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Fernando I de Parma

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Fernando en su juventud por Pietro Melchiorre Ferrari.

Fernando de Borbón-Parma (20 de enero de 17519 de octubre de 1802), miembro de la dinastía ducal de los Borbón-Parma, fue duque de Parma desde 1765 hasta 1802.

Biografía

María Amelia por Johann Zoffany.

Bautizado como Fernando María Felipe Luis Sebastián Francisco Jaime de Parma, fue el segundo hijo y único varón de Felipe de Parma (nieto, por tanto, de Felipe V de España) y de su esposa la princesa Luisa Isabel de Borbón, una de las hijas de Luis XV de Francia.

Cuando tenía 7 años, su padre le asignó como preceptor al filósofo Étienne Bonnot de Condillac, el cual mantuvo su cargo hasta 1767, cuando Fernando ya era duque soberando de Parma.

Tras la muerte de su padre, en 1765, heredó no sólo el gobierno de sus estados sino también parte de sus ministros, entre ellos el primer ministro Guillaume du Tillot. Durante los primeros años del reinado de Fernando, Du Tillot ejerció gran influencia, acentuando las medidas reformistas que había comenzado con Felipe I. Desde 1768 hasta 1771, se emitieron gran cantidad de decretos que pretendían afirmar las prerrogativas del Estado, sobre todo frente a la Iglesia.

Medidas reformistas

Fernando I de Parma por Johann Zoffany.

Desde 1760, Du Tillot había intentado reducir los privilegios e inmunidades que la Iglesia tenía en Parma, Piacenza y Guastalla. No habiendo obtenido casi ninguna concesión, sobre todo por la oposición del cardenal Torregiani, secretario de Estado de Clemente XIII, Du Tillot elaboró una serie de decretos que organizaron una política desamortizadora de los bienes eclesiásticos y regalista.

En 1767 los jesuitas son expulsados de Parma, después de haberlo sido, ese mismo año, de España y Nápoles. El papa respondió, el 30 enero 1768, con el breve Alias ad apostolatus, más conocido como Monitorio de Parma, en el que afirmaba que el ducado era posesión pontificia, anulaba todos los edictos del gobierno en materia mixta desde 1764 y declaraba a sus autores, consejeros y ejecutores incursos en las censuras eclesiásticas expresadas en la bula In Coena Domini, cuya acción es suprimida por decreto dentro de los Estados de Parma, Piacenza y Guastalla.

El monitorio provocó fuertes reacciones en todos los estados gobernados por los Borbones, quienes lo consideraron como un ataque a la dinastía. Como represalia Francia ocupó Avignon y el condado Venesino (enclaves pontificios en Francia), el reino de Nápoles invadió Pontecorvo y Benevento, y España recusó al cardenal Torregiani como interlocutor de la monarquía: si el papa quería comunicarse con el rey de España debía de hacerlo a través de otro cardenal. Desde los gobiernos de Nápoles y España comenzó a favorecerse el rumor de que la culpa del Monitorio de Parma había sido de la Compañía de Jesús, la cual, se decía, ejercía gran influencia sobre el pontífice. Después de muchas presiones, el nuevo pontífice, Clemente XIV, decretó su disolución en 1773.

Además, hasta 1771, fue abolida la Inquisición y el poder de censura de libros fue trasladado al poder laico. Pero ese año, la influencia de la esposa de Fernando, María Amelia de Habsburgo-Lorena, hija de María Teresa, logró que el primer ministro Du Tillot fuese destituido.

Posteriormente aún se dejó sentir la intervención española durante el ministerio de José Agustín de Llano, hasta que en 1774 subieron al poder Giuseppe Pompeo Sacco y Lorenzo Canossa, que siguieron la política de despotismo ilustrado (fundación de la universidad, protección a Bodoni y Goldoni), pero ahora con un carácter nacional italiano.

Revolución francesa

Al producirse la Revolución francesa, Fernando consiguió mantener neutral a su país. Pero, el 6 de mayo de 1796, el entonces cónsul Napoléon Bonaparte invadió el territorio y derrotó a las muy inferiores tropas parmesanas, cerca de Piacenza. El 9 de mayo se firmó un armisticio, ratificado el 5 de noviembre por la paz de París, que aseguraba la independencia de los ducados a cambio de una fuerte compensación de guerra (que incluía obras de arte, entre ellas el San Jerónimo de Correggio, además de ocho millones de liras y grandes cantidades en especie).

Sin embargo, por los tratados de Lunéville y Aranjuez (9 de febrero y 21 de marzo de 1801), Fernando fue destronado de Parma, prometiéndosele a cambio el reino de Etruria (Toscana), aunque luego fue destronado de la misma Etruria a favor de su hijo Luis. Sin embargo, él no se movió de su país hasta su muerte, posiblemente debida a un envenenamiento.

Ancestros