Ir al contenido

Trol

De Wikipedia, la enciclopedia libre
Esta es una versión antigua de esta página, editada a las 17:51 9 jul 2010 por Obgoodies (discusión · contribs.). La dirección URL es un enlace permanente a esta versión, que puede ser diferente de la versión actual.
Troles con una princesa raptada (John Bauer, 1915).

Un trol (del nórdico troll) es un temible miembro de una mítica raza antropomorfa del folclore escandinavo. Su papel en los mitos cambia desde gigantes diabólicos —similares a los ogros de los cuentos de hadas ingleses— hasta taimados salvajes más parecidos a hombres que viven bajo tierra en colinas o montículos, inclinados al robo y el rapto de humanos que, en el caso de los infantes, eran sustituidos por niños cambiados. También se les puede llamar «gente de la colina» o «del montículo». En los cuentos de las islas Shetland y Orkney, los troles son llamados trowes.

La literatura, el arte y la música nórdica de la época romántica en adelante ha adaptado los troles de diversas formas; a menudo con la forma de una raza aborigen, dotados de enormes orejas y narices. Desde aquí, así como desde cuentos de hadas escandinavos como El gruñido de los tres chivos, los troles han alcanzado reconocimiento internacional y, en la literatura fantástica y los juegos de rol modernos, aparecen hasta el extremo de ser personajes tipo.

Troles en el folclore escandinavo

El significado de la palabra troll es incierto. Originalmente podría haber tenido el significado de «sobrenatural» o «mágico» con un revestimiento de «maligno» y «peligroso». Otra probable sugerencia es que significa «alguien que se comporta violentamente». En la antigua ley sueca, trolleri era un tipo particular de magia usada para provocar daño. Debería advertirse que términos escandinavos como trolldom (brujería) y trolla/trylle («realizar trucos de magia») no implican relación alguna con los seres mitológicos. Más aún, en las fuentes de la mitología escandinava, troll puede significar cualquier ser extraño, incluyendo pero no limitado a los gigantes nórdicos (jötnar).

En Skáldskaparmál, el poeta Bragi Boddason encuentra una trol femenina que le saluda con estos versos:

Troll kalla mik
tungl sjötrungnis,
auðsug jötuns,
élsólar böl,
vilsinn völu,
vörð náfjarðar,
hvélsvelg himins –
hvat's troll nema þat? [1]
‘Me llaman trol,
roedora de la Luna,
gigante de los vendavales,
maldición de las lluvias,
compañera de la Sibila,
arpía nocturna errante,
tragona del pan celestial.
¿Qué es si no un trol?


El ambiguo significado original de la palabra troll parece haber pervivido algún tiempo después de que la antigua literatura escandinava fuese documentada. Esto puede verse en términos tales como sjötrollet («trol del mar»), sinónimo de havsmannen (‘hombre del mar’), un espíritu protector del mar y especie de equivalente masculino de la sjörå (véase huldra).

En Escandinavia hay muchos lugares llamados en honor a los troles, como la ciudad sueca de Trollhättan («capucha de trol») y la legendaria montaña Trollkyrka («iglesia de trol»).

Gradualmente puede discernirse la formación de dos tradiciones principales sobre el uso de troll. En la primera, el troll es un descendiente directo de los jötnar escandinavos, grande y bruto. Se les suele describir como feos o con características animales como colmillos u ojos ciclópeos. Ésta es la tradición que ha llegado a dominar cuentos de hadas y leyendas (véase más abajo), pero también el concepto prominente de troll en Noruega. Como regla general, lo que sería llamado un «troll» en Noruega sería en Dinamarca y Suecia un «gigante» (jætte o jätte, derivado de jötunn).

En algunos relatos noruegos, tales como la balada medieval Åsmund Frægdegjevar [2], los troles viven en una lejana tierra norteña llamada Trollebotten, cuyo concepto y ubicación parecen coincidir con el antiguo Jötunheimr escandinavo.

La segunda tradición es más prominente en el sur de Escandinavia. Inversamente, lo que sería llamado troll en el sur de Suecia y Dinamarca se llamaría huldrefolk en Noruega y vitterfolk en el norte de Suecia (véase Isla de Wight). El término sureño se originó probablemente por una generalización de los términos haugtrold («trol del montículo») o bergtroll («trol de la montaña»), ya que los troles de esta tradición residen bajo tierra.

Estos troles son muy parecidos a los humanos en apariencia. A veces tenían una cola escondida en sus ropas, pero ni siquiera eso era definitivo. Un forma frecuente de reconocer a un trol con aspecto humano en el folclore es fijarse mejor en lo que visten: en particular, las mujeres trol iban a menudo vestidas demasiado elegantemente para ser mujeres humanas que se mueven con frecuencia por el bosque.

Sin embargo, la mayoría de las veces los troles se mantenían invisibles y así podían viajar sobre los vientos, como en el caso del trol de viento Ysätters-Kajsa, o colarse en los hogares humanos. A veces sólo podía oírseles hablar, gritar y hacer ruido, o el sonido de su ganado. Similarmente, si se estaba en el bosque y se olía comida guisándose, se sabía que había un trol viviendo cerca. Los troles también eran famosos por su habilidad para cambiar de forma, adoptando el aspecto de troncos caídos o animales como gatos y perros. Una noción bastante frecuente es que a los troles les gustaba aparecer como bolas de hilo rodantes.

Mientras los grandes troles ogrunos aparecen a menudo como seres solitarios, se creía que los troles «pequeños» era seres sociales que vivían juntos, como los humanos pero en el bosque. Criaban animales, cocinaban y horneaban pan, eran excelentes en la artesanía y celebraban grandes banquetes. Como muchas otras especies del folclore escandinavo, se decía que vivían en complejos subterráneos, accesibles desde entradas bajo grandes cantos rodados del bosque o las montañas. Estos cantos podían estar erigidos sobre pilares de oro. En sus moradas, los troles acumulaban oro y tesoros. Había discrepancias sobre si los troles eran básicamente malvados o no, pero a menudo trataban a la gente como ellos eran tratados. Sin embargo, los troles podían provocar mucho daño cuando eran vengativos o juguetones, y a pesar de otras cosas siempre eran paganos. Los troles también eran grandes ladrones, y les gustaba robar la comida que los granjeros almacenaban. Podían entrar invisibles en los hogares durante los banquetes y comer de los platos de forma que no hubiese bastante comida, o echar a perder la cerveza y el pan de forma que faltase o no fuese suficiente.

A veces los troles raptaban a gente para hacerlos sus esclavos o al menos sus prisioneros. Estas pobres almas eran conocidas como bergtagna («llevados a la montaña» o «tomados por la montaña»), que también es la palabra escandinava para «llevarse por arte de magia». Estar bergtagen no sólo se refería a la desaparición de la persona, sino también a que tras su retorno, quedaban afectados por la locura o apatía provocada por los troles. Cualquiera podía ser raptado por los troles, incluso el ganado, pero el mayor riesgo lo corrían las mujeres que habían dado a luz pero no habían sido llevadas aún de vuelta a la iglesia.

Ocasionalmente, los troles robaban incluso un bebé recién nacido, dejando a su propio vástago, un (bort)bytingniño cambiado»), en su lugar.

Para guardarse de los troles siempre podía confiarse en el Cristianismo: las campanas de iglesia, un crucifijo o incluso palabras como «Jesús» o «Cristo» servían contras ellos. Como otras criaturas del folclore escandinavo, también temían al hierro. Además de eso, fueron perseguidos por Thor, uno de los últimos vestigios de la antigua mitología escandinava, quien arrojaba sus martillos como rayos para matarlos. Estos martillos podía luego encontrarse en la tierra (en realidad hachas de la Edad de Piedra) y usadas como talismanes protectores.

Cuentos de hadas y leyendas

Mientras el folclore popular consistía fundamentalmente en anécdotas cortas que describían cosas que (supuestamente) sucedieron a gente cercana, los cuentos de hadas son relatos que rara vez reclamaban ser ciertos de la misma forma. Muchos de los cuentos de hadas donde aparecen troles fueron escritos a finales del siglo XIX y principios del XX, reflejando el romanticismo de la épica, y publicados en colecciones de cuentos de hadas como Tomtar och Troll. Estos relatos, así como las ilustraciones de artistas como John Bauer y Theodor Kittelsen, llegarían a formar las ideas que la mayoría de la gente tiene actualmente sobre los troles.

En las leyendas de las Edad Media y anteriores también aparece un tipo de troles de dimensiones más horripilantes. Esto podría reflejar una visión pasada de los troles como criaturas claramente malvadas que se suavizaría en el folclore posterior (véase más arriba), o ser sólo otro ejemplo de relatos fantásticos exigiendo dimensiones fantásticas.

En los cuentos de hadas y leyendas los troles son menos la gente que vive junto a los humanos y más criaturas aterradoras. Particularmente en estos relatos aparecen con cualquier tamaño, variando éste desde el de los enanos hasta el de los gigantes. A menudo se les considera poco inteligentes (especialmente a los masculinos, pues las femeninas o trollkonor pueden ser bastante astutas), muy fuertes, de grandes narices, brazos largos, peludos y no muy hermosos (siendo de nuevo las féminas una excepción, al ser con frecuencia bastante atractivas). En los cuentos de hadas escandinavos los troles a veces se vuelven de piedra si les da la luz del sol.

Los siguientes extractos de la balada danesa Eline af Villenskov describen el aspecto físico de los troles en la mitología escandinava:

Había setecientos troles,
eran feos y adustos,
harían una visita al granjero,
para comer y beber con él.
Entonces dijo el trol más pequeño
(no era mayor que una hormiga):
«Aquí viene un cristiano,
al que seguro manejaré».

Troles en el arte, la música y la literatura nórdicas

Trol deliberando sobre su edad. (Theodor Kittelsen, 1911).

Edvard Grieg, el más importante compositor noruego del siglo XIX, escribió varias piezas sobre los troles, incluyendo una partitura basada en el Peer Gynt de Henrik Ibsen, la famosa En la gruta del rey de la montaña y la Marcha de los troles. Sobre sus motivaciones, Grieg escribió: «Lo peculiar en la vida fue lo que hizo salvaje y loco... poder enano y salvajismo indomable... fantasía bizarra y audaz.» El antiguo hogar de Grieg, Troldhaugen («la colina del trol») es hoy un museo.

Como Grieg, el director Johan Halvorsen era un compositor nacionalista noruego. Escribió La princesa y el trol gigante, Los troles entran en la montaña azul y la Danza de los troles pequeños.

Geirr Tveitt fue fuertemente influenciado por el romanticismo de Grieg y su exploración cultural del folclore escandinavo y la música tradicional noruega. Las Canciones trol de Tveitt incluyen obras tales como El violinista trol enfadado y El chico con el tesoro trol. El 80% de las obras de Tveitt se perdió trágicamente en un incendio.

En la literatura infantil sueca, los troles no son malos por naturaleza, sino primitivos e incomprendidos. Sus fechorías se deben a una combinación de rasgos humanos básicos y comunes, como la envidia, el orgullo, la avaricia, la ingenuidad, la ignorancia y la estupidez. En algunos de los cuentos de hadas escritos por Elsa Beskow a principios del siglo XX, los troles se muestran también como una raza autóctona de cazadores y recolectores que huyen de la civilización invasora humana. Donde los hombres hacen una carretera, los troles desaparecen.

Los niños escandinavos pequeños suelen entender el concepto de los troles, y una manera de habituarles a cepillarse los dientes es decirles que se deshagan de los pequeñísimos «troles de los dientes» que de otra forma harían agujeros en ellos. Es éste un recurso pedagógico usado para explicar las bacterias por el autor noruego Torbjørn Egner en su historia Karius og Baktus.

La autora sueco-finlandesa Tove Jansson ha alcanzado fama mundial con sus Moomintrolls.

En el género de la paleoficción, el prestigioso paleontólogo finés Björn Kurtén ha jugado con la teoría (por ejemplo, en La danza del tigre) de que los troles sean un lejano recuerdo de un encuentro con los neandertales de nuestros ancestros los cromagnones hace unos 40.000 años durante su migración hacia el norte de Europa. El paleoantropólogo español Juan Luis Arsuaga proporciona pruebas de estos tipos de encuentros en su libro El collar del neandertal. La teoría de que los neandertales y los cromagnones ocupasen la misma zona de Europa en la misma época histórica ha sido corroborada por pruebas fósiles. Los neandertales bien pueden haber sobrevivido en épocas históricas y puede que se les recuerde como troles, pero hay pocas evidencias a favor de esta teoría. Otros investigadores creen que las historias sobre troles pueden referirse simplemente a tribus vecinas.

Hay cierta especulación sobre si la famosa historia Rumpelstiltskin surgió a partir de un cuento popular sobre troles que guarda muchas similitudes. Aunque la historia original del trol incluye a un predicador que contrata a un trol para construir una iglesia en lugar de una mujer que necesita hilar paja en otro, el elemento central de un pacto que debe ser satisfecho adivinando el nombre de la otra parte, y la subsiguiente muerte del trol o ser cuyo nombre es adivinado resulta central en ambas historias.

Los muñecos trol

Los muñecos trol son un tipo de muñeco de juguete que se puso de moda tras su creación en 1959 por el leñador danés Thomas Dam. Los originales, también llamados «Dam Dolls», eran de excelente calidad, con pelo de lana de oveja y ojos de cristal. Su repentina popularidad, junto con un error en el aviso de copyright del producto original de Thomas Dam, hizo que imitaciones y copias de menor calidad inundaran el mercado.

Los muñecos trol se convirtieron en uno de los mayores juguetes de moda en Estados Unidos desde el otoño de 1963 hasta 1965. Con su pelo de colores chillones y sus caras sonrientes, se encontraban en todas las tiendas del país. Aparecieron en 1964 en las revistas Life y Time en sendos artículos que comentaban la «buena suerte» que traían a sus dueños.

Volvieron a ponerse de moda en breves periodos de los años 1970, 1980 y 1990, con hasta diez fabricantes diferentes.

También conocidos como «Wishniks», «Trols del tesoro», «Norfins» y otros nombres, no fue hasta 2003 cuando una ley del congreso estadounidense permitió a la familia danesa de Dam recuperar sus derechos de autor en aquel país y convertirse de nuevo en el único fabricante oficial.

Mucha gente colecciona los muñecos trol, manteniendo los originales su mayor valor. Algunos coleccionistas tienen miles de ellos, desde el tamaño de un premio en una máquina de chicles hasta unos 30 centímetros.

Aparecieron prominentemente en la comedia televisiva The Drew Carey Show, donde se les veía sentados en el escritorio de Mimi en todos los episodios.

Un muñeco trol también apareció en la película Toy Story, pero no hablaba ni tenía un papel significativo, debido de nuevo a las dudas que en aquel momento había sobre el estado de dominio público de los muñecos.

En la serie Neverwhere, el protagonista colecciona trols en su puesto de trabajo.

Otro ejemplo de muñecos trol son los llamados «Ny Form trols», de látex y realizados a mano en Noruega . Al igual que los «Wishniks», son coleccionados por muchas personas. Su precio puede llegar a sobrepasar los mil dólares.

Troles estadounidenses

Trol.

Los cuentos populares escandinavos relacionados con los troles como El gruñido de los tres chivos son conocidos en otras culturas europeas y de ascendencia europea. En los Estados Unidos y Canadá, la antigua creencia en los troles ha sido sustituida en la actualidad por la creencia en el Bigfoot y el Sasquatch. Muchas estatuas de troles adornan el distrito de negocios del centro de Mount Horeb, Wisconsin, lo que ha hecho que la ciudad sea llamada The Troll Capital. También hay un barrio en la parte noreste de Fargo, Dakota del Norte llamado Trollwood.

En la serie de animación David el Gnomo, los troles persiguen a los gnomos.

En la miniserie de TV El décimo reino, los troles son la raza gobernante del tercer reino, tienen largas orejas y narices puntiagudas, pelo enmarañado, poca inteligencia y mucha afición a los zapatos y el cuero.

Troles en la ficción moderna

En la literatura

En la Tierra Media de J. R. R. Tolkien, los troles son humanoides muy grandes (cerca de 3 metros de alto), inmensamente fuertes y de poca inteligencia. Se dividen en varios tipos: troles de las colinas, de las montañas, de las nieves, de las cuevas y de piedra (que se petrifican cuando les da la luz del sol). Aunque se describen muchos de los distintos tipos, los únicos con los que se encuentran los personajes son tres troles de las colinas (por parte de Bilbo) y un troll de las cuevas por la Comunidad en Moria.

En los libros del Mundodisco de Terry Pratchett, los troles son grandes criaturas compuestas de roca que se alimentan también de ésta. Tienen una tendencia cultural hacia la violencia, y su inteligencia es inversamente proporcional a la temperatura, haciéndoles bastante estúpidos en climas templados. Su tamaño aumenta con la edad, desde guijarros hasta montañas. Arrastran la mala fama de comerse a la gente, pero este estereotipo es falso, pues son incapaces de digerir nada que no sea roca (sin embargo, algunos troles de las regiones montañosas de Uberwald no han empezado a comprender este hecho). Prestan sin embargo especial atención a evitar reducir humanos a pulpa sin querer para poder ser socialmente aceptados. El bar El Tambor Remendado tiene contratado troles como personal de seguridad. Se les llama «salpicadores» porque, como puede deducirse de las implicaciones de un ser silíceo rebotando contra un humano, los troles no son muy buenos «rebotadores». Los yetis son una subespecia de trol que viven en zonas montañosas y que hila su lana de roca (aunque sólo ellos saben exactamente cómo). Los yetis del Mundodisco pueden «salvar» sus vidas si creen que va a haber algún tipo de peligro, procediendo entonces con la tranquila seguridad de que si mueren, volverán al punto salvado y harán todo de nuevo, excepto por que «esta vez no será tan estúpido». Esto se describe como una especie de premonición retroactiva.

En el mundo de Harry Potter, los troles son monstruos gigantes que matan todo lo que encuentran. En Harry Potter y la piedra filosofal, Harry y Ron Weasley salvan a Hermione Granger de un trol de las montañas adulto. En la película el trol fue animado por computadora. Hay algunas otras menciones más a los troles; por ejemplo, se rumoreó que la escoba que Dolores Umbridge «confiscó» a Harry está guardada por troles. Los «troles de seguridad» son también mencionados en varios lugares: aparentemente pueden ser contratados como guardas.

En la serie Artemis Fowl, los troles son la mayor de las razas de hadas. Son monstruos peludos de inmensa fuerza y poca o ninguna inteligencia. Luchan con un par de colmillos o con garras retráctiles venenosas en cada «mano». El veneno hace que la víctima entre en una euforia paralizando y que pierda la consciencia.

En la trilogía de novelas fantásticas Añoranzas y pesares de Tad Williams, el trol es descrito como un cruce entre enano y esquimal. Habitan las montañas, donde viven en tribus comunales bajo estrictos principios que incluyen la sentencia a muerte en caso de mezclarse con razas extranjeras. Viajan por los precarios salientes de las montañas a lomos de ágiles cabras montesas.

El el libro La historia interminable de Michael Ende, los troles son criaturas con forma de árbol, análogas a los ents de Tolkien.

En los cómics

Troles con un niño cambiado que han criado (John Bauer, 1913).

En Elfquest, los troles son los descendientes de los servientes gnómicos de los Ancestros.

En la música metal

El troll metal es un subgénero musical del black metal que trata de troles, goblins y asuntos parecidos. Finntroll es una de las más famosas bandas de troll metal. Los troles cantantes cuentan su odio hacia los humanos, especialmente hacia los cristianos, que son para ellos una plaga a erradicar. Y a comer.

Bibliografía

  • Folktro från förr, Ebbe Schön (2001), ISBN 91-7203-420-3
  • Troll och människa, Ebbe Schön (1999), ISBN 91-27-06873-0
  • Svensk folktro A-Ö, Ebbe Schön (1998), ISBN 91-518-2892-8
  • Trollmakter og godvette, Olav Bø (1987), ISBN 82-521-2923-4
  • El género de los troles: el caso de una creencia tradicional popular sueco-finlandesa, Camilla Asplund Ingemark. Es la primera tesis doctoral presentada en Finlandia sobre los tradicionales troles de los bosques. Su investigación describe los troles según el folclore de los finlandeses sueco-hablantes. Ingemark compara el estilo y contenido de los cuentos populares sobre troles con historias bíblicas.

Véase también

Enlaces externos

  • Troll Moon – Sitio dedicado a los troles (inglés)
  • The Moomin Trove - Listas exhaustivas de los libros Moomin de Tove Jansson (inglés)