Pueblo ostrogodo
Hacia el 370, a partir de las invasiones de los hunos, los godos se dividieron en dos ramas separadas. Los ostrogodos constituyeron un vasto reino al este del río Dniéster, en las tierras alrededor del mar Negro (lo que hoy es parte de la actual Ucrania y Bielorrusia). Los visigodos fueron los godos del occidente, cuyo dominio territorial se extendía desde el Dniéster hasta el Danubio.
En 375, los ostrogodos fueron conquistados por los hunos. Algunos escaparon a Crimea en donde mantuvieron su lenguaje gótico hasta el siglo XVI. La gran mayoría de ellos, sin embargo, permanecieron en sus propios países pagando tributo a los hunos, siendo bastantes independientes y eligiendo a sus propios reyes. Cuando cayó el imperio de los hunos después de la muerte de Atila en 453, los ostrogodos volvieron a ganar su independencia y se establecieron como un pueblo federado de Roma en Panonia, una región que en la actualidad se sitúa entre el oeste de Hungría, el norte de Croacia, Eslovenia, Serbia y el este de Austria.
A los ostrogodos se unieron otros godos que se habían refugiado en el Imperio romano a la llegada de los asiáticos. En el 474 fue elegido rey Teodorico, el más destacado de los monarcas ostrogodos. Tras diversos periodos de guerra y alianza con el emperador bizantino Zenón, Teodorico invadió Italia en el 488 con el consentimiento del emperador, mató a Odoacro, rey de los hérulos, y se proclamó rey, aunque la autoridad fue conferida nominalmente a un cónsul romano. La cultura romana influyó de forma muy notable en el reino ostrogodo bajo el gobierno de Teodorico.
Tras su muerte en el 526, la situación se volvió tan violenta, que en el 535 el emperador bizantino Justiniano I envió a su general Belisario para conquistar el reino ostrogodo de Italia. Los bizantinos destruyeron el poder de los ostrogodos en el 555, cuyo antiguo reino pasó a depender de los exarcas (gobernadores bizantinos) de Ravena.
Los ostrogodos fueron absorbidos de forma gradual por otras tribus y pueblos germánicos como los alanos, los vándalos, los francos y los burgundios, que se establecieron en los territorios del viejo Imperio romano.