Buenismo
Buenismo es un término acuñado en los últimos años por parte de algunos sectores para definir ciertos esquemas de actuación social.
Sentido y etimología
La expresión buenismo procede de la unión del sufijo griego -ismo con el adjetivo español bueno. Surgió como un término de carácter tendente a lo despectivo y satírico, utilizándose para definir la política llevada adelante especialmente por parte de partidos, asociaciones de izquierda, ONGs y organizaciones de ayuda humanitaria, basada en el apoyo incondicional a los sectores sociales más desfavorecidos según sus criterios, por medio de subsidios, subvenciones, políticas de discriminación positiva, etc.
Ámbito de uso
En general son los sectores autodenominados "liberales" así como los conservadores de diversas tendencias quienes lo utilizan con mayor profusión, habitualmente en un tono fuertemente crítico. Desde su punto de vista se cuestiona que muchas políticas de auxilio social y redistribución de la riqueza no sólo no son eficaces, sino que incluso pueden ser perjudiciales en diverso grado para la estabilidad de los países. Según sus postulados, toda política de asistencia social debe de atenerse a la realidad y no perderse en criterios vagos e imprecisos, que tratan de contentar a todos sin tener en cuenta los casos particulares o las consecuencias a largo plazo de tales actuaciones.
No obstante, por su gran uso, el término ha empezado a ser utilizado por algunos líderes de centro-izquierda, reconociéndolo como modo de actuación que no siempre resulta ser el más adecuado para resolver los problemas de un país[1].
Uno de los contextos en los cuales se utiliza con mayor vehemencia es en las discusiones en torno a la política de compensaciones económicas a la inmigración que acude a los países desarrollados, argumentándose que las políticas de corte buenista pueden estar favoreciendo el desarrollo de fenómenos negativos como el asentamiento de grupos radicales islámicos, el parasitismo y la violencia urbana, etc.
En otro nivel, también se emplea para definir políticas basadas en el apaciguamiento o concesiones generosas para evitar conflictos, tanto a nivel internacional como de orden interno. Según sus detractores, esta táctica de "mano tendida" hacia grupos o gobiernos de corte violento o totalitario sería más bien perjudicial, ya que en muchos casos no se produciría reciprocidad, interpretándose por parte de tales sectores que la actuación buenista implica una posible posición de debilidad, lo cual les invitaría a plantear nuevas exigencias.
Independientemente de la postura que se mantenga frente al término, lo cierto es que buenismo ha alcanzado en breve tiempo una rápida expansión en el habla popular española.