rómulo Augústulo en 476.
Se cree que la nación bávara se formó en el proceso de colonización de su débilmente poblado territorio (ocupado mayoritariamente por la selva hercinia) por parte de clanes germánicos, celtas y marcomanos.[1] Así lo atestigua la Lex Baiuvariorum, la más antigua recopilación (siglo VIII, pero con reminiscencias del siglo VI) de Derecho Público del Ducado de Baviera, inspirado, como prácticamente todo el derecho germánico de la época, en el Código de Eurico visigodo. En el título III de la citada "Ley de los bávaros" se establece que los gobernantes de Baviera deben ser elegidos entre los miembros de la dinastía Agilolfinga, tal y como fueron entronizados por los merovingios en Reims, en el año 555. Se nombran expresamente como otros clanes nobiliarios gobernantes menores a los huosi, los trozza, los fagana, los hahilinga y los anniona, representando a las grandes familias nobiliarias de entre los bávaros, por ser descendientes de los reyes o jefes de clanes que se integraron en la nación bávara.
Entre merovingios y carolingios
Con la intervención de los reyes merovingios de Austrasia en las Guerras Góticas de Italia comenzó el protectorado franco sobre Baviera, gobernada por duques de la dinastía Agilolfinga. Estos duques consiguieron mantener Baviera más o menos independiente del poder merovingio desde mediados del siglo VII, aliándose con los lombardos de Italia y llegando a ceñir la Corona Férrea.
Los carolingios fueron menos tolerantes con esta situación y Carlos Martel invadió Baviera en 724, 743 y 749. Sin embargo, no consideraron al Ducado de Baviera como parte de sus posesiones "nacionales", y no entró entre los territorios heredados por los sucesores de Carlos Martel o Pipino el Breve, sino que mantuvo sus propios duques agilolfingos. Carlomagno conquistó finalmente el Ducado de Baviera en 788, obligando a abdicar al último duque agilolfingo Tasilón III, nieto como el propio Carlomagno de Carlos Martel. Baviera fue incorporada al Imperio carolingio como una provincia o regnum, gobernada desde entonces por los hijos de los emperadores en expectativa de sucesión.
En Francia Orientalis
Después de más de dos siglos como feudo del Imperio Franco, la dinastía Luitpoldinga alcanzó el poder en el Ducado de Baviera y reafirmó la autonomía bávara a principios del siglo X, en un momento en el que el poder centralizado de los carolingios declinó. Luitpoldo de Baviera († 907), margrave de Baviera (889 - 907), es el ancestro de la Dinastía Luitpoldinga que gobernó el Ducado de Baviera y la Marca de Carantania. Estaba relacionado familiarmente con el emperador Arnulfo de Carintia, aunque la relación exacta se desconoce. El emperador Arnulfo le instaló en Baviera, algunas fuentes contemporáneas atribuyéndole el título dux (a él y a su sucesor, su hijo Arnulfo el Malo, aunque otras fuentes se refieren a ellos como margraves. Lo que es claro es que el título de duque no fue al principio reconocido formalmente por la autoridad central de los reyes de Francia Orientalis: los títulos solo se refieren a los primeros duques de Baviera a partir de los diplomas imperiales de adhesión (enfeudamiento) a Otón I de Alemania, emperador del Sacro Imperio Romano Germánico (962-973).
En el Sacro Imperio
La deposición del duque luitpoldinga Everardo de Baviera en 938 por Otón marcó una disminución temporal en la autonomía de la región con respecto al Sacro Imperio. Sin embargo, la posición interna de los duques de Baviera permaneció fuerte y unificada, lo que les permitió mantener una considerable influencia en los condados de su ducado y reclamar derechos de reversión de los estados cuyas familias se extinguieran sin herederos directos. Esta característica se debía a la influencia de la Lex Baiuvariorum en el papel del duque de Baviera como comandante tribal, en el que incluso las tropas suministradas al rey y emperador de Alemania por los obispos bávaros formaban parte de las fuerzas ducales.
Entre 940 y 1180, los duques de Baviera pertenecieron a siete diferentes dinastías, debido a que el nombramiento ducal permaneció en manos de los emperadores de la Dinastía Sajona y Salia, que lo utilizaban como medio para premiar el servicio de sus hombres fuertes o familiares y para fortalecer su control personal sobre Baviera. Este último objetivo fue sólo logrado en la práctica cuando retuvieron el Ducado en sus propias manos en diversas ocasiones diferentes en el siglo XI, como fue el caso con Enrique II, Enrique III el Negro y Enrique IV (a través de su madre). La instalación de parientes imperiales como duques no proporcionó ninguna garantía de control sobre Baviera, como el emperador Otón II encontró con su primo rebelde, el duque Enrique II el Pendenciero.
El territorio de las primeras Marcas de Baviera (la expansión natural del ducado, al este y al sur de la actual Baviera) permaneció bajo el control del duque, quien fue señor feudal de los margraves, en contraste con la situación similar del ducado tribal de Sajonia. La Marca del Norte (la Nordgau Bayerischen) fue establecida por el emperador Otón I a principios de los años 940 a lo largo de la frontera con Bohemia, contra la penetración de los eslavos checos. La Marca del Este (la Ostmark), que más tarde se convertiría en el Margraviato de Austria, se formó en 976 por Otón II a lo largo de la frontera con Hungría, aunque se han registrado margraves de la "marca de Panonia" un siglo antes, luchando contra los magiares. La Marca de Carintia (Mark Kärntner), que más tarde se convirtió en Steiermark o Marca de Estiria, también se estableció en el siglo X para luchar contra la penetración de los eslavos del Sur, aunque la fecha exacta es desconocida. Por último, la Marca de Istria, que fue capaz de mantener una mayor autonomía debido a su distancia, se formó en el norte de Italia en el siglo XI, protegiendo la Padania del avance de los eslovenos.
Todos los condados en Baviera fueron feudos del duque, como señor tribal del territorio, una vez más a diferencia de la situación en el Ducado de Sajonia. Jordan afirma[2] que no existe ningún registro en el siglo XII de un conde en Baviera nombrado por la corona, aunque está claro que debió haber algunas tierras de la corona en Baviera pues el emperador Federico I Barbarroja enfeudó a Enrique el León con numerosos feudos imperiales cuando le instaló como duque de Baviera en 1156. Ratisbona, siempre residencia de los duques de Baviera en esa época, se convirtió en una ciudad imperial libre en el siglo XIII.
La organización religiosa de Baviera estuvo centrada en el arzobispado de Salzburgo, establecido por los carolingios en 785. Los obispados del regnum fueron establecidos en Frisinga, Passau y Ratisbona, todos datados a mediados del siglo VIII. El emperador san Enrique II estableció el obispado de Bamberg en 1007 como una sede exenta, esto es, fuera de la provincia eclesiástica arzobispal, y por lo tanto su obispo era responsable directo ante el Papa, presumiblemente como un medio de aumentar el control imperial en Baviera sobre las autoridades religiosas y laicas.
El territorio original del Ducado de Baviera se redujo significativamente cuando Carintia fue separada como un ducado independiente en 976. La Marca de Austria se mantuvo como un feudo del Ducado de Baviera hasta 1156, cuando fue elevada a la categoría de ducado independiente por el llamado Privilegium Minus, a fin de compensar al margrave de Austria y duque Enrique II Jasomirgott por la pérdida de Baviera cuando el emperador Federico I Barbarroja se la entregó al güelfo Enrique el León. En 1180, después de que el emperador Federico I Barbarroja privara a Enrique el León de sus títulos ducales de Baviera y Sajonia, entregó a Otón de Wittelsbach el corazón de Baviera.
Referencias
- ↑ Los primeros duques de Baviera (420-690) en Earth Countries. Visitado el 8 de marzo de 2008, en inglés.
- ↑ Jordan, K.: Henry the Lion: a Biography, Clarendon Press, Oxford, 1986, p. 130
Enlaces externos
- Dinastía agilofinga: Die Genealogie der Franken und Frankreichs
- Casa de Wittelsbach