Pueblo mapuche
Los mapuches (del mapudungun: mapudungun ‘mapu che’‘gente de la tierra’) son una comunidad de pueblo originario que habita originalmente la zona centro-sur de Chile y de Argentina. Se les conoce también como araucanos. Gentilicio éste que los españoles derivaron de la zona de Rauko. Este nombre, según muchos autores, deriva de la palabra quechua palqu (silvestre) o awqa (salvaje, rebelde) los incas llamaban aucas a los cañaris de Ecuador y a los mapuche y los españoles asimilaron esta palabra al vasco arauco; de todos modos la palabra awka fue adoptada por los mapuche con el significado de: libre. Hasta el siglo XVIII predominaba entre los integrantes de esta etnia la autodenominación reche (verdadero hombre), aunque con la expansión sobre el Comahue, la región pampeana y la Patagonia norte se hizo más común el gentilicio mapuche.
El origen de los mapuches no se conoce con mucha certeza, pero se postula que son originarios del actual territorio argentino y a través de un largo proceso de migración, se habrían introducido como un grupo étnico y cultural foráneo entre los picunches y huilliches, instalándose definitivamente entre los ríos Bío-Bío y Toltén. Posteriormente, debido a la presión ejercida por los españoles y a través de un largo proceso de migración (a través los pasos de la cordillera de los Andes) y transmisión cultural, entre los siglos XVIII y XIX regresaron a los territorios ubicados al este de la Cordillera de los Andes, y araucanizan el Comahue, gran parte de la región pampeana y la Patagonia (Argentina)Patagonia oriental, hasta entonces ocupadas por diversos pueblos no mapuches. De tal modo que fueron mapuchizados los pehuenches, los het y las parcialidades septentrionales de los tehuelches.
El poema épico La Araucana (1569, 1578 y 1589) del conquistador español Alonso de Ercilla, dedicada al Rey Felipe II, es una epopeya que destaca mucho la resistencia de el pueblo mapuche.
Ubicación y distribución
Chile
Según el Censo 2002, existen 604.349 mapuches, aproximadamente un 4% del total de la población total. Representan el 87,3% de la población indígena. Están ubicados principalmente en las zonas rurales de la IX Región, así como grupos importantes en la X Región y Región Metropolitana de Santiago.
El Censo 1992 había registrado 932.000 mapuches. Esta gran reducción de un 30% de la población mapuche en una década ha intentado explicarse con diversos argumentos, desde aquellos que sostienen que se trata de un genocidio abierto [1], aquellos que sostienen que se trata de un genocidio burocrático con el fin de deslegitimar las peticiones indígenas [2], hasta aquellos que sostienen que se trata de un problemas estadístico relacionado con el cambio de las preguntas sin consecuencias socio-políticas.
Argentina
Vive una parte importante del pueblo mapuche que se estima en 300.000 personas. Los censos oficiales, y en especial el Censo 2001, que compulsó hasta la 6ª generación, han sido fuertemente criticados por las organizaciones indígenas [3]. Como solamente un 14 % de los argentinos tienen manifestaciones fenotípicas claramente de los pueblos originarios (ya que el 56 % de los argentinos tiene ascendencia de los pueblos originarios), existe el prejuicio de no preguntar absolutamente nada de ascendencia originaria, a los ciudadanos con rasgos caucásicos.
Están ubicados en su gran mayoría en la provincia de Neuquén. Otras provincias donde hay grupos importantes son: Río Negro y Chubut. Hay una comunidad mapuche, etnia semiaculturada (ya no practican la Rogativa, pero hablan perfectamente la lengua), en el Partido de General Viamonte, a 280 km al Sur de Buenos Aires [[1]]
Subdivisiones territoriales y etnias aculturadas por los mapuche
Los mapuches se dividían en diferentes grupos según el territorio que ocupaban, se postula que en un principio se trataba de pueblos diferentes unidos por el idioma:
- Picunches (gente del norte). Estaban ubicados entre los ríos Choapa e Itata. La mayor parte de este pueblo estaba integrada al Imperio Inca.
- Mapuches o araucanos propiamente tales según las cronicas de los realistas, protagonistas de la Guerra de Arauco. Otras fuentes los designan moluche o ngoluche (gente del oeste).
- Huilliches (gente del sur). Entre el río Toltén y el canal de Chacao.
- Cuncos. En el norte y este de Chiloé, muy semejantes a los huilliches.
Durante los siglos XVII y XVIII comenzó un proceso de expansión que causó la aculturación de pueblos vecinos:
- Pehuenches (gente del pehuén)
- Puelches (gente del este). Protagonistas de las "Guerras contra el huinca" entre 1580 y 1880 en el actual territorio argentino.
- Poyas
- Ranqueles (Rankul-che: gente de las cañas). Protagonistas de las "Guerras contra el huinca" entre 1580 y 1880 en el actual territorio argentino.
- Tehuelches (o patagones según los españoles). Protagonistas de las "Guerras contra el huinca" entre 1580 y 1880 en el actual territorio argentino.
- Tehuelches del norte o septentrionales (Gününaküna, en tehuelche) casi completamente araucanizados
- Tehuelches del sur o meridionales (Aonikenk, en tehuelche) poco araucanizados.
En el siglo XXI, las subdivisiones son ligeramente distintas. Los nombres están dados casi siempre desde el punto de vista de los mapuches de la IX Región, principalmente de Cautín:
- En Argentina, el término mapuche es de uso general, con ocasionales distinciones entre las parcialidades.
- No existen miembros del pueblo picunche, porque fueron completamente aculturados durante la Colonia, pero se usa el término es su significado literal, para referirse a una comunidad que habita más al Norte que el hablante.
- Pehuenches en el Alto Biobío.
- Lafkenches (gente del mar/gente del oeste) en la costa de las provincias de Cautín y Valdivia.
- Huilliches en las provincias de Osorno y Chiloé. Los huilliches de Chiloé prefieren llamarse veliches a sí mismos y a su lengua.
- En las provincias de Malleco y Cautín se usan los nombres nagche (gente de abajo) para los habitantes de la Depresión Intermedia y wenteche (gente de arriba) para quienes habitan en la Precordillera andina, pero estas denominaciones tienen una connotación territorial más que cultural.
Historia
Expansión inca y conquista española
El Imperio Inca intentó extender su influencia hacia el territorio mapuche, pudiendo alcanzar sólo la ribera Norte del Río Maule, a unos 250 km al Sur de la actual capital de Chile. Ahí se estableció la primera Frontera. Luego, cuando los españoles abatieron al Imperio Inca, intentaron someter también a los mapuches. Sin embargo, la resistencia de Lautaro (un muchacho que aprendió de táctica y estrategia militar mientras estaba prisionero de los realistas) y más tarde la sublevación de Pelantaro en la década de 1590, fijaron la frontera militar entre españoles y mapuches en el río Biobío. El desastre de Curalaba, en 1598, donde perdió la vida el gobernador Oñez de Loyola, marca la derrota de las fuerzas ibéricas en territorio mapuche.
En los siglos siguientes, los españoles fueron cautelosos en adentrarse en territorio mapuche. En un comienzo lo hicieron a través de misiones religiosas (pacíficas) lideradas por el padre Luis de Valdivia en la llamada Guerra Defensiva, que no dio resultados, dando paso a los "parlamentos". En estos encuentros ambos bandos intercambiaban regalos y firmaban pactos que juraban respetar. Debido a las características de este tipo de acuerdos, historiadores como el historiador del derecho Alamiro de Ávila han señalado que este tipo de pactos se tratarían realmente de pactos internacionales entre pueblos soberanos.
Fue así como, en el Parlamento de Quilín, en 1641, se acordó terminar con la guerra y fijar la frontera en el río Biobío, con el consiguiente despoblamiento de las ciudades españolas al sur de este; los mapuches prometieron liberar a los cautivos y a hacer frente a enemigos de la Corona. Posteriormente se celebraron otros parlamentos , con aprobación del Rey de España; en que se reiteraba el reconocimiento de la independencia de los mapuches frente a la Corona española, y las partes se comprometían a dejar de lado las acciones bélicas. Estos tratados fueron reconcidos por el gobierno republicano del General Ramón Freire en Tapihue, el 7 de enero de 1825 en el Parlamento General de Tapihue. En sus artículos 18 y 19 se reconoce la soberanía mapuche sobre los territorios comprendidos al sur del Bío Bío.
Independencia y construcción de los Estados de Chile y de Argentina
En Chile
Durante la Guerra de Independencia de Chile, lo más habitual fue que los mapuches tomaran partido por los realistas, aunque no participaron mucho de las batallas, porque estas tuvieron lugar fuera de su territorio. Después de su independencia de España, Chile siguió una política de no agresión y cautela, llegando incluso al reconocimiento soberano en el mencionado Parlamento de Tapihue. Sin embargo, en la segunda mitad del siglo XIX, se ideó un plan de expansión estatal sobre el territorio mapuche, impulsado por la oligarquía del Valle Central amparada en la superioridad militar que entregaba el rifle de repetición y la ideología del evolucionismo, que relegaba a los pueblos originarios a la clase de razas o sociedades subhumanas ó inferiores destinadas a la aniquilación. Así, de 1861 a 1883, el ejército chileno ensayó diferentes estrategias, desde las alianzas con clanes enemigos entre sí, hasta la guerra de exterminio, pasando por el soborno a base de bebidas alcohólicas. Otros autores otorgan también una gran importancia al papel que había jugado el autonombramiento de Orélie Antoine de Tounens como Rey de la Araucanía en la invasión chilena al Ngulumapu (territorio mapuche al oeste de los Andes); ya que aunque Chile siempre había estado dividido en dos, estos hechos posibilitaban que esta zona fuera tomada ó reconocida internacionalmente, como territorio separado e independiente del territorio chileno. Las operaciones militares estuvieron fundamentalmente a cargo de Cornelio Saavedra (militar chileno de quien existe un homónimo, militar político argentino), que culminaron con el completo sometimiento de los mapuches en 1882. A todo este proceso se le dio el nombre de Pacificación de la Araucanía.
En Argentina
Paralelamente a la "Pacificación" se llevaba a cabo por el Ejército argentino, lo que se denominó: la Conquista del Desierto, muy perjudicial para los mapuches. Hubo un primer intento en 1833 que permitió a las tropas argentinas ocupar casi todo el territorio al Norte del río Negro y del Limay e incluso la zona de Valcheta, pero la guerra civil en Argentina permitió que los mapuches y mapuchizados se rehicieran, de modo que a inicios de 1870 estos pueblos realizaban sus correrías casi hasta las inmediaciones de las ciudades de Mendoza, San Luis, Río Cuarto, sur de la provincia de Santa Fe y gran parte de la provincia de Buenos Aires hasta unos 70 km de la ciudad de Buenos Aires. Su derrota fue total a partir de la llamada Conquista del «Desierto», iniciada formalmente en 1879 y dirigida por el general Julio Argentino Roca (quien a raíz de este triunfo sería elegido inmediatamente presidente argentino, a los 38 años de edad).
Tras el triunfo militar chileno (1883), el Estado declaró todas las tierras baldías al sur del Bío Bío como propiedad Fiscal. Al mismo tiempo, el gobierno central ordenó a una Comisión Radicadora entregar Títulos de Merced a los loncos (jefes de las comunidades) en que se les reconocieran sus posesiones. Esto dio origen posteriormente a un conflicto cuyas repercusiones se ven hasta el siglo XXI, ya que el concepto de propiedad y posesión mapuche no coincidía con el concepto del Código Civil chileno, y en la práctiva la radicación significó la reducción del pueblo mapuche. De esta manera, pasaron de controlar unas 10 millones de ha, a tener que sobrevivir en 500 mil. Por otra parte, las políticas de colonización de las tierras del sur terminaron por marginarlos, y propiciaron la usurpación de muchas de ellas; incluso de las reconocidas en los Títulos de Merced.
El pueblo Mapuche desde el siglo XX a la actualidad
En la siguientes generaciones de mapuches, emergieron diferentes organizaciones, tales como la Corporación Araucana de Venancio Coñoepan, Federación Araucana de Aburto Panguilef, la Sociedad Caupolicán y la Unión Araucana de Antonio Chiwailaf. Entre estas organizaciones mapuches existían diferentes posiciones, desde el tradicionalismo hasta el catolicismo asimilacionista, pero todos compartían la idea de recuperar las tierras usurpadas para poder conservar la cultura propia. De esta manera el movimiento mapuche ingresó a la escena pública chilena, entremezclándose con la política y sus partidos; aunque siempre conservando su especificidad. Este proceso llegó a su clímax a finales de la década de 1960 y principios de la de 1970.
La crítica radical al statu quo por parte de vastos sectores de la sociedad chilena, permitió a los mapuches incorporarse con su demanda por la tierra. Fue así como en 1969 comenzaron las tomas de tierras reclamadas por los mapuches en la provincia del Cautín, proceso conocido como "el Cautinazo". Es importante tener en cuenta que esto se dio en una zona donde históricamente los mapuches habían apoyado al Partido Conservador, lo que refleja que el proceso no puede entenderse exclusivamente con las coordenadas de la historia política chilena.
Con el proceso de Reforma agraria acelerado por el gobierno del Presidente Salvador Allende Gossens, muchos grupos mapuches se radicalizaron e iniciaron una inédita recuperación de tierras, al margen de los progeamas de gobierno. Hacia 1972, los latifundistas afectados se organizaron en los comités de retoma, grupos paramilitares armados que fueron perseguidos por el gobierno mediante la Ley de Seguridad Interior del Estado.
El golpe militar del General Augusto Pinochet Ugarte fue especialemente cruento en la Araucanía, donde desaparecieron cientos de personas y miles fueron torturadas. Esto provocó una destrucción casi total del tejido social creado en décadas anteriores. Las organizaciones reaparecieron hacia 1979, como reacción a los decretos que pretendían liquidar para siempre la figura jurídica de la propiedad comunal sobre la tierra que era el último resguardo sobre sus propiedades. Surgieron así los Centros Culturales Mapuches, única forma de organización permitida por la dictadura, que más tarde darían paso a la organización Ad Mapu.
En la década de 1980, los prinicipales dirigentes y organizaciones mapuches contribuyeron a la derrota de la dictadura y participaron en la Concertación de Partidos por la Democracia, reuniéndose en Nueva Imperial en 1989 con el candidato Patricio Aylwin Azócar que a la postre se convertiría en Presidente de la República. En ese "parlamento" se acordó que el Estado daría reconocimiento constitucional a los Pueblos Originarios, dictaría una Ley Indígena para proteger sus derechos y ratificaría el "Convenio 169" de la Organización Internacional del Trabajo, que es el instrumento que establece el estándar internacional para los derechos de los Pueblos Indígenas. A cambio de esto, las organizacines indígenas se comprometían a utilizar la vía institucinal para canalizar sus demandas. El Acuerdo de Nueva Imperial fue suscrito por todas las organizaciones indígenas del país, salvo por el naciente Consejo de Todas las Tierras, liderados por Aucán Huilcamán, quienes tomaron y denuciaron este acuerdo como un nuevo intento de asimilación y sometimiento por parte del estado chileno.
Recién comenzada la década de 1990 y vuelta parcialmente la democracia, el Consejo de Todas las Tierras llevó a cabo varias tomas simbólicas de tierras ancestrales mapuches en manos de privados. La respuesta del gobierno fue el requierimiento de aplicación de la Ley de Seguridad Interior del Estado, dictada durante la guerra fría por el presidente Gabriel González Videla, lo que terminó con 141 mapuches condenados y con sus derechos políticos suspendidos.
En 1993 se aprobó la "Ley Indígena 19.253", que no cubría las aspiraciones de este movimiento. Sin embargo, la nueva institucionalidad que consagraba operó hasta que en 1997 sobrevino una nueva crisis. Por un lado la empresa ENDESA España, recién privatizada, comenzó la construcción de la "Represa Ralco" en la zona que nace el Bío Bío, (comuna de Ralco) en territorio pehuenche. Los habitantes ancestrales se negaron a abandonar sus tierras, amparados en la nueva legislación que exigía la autorización de la Corporación de Desarrollo Indígena (CONADI) para poder permutar tierras indígenas. Ante la negativa de este organismo gubernamental a aprobar dicha permuta por ser atentatoria contra los derechos de los pehuenches, el Presidente Eduardo Frei Ruiz-Tagle optó por descabezar a CONADI y a la autoridad ambiental que también se oponía el megaproyecto. De esta manera, se inundaron miles de hectáreas de tierras y sitios sagrados para el pueblo mapuche-pehuenche. Al mismo tiempo comenzaba la explotación de las plantaciones forestales sembradas a mediados de la dictadura, en predios que habían sido recuperados por los mapuches en el gobierno de Allende, pero posteriormente habían nuevamente perdido. Este hecho puede haber sido uma de las causas directas de la quema de camiones que extraían la madera em Lumaco; comenzando así una escalada de ataques incendiarios a predios forestales y tomas de terreno. Estas últimas se llevan a cabo hasta el 2006 para acelerar una recuperación de las tierras mediante la intervención de CONADI.
En estos últimos sucesos de violencia, en 2002 un joven comunero de 17 años perdió la vida por la acción de un carabinero y el Servicio de Salud de la Araucanía ha llamado la atención sobre los impactos negativos de las medidas policiales de respuesta en la salud de los niños. Por otra parte, el gobierno de Ricardo Lagos Escobar sindicó a la Coordinadora de Comunidades en Conflicto Arauco-Malleco, como una organización de carácter terrorista y fue perseguida como tal, encarcelándose a sus dirigentes en procesos cuya legalidad ha sido cuestionada por grupos mapuche y otros afínes; como lo sucedido por ejemplo en el llamado "Caso loncos" y el "Caso Puluco-Pidenco en 2002. Estos juicios han sido denunciados por la Organización de Naciones Unidas, a través de su Relator Especial para Pueblos Indígenas Rodolfo Stavenhagen, como juicios que presentan una legalidad cuestionable. Así, diversas organizaciones de derechos humanos, incluida la ONU, han clamado por que se ponga fin a la criminalización de la protesta social mapuche. En marzo de 2006, 4 de los 9 presos mapuches condenados por ley antiterrorista iniciaron una huelga de hambre indefinida, que ya alcanzó los 50 días sin lograr que el recién instalado gobierno de Michelle Bachelet Jeria acceda a revisar el polémico juicio llevado a cabo bajo el gobierno de su antecesor.
En 2006, muchos grupos mapuches no han renunciado a sus demandas territoriales, y sus principales organizaciones exigen autonomía para sus territorios, devolución de sus tierras y más oportunidades de representación política.
Cultura
Los mapuches, al igual que los aimará, quechua y atacameños, tenían un gran conocimiento sobre la ciencia, la astronomía y la espiritualidad. Su legado cultural permite saber que pudieron interpretar el movimiento del sol, la luna y las estrellas, e incluso el planeta Venus. El pueblo mapuche sabía que la tierra era redonda aproximadamente 3.000 años antes de Cristóbal Colón.
Los mapuches vivían predominantemente de la agricultura. Su cultura se basaba en la tradición oral, porque no conocían la lectura ni la escritura, y la conducta social y religiosa estaba regida por el Admapu. Su idioma es el mapudungun, una lengua aglutinante que no se ha relacionado satisfactoriamente hasta ahora con ninguna otra. Como deporte juegan a la chueca o palín, un deporte que se presenta más o menos parecido al hockey.
Organización social
Su organización social estaba basada principalmente en la familia y la relación entre ellas, la familia estaba conformada por el padre, sus mujeres y sus hijos. los grupos de familias relacionados en torno a un antepasado común se denominaban los lov, Las familias que conformaban un lof vivían en rucas vecinas y se ayudaban entre ellas; cada uno tenía como jefe a un lonco ("cabeza" en mapudungun),
En tiempos de guerra se unían en grupos más amplios denominados rehues, que eran formados por varios lofs, que conformaban un grupo equivalente al de una tribu, a cargo de cada rehue existía un jefe militar llamado toqui.
En tiempos de grandes calamidades como sequías epidemias, invasiones u otros grandes problemas que afectaban una gran extensión de territorio; se reunían varios rehues y conformaban una agrupaciones denominadas aillarehues. Su jefe era el Mapu-toqui (jefe militar de una comarca en estado de guerra). Los aillarehues adquirieron gran importancia para enfrentar a los españoles.
Debido a la lucha en contra de los conquistadores españoles, los mapuches se vieron obligados a formar alianzas entre varios aillarehues. Los grupos formados por la unión de los aillarehues, se denominaron Butalmapus o Zonas de guerra. Los jefes de los Butalmapus eran elegidos por los toquis, y este jefe era conocido por los españoles como Gran toqui. Existieron tres Butalmapus llamados Lafquen-mapu (en la región de la costa), Lelfun-mapu (en la región de los llanos) e Inapire-mapu (en la región precordillerana).
Creencias y religión
La creencia del pueblo Mapuche se basa principalmente en el culto de los espíritus y antepasados, llamados genéricamente pillanes. A parte de ellos, también se rendían culto a las fuerzas de la naturaleza. Además creen en un ser superior que los gobierna, llamado Ngenechén, que esta formado principalmente por cuatro aspectos o personas; pero que antes de la influencia cristiana en esta cultura, conformaban espíritus individuales. A pesar del número de seres presentes en sus creencias, nunca erigieron un panteón de dioses propios, a la manera de los griegos o los germanos.
La figura religiosa por excelencia es la machi, encargada del culto y de la celebración de variados rituales; en el que destaca un ritual mezcla de adoración y diversión, llamado guillatún, En el pueblo Mapuche, muy rara vez se celebraban sacrificios humanos, y siempre como una manera de expiación frente a grandes cataclismos naturales (la última vez registrada, ocurrió después del terremoto de Valdivia de 1960, el más devastador en la historia de Chile).
La mitología mapuche se caracteriza por ser muy variada; destacándose la leyenda de la creación de la geografía de Chile; denominada la historia de Cai Cai y Ten Ten: Según los mapuches hace mucho tiempo existieron dos víboras, una llamada Cai Cai, que era la que dominaba las aguas y otra llamada Ten Ten, que era la que dominaba el fuego. Un día Cai Cai se enojó y con su cola (que era como la de un pescado) comenzó a golpear las aguas, las cuales inundaron toda la región. Como la población y los animales estaban desesperados, pues ya casi no quedaba terreno sin agua y las aguas seguían subiendo, invocaron desesperados la ayuda de Ten Ten, quien vino en su ayuda y subió a todos (humanos y animales) sobre su lomo, salvándolos de morir ahogados. Bajaron las aguas y todos sigueron su vida tranquila hasta que un día fue Ten Ten quien se encolerizó y comenzaron a erupcionar todos los volcanes y la población tuvo que mudarse a otros lugares más seguros.
Música
La música mapuche es principalmente religiosa, aunque también existen composiciones amorosas y canciones acerca de la tierra natal. Usa instrumentos de percusión como el cultrún, de uso exclusivamente ritual, y las cascahuillas (cascabeles). Dos instrumentos característicos son la trutruca, una caña hueca de coligüe con un cuerno en su extremo, y el trompe, que usa la garganta como caja de resonancia.
Referencias
- ↑ Entrevista a la dirigente mapuche Eugenia Calquín
- ↑ El genocidio burocrático, de Sabina Bassani "Benedicto Melin, presidente regional de las comunidades mapuche en Chile, habla de "genocidio burocrático" pues según estimaciones de los mismos Mapuche, los Hombres de la Tierra cuentan alrededor de 1.400.000 personas. En consideración de estos datos nace entonces la duda que las estimaciones oficiales sean usadas por el gobierno chileno para delegitimar las peticiones de los Mapuche".
- ↑ Población indígena en la Argentina
Enlaces externos
- Portal Mapuche del Puel Mapu
- Documentos de la Federación Araucana y del Comité Ejecutivo de la Araucanía de Chile en el Laboratorio de Desclasificación Comparada (documentos PDF)
- Indebido Proceso: los juicios antiterroristas, los tribunales militares y los mapuche en el sur de Chile (Pdf)
Bibliografía
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- Bengoa, José, 1999, Historia de un conflicto: los mapuches y el Estado en el siglo XX. Santiago de Chile, Planeta
- Correa, Martín y otros, 2005, La Reforma agraria y las tierras mapuches. Chile 1962-1975. Santiago de Chile, Lom ediciones.
- Federación Interancional de Derechos Humanos, Chile. La otra transición chilena, derechos del pueblos mapuche, política penaly protesta social en un estado democrático, consultado en línea el 2 de mayo de 2006 [2].
- Hérnandez, Isabel. 2003. Autonomía o ciudadanía incompleta. El pueblo mapuche en Chile y Argentina. Santiago de Chile. Pehuén editores. ISBN 956-160-371-3
- Human Rights Watch, Indebido Proceso: los juicios antiterroristas, los tribunales militares y los mapuche en el sur de Chile, consultado en línea el 2 de mayo de 2006, [3]
- Ibarra, Mario. 2003. Algunas reflexiones y notas a propósito de algunos tratados, en éste momento, no reconocidos, firmados entre potencias coloniales o Estados actuales y pueblos indígenas. en Seminario de expertos sobre tratados, convenios y otros acuerdos constructivos entre los estados y los pueblos indígenas. Ginebra. Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.
- Pinto, Jorge, De la inclusión a la exlusion: la formación del estado, la nación y el Pueblo Mapuche, 2000. Instituto e Estudios Avanzados, Santiago de Chile, 2001.
- Saavedra Peléz, Alejandro. 2002. Los mapuche en la sociedad chilena actual. Santiago de Chile: LOM Ediciones. ISBN 956-282-490-X.
- Verta, Ricardo, José Aywin, Andrea Coñuecar y Elicurá Chihauilaf. 2004. El despertar del pueblo mapuche. Nuevos conflictos, viejas demandas. Santiago de Chile. LOM Ediciones ISBN 956-282-647-3.